Aprendiendo a Amarte
¡Hola a todas y a todos de nuevo!
Vaya que fue una larga espera, pero eso ya se terminó chicas y chicos. (Esto solo aplica para las personas que esperaron un mes por la nueva actualización)
Como les decía, aquí está ya por fin el nuevo capítulo de este fic, que vaya que ha tenido una gran aceptación entre el público. Pero bueno, sé que no han venido a leer mis comentarios, sino el nuevo capítulo, así que dejémonos de palabrerías y pasemos al evento principal. Tengo varias cosas que quiero decirles, pero todo eso será al final. Les tengo buenas y malas noticias como de costumbre.
No se preocupen, ninguna mala noticia es acerca de alguna posible cancelación del fic ni nada por el estilo. Lo digo porque normalmente cuando un autor dice que tiene malas noticias, eso es lo primero que nos viene a la mente, pero este no es el caso, así que relájense.
Gravity Falls Es una obra perteneciente a Disney. Todo lo escrito y expresado dentro de este Fanfic tiene como propósito principal el enriquecer al Fandom de la misma. Todos los personajes utilizados dentro de esta historia son una creación y propiedad original de la talentosísima y brillante mente e ingenio del animador estadounidense: Alex Hirsch. Nada será utilizado con fines lucrativos o comerciales. ¡Disfrútenlo!
Gravity Falls Fanfic: La Novia de Dipper
Capítulo 8: "Aprendiendo a Amarte"
—¡Excelente! —Dijo Bill, estrechando la mano de Dipper—. Te garantizo que no te arrepentirás.
—Por el bien de Pacifica, eso espero. —Dijo Dipper al separarse de Bill.
—Muy bien, entonces comencemos cuanto antes. Entre más pronto terminemos nuestro trabajo aquí, más pronto podremos ver a nuestro querido amigo Preston sumergido nuevamente en la miseria.
—Espera, Bill. —Advirtió el chico—. No creo que este sea el momento más adecuado. Pacifica podría sospechar algo.
—Ya veo... ¿Quieres pasar un rato a solas con ella? —Se mostró suspicaz—. ¿O me equivocó?
—Te equivocas. —Dijo rápidamente para defenderse—. Ya te lo dije. Entre Pacifica y yo no hay nada, y jamás habrá nada. Ella es solamente una buena amiga.
—¿Sabes, chico? A pesar de ser una entidad que posee el conocimiento absoluto, hay ocasiones en las que no logro entender la lógica humana. Creo que son masoquistas. Para empezar, no sé qué es lo que le ven a ese sentimiento que le llaman amor. Desde que recuerdo, lo único que he podido observar, es que algo tan falso como el amor, ha provocado más dolor en el corazón de las personas que el mismo odio. En fin... Naturaleza humana.
La plática entre Dipper y Bill fluía de manera constante sin interrupciones, hasta que una tercia de golpeteos sobre la puerta llamó la atención de ambos.
—¿Dipper? —Pacifica llamó a la puerta—. ¿Estás bien?
—¿Pacifica...? Ehh...
—Adelante, hijo. ¡Respóndele! —Dijo Bill—. Ella no podrá escuchar mi voz. ¡Anda! Nunca es prudente dejar a una mujer con las palabras en la boca. ¿Sabes cómo comenzó la primera guerra mundial?
—Sí... Pacifica... —Dipper se dirigió hacia la chica—. Estoy bien... ¿Por qué lo preguntas?
—No... Por nada. Es solo que creí que estabas platicando con alguien ahí dentro. —Pacifica apoyó su oído contra la puerta—. ¿Estás seguro de que todo está bien?
—¿Con alguien...? No... Para nada... —Rio con nerviosismo, mientras le contaba una mentira blanca—. Descuida, Pacifica... No pasa nada...
—De acuerdo... Si tú lo dices... —Concluyó la chica, sin apartarse.
