Capítulo 51 - Niente
Había sido una noche mágica para ambas, se dejaron vencer en el placer, las caricias y el amor entre ellas, perdiéndose cada una en la otra. Sakura obviamente era la que más feliz estaba, pero poco le duro, por desgracia cuando se despertó entre sueños, noto que Chisako lloraba dormida, incluso en su descanso la joven ama sufría, y lo único que pudo hacer su pareja, fue darle el calor de su abrazo, hasta que nuevamente se durmiera.
La mañana era tranquila, Sakura se despertaba aun recordando cada caricia que había recibido y alguna otra cosa vergonzosos que hicieron juntas de lo que no se arrepentía.
-¿Estas despierta Chisako? -pregunto con voz suave por si aún dormía.
-Si, el andar de los vehículos me despertó hace una hora, creo.
Yukihiro se dejó envolver tiernamente en el abrazo de su querida novia, que pareciera que buscaba repetir la experiencia de anoche.
-Juguetona. Gracias, lo de anoche Saku, fue lindo, al menos hiciste que dejara de pensar.
Eso había sido tierno para Chiye y a la vez algo triste, porque aún ella, tenía que cargar con todo lo que había pasado.
-Tengo hambre, ¿quieres que tomemos desayuno?, mis padres ya deberían estar levantados.
Chisako, se puso sobre Chiye, la beso apasionadamente en el cuello y se sentó con las piernas separadas sobre ella.
-Tal vez ya tengo lo que quiero servirme, justo ahora, y en la cama.
La dulce Sakura sabía que ella se estaba esforzando para actuar como si nada de lo de ayer le hubiera sucedido y decidió seguirle el juego, además quería poder saborear más del bello cuerpo de su novia.
Yukihiro empapó uno de sus dedos con saliva y tocó por debajo del ombligo bajando lentamente. Pero ninguna de la dos espero que fueran sorprendidas.
La puerta se abrió de golpe, la joven ama lo único que alcanzó a ser fue taparse los senos con su brazo.
-Niñas el desayuno está listo... Perdónenme, tuve que haber tocado, disfruten.
El padre se retiró de inmediato, sin decir nada más, pero Sakura no pudo evitar gritar de la vergüenza, acción que le provocó un poco de dolor en los oídos a Yukihiro.
Al poco rato bajaron a desayunar, el padre de los Chiye actuaba como si nada hubiera sucedido, a fin de cuentas, él sabía el secreto de su hija, algo en lo que no le molestaba para nada. Chisako estaba molesta, pero lo disimulaba muy bien, su enojo provenía por el simple hecho de que la viera junta a su Sakura en una situación comprometedora y que la hubieran visto desnuda, algo imperdonable para ella.
La que no podía disimular mucho y se encontraba al borde de los nervios era Sakura, su rostro seguía rojo como un tomate, además, la mirada de su madre que terminaba de poner la mesa se cruzaba con la de ella de vez en vez, dejándole claro que sabía sobre el asunto.
-Señor Chiye, la tetera ya hirvió.
-¿Qué?, Pero si aún no ha sonado.
No había terminado de hablar cuando la tetera comenzó a pitear, acto que hizo que la joven ama soltara un pequeño grito por el dolor provocado por el chirrido de la tetera, gracias a Sakura que reaccionó rápido, le tapo las orejas para que el sonido no le hiciera tanto daño, pero al hacerlo noto como el dolor del brazo había aumentado.
Rápidamente apagaron el gas y quitaron la tetera de la cocina para que no siguiera emitiendo ruido.
-Lo lamento querida, no quise hacerte daño -dijo preocupado Ren.
-No debe preocuparse, Señor Chiye, usted no sabía y tampoco debería saberlo, descuide no debe preocuparse.
La madre de Sakura se sorprendió la bien que tomó las cosas la hija de Karina, ella recordaba como esa mujer no era tan paciente como lo acababa de ser su hija.
El desayuno prosiguió tranquilo, Yukihiro, tenía que presentarse ante los hermanos de Sakura, dónde al único que no le hizo mucha gracia que ella estuviera ahí, era Naomi.
El resto fueron momentos de risas, algunos retos de la madre a sus hijos menores que no se comportaban o hacían alguna que otra pregunta inadecuada sobre la ceguera de Chisako, cosa que al ser niños pequeños no le molestaba que le preguntarán y les respondía con cierto cariño, algo que Sakura nunca había visto de parte de ella.
Aun así, todas las cosas que la joven ama escuchaba, sentía y olía, le hacían acordar a cómo debería ser una familia, algo de lo que se le había negado por mucho tiempo. Se aguantaba las ganas de llorar porque no quería arruinarle la comida a nadie, pero esto era un contraste enorme a los desayunos silenciosos, dónde los cocineros no hablaban mientras ella comía, la comida siempre era cuidadosa por la dieta que su abuela la obligaba llevar, en cambio aquí era comida que no estaba acostumbrada a comer, porción de pastel, mantequilla, y otras cosas que no quiso probar por lo llena que ya estaba.
