Nota #24: A Skylit Drive-Balance
We pray for this
(Listen to my story)
(This maybe our last chance)
('Cuz people die and people dance)
Listen to my story
La relación de las chicas estaba entrando en una etapa de mucho conflicto, Fernanda pasaba mucho tiempo con Ishtar por los ensayos, algo que ponía un poco de malas e insegura de las cosas a esta Astrid, a pesar de estar casi siempre en todos los ensayos, la chica veía el tipo de química con la que ambas se desplazaban, estaban muy en sincronía, por obviedad esto ponía muy intranquila a la gótica, que a pesar de que veía que Fernanda mostraba mucho respeto hacia su relación, ella no podía dejar de sentir gran cantidad de celos, más cuando la guitarrista se la pasaba insinuándose a la bajista todo el tiempo, la dibujante sabía que no era la culpa de la músico pero si ponía muy mal a la artista ver que se reían juntas de algún chiste de música que por obviedad ella no entendía, haciéndola sentir incluso peor cuando la asiática le daba esa acida sonrisa cuando ella hacia reír a la chica tatuada o que recordaban cosas juntas ganándose un pequeño sonrojo de Fer.
—No entiendo el por qué tienes que ir a hablar con Kyle justo cuando yo tengo que ensayar —decía Fernanda una tarde antes de salir de la escuela mientras caminaba la gótica por los pasillos junto a su novia.
—Por qué tengo que llegar a un acuerdo para remover de su cuenta de "OnlyFans" nuestro video... —decía Astrid un tanto molesta siendo esta la cuarta vez que se lo explicaba.
—¿No es más fácil con un abogado? —cuestionaba muy frustrada Fernanda.
—Es lo que queremos evitar cariño, qué tengamos que recurrir a ello —rodaba los ojos la gótica.
Notaba esta expresión Fernanda, siendo lastimada.
—Lo siento, no quise molestarte... —decía la chica con la cabeza agachada.
—Es que es la vez número veinte qué te lo digo en menos de dos horas, aparte ustedes tienen que ensayar, la batalla es en aproximadamente tres semanas, necesitan sincronizarse con Ishtar.
Pronunciar ese nombre hacía que tragará bilis Astrid, ella entendía perfectamente que tan importante era esto para los chicos, eso no hacía menos molesta la palabra en su boca.
—Entiendo... ¿Irás con Emily? —cuestionaba Fernanda
—No, ella tiene que ir a hacer unas cosas con su familia... —decía lentamente la dibujante.
—¿Con quién planeas ir? —Alzaba la ceja Fernanda
—Sola, ¿Con quién más quisieras que vaya? —decía Astrid como si no fuera importante.
—Obviamente no sola Astrid... —decía notándosele la molestia en la voz de la bajista.
—Por el amor de Dios Fernanda, solo voy a ir a hablar con él a un puto Starbucks para que elimine el video de su cuenta, no me lo voy a ir a coger —decía muy molesta Astrid
—O sea ¿es completamente valido que tu sientas celos de Sayumi, con quien en mi vida he hecho algo más que un tímido pico, pero si yo tengo celos de Kyle con quien ha habido historia y demás está mal? —alzaba la ceja Fernanda.
—Ese no es el punto, es como si no confiaras en mi... —decía ya muy molesta Fernanda.
—Claro que confió en ti, pero no confió en ese hijo de puta... —contestaba Fernanda mientras salían hacia la explanada de la escuela, —aparte te arreglaste mucho para ir con el.
Señalaba al vestido color vino que traía con las medías de red de murciélago que tanto le gustaban a la bajista y unas botas de tacón mediano que le llegaban a la rodilla.
—Me vestí como siempre me visto Fernanda, si confías en mi entonces sabrás que nada pasará —decía quitada de la pena Astrid.
—¿A dónde quieres que pase por ti después de lo de ese pendejo? —preguntaba molesta Fernanda.
—Yo creo que llego al ensayo, la verdad no creo tardarme mucho, sé que, si se pone necio, no podré ganar nada en ese momento, así que yo llego a la guarida —decía mientras se ponía de puntitas dándole un pico en los labios a Fernanda mientras llegaba el Uber a recogerla —Te mando mensaje y mi ubicación.
Fernanda quedaba parada viendo cómo se iba su novia a encontrarse con su ex, estaba sumamente molesta cuando sonaba su celular siendo la ubicación de Astrid con un mensaje.