—Muy bien hijo, por el momento dejare que disfrutes con tu amada lo que resta de la tarde. —Dijo Bill, con un tono burlón—. Ya hablaremos de nuestro acuerdo más adelante. Recuérdalo pino, mantendré el ojo muy bien puesto en ti. ¡Adióooooooooooooooooooooos!
Bill desapareció en medio de un vacío dimensional y el entorno volvió a su color original, haciéndole creer a Dipper que se encontraba en un espacio entre la realidad y un sueño profundo. En cuanto recobró la conciencia, Dipper tomó su propia ropa, la cual había dejado previamente sobre el lavamanos, se la colocó lo más rápido que pudo y se apresuró a salir del cuarto de baño. Al momento de abrir la puerta, se topó de frente con Pacifica, la cual cayó irremediablemente al suelo, debido a que aún se encontraba apoyada sobre la puerta para tratar de escuchar lo que sucedía por detrás, pero sin conseguir éxito alguno en su arriesgada maniobra.
—¡Pacifica! —Exclamó Dipper—. ¿Estás bien? ¿No te dolió?
—No... No te preocupes... Fue mi culpa. Lo siento... La curiosidad me invadió.
—Dipper extendió su mano para tratar de ayudarla a ponerse de pie. Pacifica la aceptó, y tras apoyar sus dos pies sobre la alfombra, la joven Northwest se encontró de frente con el rostro de Dipper a tan solo pocos milímetros de distancia. Por ende, sus reflejos se activaron automáticamente. Dando un salto hacia atrás, provocando que ambos terminaran con las caras rojas.
—Me alegra ver que estás bien... —Dipper tosió a propósito—. Es decir... Qué bueno que no te ocurrió nada... Fue una aparatosa caída.
—No me paso nada... —Sonrió de manera fingida.
Dipper volvió a observarla con mayor detenimiento, dándose cuenta que sus ropas habían vuelto a cambiar, para ahora mostrar su atuendo preferido para practicar el golf miniatura, y que consistía en una blusa de color purpura y una falda de color blanco con calcetines rosas y zapatillas blancas.
—Veo que estás lista para practicar mini golf. —Señaló Dipper.
—Te lo advertí. ¿O no? —Sonrió orgullosa—. Con mis enseñanzas, estoy segura que podrás estar casi a mi nivel.
—¿Casi?
—Claro. —La niña afirmó—. No pienso enseñarte todos los trucos que conozco. No puedo permitir que te vuelvas tan bueno como yo.
—¡Oye! Eso no es justo. —Dipper alzó una ceja y sonrió.
—Nada en esta vida es justo, niño. —Tocó con su dedo índice la punta de la nariz de Dipper—. Así que ve preparándote porque...
En ese instante, un poderoso relámpago se dejó caer desde el cielo, el cual ya se encontraba cubierto de nubes grises y hostiles. Ambos chicos se percataron cuando la repentina estela de luz atravesó la ventana más cercana, siendo seguida del consecuente estruendo. Pacifica dio un segundo salto, pero esta vez hacia el cuerpo de Dipper, el cual reaccionó torpemente.
—Lo... Lo siento... Es que... Me aterran un poco los rayos cuando caen demasiado cerca.
—Y yo que pensaba que nada podía doblegarte. —Dijo Dipper, bromeando.
—No te quieras pasar de listo conmigo, niño. —Pacifica se dirigió hacia la ventana, comprobando lo que más temía; una torrencial lluvia se aproximaba hacia el pueblo—. Lo único que nos faltaba. Así ya no podremos practicar mini golf. —Dijo desilusionada.
—No entiendo... —Dipper pensó—. El día estaba soleado hace pocos minutos.
—El clima de Gravity Falls en verano es de locos. En un momento puedes pasar de estar en una rosticería; a un congelador por las noches. Deberías ver las tormentas de nieve que se desatan por estos lugares durante el invierno. —Pacifica hizo su comentario.
—Puedo imaginarlo...
