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Nota #11: Nightwish-Astral Romance

Embroidery of the stars
Undress my feelings for this earth
Send me your saliva to heal my scars
And let this nakedness be my birth

A la mañana siguiente Fernanda se despertó sintiendo un vacío, se encontraba desnuda en la cama de Astrid, sin que la gótica estuviera cerca. Su corazón se angustió, muchas imágenes regresaron a su mente de la noche anterior, donde habían hecho el amor. Sus cuerpos juntos en una danza frenética de éxtasis, donde la dibujante había trazado el orgasmo de la bajista un sin número de veces, diciéndole que la amaba. Aun sentía sus manos sobre ella.

Gruesas lagrimas amenazaron con caer por su rostro.

Se abrió la puerta del cuarto de Astrid quien estaba cubierta por una bata negra, con una charola de comida para encontrarse con el rostro bañado en tristeza de Fernanda, que al verla, su mueca se convirtio en un pequeño puchero señalándole el lugar vacío que había dejado mientras se cubrió su desnudes con las sábanas.

—¿Qué tienes princesita? —cuestionó Astrid poniendo la charola en su escritorio.

Se acercó a donde estaba su amada, tomó su rostro en sus manos, limpiando sus humedecidos ojos con sus pulgares mientras besaba su frente.

—No estabas.

El susurro de Fernanda mostró su melancolía, se sentía tonta, pero era algo que la angustiaba, se había asustado por la ausencia de su amada pensando mil y una cosa.

—Pensé que solo me habías usado —musitó bajando su cabeza, haciendo entender la situación a Astrid quien se ponía de rodillas enfrente de ella acariciando su rostro.

—Entiende algo princesita y quiero que te lo grabes muy bien, nunca te voy a dejar, solamente si me lo pides y aun así te rogaría por estar a tu lado —dijo la gótica mientras besó los labios de su amada—. Comprende eso pequeña, estoy completamente enamorada de ti.

Esto le ganó una tímida sonrisa por parte de la bajista.

—¿No te importa que sea más chica que tú? —preguntó Fernanda sin despegar la vista de ella.

Esto le daba miedo a la bajista, ser de menor edad que Astrid, quería poder llegar a los estándares de la gótica y sentía que no podía al tener sólo diecinueve años

—No claro que no, digo ¿Qué son tres años? —respondió sonriendo la gótica, siendo que ella tenía veintidós años.

—Aparte eso es mucho más sexy, te puedo tratar como la princesita que eres— susurró al oído de la bajista cosa que la puso muy roja —. Aparte todo esto, es riquísimo.

Subió su mano a uno de los pechos de la bajista ocasionando que su bochorno se incrementara dejando escapar la músico un ligero gemido.

Mordió el lóbulo de la chica tatuada haciendo que nuevamente dejara salir un pequeño gimoteo.

—Gracias por ayer —dijo entre jadeos Fernanda —, me hiciste sentir bonita.

Esto hacía que Astrid se detuviera, viéndola a los ojos.

—Tu eres hermosa Fernanda, quiero que eso siempre lo tengas en cuenta.

—Mis cicatrices dicen lo contrario

Escondió sus muñecas bajando la mirada, a lo cual Astrid agarró las manos de la bajista en las suyas volteándolas para besar las laceraciones que tenía de tiempo atrás, cada roce de los labios de la gótica hacía que Fernanda suspirara por ello, la estaba haciendo estremecer.

—Gracias por cambiar mi vida —susurró la muchacha —, me has devuelto las ganas de seguir viva.

Dichas palabras causaban un gran peso en Astrid, no solo de felicidad sino también de dolor, al saber que su amada niña había sufrido mucho, que toda su máscara de chica mala era para que no la siguiesen lastimando.

—No tienes nada que agradecer Fernanda, lo hago con mucho gusto, cariño y amor —sonrió Astrid —. No eres la única que ha sido salvada, tu hiciste que volviera a creer en el amor, lograste abrirme por completo y no solo buscarte para que cogiéramos sino para tener una relación tan hermosa que jamás en toda mi vida pensé tener, de verdad gracias pequeña.

Besó los labios de Fernanda quien dejó caer la sabana quedándose desnuda del pecho para arriba frente a la dibujante, quien bajó la mirada hacia los senos de la bajista, haciéndola sonrojarse por como la veía, entendiendo que aún llegaba a sentirse incomoda, tomó una playera que era muy grande y se la dio a su novia para que se la pudiera poner y con ello empezar a desayunar.

—Al rato termino de atenderte vida mía —susurraba la chica.

Se levantó para traer la charola que tenía dos platos, estaba repleta de wafles con un contenedor de miel natural y maple junto con dos vasos de leche, al lado del distintivo contenedor del jugo de naranja favorito de Fernanda, que desde que estaban saliendo y quedándose juntas, Astrid había comprado una caja de los mismos para cuando estuviera su amada en la casa.

—¿Quieres ver algo en particular?

—No amor —respondió Fer tomando de su jugo.

—¿Entonces música? —vio a su novia la gótica mientras cambiaba a la aplicación de YouTube a lo cual la castaña asintió con un pedazo de wafle en su boca.

En ese momento la chica de la bata puso una canción que reconocía Fernanda, ya que la había escuchado mucho su novia en los días recientes.

—¿Quiénes son amor? —cuestionó.

—Se llaman "Nightwish", son metal sinfónico, aunque esa vocalista ya no está con ellos, pero ha sido la mejor de todas, su nombre es Tarja.