-Esto es hermoso. - Dijo Chisako en un tono apenas audible.
-¿Hablaste Chisa?
-No, no dije nada, está delicioso todo, gracias.
No agradezcas chiquilla, eres la amiga de mi hija y estás haciendo mucho por nosotros, puedes tutearnos con tranquilidad. - Menciono la madre de los Chiye, la única persona que se había dado cuenta de que había dicho Yukihiro, y terminando derribar la imagen mental que temía que se repitiera, por ser hija de esa mujer que casi le arrebato al hombre que amaba.
Sakura estaba feliz por lo bien que se mezcló su novia con su familia, a excepción de su hermano que no le había dicho ninguna palabra en todo el desayuno, pero no le importaba lo que pensara.
El padre le pidió el termo a su hija, así que se levantó para llevárselo, cuando lo agarro ya no pudo aguantar más, dejó caer el termo y grito porque el dolor ya era muy agudo.
La primera en reaccionar y que se golpeó duramente contra una silla fue Chisako, ya que, no sabía cómo estaban administrados las cosas del lugar, pese a ello, no le importo y fue a indagar cómo se encontraba, Chiye.
No tuvo que preguntar qué era lo que tenía, se imaginaba que el dolor debería ser por el golpe recibido anoche.
-Mentirosa... ¿Puedes moverlo?, no te quedes callada, no estoy enojada, solo algo molesta, me preocupas, dímelo, ¿puedes mover el brazo?
-No, no puedo, Chisa.
Todos reaccionaron de golpe, alistaron las cosas y los padres se apresuraron para llevar a su hija al hospital general, pero Chisako, los convenció de llevarlos a la clínica donde ella se atendía y que no se preocuparan por el dinero.
Llegaron raudamente al hospital, estaban preocupados por Sakura. Cuando sus padres preguntaron que le sucedió en su brazo, el cual estaba morado, indicio de un hematoma, decidió mentir diciendo que le cayó un fierro cuando estaban en el vestuario, para no meter en problemas a Chisako. Eso fue algo que hizo sentir más culpable a la joven ama. Ese golpe tuvo que haberlo recibido ella, pensaba, y por culpa de su miedo hacia esa señora, dejo que lastimaran a la persona que más quería.
Yukihiro exigió en el hospital que el doctor de confianza de su familia la atendiera, algo que en lo que tuvieron que acceder a mala gana, porque ella no dejo de amenazarlos hasta que el doctor Fujimoto, supo con quién trataba.
No paso mucho tiempo desde que le hicieron una radiografía, y revelará que tenía múltiples microfracturas, tanto en el radio como el cubito, por suerte una lesión que se podía sanar, sin intervenciones.
Esto había sobrepasado todo lo que podía aguantar Chisako, decir que estaba furiosa era poco, todo el miedo que sentía se había convertido en un odio absoluto y de dirigió a solas con el doctor mientras los padres de Chiye se quedaron con sus hijos.
-Doctor Fujimoto, quiero ser una denuncia, la versión que entrego Sakura Chiye es mentira.
El doctor miró con mucha curiosidad a la joven heredera, y le pidió que le informará lo sucedido.
-La denuncia es contra Fumeko Yukihiro, mi abuela, ella me iba a pegar con el bastón y Sakura me protegió de ese golpe, eso sucedió.
El doctor estaba pálido por lo que escuchaba, sabía muy bien cómo era esa señora, en ocasiones tuvo que atender a la propio Chisako por algún golpe desmedido, pero que ella misma hiciera la denuncia era algo que lo podría meter en graves problemas con esa persona.
-¿Estas seguras?
-Creo que no tengo que repetirle lo que acaba de decir, haga la denuncia, es el protocolo que debe seguir cuando un paciente llega por daño provocado de un tercero, sobre todo cuando un adulto hiere a un menor.
El doctor Fujimoto accedió, simplemente para sacarse a Chisako de encima, había decidido avisarle a Fumeko para saber que hacer, pero eso ya se lo esperaba la joven ama. Sin que se diera cuenta por lo nervioso que estaba lo siguió, haciendo el menor sonido con su bastón y cuando llegó al teléfono, la joven hablo.
-Si quiere avisarle a esa señora, adelante, pero primero llame a la policía, al menos que quiera que hable de todas las veces que usted me atendió sabiendo que ella me había golpeado y mantuvo silencio.
El, no dijo ni una palabra marco por el teléfono de la recepción y llamo. Se llevó la mano a la cara sabiendo la tormenta que se le podría venir encima.
-Hablo del hospital clínicopara hacer una denuncia por una menor de edad que entró por lesiones en subrazo derecho debido al golpe con un bastón proporcionado por un adulto mayor.Si, habla con él, soy el doctor a cargo, el nombre del adulto -Fujimoto tomo unpoco de aire. - Es Fumeko Yukihiro.
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