—Ni hablar... Creo que tendremos que pasar a la siguiente actividad en la lista. Además ya tengo hambre. —Sacó su teléfono y observó la lista por medio de la aplicación—. ¡Es perfecto! Con esta lluvia no puede haber un mejor ambiente para ver una película de miedo. Aunque primero hay que tomar un pequeño refrigerio. ¡Vamos, Dipper! —Dijo alevosa, jalando a Dipper de la muñeca de su brazo derecho.
—Espera, Pacifica. Me estás lastimando.
Ambos niños se dirigieron hacia el salón principal, donde se encontraba el teléfono local de la mansión. El cual fue utilizado por Pacifica para llamar a uno de los más finos y caros restaurantes de la región.
—¿Qué? —Gritó la joven de cabellos dorados—. ¿Cómo que no tienen servicio a domicilio? Mis padres suelen ordenar con mucha frecuencia.
"Lo sentimos mucho señorita, pero debido a las condiciones climáticas actuales, nuestros servicios han quedado inutilizables hasta que cese la tormenta. Debe entender que no podemos poner en riesgo la seguridad de nuestros empleados." —Dijo el sujeto al otro lado de la bocina.
—Bueno... No importa... Gracias de todos modos... —Colgó—. ¡Demonios! —Exclamó furiosa—. ¿Qué vamos a hacer ahora? Muero de hambre.
—¿Tus padres no te dejaron nada para comer en estos días de ausencia?
—Se suponía que los mayordomos y las sirvientas tendrían que atenderme, pero como los envié de vacaciones no hay nadie aquí que pueda cocinar.
—¿No sabes cocinar? —Preguntó Dipper.
—¿Estás bromeando, cierto? —Pacifica se ofendió con la pregunta realizada.
—Cierto... Tienes razón... Lo siento. Fue una estúpida pregunta. —Suspiró—. Aunque... Sí quieres puedo preparar algo para ambos.
—Espera... —Pacifica se sorprendió—. ¿Tú sabes cocinar?
—No exactamente. De vez en cuando observo a mi madre preparar omelettes y cosas así. Nunca lo he hecho, pero sí gustas podríamos intentarlo.
—Entiendo... Ya decía yo que no eras del tipo de chicos que se preocupan por ese tipo de cosas. —Respiró profundamente—. Está bien, lo haremos a tu modo.
Acto seguido, Pacifica guió a Dipper hasta la cocina principal de la mansión. Al llegar, Dipper se sintió inmediatamente intimidado, ya que jamás había visto algo de semejante magnitud en toda su vida. La cocina contaba con un área similar a los metros cuadrados que poseía en sí misma la cabaña del misterio del tío Stan. A su vez, los aposentos contaban con un gran total de quince hornos, cuatro barras, decenas de instrumentos y utensilios elaborados probablemente con la más fina plata que se pueda encontrar sobre la faz de la tierra, así como una tercia de neveras tan grandes, que fácilmente podrían albergar y refrigerar un automóvil completo.
—Increíble... —Murmuró Dipper, tragando saliva.
—Creo que jamás había entrado a esta habitación. —Dijo Pacifica, tan sorprendida como Dipper.
—Bueno... Hay que empezar... —Suspiró—. Dime, Pacifica... ¿Dónde guardan los huevos, la mantequilla, el queso, la sal, las cebollas y los pimientos? —Preguntó el chico de gorra, esperando por una respuesta que jamás llegaría, ya que era obvio que Pacifica, al contar con tal cantidad masiva de sirvientes y mucamas; jamás tendría que preocuparse por conocer el lugar donde eran almacenados los ingredientes para preparar los alimentos.
—¿Tienes memoria a corto plazo, verdad? —Pacifica preguntó mientras se encogía de hombros.
—De acuerdo... De acuerdo... No debemos precipitarnos. Todo debe estar en alguna de esas neveras.
