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CAPÍTULO V

Apenas iban a mitad de camino y Taehyung sentía que había corrido una maratón completa. Su corazón latía muy rápido y sentía demasiado dolor en su pecho, el cansancio del viaje y el peso de su mochila lo tenían al borde del colapso.

Después de haberse desmayado Ha In le dio comida y se ofreció a ayudarle con su mochila, Taehyung negó apenado y fingió estar bien para no preocuparla. Ha In le recordaba bastante a su madre, siempre al pendiente de los demás y con ganas de ayudar a todos en lo que fuera aunque estuvieran mal. Por eso no podía aceptar su ayuda.

Taehyung no quería admitirlo, pero extrañaba demasiado a su familia, en especial a su abuela y a su madre. La primera noche que pasó fuera de las murallas lloró cuando todos dormían, estaba tan asustado de morir lejos de su familia, sin ver crecer a sus hermanos y ayudar a sus padres en la casa que las lágrimas se deslizaron por sus mejillas al pensar en ellos.

Ahora que caminaban rumbo a Incheon se sentía más tranquilo y feliz, esperaba que la guerra terminará pronto, debía volver con su familia lo antes posible. Por eso tomó fuerzas de donde no tenía y siguió caminando hasta llegar al otro punto de descanso.

En cuanto llegaron se sentó en el suelo y bebió todo el agua de su botella, Ha In le dio su comida ya que Jimin se comió el plato de Taehyung antes y ahora faltaba una comida. Por más que Taehyung se negó, Ha In lo obligó a comer con la excusa de que Jungkook iba a compartirle de su plato.

Taehyung comió con ganas, ahora si estaba hambriento y cansado. Jimin le ofreció su abrigo cuando empezaron a caer pequeñas gotas de agua, Taehyung cubrió su cabeza y cuando ya estaban listos para seguir con el viaje escuchó una tos a su lado, miro quien estaba ahí y su corazón empezó a latir rápidamente al ver al Capitán frente a el.

-Capitán...

-Soldado, deme su bolsa- ordeno y Taehyung miró su mochila sin entender.

-¿Eh?

-Voy a cargar su bolsa lo que queda del viaje-se acercó a Taehyung y este se sonrojo al tenerlo cerca, Jungkook le quitó la mochila con brusquedad y la puso en su espalda.

-¿Por qué?-pregunto sin entender la actitud del Capitán.

Jungkook lo miró fijamente y Taehyung desvió la mirada. Sin responderle a Taehyung se alejó y caminó hasta acercarse a Namjoon, le dijo algo y luego con las dos mochilas, una en su espalda y la otra en su mano, empezó a guiar a las tropas de nuevo para seguir con el viaje.

Resignado, Taehyung siguió a los demás y se mantuvo callado el resto del viaje, hicieron otras 3 paradas antes de detenerse en un lugar rodeado de árboles. Ya era de noche y debían dormir, por lo tanto cada uno armó su tienda y se acostaron exhaustos por el viaje.

Jungkook se mantenía despierto, pues alguien debía estar alerta cuando los demás dormían. Se sentó en el suelo y recostó su espalda en el tronco de un árbol, suspiró agotado pero feliz, mañana ya estarían en Incheon con el General, pronto volvería a ver a sus otros compañeros, en especial al Teniente Min, quien era su mas grande amigo después de Namjoon.

Min Yoongi era su amigo de infancia, unos años mayor que Jungkook pero siempre lo apoyó en todas sus decisiones, cuando su padre lo golpeaba y lo sacaba de casa, Min lo dejaba pasar la noche en su casa y curaba sus heridas. Cuando Jungkook entro al ejercito, Min Yoongi le ayudó en todo lo que pudo, buscaba excusas para ir a ver a Jungkook y poder entrenarlo, le regalaba de su comida cuando él era castigado por no hacer bien una tarea y le entregaba su abrigo en las noches más frías.

La última vez que lo había visto él tenía 21 y Min 25, ahora él tenía 24 y Min 28. Esperaba que su amigo aún lo recordará con el mismo cariño. En esos años su amigo había ascendido a Teniente y el a Capitán, y aunque el rango de Jungkook era mayor el seguía viendo a su amigo como su mayor ejemplo a seguir.

