Capítulo 48 - Malinconico
-Bernard me ayudas, tengo que ver a mis queridas alumnas.
El militar miraba muy intrigado a su amigo Lui.
-Te ves muy feliz, pese a que no ganaron tus estudiantes, viejo.
-Mira quien me dice viejo, por supuesto que estoy feliz, dieron todo y más- También le servirá como una lección a mi flor del desierto, al final no podría tener una mejor alumna.
Lui se sentía orgulloso, ya no tenía mucho que enseñarle a Chisako, así que estaba dirigiendo su atención de lo que ella carece, lidiar con la frustración, algo que quedo muy en claro que no sabe manejar el día que se cortó la muñeca.
-¿Alumna?, ¿Solo eso es para ti, Lui?, eres un bastardo desgraciado. – grito Violet, que bajaba para ir a ver su ama.
Ninguno de los dos dijo más y simplemente fueron a ver a quienes querían.
Kou y Zendo se abrazaron, Sakura también celebraba por su lado, finalmente habían sido reconocidos, después de dos años intentándolo lo consiguieron, quedaron dentro de los tres primeros puestos, algo que los hizo muy feliz.
No, estoy segura, que éramos mejores, no es posible, mi oído nunca falla, los demás no llegaron a un nivel tan bueno, deberíamos ser el primer lugar...falle, yo falle, ¿Qué celebran?, no deberán celebrar, ¿Dónde está su orgullo?
-Te lo dije, siempre una vergüenza, no sirves como una Yukihiro, ¿Cómo tu padre pudo tener una descendencia tan inútil? – resonaba la voz de Fumeko en la cabeza de Chisako.
Entre las celebraciones, Chiye se dio cuenta que la joven ama, no se movía, tenía un rostro pálido, sin expresiones, entonces entendió, que esto no era aceptable para la heredera. Fue hacia ella, para que nadie más notara como estaba y la abrazo.
-Lo hiciste genial, llegamos muy lejos gracias a ti preciosa, sé que no es lo que esperabas, querías más, el otro año llegaremos más lejos juntas.
Las palabras de Sakura no sirvieron para cambiar su manera de pensar, pero si sirvieron para que dejara de oír sus fantasmas mentales y el dulce aroma de su novia sumado a su actitud por hacerla sentí bien, la regocijaron un poco.
Ni siquiera se dieron tiempo de escuchar a los ganadores, el grupo estaba muy feliz y la joven ama, estaba frustrada. Sus compañeros recibieron tanto el trofeo como las medallas, que ella ni siquiera se puso, ese fue el momento que los demás se dieron cuenta del malestar de Yukihiro, pero no sabían cómo animarla.
Durante el camino a la sala para irse, Chisako lanzo la medalla a cualquier lado, chocando curiosamente con un basurero, acto del cual solo Sakura se percató. Ella se imaginaba un poco como se podía estar sintiendo por dentro, pero lo que la dulce joven pensaba, era mucho peor qué, la realidad de lo que sucedía en la cabeza de Yukihiro, que se sentía una inútil.
Chiye, tomo un pequeño desvío para recoger la medalla del tercer lugar, y guardársela hasta que estuviera lista para aceptarla.
Una vez en los camerinos. Los chicos compartían su felicidad, Yukihiro, no quería decirles nada, para ella, ellos deberían estar preocupándose de mejorar para no volver quedar en un tercer puesto, pero por otro lado comprendía que tenía que dejarlos ser, al final la felicidad era importante, un lujo que ella no se podía darse a la ligera.
La joven ama guardo con delicadeza su saxofón. Chiye aun notaba que Yukihiro estaba triste, y no sabía muy bien como animarla, dejo su celular en una mesa, el cual ocupo para tomarle una foto al trofeo y fue a acercarse a su amada.
Violet entraba por la puerta con energía, iba derecho a elogiar a su ama, pero antes de que pudiera decir una palabra, el sonido de un bastón estremeció a Chisako, lo peor termino por suceder, lo que ella siempre quería evitar.
-Eres una inútil, buena para nada, y esa vestimenta, digna de la ramera de tu madre, mocosa malcriada, tenías que hacer una cosa bien, una maldita cosa y me humillaste frente al consejo. Inservible de mierda, eres una vergüenza para todos los Yukihiro, ni siquiera podías ser una persona normal, ciega tenías que ser para incordiarme. Me desafías para venir a este basurero y tercer lugar, ni la basura te acepta niña.
Fumeko caminaba hacia su nieta como un perro con rabia. Los demás quedaron perplejo por el trato que estaba recibiendo Chisako, algo que nunca pensaron que podría pasarle. Violet se puso entremedio del camino para que no se acercara más a su joven ama.
-Estorbas, criada. - De un empujón la vieja Fumeko la voto.
Las intenciones de la señora eran claras, iba a golpear a Yukihiro, incluso Nekota intento disuadirla de todo esto, pero en esto momento nadie podía detenerla.