Dipper encaminó sus pasos hacia los enfriadores y al abrirlos, descubrió lo que probablemente sería el sueño más grande que un chef podía tener. Había prácticamente de todo, desde vegetales frescos, hasta una sección de carnes frías que no tenía nada que envidiarle a una cadena de supermercados. Dipper utilizó la mirada para buscar lo que necesitaba, como sí se tratara del juego "Buscando a Wally". Y así, de esta forma, poco a poco los ingredientes para preparar el omelette que tenía en mente; fueron apareciendo hasta que finalmente pudo obtenerlos todos, para proceder a colocarlos sobre una de las barras. Lo mismo ocurrió con los sartenes. A continuación, el joven Pines encendió la estufa y puso manos a la obra, guiándose por medio de una receta imaginaria y los recuerdos que tenía de su madre en su ciudad natal. Mientras tanto, Pacifica lo miraba con escepticismo, pero al mismo tiempo con un gran entusiasmo y curiosidad, ya que esta era la primera vez que alguien ajeno a la servidumbre; un chico, se tomaba tantas molestias por alguien como ella. Dipper combinó los ingredientes con gran maestría y pronto, aquella masa elaborada con huevo, queso derretido y pimientos comenzó a tomar forma, hasta que de un momento a otro, el olor de todos los ingredientes mezclados y cocinados podía hacerle agua la boca a cualquier persona.
—¡Cielos, Dipper! —Pacifica Exclamó—. Debo admitir que estoy muy impresionada. Espero que sepan tan bien como se ven.
—Gracias... —Dipper sintió un poco de pena por el halago—. También lo espero.
Dipper concluyó con su rol de cocinero improvisado y sirvió los dos omelettes en un par de platos que Pacifica le proporcionó, luego de pasar quince minutos buscándolos. Entonces, la chica señaló el camino hacia el comedor principal, Dentro del cual lo que más relucía era una de esas mesas de más de veinte metros de longitud, y que en términos normales, solo poseería la gente de la clase multimillonaria. Pacifica se sentó en un extremo, creyendo inocentemente que Dipper se sentaría en el otro, pero cuál fue su impresión al descubrir como Dipper ya había colocado su plato sobre el espacio de la persona de al lado.
—¿Qué haces, Dipper? —Pacifica preguntó estupefacta—. Se supone que debes sentarte en el extremo contrario.
—¿Bromeas, cierto? —Contestó el muchacho—. Sí me siento en esa silla de allá no podremos conversar tranquilamente. Pienso que ese ingrediente extra que se le agrega a una buena comida es precisamente una buena charla con otra persona.
—Me doy cuenta de que no tienes remedio, Dip.
—¿Dip? —Levantó una ceja—. ¡Hey! ¿Desde cuándo comenzaste a llamarme Dip?
—Desde hace cinco segundos. —Le respondió con una sonrisa confiada.
—Bueno... Entonces creo que comenzaré a llamarte Paz. —Tomó asiento y le lanzó una sonrisa similar.
—¿Qué? —Pacifica enfureció—. ¿Cómo te atreves a llamarme de ese modo, pequeño nerd? Que no se te olvide que mi nombre es Pacifica Northwest. Pacifica Elise Northwest.
—¿Elise? ¿Ese es tu segundo nombre? —Preguntó anonadado ante la revelación.
—Sí... ¿Algún problema? —Pacifica se sentó por igual.
—No... Todo lo contrario. Pienso que es un muy bonito nombre.
—G... Gracias... —Pacifica sonrió para sí misma, pudiendo sentir como la temperatura de sus mejillas comenzaba a elevarse de nuevo—. Ahora comamos antes de que se enfríe.
