Capítulo 27 - Geschwind
Hoy era un día muy normal en la mansión Yukihiro. Violet la muy bonita sirvienta autoproclamada como la hermana de Chisako, al menos en privado, hacia sus quehaceres habituales, limpiar la habitación de su ama, cocinar aperitivos para cuando llegara, lavar su ropa, y atender las otras áreas de la mansión, sin considerar las ordenes de la señora Fumeko le daba.
Por suerte para la fiel sirvienta de Chisako, la señora de la casa no hablaba mucho con ella. Como siempre protegía a su ama, el odio que le tenía su abuela a su nieta se extendía también a ella. Por suerte no era un problema, si no que las dificultades se las daba Nekota que siempre se metía con ella, por estar siempre protegiendo a la joven ama.
Aun recordaba las palabras que un día la fiel sirvienta de Fumeko le dijo. – Agradece que tú contrato esta hecho desde hace tiempo, y perteneces a la familia Nowemi, si no, la señora te hubiera echado hace tiempo, ¿dime que piensas hacer cuando ese contrato venza en un par de años? ¿Quién protegerá a esa niña, si tu no estás?
Eso fue algo que dejo pensando a Violet, su contrato le quedaba poco para que finalizara, y como Chisako aun no tenía la mayoría de edad, debería hacérselo la señora Fumeko, pero ella probablemente no la renovaría, si algo había entendido, era que esa señora tal vez incluso preferiría que su joven ama, hubiera muerto en el incendio.
Violet dejo de pensar y siguió con lo suyo, aun intentado idear algo para poder evitar que su ama, pudiera faltar a la junta de accionistas y pudiera ir al concurso de bandas. Pero incluso ella, sabía que ese no era el real problema, la gravedad de todo seria cuando Fumeko se entera que no asistió. Por menos de eso esa señora le ha dado una paliza, ¿Qué pasaría ahora cuando realmente la iba a desafiar?
Esa duda carcomía a Violet, tenía miedo de lo que le podrían hacerle a Chisako, estaba cansada de ver las constantes agresiones físicas y mentales que había estado sufriendo desde que era una niña.
Si tan solo sus padres no hubieran muerto, su considerada hermana no estaría sufriendo una vida llena de desdichas, sería una persona mucho más feliz, alegre, con una sonrisa en su rostro, llena del amor de sus padres, pudiendo permitirse enamorarse sin tener miedo, sin dañarse por no estar con la gente que quiere debido a la arpía de su abuela.
Durante los quehaceres del día de Violet, se topó con la señora Fumeko, era extraño verla ahí, ella solo visitaba el lugar para las clases de Chisako, incluso era más raro verla sin Nekota a su lado.
-Violet, acércate, pensaba hablar contigo en la tarde, pero ahora que estas aquí aprovechemos.
La joven sirvienta se acercó a la señora saludándola como correspondía, sin cruzar miradas.
—Como ordene Señora Yukihiro.
—Tu contrato vencerá en un mes, el mismo día que Chisako cumpla los dieciséis años, ¿no es así?
Era obvio que no necesitaba confirmación, ella lo sabía de antemano, pero no iba a permitirse caer en el juego de la señora, así que con una sonrisa en la boca decidió contestarle.
—Correcto, Señora, así es.
Fumeko observo detenidamente a Violet esperado algún signo de debilidad, pero no encontró ninguno.
—Seré honesta, para mi eres un cáncer que debe ser extirpado, mimas mucho a esa malcriada de mi nieta, siempre la proteges y no olvidemos cuando me desafiaste hace no mucho por protegerla de su castigo, así que debes ya imaginarte que no pienso renovarte.
Violet tuvo que hacer un gran esfuerzo para no contestarle a la señora, las palabras malcriada y castigo, casi la hicieron salirse de su papel de sirvienta, Chisako podría ser muchas cosas, pero nunca una niña malcriada, a ella se le negó todo en la vida, y ese horrible carácter que tenía era una simple copia que había sacado de su abuela para poder defenderse.
—Pero, si deseas continuar con este trabajo te tengo una propuesta. – dijo Fumeko con una sonrisa torcida en su rostro que hizo que Violet le diera una mala espina.
Fumeko se levantó de su asiento para acercarse a la criada que encontraba insuficiente para el estricto apellido Yukihiro.
-Deja de proteger a esa niña, comienza a contarme todas las cosas que quiera hacer a espaldas de mi parte, prométeme eso y te renovare el contrato.
En efecto Violet sabía que era un muy mal trato, quería ponerla en contra de su querida ama, eso incluso ya era inhumano, que me volviera en contra de la única persona que tenía confianza Chisako.