En medio de sus pensamientos no notó a Taehyung salir de su tienda de dormir para sentarse frente al fuego que aún estaba encendido. Con sueño miro la luz de la fogata y a su lado lo que parecía ser un ángel. Jamás había visto un rostro más bello hasta ese momento, el hombre tenía un rostro perfecto, unos labios delgados y unos ojos que parecían ver a través de su alma.

Sonrió al darse cuenta de que no era un ángel lo que había ahí, sino Taehyung, con una camiseta blanca y unos pantalones cortos del mismo color. Observo cada detalle de su cuerpo, sus grandes manos, los pequeños vellos en sus brazos y piernas, la manera en que hacía un puchero mientras miraba el fuego y su cabello castaño despeinado.

Sin decir nada, se acercó a la fogata y se sentó frente a Taehyung. Tomó un pequeño malvavisco de su bolsillo y con un palo que encontró en el suelo, comenzó a asarlo. Taehyung observó el pequeño malvavisco y relamió sus labios, con su familia solían ir al bosque en fechas especiales y cenar al aire libre, su madre cocinaba malvaviscos para todos y siempre guardaba uno más para él .

Su sorpresa fue enorme cuando el malvavisco ya asado apareció frente a su rostro. El Capitán se lo estaba ofreciendo.

-¿Para mí?- preguntó Taehyung con timidez y Jungkook asintió mientras miraba con atención las acciones del muchacho.

Taehyung aceptó el malvavisco y lo llevó a su boca, mientras masticaba el Capitán lo miraba con intensidad, Taehyung agacho la cabeza y se quedó mirando el suelo hasta que terminó de comer.

-Creí que usted me odiaba-pregunto Taehyung mirando al Capitán nuevamente.

-¿Por qué lo odiaría?

-Vengo de las murallas, todos ahí dentro somos unos demonios peligrosos según ustedes.

-No los odiamos, solo los aislamos para que no perjudiquen a más personas inocentes.

-Nosotros también somos inocentes, mis hermanos y amigos son inocentes ¡Tienen tanto derecho como usted a vivir libremente y fuera de esas murallas!-grito Taehyung con rencor.

-Silencio, no hay porque gritar-le dijo Jungkook-Pero estoy en desacuerdo con usted ¿O pretende que crea que usted es diferente a ellos?

-Si soy homosexual o no, no es su problema-respondió Taehyung mirando a Jungkook con rabia.

-Si es mi problema, los maricas no pueden entrar al ejercito-Jungkook sonrió cuando Taehyung lo miro con odio-Las cosas como ustedes deben morir para que no sigan reproduciéndose, es eso o estar en las murallas.

-Si no podemos entrar al ejercito ¿Qué hago yo aquí?-pregunto Taehyung y esta vez fue su turno de sonreír al ver la boca abierta del Capitán.

-Solo están aquí porque necesitamos su ayuda para pelear, una vez que la guerra termine todos volverán a las murallas-Respondió Jungkook rápidamente.

-Entonces ustedes necesitan la ayuda de unos demonios homosexuales ¿Quién es patético ahora?

Jungkook se levantó del tronco en el que estaba sentado y se alejó unos metros del lugar, no estaba dispuesto a seguir siendo insultado por un simple soldado. Taehyung también se puso de pie y caminó de nuevo a su tienda, pero antes de entrar llamó al Capitán una última vez.

- Capitán ¿Sabe usted qué pensaban los griegos de los homosexuales?-Jungkook negó-Ellos creían que los homosexuales son los únicos que encuentran el amor verdadero, mientras que una pareja de hombre y mujer solo se juntan para dejar un heredero, los homosexuales pasan toda su vida unidos únicamente por el amor y el cariño hacia su pareja. Que tenga buena noche Capitán-dicho eso, Taehyung entró a su tienda y se durmió en pocos minutos.