¨No estés celosa, quiero que ese video se deje de vender por que se cuánto te lastima, no puedo hacer nada con los que ya vendieron, pero si puedo tratar de evitar que lo siguán distribuyendo, te amo solo tengo ojos para ti"
La bajista intentaba tranquilizarse, pero estaba de muy mal humor, comenzaba a caminar hacía la guarida de la banda con su mente sumamente nublada, esto iba a ser un día largo.
Astrid llegaba al punto de encuentro, donde Kyle ya estaba esperándola con un café en la mano y otro en el lugar que es para Astrid, lo veía ahí sentado, con sus lentes de pasta como el gran teto que era, con su cabello bien arreglado y una camisa azul sobre su playera blanca junto con unos jeans, esa imagen hacía que Astrid sintiera un retortijón en su estómago, seguía estando igual de guapo que siempre, sin embargo, su mente regresaba a la sonrisa de Fernanda.
—Hola Kyle —se sentaba enfrente de él sonriendo de manera cortes.
—¿Hoy no viene tú guardaespaldas? —cuestionaba de manera de burla refiriéndose a Fernanda.
—Respeta a mi pareja —decía simplemente Astrid mientras sacaba un cigarro.
—Ella no me respeto en la convención, ¿Por qué debería yo hacerlo? —señalaba el chico tomando un sorbo de su café.
—En su defensa tu empezaste... —señalaba la gótica.
—Yo me iba a disculpar porque me había pasado de la línea, estaba muy enojado, pero ella se me fue a los golpes casi rompiéndome la nariz.
—Tú te lo ganaste Kyle, si no hubieras dicho eso, jamás te hubiera golpeado Fernanda o te hubiera amenazado Michael.
—¿Qué querías que hiciera? Tú solo cortaste conmigo de la nada solo por andar con esa mocosa —decía muy molesto el reportero.
—Cortamos seis meses antes de que formalizará con ella y eso lo sabes —señalaba Astrid.
—¿Por eso incluso tres semanas antes de que formalizaran seguías cogiendo conmigo? —señalaba Kyle
—Fue sexo sin compromiso, no quería presionar a Fernanda en hacerlo...tenía necesidades... —señalaba la gótica
—¿Por eso siempre después de cada ensayo ibas conmigo? —cuestionaba el chico.
—Sabes algo Kyle, no vengo a que me hagas sentir mal, sé que en cierto momento pude haberle fallado a Fernanda en el ámbito sexual, cuando íbamos a empezar a andar, pero jamás en el sentimental... —decía Astrid sumamente enojada
—Fernanda no entiende la diferencia entre uno y otro, es lo que he escuchado —tomaba otro sorbo de su café
—Ya está bien Kyle, sé que no puedes superarme, pero deja mi relación de lado... —se lo pedía con cierta tristeza en sus ojos.
—Se qué aún sientes algo por mi Astrid —movía su mano hacia donde estaba la de la gótica entrelazando sus dedos con los de ella.
—No Kyle... —susurraba Astrid -No siento lo mismo por ti...amo a Fernanda...a ti te veo solo como una de las relaciones que más adore en mi vida...pero no siento lo mismo que tu sientes por mí, ese sentimiento es solo para Fernanda.
—¿Qué tiene esa chica que no tenga yo...? —preguntaba frustradamente Kyle.
—Es...magnifica...si la llegarás a conocer fuera del ámbito de bandas, famosos y demás podría decir con certeza que me dejarías de amar a mí y me la quisieras quitar —reía la dibujante. —Un momento puede ser la princesita más linda del mundo...y al otro momento puede ser una máquina de dar golpes, digo tú lo viviste de primera instancia.
—Eso, Astrid se llama inestabilidad emocional...sé que no es una chica muy cuerda ¿Qué te hace pensar que un día no te pegará a ti? —inyectaba el veneno Kyle.
Esto dejaba a Astrid meditando las cosas, algo que sabía, era que Fer siempre fue alguien fácil de hacer enojar, pero jamás se ha tornado agresiva con nadie de sus seres queridos, en ese aspecto se controlaba, no tenía duda de eso.