La cena comenzó y para sorpresa de Pacifica; descubrió que lo que Dipper le había dicho había resultado ser cierto, ya que el hecho de conversar con alguien durante momentos como este hacía que las cosas fueran más amenas y agradables. Pacifica lo había experimentado en muy pocas ocasiones, debido a que por lo general, ella siempre almorzaba y cenaba por su cuenta sin la compañía de sus padres, quienes siempre se encontraban lo bastante ocupados como para preocuparse por convivir con su propia hija. Dipper por su parte, nunca imaginó que lograría pasar un momento tan relajante y confortable con una chica como Pacifica, a quién en un principio consideró como a una chica detestable. Sin embargo, esas dudas que habían aparecido en su mente esa misma mañana al cruzar por la puerta; se habían extinguido, como una vela que se queda sin parafina. Al concluir, Dipper se ofreció a lavar los platos. Pacifica intentó ayudarle. No obstante, su poca experiencia en este tipo de labores resultó en un desastre tras romper uno de los platos al momento de querer secarlo. Al final, Dipper tuvo que hacerse cargo de todo. Luego, tal y como la lista lo indicaba, la hora para una película de terror había llegado. La lluvia no se había detenido, por lo tanto, no podía haber un mejor y más indicado momento que ese. Pacifica condujo a Dipper hacia su habitación una vez más. El joven Pines tomó asiento sobre el piso, para utilizar el borde de la cama de Pacifica como respaldo. Entretanto, la joven rubia sintonizaba "The horror time"; un canal de televisión por cable dedicado exclusivamente al mundo del horror en el cine. Curiosamente, al momento de encender la espectacular pantalla de noventa pulgadas; una película estaba por comenzar. Una película titulada: "Aquello", la cual trataba acerca de un ente sobrenatural que podía adoptar la forma de un payaso siniestro y un cobrador de impuestos para así asustar tanto a niños como adultos por igual.
—¡Wow! —Dipper exclamó—. Nunca imaginé que la televisión de Gravity Falls pudiera tener este tipo de programación.
—¿Acaso no tienes cable en la cabaña de tu tío? —Preguntó Pacifica, sentándose a su lado.
—No. —Contestó—. Tenemos que conformarnos con la programación local.
—¡Iugh! —Pacifica hizo su clásica mueca de repulsión—. ¿Cómo pueden vivir así? Como sea... Creo que te gustará esta película, aunque no sea tan terrorífica como lo pintan. Créeme, hoy en día con todo lo que ocurre en internet, es difícil que una película de terror te asuste.
Pacifica habló muy pronto, ya que a los veinte minutos de haber comenzado la película; la niña simplemente no podía apartarse del brazo de Dipper. Por su lado, el joven Pines trataba de disfrutar del evento cinematográfico. Sin embargo, debido a que en la mayoría de las escenas fuertes, Pacifica encajaba sus uñas sin piedad sobre su brazo; el hecho de gozar de la película hacía que se convirtiera en algo verdaderamente imposible de lograr. No obstante, Dipper no solo se dedicó a señalar las cosas negativas, ya que a pesar de no estar prestando la suficiente atención para comprender la trama; gracias a las incidencias antes señaladas, también se dedicaba a buscar las cosas favorables en la situación. Desde hacía algún tiempo, Dipper había tenido los fervientes deseos de asistir al cine en compañía de una chica. Así como el hecho de que probablemente siendo producto de un accidente; ambos hicieran contacto con sus manos al hurgar dentro de la cubeta de palomitas de maíz.
El problema era que, ahora que ese sueño estaba cumpliéndose de manera parcial, Dipper no se sentía con la confianza y la seguridad plena como para dar saltos de alegría. Dipper tenía miedo de lo que las demás personas pudieran opinar de él, ahora que se había convertido en un amigo incondicional de la hija única del matrimonio con mayores influencias en varios miles de kilómetros a la redonda. Dipper sabía además, que la gran mayoría de los amigos y amigas que había hecho al llegar al pueblo detestaba a Pacifica por su modo de actuar tan arrogante.
De entre todas ellas, la que más resaltaba era su hermana Mabel. Y aunque tal parecía que las aguas turbias entre ambas chicas ya se habían desvanecido, Dipper no podía dejar de pensar en las distintas reacciones que su hermana tendría si se enterará que ahora él y su antigua archienemiga estaban pasando unos grandes momentos juntos, a tan solo pocos días de haber proclamado libremente y con fervor a los cuatro vientos, que Pacifica Northwest era la peor. En ese momento, Pacifica giró la cabeza y alcanzó a mirar completamente tenso a su compañero, aunque lo que la chica no sabía, era que Dipper no se encontraba en ese estado debido a los hechos que ocurrían en la película.