Jungkook se mantuvo despierto toda la noche, pensando en las palabras de Taehyung. Él realmente no odiaba a los homosexuales, tampoco pensaba que fuesen malas personas o demonios, él sólo repetía las palabras de los demás.

Jungkook sabía que estaba mal tener a esas personas encerradas en una muralla por los supuestos errores de sus antepasados. Jungkook se sabía la historia de memoria, pues desde niño le habían dicho que las personas dentro de las murallas eran demonios pecadores y por eso estaban ahí.

Hace muchos años, un hombre llamado Wang se enamoró de un espía Norcoreano, se amaban profundamente, pero nadie sabia que ellos tenían una relacion, pues aparte de estar con el enemigo, también estaba cometiendo un pecado al acostarse con alguien de su mismo sexo. Wang tenía una numerosa familia, tenía una esposa fiel y nueve hijos, once hermanos y treinta sobrinos. Una noche, en la que estaba con su amante a la luz de la luna, un soldado en medio de una revisión, los encontró. El soldado de inmediato los reporto, fueron capturados y llevados a prisión por acceso carnal homosexual.

A los pocos días descubrieron que el hombre con el que Wang estaba era un espía, de inmediato los condenaron a ambos a muerte, pero antes de ser asesinados, el amante de Wang se echó la culpa de todo. Dijo que el había obligado a Wang a mantener en secreto su identidad, también mintió y dijo que Wang no era homosexual, conto que el abuso del hombre para saciar sus necesidades. Aunque Wang pataleo y grito que no era cierto, su amante fue llevado a otro lugar en donde fue torturado hasta su muerte.

A Wang y a su familia los condenaron a pasar el resto de su vida dentro de las murallas, que inicialmente estaban hechas para guardar el armamento militar y protegerse en caso de un ataque.

Para poder sobrevivir, tuvieron que tener relaciones entre ellos, de ahí nacieron cientos de personas que fueron criadas por la familia de Wang. Años después Wang murió, pero su familia y las personas inocentes fueron condenadas a vivir dentro de las murallas por ser descendientes de Wang. De ese hecho, habían pasado 300 años, y las personas dentro de Thanatos seguían naciendo y viviendo encerradas por los errores de Wang.

Jungkook pensaba que era estúpido condenar a los descendientes del hombre, pues eran personas inocentes pagando por un pecado que ellos no habían cometido. De hecho, Jungkook sentía cierta pena por Taehyung y sus amigos.

Y quizá sentía pena por ellos, porque él en algún momento se había sentido como Wang. Atraído por un hombre. Aunque claro, jamás lo admitió frente a nadie y jamás lo haría.

La luz de la luna ya se había ido, entonces Jungkook fue a la tienda de Ha In y con delicadeza intentó despertarla. La mujer se aferró a la delgada sábana y Jungkook río, Ha In siempre era difícil de despertar. Decidió dejarla dormir un poco más y preparar los platos para los soldados el solo, mientras los demás aún descansaban.

Namjoon apareció a su lado ya listo, lo saludo y también empezó a preparar platos junto a Jungkook. Media hora después Ha In llegó vestida al lugar y les quitó la comida y los platos de las manos, se disculpó por haber dormido de más y le pidió perdón a Jungkook por ponerlo a hacer cosas de mujeres.

-¿Qué harás cuando acabe la guerra?-pregunto Namjoon mientras observaba el paisaje frente a él

-Regresar con mi padre y mi hermano, supongo-respondió Jungkook, observando también los árboles y los rayos de sol que apenas comenzaban a salir.

-¿Te casaras con Ha In?-

-Si, es la única mujer a la que amo, me casaré con ella cuando acabe la guerra-Sintió la mirada acusadora de Namjoon, pero ninguno dijo nada.

Cuando amaneció por completo, los soldados salieron de sus tiendas y se alistaron para seguir con el viaje. En unas horas llegarían a Incheon. Todos estaban emocionados por volver. Ha In y sus compañeras les sirvieron la comida, después de comer y recoger sus cosas, continuaron con el viaje.