—Ella jamás lo hará... —le sonreía la chica, sin haberse dado cuenta que aún tenían las manos juntas, se sentía cálido, le gustaba el tacto, a diferencia de Fernanda que era un tacto tímido de mucho cariño, el de él era muy caliente, expresaba mucha sexualidad, deseo y lujuria, siempre había sido así y siempre había caído a sus pies por ello, sin embargo, no sentía nada en esos momentos, como si se hubiera hecho inmune a él.
—¿Crees que no se enojará si se entera que durante ese mes que se conocieron para salir estuvimos acostándonos? —cuestionaba Kyle
Esto dejaba nuevamente pensativa a Astrid, sabía que no había sido solo esa vez, a lo cual le había mentido a Fernanda, sabía que si se enteraba lo de ellas iba a terminar de una manera muy fea.
—Fue un maldito error Kyle, estaba tan confundida...me sentía abrumada por los sentimientos que tenía en esos momentos —una lagrima caía sobre su rostro.
Kyle veía la angustia de su exnovia, por primera vez entendía el cariño y amor que le tenía a Fernanda, estaba hablando con Astrid a flor de piel, no con "Lady Poison", de verdad amaba a esa chica, se le notaba en el momento que tenía miedo de perderla.
—Astrid...sé que yo también me aproveche...y no debía hacerlo...no es enteramente tu culpa... —decía Kyle tratando de calmar a la chica.
—Yo debía haber puesto fin a ello... —quitaba su mano de la de él, haciendo que Kyle extrañara su roce, mientras ella ponía su rostro en las de ella.
—Astrid...teóricamente no podría decirte nada... —decía el chico intentando calmarla
—¿Tú que hubieras sentido si me hubiera acostado con mi ex cuando estábamos empezando a salir? —le cuestionaba la chica mientras lo veía con sus cristalinos ojos.
—Creo que si me enojaría un poco... —murmuraba Kyle entendiendo el punto de Astrid —Pero no podría reprocharte nada, no le debías nada.
—Ella me enseño sobre la responsabilidad afectiva... —susurra Astrid —Yo soy la segunda persona con la que tiene intimidad.
—¿Entonces todo lo que decían de ella es mentira? —alzaba la ceja Kyle a lo cual Astrid solo asentía.
—Vaya, siempre me imaginaba a Fernanda como la típica niña mimada rockstar... —decía el chico otaku.
—Está muy lejos de ello...ella ha sufrido...me dijo hace meses algo que me hizo caer en cuenta... —decía la gótica —Ella jamás ha tenido nada sin que todo mundo ya lo haya usado o que nunca podía tener nada sin que se lo quisieran quitar.
—Eso es muy egoísta de su parte...digo un ser humano no le pertenece a otro —decía Kyle.
—¿Entonces por qué te molesta tanto que este con ella? —cuestionaba Astrid.
El chico intentaba responder, pero abría la boca como pescado sin aire -Veo a lo que vas, pero sé que ella es de buena familia...tiene todo lo que quiere...-
—¿Te acuerdas del tiroteo en el Albertsons del centro comercial hace cuatro años? —cuestionaba Astrid.
El chico asentía, recordando eso como un momento negro en la historia de Boston, habiendo muerto solo una persona, pero lastimado a veinticinco más.
—No me digas que.
—Si su mamá fue la persona que falleció, de la que se habla que intento ayudar a escapar a las personas... —Astrid bajaba la cabeza tristemente, —después se dejó caer en todo aspecto, me ha contado...se comenzó a drogar a tomar de más y cosas así, junto a eso, su novio la dejo una semana o dos después de la muerte de su madre.
—¡Qué hijo de perra...! —prendía un cigarro Kyle.
—Lo sé, me siento mal...de verdad Kyle, no lo tomes a mal, pero...el sexo contigo siempre fue maravilloso me fascina...me fascinaba...pero no quiero volver a hacer eso, menos con Fernanda a mi lado...—susurraba Astrid, estaba llorando —Por eso quiero que...borremos de nuestras redes bueno de nuestro "Only" ese video
—Es de las cosas con las que más gano Astrid... —le comentaba Kyle.
—Lo sé, pero...por favor...no sabes cómo lastima eso a Fernanda...como la llegan a humillar por ello, ella solamente sonríe y...dice que está orgullosa de mí y mis decisiones —,las lágrimas no dejaban de caer —Pero veo su rostro siempre, como intenta sonreír, haciendo que no le importa las cosas, pero le duele...es como si sangrara por dentro... —susurraba la gótica.