-No la entiendo Señora Fumeko, Chisako es una niña encantadora, ¿por qué la odia tanto? – pregunto Violet, faltando al código de sirvientes; mirando directamente a los ojos a Fumeko, acto que desagrado a la señora.
—Sirvienta atrevida, conoce tu lugar de una vez, y dime como no voy a odiar a ese demonio, ella junto con su madre, arruinaron a mi hijo, esa quiltra, arruino la descendencia de los Yukihiro, y terminaron matando a mi querido hijo, ¿cómo quieres que no odie al engendro que nació de esa relación asquerosa? ¡Dime!
Por la mente de la querida y hermosa sirvienta de Chisako siempre supo que el odio hacia a su nieta era por el fallecimiento del señor Nomade Yukihiro, pero esto ya era absurdo.
—Entonces usted simplemente disfruta hacer daño a Chisako.
—No, te equivoques, no lo disfruto, simplemente intento convertirla en una versión más digna de portar el apellido, solo purgo los defectos de esa huérfana don nadie que tuvo por madre, la mocosa tiene potencial, después de todo tiene mi sangre corriendo por sus venas, al menos la mitad de ella, así que solo pulo un diamante malogrado para que pueda ser alguien al menos competente en esta familia. Finalmente, y aunque me disguste la idea, será ella quien controle el imperio de textiles de lo que esta familia siempre ha estado tan orgullosa, y no permitiré que un engendro arruine el trabajo de generaciones de Yukihiros, y no hay nadie más que pueda hacer ese trabajo aparte de mí.
En eso Fumeko se equivocaba y lo sabía, porque pese a que Chisako no lo sabía, si había una persona al menos que la podía guiar en su vida, pero ese también era otro problema.
—Esta más que decir que rechazo su gentil oferta señora Yukihiro, mi lealtad estará siempre con mi ama, Chisako, eso nunca lo cambiare por nada.
Fumeko se acercó a Violet, la joven sirvienta pensó que en cualquier momento iba a ser golpeada, de hecho lo esperaba, porque si lo hacía le daría una excusa para llamar a la policía, no le importaba que Chisako se enojara con ella, todo era protegerla de este monstruo a como dé lugar.
-Muy bien criada, eso es todo, y que te quede claro una cosa, no vuelvas a mirarme a los ojos, tú no eres digna ni de tocar la tierra que hay en mis zapatos, así que disfruta de tu último mes en esta mansión, porque apenas finalice el contrato, ese mismo día te largas de este prestigioso lugar.
—El prestigio de esta mansión fue manchado hace mucho tiempo por usted señora.
Violet dio media vuelta y se fue, sabía que había cometido una estupidez al decir esas palabras, pero ya no podía aguantar más esta situación.
—Criada de mierda que te crees, fuera, lárgate de mí vista huérfana de mierda, esta familia te dio todo pulguienta malagradecida, así lo agradeces, eres solo otra mancha más en nuestra historia que te crees, insecto de...
Por alguna razón la señora quedo en silencio, pero ni siquiera la criada perdió su tiempo en saber el ¿por qué?, ella siguió haciendo sus trabajos que al menos le correspondía con Chisako.
Estaba claro que desde ahora había hecho su trabajo mucho más pesado, porque a esto la señora Fumeko no lo iba a dejar pasar, pero al menos si le quedaba un mes, aun tenía tiempo de hacer que su joven ama fuera libre, y para eso necesitaría acudir al único otro familiar que le quedaba vivo a su joven ama.
No paso mucho tiempo hasta escuchar gritos en la mansión, ella vio como varios trabajadores corrían de aquí para allá sin saber el motivo, hasta que Nekota le dijo que había encontrado inconsciente a la señora Fumeko en el auditorio.
En ningún momento Violet se había puesto a pensar que la razón del porque la Señora no continuo con su pelea fue porque se había desmayado, tal vez la discusión la había hecho subir la presión, o tal vez tener un infarto, eso idea la horrorizo por un momento, corrió rápidamente a ver que estaba pasando, cuando llego se encontró a la señora inconsciente siendo atendido por el joven que tenía experiencia con medicina.
Aun así, no pudo hacer mucho, esperaron a que llegaran la ambulancia y se la llevaron de urgencia.
—Violet, ¿sabes que sucedió? — pregunto la fiel sirvienta de Fumeko.
-Habíamos hablado de mi contrato, porque ella decidió hacerlo, luego de eso me fui del lugar, pero estaba bien cunado salí del auditorio... no ella estaba alterada, me insultaba, yo no le tome atención y simplemente me fui del lugar eso sucedió Nekota.
Nekota miro con mala cara a Violet no porque la considerara culpable, pero estoy iba a complicar mucho las cosas, o al menos eso pensaba la fiel sirvienta de Fumeko.
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