-Abuela yo... escúchame, quería...
El miedo ni siquiera dejaba hablar a la pobre, sus manos comenzaron a dolerles, pese a que no había sido golpeada, su respiración se agitaba porque sabía muy bien lo que se venía.
Fumeko levanto su bastón para golpear a Chisako y soltó el golpe sin ninguna piedad, liberando todo el odio que tenía hacia esa muchacha, pero el golpe nunca le llego, en un actuar rápido de Chiye, ella se interpuso entre ellas poniendo el brazo y recibió todo el golpe. El bastón se hizo pedazos, no pudo evitar gritar de dolor, algo que hizo reaccionar finalmente a Chisako.
Ella enseguida busco a Sakura, la agarro fuertemente preguntándole si estaba bien, a lo que contesto dolorosamente que sí, Yukihiro, volvió a preguntarle porque hizo esa estupidez, aunque la respuesta estaba clara, ella la había protegido del ser que siempre odio, y salió lastimada por ello, eso la hizo reaccionar.
-Vieja de mierda asquerosa.
-Como te atreves a llamarme a si malagradecida...Ahhh
Nadie sabía que hacer, todos estaban mirando, y el único que medio atino hacer algo fue Kou, que socorrió a Violet que estaba sangrando un poco de la frente, herida que se hizo cuando callo por el empujón.
Chisako se lanzó contra su abuela mordiéndole el brazo, al no saber que hacer, pero poco le duro, su abuela se la saco de encima y se dispuso a darla un cachetazo.
-Ponle un dedo encima a mi nieta, y te juro que te mato ahora mismo. – llego un hombre gritando.
La joven ama se separó de su abuela, las palabras que acaba de escuchar la confundieron totalmente.
¿Nieta?, de que hablaba.
-Lui...
Lui se acercó directamente hacia Fumeko, como si tuviera ojos que le mostraran el camino.
-Vaya, y yo que te hacia muerto en alguna zanja, ¿acaso se te perdió el campo de trigo, negro?
Violet se levantó, con ayuda de Kou viendo que el hombre que consideraba un cobarde, al fin hacia algo.
-Ya te estabas demorando Lui. – menciono Violet.
-¿Lo sabias? – pregunto Chisako a Violet.
La querida sirvienta, no supo que contestarle a Chisako, que no se veía bien, pero en este momento tenía que estar pendiente de protegerla, de cualquier locura que podría hacerle esa señora.
-Nunca en tu miserable vida, pasa arrugada, vas a levantarle un dedo a ella, jamás, maldigo el día, en que tu apareciste Fumeko. – dijo con odio Lui, que parecía a punto de ir a los puños.
-Al menos ya no apestas a alcohol, mira, no tengo tiempo para limosnas, vete, esto tiene que ver con los Yukihiro, no con un negro extranjero que adopto a una zorra blanca como hija.
Lo último que escucho Chisako fue una cachetada, una que Lui le dio a Fumeko sin importarle nada. Ella salió sin que nadie se diera cuenta, chocaba constantemente con las murallas de los pasillos, pero no le importaba quería huir de ahí, toda su vida se había desmoronado, no entendía nada de lo que sucedía, no podía aceptar que Lui era su abuelo, que lo engaño todo este tiempo, que Violet, la persona que consideraba su hermana mayor, se lo ocultara.
La respiración de la joven ama estaba acelerada al igual que las palpitaciones de su corazón, flashes constantes venía a su mente del momento del incendio, eso la aterraba. Escuchaba los gritos de aquella época, como si los pudiera vivir, hasta el punto de que recordó uno de los momentos más horribles de todo el incendio para ella, cuando se despertó sola, el humo la hacía llorar, y las llamas estaban cerca de ella, y en eso, una sombra que había olvidado aparecía en frente de la pequeña, hasta que una parte del techo cayó sobre la pequeña Chisako, donde se quemó su hombro.
Los insultos iban y venia, el griterío solo aumentaba y casi nadie sabía muy bien que hacer, pero Chiye entre medio de todo lo sucedido se percató que su novia, no se encontraba ahí, miro a su alrededor y noto que una de las puertas estaba abierta, y sin pensarlo fue por ahí, el brazo le dolía mucho, así que no podía correr.
Al fondo del pasillo se encontró a un Chisako que se golpeaba con las paredes al andar, lloraba sin parar, y tenía sangre en la nariz, entonces corrió hacia ella, pese el dolor para que no siguiera haciéndose daño.
La abrazo como pudo, y los empujones de la pobre Yukihiro no tardaron en llegar, estaba tan perdida, que ni siquiera se daba cuenta de quien la había abrazado, hasta que Sakura hablo.
-Estará todo bien, déjame ayudarte.
De la boca de Chisako, solo salían sonidos inteligibles por el llanto, pero entre todo lo que menciono, Sakura logro entender una cosa; "sácame de aquí"
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