Capítulo 6 - Ostinato
Todo el estudio estaba envuelto en cumulo de emociones, el piano colmaba cada rincón con su incesante melodía haciendo sentir a los oyentes como si estuvieran en un huracán de intensas emociones abrumadoras, pero placenteras al mismo tiempo, Chisako ni si quiera se daba espacio a respirar en la interpretación de la sinfonía No. 9, Opus 95 "From the New World" Part: IV. Allegro con fuoco, de Dvořák.
Las otras dos oyentes, su fiel sirviente Violet, junto con Nakada la sirviente personal de Fumeko, atestiguaban la excelencia sin ningún fallo de interpretación de la pieza, algo muy distinto de lo que solía suceder cuando la abuela Fumeko estaba presente. Ninguna de las dos podía despegar un ojo de Chisako, incluso el frio rostro serio de Nakada daba paso a un semblante lleno de culpa, como era de costumbre cuando escuchaba a la joven ama sin tener errores.
Todo seguía en orden en la mente de Chisako y Nakada, excepto para Violet, que sabia con solo ver a su joven señorita, que ella no estaba bien, sino al contrario, confundida con un remolino en su pecho que ella negaba tener, haciéndose daño ella misma para poder cumplir los altos estándares que esperaba la vieja Fumeko de su nieta.
Todo esto era indicativo que algo le había sucedido probablemente en su primer día en el ensayo de la banda.
Una vez termino de interpretar la melodía, Chisako soltó un enorme suspiro seguido de jadeos por el cansancio y presión que se había autoimpuesto.
-Estuvo todo perfecto, le aseguro que a la Señora Fumeko, estará complacida, joven ama.
Dijo Nakada retirándose junto a una reverencia, sin tener respuesta alguna de Chisako.
Una vez la sirvienta de Fumeko desapareció se escuchó un fuerte "Tannn" lleno de vibración que rompió la fría y silenciosa atmosfera que había, en un arranque de ira de Chisako, arranque que preocupo a Violet.
-¿Todo bien señorita?
-Si, Violet todo bien, solo me deje llevar por la melodía. – Dijo Chisako mintiendo y jadeando aún.
Violet se acercó a la joven señorita ubicándose atrás de ella.
-Si me permite el atrevimiento, le preguntare otra vez, no como su sirvienta, si no como su amiga.
Chisako iba a contestar duramente como siempre, pero cuando iba hacerlo se detuvo.
-Si Violet, todo bien, descuida, solo fue un largo día.
Violet se agacho hacia ella, saco un pañuelo, le pedía autorización para tocarla, cosa que hacía poco, normalmente Violet siempre la tocaba sin preguntar, a lo que Chisako acepto con algo de duda.
Llevo el pañuelo a los labios de Violet, sacando algo de brillo de sus labios, un maquillaje que al menos Chisako no solía ocupar.
-Estoy segura de que no le coloque brillo labial señorita Yukihiro.
Chisako no pudo evitar ponerse colorada, su piel blanquecina la delataba en el acto.
-No es lo que tú crees, te lo aseguro, solo olvida esto... ¿crees que Nakada se haya dado cuenta? – preguntaba Chisako con algo de miedo.
-No mi joven señorita, creo que ninguna otra persona aparte de mi se haya dado cuenta, puede estar tranquila ante eso... cambiando de tema ahora nos toca etiqueta, clase que me corresponde a mi hacérsela, así que le diré a la Señora Fumeko que lo hizo esplendido como siempre.
Chisako apoyo su cabeza en el pecho de Violet, descansando un poco.
-Te lo agradezco.
Estas situaciones de afecto eran raras de ver por parte de la joven ama, así que cuando aparecían Violet las disfrutaba dejándola ser.
-La guiare a su habitación para que pueda descansar y pensar en eso que no debo creer, así usted pueda poner sus pensamientos en orden.
Para muchos la máscara de Chisako que mostraba al mundo sería imposible de ver, pero Violet podía ver exactamente como se sentía su joven ama, a través de las grietas de su mascara, ella estaba confundida.
Chisako, estaba sentada en su cama, no podía pensar bien debido al beso que le dio a Sakura, inicialmente fue un beso frio como cualquier otro que había dado, pero lo que la desvirtuaba de su pensamiento fue un pequeño momento, uno donde sintió una pequeña chispa que casi paso desapercibida, pero fue lo suficiente para prender una llama en forma de pensamiento que nublaba el juicio de la joven ama.
El sentimiento que rondo en ese momento era muy parecido a cuando escucho tocar el piano por primera vez a Lui, su maestro, la única persona que la lograba entender, la persona que le entrego lo único que la hacía sentir medianamente libre en su vida, el Jazz.