—Tocan bien para ser de ese género —dijo con una pequeña risita Fernanda, a lo cual Astrid solo rodó sus ojos divertida.

—Fer, ¿crees que el próximo mes me puedas acompañar a un concierto?

Esto captó la atención de la bajista distrayéndola un poco del desayuno y vio a su chica.

—Si, claro ¿Cuándo compramos los boletos?

—Ni si quiera me has preguntado a quienes iremos a ver — señaló la gótica tomando otro sorbo de su leche.

—Mientras sea contigo no me molestara, pero a todo esto ¿A quiénes iremos a ver?

—Se llaman "Cradle of Filth" que tocaran junto a "Épica", son dos bandas que me gustan mucho —comentó Astrid viéndola a los ojos como si implorara a que su novia dijera sí.

—¿En cuánto están los boletos amor? — preguntó la bajista de nuevo mientras tomaba su teléfono disponiéndose a comprarlos.

—Pues...ya los compré...—susurró Astrid desviando su mirada.

—¿Por qué gastaste en ellos, los hubiera comprado yo?

—Porque Emily, Chad y Loui iban a ir al "The House of Blues" y les pedí que los compraran, el mío y tuyo, digo Robert también va a ir —le dijo sonriendo como si de una niña atrapada haciendo una travesura se tratara a lo cual Fernanda solo rodaba los ojos muy divertida.

—¿Y qué te hace pensar que iré al concierto? —dijo con una jocosa mirada en su visaje.

—Esto.

Le daba un beso pequeño y tierno.

—¿Con eso planeas convencerme? —retó La bajista riendo un poco.

Astrid solo respondió con un ligero puchero viéndola a través de sus pestañas a lo cual Fernanda ya no pudo negarse.

—Está bien iré contigo —sonrió a su novia, la cual estaba feliz en ese momento saltando como una pequeña de un pie al otro.

—¡Nuestro primer concierto juntas, estoy sumamente emocionada! —dijo Astrid.

—Voy a tener que escuchar de esas dos bandas, conozco a las dos, pero no he escuchado gran cosa per se de ellos —señaló Fernanda mientras ambas terminaban de desayunar, poniendo Astrid la charola en su mesa.

—¿Supongo que Emily convenció a Robert de ir? —preguntó la castaña mientras se levantó quedando solo con la playera que le había dado su novia.

—Si de hecho el pago el boleto de Emily, ya que ella había tenido que comprar unos materiales y se había quedado en ceros, pero él consiguió uno doble para que fueran los dos, Robert es tan lindo con ella.

—Él es un gran chico y está muy enamorado de Emily —señaló Fernanda mientras que de su mochila sacó su short de dormir, el cual por obviedad no había usado y se lo ponía, sintiendo en esos momentos un temblor en sus piernas.

—¡Me dejaste sensible Lowllet!

—Eso era de esperarse cariño —besó su mejilla —. Si te hice llegar como ocho veces claro que ibas a estar sensible.

— ¡Astrid! Haces que me sonroje.

—¿Por qué? —preguntó la gótica —Solo digo la verdad, eres exquisita, un manjar. De hecho, me dan muchas ganas de volverlo hacer.

Susurró la artista sin embargo en ese momento sonaba su celular, teniendo que dejar a su amada, viendo que era una llamada de Emily.

—¿Qué paso Em? —preguntó con alta voz puesto.

—¡Ábreme! Estamos afuera de tu casa, ¿No me digas que se les olvido que iríamos al centro comercial hoy? Robert le estuvo marcando a Fernanda desde hace rato, pero no le contesto.

Fer checaba el celular y se daba un golpe con su palma en la frente enseñándole las cuatro llamadas perdidas del número del otro músico.

—Carajo tienes toda la razón, espérame es que...

—¡Te lo dije Em, cogieron! —exclamó la voz del guitarrista en el fondo.

—Robert cállate el hocico. — gritó Fernanda sonrojada mientras iba corriendo al baño para meterse a bañar con el acto seguido de escucharse una sonora carcajada de su amigo junto a la pequeña risita de Emily al unisón.

—Entren deje una llave abajo del tapete del portón, mientras nos vamos a bañar, deje Wafles abajo y leche con chocolate, sírvanse.

—Está bien ahorita las vemos —respondió Emily.

Astrid le colgaba y entraba volando al baño donde Fer se encontraba desnuda, la bajista la vio sonrojándose mucho.

—Nos tenemos que bañar juntas amor —dijo quitándose su bata Astrid mientras ingresó a la regadera que ya había sido accionada por Fernanda.

—Ok.

—Si supieras las ganas que tengo de pegarte a la pared ahorita y hacerte mía —le susurró a Fernanda esta Astrid ocasionando nuevamente que las mejillas de la chica se chapearan —, lastima que tenemos que apurarnos.

Ambas se bañaron ayudándose hasta que terminó primero Fernanda, para que se acercará antes de envolverse en una toalla al oído de su amada dándole una pequeña nalgada haciéndola brincar y susurrando.

—No se pudo ahorita, pero créeme que no te escapas en la noche, espero me dejes igual de sensible.

Fer le dio un pequeño beso en la mejilla dejando atónita a Astrid a la par de que salía del baño guiñándole el ojo.

—Creo me puedo acostumbrar a esto.

Sonrió ante el valor que había tenido Fernanda, amando cada día más ese lado atrevido y sexy de la bajista.

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