Capítulo 33 - Melisma
El señor Alconi estaba sentado bebiendo una taza de café negro, se vestía como un clásico hombre de la antigua gran guerra, con sombrero y beston largo, pese a ser un día con mucho calor.
Chisako lo primero que hizo fue pedirles disculpas por el atraso, a lo que Alconi con una amable consideración dijo que no debía de que preocuparse, pero miraba con desaprobación a Violet, ya que, a ella si la culpaba porque llegaran tarde, al final Alconi tenía consideración por Yukihiro por dos cosas, por ser la hija de su difunto amigo y por ser ciega.
Violet se aseguró de que su joven ama se sentara frente Alconi, y luego se alejó a pedir los cafés que ellas se servirían.
-Querida debo admitir que fue toda una sorpresa haber recibido una llamada de Violet para tener una reunión conmigo, pensaba y con el debido respeto que tu abuela te había criado a su forma de ser.
-No es necesario su disculpa, tiene razón me crio a su horripilante manera, pero al menos tengo el juicio para saber que lo que me enseño estaba mal y que haberlo echado también fue un error. – respondió Chisako calmadamente.
El señor auditor miraba con mucho encanto a la joven que tenía enfrente, él no lograba ver mucho a su amigo en el físico de Yukihiro, porque era casi igual a su madre, pero en su forma de expresarse era parecido a su padre, eso le daba gracia, y un pequeño gozo en el alma por saber que parte de su viejo amigo vivía en ella.
-No le quiero quitar mucho tiempo señor Alconi, iré directo al grano, quiero comprar parte de este café y revivirlo, queda un mes para mi cumpleaños, y con ello se liberaran los fondos que mis padres resguardaron para mí, entonces quiero ocupar parte de ese dinero para este proyecto, y necesito su ayuda, yo no sé casi nada de negocio, es usted experto en ello, quiero que me diga que piensa al respecto, este local tiene deudas, no sé a cuánto asciende, pero no creo que no cuente con el dinero para solucionarlo.
El auditor tuvo muchos sentimientos encontrados, debido que vio muchas cosas de Fumeko al hablar hacia él, esa frialdad le traía amargos recuerdos, que preferiría que quedaran en el pasado.
-Esta es mi recomendación a simple vista, primero que nada, si cuentas con dinero para invertir no creo que un café alejado del centro de la ciudad sea viable, menos si tiene deudas, lo considero un mal trato, y no seas tan formal puedes decirme si quieres Gustav o Gus.
-No hay problema en ello tío Gus. – dijo muy apenada Yukihiro que no estaba acostumbrada a tener que decirle así a alguien. – Pese a que este local o descubrí hace poco, es importante para mí es por eso que deseo salvarlo.
Gustav había encontrado un error en todo lo que le proponía Chisako, era algo común, no conocía del rubro, pero siempre debías alejar los sentimientos del trabajo, no suelen llevarse bien, sobre todo porque a veces se suelen tomar muy malas decisiones con ello.
-Querida, los sentimientos en las inversiones te llevaran a la perdición, sigo creyendo que es un mal trato.
La joven ama quedo interrumpida por que Violet llego a sentarse y de tras de él, llego el padre de Sakura con el café.
-Café mocca especial de la casa, linda, y no te preocupes yo invito esta vez, es un gusto verte por aquí.
Yukihiro agradeció el gesto del padre de su amada, pero no quiso hablar mucho para que no supieran de que se trataba su conversación, además planeaba todo esto espaldas del dueño del propio local, en el que ni siquiera sabía su respuesta, así que espero a que se retirara para continuar.
-Tío Gus, sé que lo que dice en parte es cierto, pero... le diré la verdad, el amable señor que me trajo el café es el dueño, es el padre de una amiga, y lo más importante, era amiga de mi mamá quien convenció al señor de crear esta cafetería en la que estamos bebiendo café e incluso tiene una de las recetas de mami, por eso le suplico que ayúdame a salvarlo...
Alconi miro enternecedoramente a Chisako, pero eso no significaría que la ayudaría, entendía el motivo, pero seguía pensando que era un muy mal negocio todo esto, además que si se quería arreglar todo esto se debería invertir mucho dinero que tal vez estaría recuperando en cinco años para que recién comiencen las ganancias.
Sumado al problema era que no veía mucha clientela, al menos el día de hoy, lo que ponía más alerta su instinto para los negocios de que era definitivamente una mala idea. El en silencio meditando aun sabiendo su respuesta tomo la taza de café para beber un poco más, y fue e momento que fue sorprendido.
