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Capítulo 28 - Hemiolia

Chisako había vuelto de un largo día de clases, había sido un día estresante y a la vez liberador. Se enfrento finalmente a Satomi pudiendo frenarla de sus constantes abusos, principalmente eso debido a Sakura. Lo que estaba sintiendo por esa chica hizo que pudiera frenar su adicción al placer, o al menos ella creía que era adicta.

Al caminar un poco por el vestíbulo se percató de algo inusual, pese que la mansión era un lugar silencioso, en estos momentos se escuchaba menos ruido de lo normal, no se oían los pasos de nadie, lo que provocó que intuyera que algo había sucedido.

—Violet, estas ahí. – grito Chisako, pese a que podría ganarse un castigo de su abuela, pero no le importaba ahora, desde que logro salir de las garras de la chica que jugaba con ella, se sentía que podía con cualquier cosa, una falsa sensación de seguridad.

Al poco tiempo de que Chisako gritara, su fiel sirvienta llego apurada, Violet estaba asustada, por mucho que Yukihiro odiara a su abuela no creía que se tomara como algo bueno que ella fuera la responsable que terminara en el hospital.

—Yo, joven ama... no sé cómo decirle lo siguiente.

El tono de voz de la sirvienta hizo comprender que algo bastante problemático estaba sucediendo, asunto que asusto a Chisako, porque pensaba que lo que estaba pasando tenía que ver con algún problema que hubiera tenido en el día Violet.

—Violet, ¿te encuentras bien?, ¿te paso algo?, dímelo por favor, te aseguro que solucionaremos lo que sea que este sucediendo. – contesto preocupado.

—No es eso, vera señorita, le conteste a su abuela y la deje sola, yo no me percate, pero su abuela tuvo un alza de presión y termino en el hospital por mi culpa, ella ahora se encuentra estable, la dejaran en observación por el día, pero está fuera de cualquier peligro.

Chisako, doblo su bastón tranquilamente, Violet esperaba una mala reacción de su joven ama, Yukihiro se acercó a Violet, la ubico tocándola y la abrazo.

—No me asustes así, pensé que te había sucedido algo a ti, está bien, no, por desgracia no le paso nada a Fumeko, así que descuida no estoy molesta, de hecho al contrario, tal vez hasta casi me hiciste un favor, solo no vuelvas a enfrentarla, me asusta saber que puede hacerte algo.

Violet estaba atónita, y no por las palabras que le acaba de decir, que estaban mal en la opinión de la bella sirvienta. Su joven ama estaba demostrando cariño y preocupación, algo que solamente demostraba cuando sus sentimientos la superaban. Finalmente acepto el abrazo gustosamente de su joven ama.

—¿Se encuentra bien ama Chisako?

—Si como la seda, tal vez algo cansada, y un poco triste por, bueno ya sabes ella, las cosas siguen mal, pero es mejor así.

Y ahí iba de nuevo, contestándole sinceramente sin que tuviera que presionarla, al final solo se dejó llevar, no sabía cuanto iba a durar este raro comportamiento de la futura heredera de los Yukihiro, pero iba aprovecharlo.

—¿Desea ir a ver a su abuela al hospital?

—No por supuesto que no, preferiría... ¿Qué te pareces si salimos?, quiero tomar un café, ¿me llevas?

Obviamente Violet le dijo felizmente que sí, solo que encontraba extraño el muy poco interés por su abuela. Fumeko se lo tenía ganado, aun así ella había llegado a pensar en que podría molestarse, pero en su mente insistía el pensamiento del raro actuar de su "hermana", pero le gustaba, incluso le pidió cambiarse de ropa, algo que casi nunca hacía, hasta que se duchaba por la noche.

Sin reparo Violet ayudo a bañarse a su joven ama, que de apoco le fue contando cosas, de cómo se sentía, de que quería comenzar a cambiar, de ser alguien más fuerte. Lo que no sabía que, para los ojos de su querida sirviente, no había nadie más fuerte que Chisako, que tuvo que aguantar siendo una niña pequeña la muerte de sus padres y el constante maltrato de parte de la Señora Fumeko.

Incluso Violet probo haciendo sus típicas bromas cuando su joven ama estaba desnuda, y esta vez la respuesta la descoloco un poco.

—Violet, algún día de estos que me toques desnuda, no voy a responder, y seré yo la que toque. — dijo con una sonrisa muy picarona, algo nuevamente inusual en ella.

Luego de eso se rio, dando entender que bromeaba, pero la joven sirvienta comprendió que no había tanta broma en lo que decía, y a la vez le gusto, no es que pensara en hacer cosas pervertidas con su ama, pero ese lado más liberal de Chisako le gustaba, porque comenzaba a mostrar la luz que había en ella.

Después de una hora, al fin lograron salir, habían vestido a Chisako con un conjunto que nunca se había puesto, pero estaba en su armario, uno pastalones negro muy finos, una camisa blanca, donde se dejó el primer botón del cuello y el segundo que venía abiertos, junto con una Chal negro que hacía juego con el pantalón.

La jovencita Yukihiro se veía hermosa, viajaron un poco fuera del centro de la ciudad buscando la cafetería favorita de la joven ama, pero por desgracia se encontraba cerrado por reparaciones, algo que hizo que Chisako inflara unos de sus cachetes, demostrando nuevamente sus emociones.