—Te entiendo Astrid, pero no me pidas eso...es con lo que me ando sosteniendo...no me ha ido muy bien... —susurraba el chico.
La gótica sabía que iba a recurrir a otra cosa.
—Te daré una...sola vez más... —susurraba la chica —Solo si prometes borrarlo...y jamás decirle a nadie de esta última vez.
—Astrid...yo...no puedo aceptar eso... —decía el chico —Se que eso te destrozaría y dañaría a Fernanda...a pesar de que me duele que estés con ella, sé que ella te cuida mucho, eso me hace feliz, Lancaster es una niña apenas entiéndela que sentirá eso siempre por que no sabe cómo canalizar esos celos retroactivos.
—Lo está haciendo, pero no manifestarlos no quiere decir que no los sienta... —señalaba la gótica.
—Bueno si en eso tiene razón...pero el punto es que no puedo Astrid... —susurraba Kyle —Créeme que si no estuviera en este predicamento económico lo haría...pero...no puedo ahorita...sé que arreglaras bien las cosas con Fernanda... —se levantaba el chico —Tengo que irme.
Se retiraba aquel joven dejando a una muy destrozada Astrid.
—¿Sabes, no sé qué vio en ti Fernanda? —La voz que escuchaba le helaba la sangre.
Volteaba a ver a Ishtar en la mesa de atrás con un café en su mano y su celular en la otra, portaba un collar de picos, con una playera de manga corta de la banda "Blasphemy", con una falda negra de cuero y medías lisas rotas con sus botas militares.
—¿Qué quieres aquí? —cuestionaba Astrid limpiándose las lágrimas con una mueca de enojo en su rostro.
—Relájate niña, trabajo en la tienda de discos de al lado —señalaba la metalera al lugar —Vine por un café.
—¿Qué tanto escuchaste? —cuestionaba Astrid sin quitarle su aguada mirada de encima
—Lo suficiente para hacer que mi ardillita te odie... —sonreía de manera maquiavélica
El color se drenaba de la cara de Astrid, mientras que nuevamente caían mojadas manifestaciones de su rostro.
—Eso te ayudará para estar con ella —decía Astrid bajando la cabeza.
—No se lo diré, no quiero yo lastimar a Fernanda —, decía Sayumi —Entiendo mucho tu punto...y entiendo por qué estas así Astrid.
La chica alzaba la mirada sin entender las cosas.
—¿A qué te refieres?
—Se que amas a mi ardillita y ella te ama a ti... —murmuraba Ishtar
—Pero...a ti te gusta... —la veía Astrid.
—Si, no te lo voy a negar Astrid, adoro a esa niña desde hace años, pero mi prioridad es otra.
En eso veían correr un niño de no más de cuatro años con las mismas facciones que la chica chocando con la pierna de la asiática.
—¡Mamí!
Los ojos de Astrid se abrían como platos, el niño era sumamente hermoso, tenía los mismos ojos que su madre con unas facciones sumamente finas
—Él es Kiba, mi hijo... —sonreía Ishtar. —Saluda Kiba, ella es una amiga, se llama Astrid... -
El niño alzaba la mirada sonriéndole a la chica
—Hola Señorita... —estiraba la mano el chiquillo a lo cual Astrid la tomaba.
—Hola pequeño, es un gusto conocerte... —sonreía Astrid
El niño se chiveaba un poco, mientras regresaba con su madre y se acurrucaba en su pierna.
—Su papá nos dejó cuando yo tenía cuatro meses de embarazo, conoció a otra chica y prefirió irse con ella a Wisconsin creo, —sonreía de lado la asiática mientras acariciaba a la cabeza de su hijo —Él es mi prioridad, por eso acepte estar en la banda, con mi trabajo y si ganamos la batalla, podre darle una mejor vida —sonreía de lado la metalera.
—Mami tengo hambre-señalaba a su boca y su estómago el niño, haciendo que la chica sacará un tuper con unos Nuggets de pollo. —No mamá otra vez eso no... —rodaba sus ojos el niño, un desplante que a Astrid le recordaba a Fernanda.
—No hay ahorita nada más hijo no me han pagado y ya hemos hablado de eso... —señalaba la asiática.
—¿Qué quieres comer Kiba? —preguntaba Astrid
—No Astrid no tienes que molestarte —decía sumamente apenada la metalera.