-Tal vez no sirva de mucho, pero tengo el recuerdo de haber escuchado esto, no recuerdo de donde, aun así creo que es verdad, dado que sin corazón no se puede construir una empresa. – dijo la joven ama, algo desanimada por el panorama que sentía.
Cuando ella dijo esa frase el señor Alconi no vio a Chisako, si no por unos segundos vivo la viva imagen de su amigo, una frase que él le había repetido hasta al cansancio. El impacto de ese momento no pudo evitar que soltara la taza haciéndose que se estrellara contra el suelo.
Toda la gente lo miro por el ruido que provoco con la taza, incluso Yukihiro llego a preguntar si se encontraba bien por lo que acaba de suceder.
-Tranquilos, es mi culpa dedos de mantequilla, yo pagare la taza, discúlpenme. – dijo en voz alta a todos.
Volvió a mirar a Chisako esperando ver aun a su fallecido amigo, pero simplemente ahí estaba la joven que le pedía algo que para él parecía imposible.
Aun así, le nació la idea de querer lograr lo imposible, una vez lo había hecho con el padre de Yukihiro, lograron llevar la marca a muchos otros países lo que era contraproducente, pero lo lograron con altas ganancias.
-Necesito saber de cuanto es la deuda, yo pediría el cincuenta por ciento de las acciones de la marca, si él quiere recuperar parte de ello en el futuro se le podría devolver el treinta por ciento y nosotros nos quedaríamos finalmente con el veinte por ciento, para eso, más remodelación y un plan de negocios al ojo serian unos treinta mil dólares, a eso hay que sumarle la deuda, ese sería el plan que tengo a grandes rasgos señorita.
Pese a todo acababan de darle la respuesta que Chisako anhelaba, al fin una buena noticia para ella.
-Si quiero hacerlo.
-Espera, tranquila, como dije agrandes rasgo podría ser mucho más dinero, si me permites la pregunta, ¿de cuánto dispones?, perdona que te tenga que preguntar eso, pero finalmente eres una niña, y tengo que saber si contamos con el respaldo económico, porque estoy seguro que esto no lo sabe esa bruja... discúlpame no quise ser ofensivo, no frente de ti.
-No se preocupe, de hecho, ese insulto hacia ella me alegra el día, pero si no hay problema mis padres me dejaron más de doscientos cincuenta mil libras.
Alconi había quedado helado con la semejante cifra de dinero que le habían dejado a una niña.
En que carajos estabas pensando Nomade al dejarle esa cantidad a una niña pequeña, eso es pasarse de irresponsable.
-Entonces no creo que tengamos problemas con el efectivo, consigue el monto de la deuda, y haremos el negocio. – dijo Gus algo atontado aun por la cifra que le acababa de dar.
Yukihiro no pudo evitar sonreír por la buena noticia, eso la hizo sentir bien, se sentía agradecida, por tener la oportunidad de mantener aunque sea un muy pequeño legado de su madre.
-Una última cosa que quiero pedirle tío Gus, en nombre de los Yukihiro le pido disculpa por como mi abuela lo hecho de la empresa, ella como conoce no le agrada que personas que no sean Yukihiro la manejen.
El señor Alconi estaba pasmado.
-Eso te dijo esa desgraciada, que me hecho porque no era un Yukihiro, eso es una mentira, me hecho porque descubrí que llevaba más de veinte años desviando pequeños fondos de la empresa hacia otro lado. – dijo muy molesto el auditor.
-¿Mi abuela desvía fondos de la empresa?... ¿hacia dónde?, ¿tiene pruebas de ello? – pregunto Yukihiro algo alterado.
-No, pero puedo conseguir una copia de los papeles que encontré si te sirve de algo, ahí salen las transacciones a una cuenta en Vaneheim.
Todo era un misterio extraño, pero también una oportunidad de poder poner en jaque a su abuela, algo que tal vez podría liberarla de los maltratos de ella.
Alconi se despidió con la excusa que se le estaba haciendo tarde así que se retiró, tampoco le apetecía hablar de cuando lo echaron de la textilería.
La joven sirvienta, se despidió del auditor que se mantuvo como buena criada sin decir ni una palabra en toda la conversación.
El señor Auditor en su salida miraba bien el café familiar "Café donde los Chiye" decía el letrero a su salida.
Se toqueteo el bolsillo del beston y saco un pequeño porta cigarros que contenía un único cigarrillo adentro.
-Mira Nomade, quehacerme fumar después de veinte años sin hacerlo, maldito desgraciado... fuebueno haberte vuelto a ver viejo amigo. – dijo para sus adentros, tiritándoleel labio sin poder prender su vieja adicción.
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