—Mire, joven ama, ahí hay otra cafetería, no es como las que suele visitar, pero se ve que hay clientela, ¿le gustaría ir ahí?, o prefiere ir a otro lugar.

—Dime Chisako, no estamos en la mansión Violet, y hoy vine con mi hermana mayor, no con mi sirvienta, y si, vamos. No quiero seguir viajando, es algo molesto.

Ella ni siquiera se dejó esperar un segundo, llego y abrazo con fuerza a Chisako por la espaldas, si Violet hubiera sabido eso desde el principio se hubiera puesto otra ropa, y no hubiera venido con su traje de sirvienta, pero estaba feliz, pensar que se preocupó por lo que había sucedido con Fumeko, la hizo darse cuenta de lo tonta que fue.

Sin más demoras entraron al café, ni siquiera leyeron el nombre, pero como la "hermana mayor" había dicho antes, no era como los lugares que solía visitar Chisako, este era un café familiar, con varias mesas, y espejos en las paredes para que se viera más grande, por los altavoces sonaba música popular, cosa que a la joven Yukihiro no le solía hacer mucha gracia, pero al menos el volumen era prudente.

Se sentaron en la única mesa que estaba libre, que tenía estos sillones fijados al suelo junto con una mesa también fijada.

Violet se vio obligada a sacar su celular, porque la carta se leía con un código Qr que estaba pegada a la mesa, pregunto a su hermana, si quería que le leyera la carta, a lo que ella pregunto si tenían café irlandés, y si no que le pidiera un mocaccino, con eso en mente esperaron a que las atendieran.

Violet miraba constantemente el lugar, por afuera se veía como una cafetería de dos pisos, pero en el fondo solo estaba habilitado el primero, observaba como dos chicos jóvenes se movían rápidamente de mesa en mesa para entregar las ordenes, sin duda no era un lugar muy a fin para haber traído a la siguiente heredera de la empresa de textiles más grandes del país.

Una camarera se acercó a tomar el pedido, pero cundo vio a Chisako no logro evitar dejar salir su palabra de desagrado.

—¿Tú que haces aquí?

Tanto el tono de voz como el perfume de la chica a algodón de azúcar dejo en claro quién era.

—Chiye...

Violet se dio media vuelta para ver con quien hablaba, justamente con la chica que pillo besuqueándose en medio de la plaza.

Chiye tenían un montón de sentimientos, los primeros eran de querer gritarle y que se fuera del lugar, otros más bien de felicidad, donde le agradaba ver a Chisako en el café de su familia, incluso de verla después de clase, pero su corazón estaba tan lastimado, incluso confuso por todo lo que había pasado últimamente.

—Disculpen, ¿Qué desean pedir?

Chiskao no sabía que responder, se sentía apenada, no sabía que en este lugar trabajaba Chiye, pensar que vino acá por accidente, pero no había mucho que hacer, y ella pensaba que probablemente Sakura creía que vino simplemente a molestarla.

—Queremos un mocaccino, un café con amaretto para mí, y un par de medialunas rellena con la salsa de la casa por favor. — pidió la sirvienta.

Sakura tomo la comanda y se retiró, rápidamente. Violet noto la cara de preocupación de su joven ama, lo que le resultaba tierno, al final esta era la Chisako que más recordaba, junto a la máscara fría que solía ponerse. Le tomo la mano, lo que hizo reaccionar a Yukihiro, para calmarse.

—Tranquila Chisako, además esa jovencita no paraba de mirarte, de hecho, creo que tenía sus ojos pegados en la parte abierta de tu camisa, y fue tierno ver que estaba totalmente sonrojada tomando nuestro pedido.

Yukihiro se sonrojo en el acto al saber que Chiye la estuvo mirando, al final esas cosas nunca las podía saber, pero la hizo sentir algo de esperanza. Sentimiento que apenas emergió dentro de sí misma, una cosa era enfrentar a Satomi, y poder protegerla de ella, la otra era enfrentar a su abuela, quien no dudaría en destruir a su amada.

—Tal vez fue una mala idea venir acá Violet.

Sakura se fue directamente a la bodega a quitarse los nervios que tenía encima.

¿Por qué ella hasta aquí?, ¿desde cuándo se viste así?, estaba muy hermosa, incluso podría decir que esa mezcla de vestimenta entre la de un hombre y mujer me encanto, pero ¿que estoy pensando?, recuerda que ella misma te rechazo, sin piedad, céntrate... y su sirvienta me vio mirando su pecho, que horror, estoy segura de que le contara eso... Dios, esa mujer me vuelve loca.

Chiye salió de la bodega respirando profundo, se fue hacer la comanda de ellas, para poder terminar luego con todo esto, así que empezó a buscar los ingredientes para preparar sus cafés recién tostados, pero durante la preparación, escucho la voz de sus hermanos en protesta, lo que hizo que corriera a ver que sucedía.

Por la puerta que daba al segundo piso, su padre bajaba con su delantal puesto para trabajar.

—A no, tú te devuelves a la cama, tienes que tomar reposo papá. —Grito Chiye frente a todos los clientes sin darse cuenta.

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