Hubo un pequeño momento que un su ciegues, mientras las lenguas se acariciaban donde vio manchones de colores, que la seducían a un sentimiento algo olvidado la alegría de ser amada, o al menos eso pensaba, pero era ridículo, el beso se lo dio sin ningún sentimiento, si no más como para soltar su frustración como cierta persona solía hacerlo con ella, un recuerdo que quiso evitar a toda costa.
Aun así, estaba seguro de algo, que se le había pasado la mano con ese beso.
-Señorita Chisako lleva un tiempo ahí sentada sin hacer nada, necesita o desea algo.
-No Violet... tal vez, si, puedes tomar mi teléfono y hacer una llamada telefónica, al número que me llamo la otra noche, el que contestaste tú por mí.
-Si por su puesto, lo hago enseguida.
Por alguna razón Chisako se puso algo nerviosa, no entendía muy bien porque quería llamarla, pero lo estaba haciendo, cada sonido de marcado la ponía algo más nerviosa que el anterior.
Sakura Chiye se daba vueltas sin detenerse en su cama, estuvo todo el día pensando en el beso que le dio Chisako, algo que no le gustaba.
-Que se cree esa cie... idiota, quiero golpearla, como viene y...
Sakura chillaba de coraje, pero lo hacía despacio mientras apretaba una almohada en su cara para que su familia no la escuchara.
A ella siempre le habían gustado los hombres, nunca tuvo duda de ello, incluso llego a pensar que Kou era justo la persona que buscaba estar, hasta que se decepciono de él, pero ahora había venido la joven señorita y la había besado, un beso que la exasperaba le molestaba a tal punto que no podía dormir, porque por mucho que le costara aceptar le había gustado, y no se podía sacar de la cabeza el momento del beso con todo lo que sintió.
-Más encima tuve el descaro para decirme que me beso para que me callara... la odio, la odio, la odio...
En un punto Sakura había comenzado a llorar, su mente estaba tan alterada por eso beso que se sentía muy fuera de sí, ella solo quería llevarse bien con Yukihiro, pero el comportamiento que tuvo en el ensayo fue horrible, la manera en que ella les hablaba, esa crítica destructiva que tenía, como una serpiente venenosa, para Sakura, lo peor de todo es que Zendo le seguía el juego y hasta el imbécil de Kou admitía que Chisako tenía razón, todo era muy frustrante para ella que buscaba tener una carrera como cantante o bajista.
Además, que llego a sentirse opacado por el talento innato de Yukihiro, aun así en este momento era de lo menos que se preocupaba en su cabeza, Sakura sin darse cuenta se estaba tocando los labios recordando el momento en que se sintió bien con el beso, su corazón latía con fuerza, lo que la frustraba aún más.
-¿Por qué no puedo dejar de pensar en Chisako?
El sonido de su celular la sobresalto, pero ver el nombre de la persona que la llamaba lo hizo aún más.
-Como se atreve a llamar después de eso... ahora si se va a enterar...
Sakura tendió su mano para contestar el teléfono, pero al último momento decidió no hacerlo, apretó el botón para que dejara de sonar, dejo su celular sobre el velador que estaba al lado de su cama, se dio media vuelta y se puso a dormir ignorando todo.
-Maldita sea ¿Por qué se me antoja beber café?
-La persona con la que intenta comunicarse no se encuentra disponible en estos momentos, ¿Desea dejar un mensaje de voz?
Decía una voz desde el celular de Chisako, voz que indicaba que Sakura no había contestado.
-¿Intento llamar nuevamente?
-No, no es necesario Violet, es mejor así.
La sirvienta estaba intrigada con lo que estaba sucediendo, incluso hasta le parecía algo divertido, y tenía un ansia de saber más, pero si preguntaba sabía que iba a ser impertinente, así que dejo un lado su curiosidad para no importunar a la joven ama, al menos por ahora, porque en algún momento ella iba a saber la verdad.
-Iré a prepararle la cena entonces, desea algo en concreto.
-No Violet, as lo que quieras, solo que sea algo ligero, no estoy de ánimo para algo más.
-Como desee señorita Chisako.
La joven señorita quedo sola en su habitación sofocando los pensamientos molestos tras el beso, que intentaba convencerse de que solo había sido por mero capricho, pero entre más se resistía a ello, más fuerte persistían en su mente, sobre todo ese momento, en el que sintió alegría, cuando sus labios eran uno.
Chisako sin darse cuenta había llevado sus dedos a su labio, dejándose llevar por sus pensamientos.
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