—No es ninguna molestia, independientemente de los problemas que tú y yo tengamos a un niño no se le niega nada —Astrid cargaba al pequeño haciéndolo sonrojarse.
—Quiero...ir a la estelita... —sonreía el niño
—¿Estrellita? —alzaba la ceja la chica sin entenderle
—A Carls JR se refiere, lo cual está fuera de discusión de ir ahí, eso es muy caro —decía severamente su madre.
—Entonces a la estrellita —decía caminando Astrid al Carl Jrs, que por fortuna estaba en la misma plaza del Starbucks y cargando al niño. —Traes mi mochila por favor Sayumi.
—Astrid por favor...él tiene que aprender... —empezaba la pelinegra
—Un niño jamás entenderá las penurias de las personas adultas, no lo hagas pasar por ello, tienes amigos que te ayudaran con ello, yo soy uno de esos amigos —le sonreía la gótica.
La chica con el collar de bala no tenía palabras para expresarlas.
—Entiendo, por qué Fernanda te ama tanto... —susurraba la chica
—¿Por qué? —cuestionaba Astrid al entrar al restaurante y dirigirse a donde hacían los pedidos.
—¿Puedes marcarles y preguntarles si quieren algo de acá? Conociéndolos si no está alguna de nosotros no comerán nada.
Sayumi asentía sacando su celular.
Le marcaba a Fernanda quien contestaba a los dos tonos.
—¡Hola! ¿Cómo estas Sayumi? —se escuchaba la jovial voz de Fernanda
—Bien, gracias, oye estoy con Astrid, dice que, si ya comieron, pasamos a comprar algo al Carls Jr
—Traigan hamburguesas para todo, dile que ahorita le transfiero...Espera, ¿Estas con Astrid? —se escuchaba la clara confusión de la chica.
—Si, nos encontramos en el Starbucks... —mencionaba Ishtar, —estuvimos hablando un rato.
—Me alegro, dile que use mi tarjeta, que también le pida un Uber yo acá las recibo-
—Ok... —susurraba la guitarrista.
—Acá las esperamos...dile que la amo... —colgaba Fernanda
—Dice que te va a depositar, que tomemos un Uber y que te ama... —sonreía de lado Sayumi
—Fernanda como siempre nada más dando órdenes —reía Astrid rodando los ojos mientras ya había hecho el pedido y pagado.
--Pedí casi lo mismo para todos...excepto para Fernanda ella le compré su hamburguesa de tocino que le fascina, a Kiba una de esas cosas de niños y un juguete, ¿Está bien? —cuestionaba Astrid.
Sayumi abría su deteriorada cartera y sacaba lo único que le quedaba para esa semana, un billete de veinte dólares y se lo daba a Astrid quien la veía extrañada
—¿Qué es eso? —cuestionaba la gótica
—Lo de Kiba y lo mío... —desviaba la chica sumamente apenada.
—Guarda eso no seas ridícula —decía riendo Astrid.
Astrid Cargaba al niño de nuevo dándole el juguete de la comida mientras esperaban la orden ya pagada.
Al concluir la espera, salían del lugar, pedían un Uber para la casa de Erick.
—Espero no se enojen por Kiba... —susurraba la chica.
—¿Crees que dejaré que se enojen por mi sobrino...? —sonreía la dibujante —Todos lo amaran
—Gracias Astrid... —susurraba la metalera —Por ser así...y amar a mí ardillita... —
—Gracias a ti, por no decir nada y no interferir en lo nuestro...de verdad gracias.
—Perdóname lo del otro día no quise verme tan perra, con lo de sacar lo de tu página esa, solo quería hacer enojar a Fer... —susurraba cabizbaja la chica.
—No te preocupes, eso ha quedado en el pasado... —le sonreía la chica.
—¿Planeas decirles algo de lo de tu Ex? —cuestionaba la guitarrista
—No lo sé —bajaba su mirad la gótica.
—No digas nada...es mejor que jamás se entere o eso la matará... —susurraba pelinegra —Paso mientras no salían así que entre menos sepa Fernanda mejor.
—Ok seguiré tu consejo.
Llegaban a la guarida bajándose del taxi.
—¿Y si no les gusta Kiba? —cuestionaba la pelinegra mientras Astrid traía al niño cargando ya dormido.
—Lo amaran, eso entiéndelo.
Y con ello se dirigían para entrar a la guarida, con una Astrid más tranquila y una Ishtar más amigable.
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