—¿Asustado? —Preguntó.
Dipper dio un salto repentino, como si se hubiera espantado con alguna escena.
—¿Qué dices? —Alzó las cejas—. ¡Claro que no!
—¿Estás seguro? —Intuyó con una mirada juguetona—. ¿Entonces puedo preguntar por qué estás tan nervioso?
—No... No es nada... —Bajo la mirada.
—¿Dipper...? —Pacifica cambió su actitud a una más seria, al notar que Dipper hablaba enserio—. ¿Qué ocurre?
—No... No es nada... —Se mordió el labio inferior—. No te preocupes, Pacifica...
—Dipper... Si algo te ocurre puedes decírmelo con confianza. —Insistió—. Prometo no reírme.
—Pacifica... —Hizo una pausa para tomar aire—. Es solo que... No estoy seguro de querer hacer esto.
—¿De qué estás hablando? —Se mostró preocupada.
—Verás... Nos hemos hecho amigos en muy poco tiempo y... Me aterra pensar en lo que mi familia y mis amigos podrían decir si se enteran de esto... Sí, lo sé... Es estúpido pensar en algo así, pero... No lo sé... Tal vez le estoy dando muchas vueltas al asunto.
—Dipper... —Murmuró—. Escucha, no voy a presionarte. Sí te sientes incomodo por todo esto... No pienso obligarte a hacer algo que tú no quieras. Si no quieres ir conmigo mañana al festival puedo entenderlo... Esto es muy extraño hasta para mí y creo saber cómo te sientes... Hasta apenas la semana pasada, ninguno de los dos soportaba la presencia del otro. Pero ahora has visto como soy en realidad y he visto como eres en realidad. Eres un chico muy agradable y me siento feliz por haber conseguido a un amigo como tú. Eres el primero que me ha abierto los brazos.
—Espera... ¿Y qué hay de tus antiguos novios? —Dipper preguntó.
—Ni me los recuerdes... —Soltó un bufido—. Te mentí, Dipper. Nunca estuve en una relación seria con alguno de ellos. Solo quería que me creyeras. A ese par de mequetrefes solo quisieron emparejarlos conmigo para que sus familias ganaran puntos en el estatus social, ya que una alianza de mi familia con cualquiera de las suyas; resultaría en un convenio muy beneficioso para todos en el futuro sí en algún momento existiera la posibilidad de casarme con alguno de ellos. Mi familia estuvo siempre de acuerdo. Sin embargo, mis padres jamás se preocuparon realmente por saber cómo me sentía al respecto. A ellos solo les importa el dinero y el poder. ¿Lo entiendes ahora, Dipper? Tú eres el primer y único chico que me ha aceptado como soy, sin importarle mi posición económica. Es por eso que perder tu amistad sería un gran golpe anímico muy fuerte para mí. Aunque tampoco pienso obligarte a ser mi amigo si tú no lo deseas.
—Pacifica, no se trata de eso... —Suspiró—. Escucha... Sé perfectamente de lo qué hablas... Yo tampoco tuve amigos sino hasta que llegue a este lugar. Wendy y Soos fueron los primeros y verdaderos amigos que he hecho en mi vida. Las chicas de mi escuela no me hablan ni en broma. De hecho me consideran como a un fenómeno de circo, mientras que los niños se la pasan molestándome siempre que encuentran la menor oportunidad. Es por eso que tu amistad es tan valiosa para mí, como la mía lo es para ti. Perdóname... Creo que hay veces en las que hablo de más sin pensarlo... Admito que soy un tonto...
—Tienes razón... Eres un tonto... —Le dio un pequeño empujón.
—¡Oye! —Se quejó—. Se suponía que en esta parte debías decirme que no lo soy.
—No puedo simplemente negar las cosas que son ciertas. —Alzó los hombros—. ¿Entonces no tienes amigos, ni amigas en tu ciudad natal?