Hicieron otras dos paradas para descansar antes de llegar a Incheon. Al mediodía, ya estaban todos reunidos en el centro de Incheon, la alegría era notable en el ambiente y en la sonrisa de cada soldado, tanto de los que acababan de llegar, como de los que llevaban días ahí.

Jungkook busco a Yoongi en los alrededores, pero no lo encontró. Luego de hablar con el General y agradecerle por recuperar su territorio volvió al punto de encuentro a recoger sus cosas, sin embargo todo estaba vacío, miro a Namjoon pensando que él tenía su mochila, pero Namjoon estaba hablando con el Comandante Seokjin. Jungkook le preguntó a un soldado por su mochila, a lo que este le respondió que vio a un hombre con uniforme de Teniente tomar una mochila e irse al cuarto del fondo.

Emocionado, Jungkook corrió hasta los cuartos de atrás, abrió la puerta de la habitación que tenía su nombre y su sonrisa fue enorme al ver a su amigo sentando en su cama, esperándolo.

-Teniente-saludo Jungkook inclinando su cuerpo.

-Capitán-Yoongi se acercó a él y lo abrazó con fuerza, tratando de demostrar cuánto lo había extrañado estos años.

Jungkook le respondió el abrazo con la misma intensidad, aunque nunca lo hubiera hablado con nadie, había extrañado a Yoongi demasiado, su amigo era parte de su familia incluso si no los unía un vínculo de sangre.

Al separarse, los ojos de Jungkook estaban aguados, Yoongi rio al ver que su amigo seguía siendo igual de sentimental que siempre. Lo tomó de los hombros y le dio una palmada en la mejilla, no con brusquedad, sino con orgullo y admiración por ese pequeño niño que ahora lideraba toda una tropa de soldados en medio de una guerra.

-Has crecido demasiado Jungkook, ahora eres todo un hombre, espero que aún me respetes.

-Hyung, jamás he perdido el respeto por usted.

-Me alegra oír eso, porque aunque tengas un rango superior al mío siempre serás un mocoso para mi.

Jungkook sonrió y se sentó en su cama a hablar con su amigo. Estuvieron horas hablando, se contaron anécdotas que los hicieron reír mientras ambos bebían vino, Yoongi le explicó cómo había obtenido su puesto de Teniente mientras Jungkook escuchaba atento a su amigo. Era más que obvio que los dos estaban demasiado felices juntos después de pasar tantos años separados, por eso nadie los interrumpió.

Llegada la noche, Yoongi salió de la habitación de su amigo y fue a dormir. Jungkook también se cambió para irse a dormir, pero un golpe en la puerta lo detuvo, volvió a ponerse la camisa y abrió, se sorprendió al ver al General en su puerta.

-General ¿Qué hace aquí?

-Capitán, solo vengo a preguntar cómo estuvo el viaje.

-Estuvo bien, tuvimos un pequeño inconveniente con un soldado que se desmayó por el calor, pero no hubo problemas ni ataques.

-Me alegra oír eso, aunque era mejor dejar al soldado en medio del bosque.

-¿Qué?-preguntó Jungkook desconcertado por las palabras del General-Es un hombre de nuestro país, no podíamos dejarlo abandonado.

-Era un soldado de las murallas, no podemos ayudar a un maricon como ese, espero que no se repita-habló el General y camino de regreso a su habitación pero la voz de Jungkook lo detuvo.

-¿Quiere que deje a un soldado abandonado solo por sus preferencias sexuales?

-Si-contestó el General sin pensarlo-No quiero homosexuales en mi escuadrón, recuerde que soy su superior y no voy a permitir ninguna falta, o acepta mi orden o se une a los homosexuales.

-¿Me está amenazando?-pregunto incrédulo-

-No, solo tómelo como una predicción del futuro, si no hace lo que le digo y se junta con ellos, su carrera estará acabada-el General sonrió antes de marcharse.

Jungkook cerró la puerta con fuerza antes de apagar las velas e irse a la cama. Se durmió rápidamente, pero con un malestar en el pecho. Algo le decía que pronto iba a desobedecer la orden del General y sucumbir a sus deseos más profundos.


VALENTINA GL.

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