—No... —Soltó una risita torpe—. Aunque no es tan terrible como parece. Ya que puedo encontrar momentos para pensar en muchas cosas, o ir a la biblioteca y buscar libros relacionados a sucesos y misterios inexplicables. Creo que lo más terrible de todo es cuando tenemos que hacer tareas y exposiciones en equipo o en parejas. Mabel y yo estamos en un salón de clases distinto, así que casi siempre tengo que hacer todo por mi propia cuenta. —Volvió a soltar otra risita, similar a la primera—. ¿Es patético no?
—No lo creo... —Dijo inmediatamente.
—¿De verdad?
—Recuerda que no importa la cantidad de amigos que poseamos, si los pocos que tengamos son los mejores. Más vale calidad que cantidad.
—Gracias Pacifica...
En ese momento, Dipper movió levemente su mano para apoyarla sobre el suelo, encontrándose accidentalmente con los finos y tibios dedos de Pacifica, la cual retiró su mano por medio de una reacción natural de su propio cuerpo.
—Lo... Lo siento... —Dijo Dipper, sonrojándose hasta el tope.
—N... No... No te preocupes... —Pacifica respondió, sonrojándose por igual.
Ambos niños giraron los ojos, encontrándose con los del otro. Entonces, permanecieron completamente inmóviles. Era como si el tiempo y el espacio se hubieran detenido alrededor de ellos sin que nada más en el mundo importara para ellos. Dipper y Pacifica se perdieron en la infinidad y el brillo de los ojos de cada quién, sin darse cuenta que la distancia entre sus rostros se iba haciendo cada vez más y más pequeña. Ninguno de los dos sabía que pensar o que decir. Para ellos, ese momento duró más que la misma eternidad, pero tan poco como para poder disfrutarlo con plenitud. Poco a poco, centímetro a centímetro, sus labios traspasaron la barrera de lo permitido y ahora estaban a punto de comenzar a rosarse. No obstante, justo en ese momento, Dipper sintió que las cosas se habían salido de control, así que se apartó de repente para proceder a ponerse de pie.
—Pacifica... —El joven Pines respiró con fuerza, levantó su mochila y se acercó hacia la puerta de la habitación de Pacifica, tras colocar su mano sobre la perilla hecha de oro—. Creo que lo mejor será que nos veamos hasta mañana en el festival. Vendré por ti a las diez de la mañana. ¿Está bien?
—Dipper espera... —Pacifica trató de detenerlo luego de adivinar lo que Dipper tenía pensado hacer.
—Nos vemos mañana... —Dipper salió corriendo del lugar, a pesar de los ineficientes intentos de Pacifica por evitar que se marchara. Durante el trayecto hacia la puerta principal de la mansión, Dipper no podía dejar de pensar en lo que estaba a punto de ocurrir entre ambos—. Esto está mal... Esto está mal... Esto ha llegado demasiado lejos. No puedo continuar con esto... Debo salir de aquí cuanto antes. —Repetía sin cesar.
Entonces, Dipper llegó como por arte de magia hasta los escalones principales y los bajó con rapidez. Acto seguido, apresuró sus pasos para alcanzar la gigantesca puerta para tratar de abrirla y así salir de ahí lo más rápido que sus flacas piernas se lo permitían. Sin embargo, alguien más en el exterior se le había adelantado, ya que la puerta se abrió por sí sola desde el otro lado, ocasionando que Dipper terminara chocando contra una figura alta, la cual terminó por derribarlo.
—¡Auch! ¿Qué sucedió...? —Dipper se preguntó a sí mismo, convaleciente, tratando de descubrir la identidad de aquella persona que se había interpuesto en su camino. Aunque el simple hecho de hacerlo, le provocó a Dipper un vuelco en el estómago y un escalofrío en su espalda.
—¿Se puede saber qué estás haciendo aquí, muchacho? —Preguntó Preston Northwest, tras contemplar al joven Pines sobre el piso, para así proceder a aniquilarlo con una mirada fulminante.
Continuará...
¡UFF! Sé que algunas o algunos de ustedes me querrán colgar después de lo que acaban de leer. Pero... ¿Era necesario cortar el fic en ese momento? La respuesta es, sí. Ustedes saben cómo es esto, hay que dejar al lector en un punto crítico. Además, eso es lo que yo siento cada vez que se estrena un nuevo capítulo y hay que esperar por el próximo. Hablando de nuevos capítulos, no se vayan a perder el capítulo de este lunes 7 de septiembre. Nuestro dorito iluminati favorito está de regreso (Si están leyendo esto después de esa fecha ignórenme)
Bueno ahora pasemos a lo que quería anunciarles. Les tengo buenas y malas noticias. Empecemos con las malas, seré breve para no enredarlas o enredarlos.
El fic entrará en un Hiatus pequeño. Ósea que la próxima actualización tardará un poco en ser publicada. Para los que leyeron el capítulo más reciente de "El Juguetero Siniestro" ya saben las fechas en las cuales publicaré los siguientes capítulos del resto de mis fics. Pero si no siguen esta otra historia mía se los pongo de nuevo.
1- El Juguetero Siniestro, Capítulo 10 – 24 de septiembre.
2- El Diario Secreto de Pacifica Northwest, Capítulo 10 – 25 de septiembre.
3- La Novia de Dipper, Capítulo 9 – 1 de octubre.
Sí, lo sé, este fic tardaré un mes en actualizarlo de nuevo, pero este será el último hiatus que les ponga por lo que resta del año. No quería hacerlo, pero este mes de septiembre no estaré disponible. Tengo que hacer un viaje de muchísimos días fuera de mi ciudad y no llevaré mi computadora conmigo. Aunque me llevaré una tablet para escribir un poco por las noches. Espero me comprendan y sean pacientes. Créanme, el resto del fic está para chuparse los dedos.
Ahora las buenas noticias. Muchos autores y autoras abandonan sus fics debido a que arecen de ideas y ya no saben cómo darles un final. Bueno, eso es algo que no se toparán conmigo, ya que en mi cabeza están ya los finales y el resto de los capítulos de cada uno de mis fics. El problema es encontrar el tiempo para transcribirlos.
Otra buena noticia, es que gracias a las ideas aportadas por una amiga; estoy escribiendo un nuevo fic titulado "Ojos de Demonio" y al igual que el resto, la pareja principal será Dipper y Pacifica, pero en esta ocasión en su versión de Reverse Falls. Si no saben que es Reverse Falls se los digo rápidamente. Es prácticamente un universo alterno creado por los fans de la serie en dónde todos los personajes tienen una personalidad opuesta a la original. En este universo los inocentes hermanos que llegan a Gravity Falls son Gideon y Pacifica, mientras que los villanos de la serie son Dipper y Mabel. Además, Bill no es un demonio manipulador ni malvado, sino uno asustadizo y bastante débil y cobarde que llora por todo. El punto es que me llamó la atención este universo alterno y pretendo hacer un fic basado en el, aunque en esta ocasión será de corte "Lemon", ósea con contenido para adultos, ya que incluirá escenas de sexo extremadamente explicito. Dipper y Pacifica tendrán 16 años para que no se me alarmen por si creen que los pondré de 12 años. ¡No! Al igual que el buen Alex Hirsch, yo aún soy de la vieja escuela, la cual cree que a esa edad en lo único en lo que deberían enfocarse los niños es en Pokemón y las Poptarts.
Aún no se cuando lo publicaré o si será un One-Shot o un fic de varios capítulos porque aún está incompleto en un borrador todo feo y con faltas de ortografía, pero ya se los haré saber más adelante.
Bueno, es ha sido todo por ahora, recuerden que el próximo capítulo lo subiré hasta el 1 de octubre. Que tengan un genial mes patrio a los que son de México como yo y al resto les deseo que tengan un estupendo mes de septiembre. ¡Chao!
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