Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo XXXIX: Padre e hijo enfrentados


Karan apretaba los dientes mientras caminaba. Pasó de largo el vestíbulo e ignoró la mirada de asombro de sus compañeros, Phill sin embargo, trató de detenerlo.

—¡Hey hombre! ¿Estás bien? —dijo el cazador sosteniéndole el brazo y sorprendido de que Karan no portara su uniforme.

Karan se soltó y sin contestarle, continuó avanzando. Vestía la playera que Hatsú tomó para él de casa de los Belrose y pantalones deportivos, el cabello rubio lo llevaba despeinado y sus ojos enrojecidos lucían una mirada llena de odio.

Subió de dos en dos los escalones hasta el piso en el que se encontraba el despacho de su padre. Tocó la puerta con rabia, a los pocos minutos escuchó la voz que lo alentaba a entrar.

Karan se paró en medio de la habitación y miró a su padre quien escribía con tranquilidad detrás del escritorio de madera oscura y pulida. El cazador lo miró fijamente sin decir una palabra.

—¿Y bien?, ¿por qué estás aquí?

Cuando el coronel lo miró al fin dejó el bolígrafo a un lado, arrugó el ceño al ver el deplorable aspecto de su hijo.

—¿Qué te ha pasado? ¡Estás herido!

—¿Acaso te importa que esté herido?

El coronel no contestó. Karan se impacientó y lo abordó directamente, casi gritándole.

—¿Qué has hecho?, ¡¿Qué le permitiste hacer a la división médica?!

—¡Baja el tono!

Karan dejó salir una risa fría.

—Los supravampiros, Amaya, Hatsú, nosotros, todos los cazadores, ¡no somos otra cosa que experimentos, todos con genes de vampiros! Todo este tiempo nos han engañado haciéndonos creer que teníamos mutaciones que nos hacían diferentes y no era más que el producto de sus experimentos.

—¿Quién te dijo todo eso?

—¿Qué importa? Todo esto —dijo Karan abarcando con una mano la oficina— no es más que una mentira.

—¿Una mentira? —dijo el coronel levantándose de su asiento y caminando hacia el cazador —¿Te parece una mentira todos los humanos que han muerto a manos de vampiros? ¿Crees que es mentira la familia asesinada del general Fabio? ¿Crees que es una mentira que los vampiros, allá afuera, cada vez tienen más poder? ¿Qué a los gobiernos no les importa que maten con tal de que obtengan beneficios económicos de ellos? ¿Todo eso es mentira?

Karan abrió la boca como si fuese a hablar y luego la cerró impotente.

—¡Nos mintieron sobre nuestro origen! —dijo finalmente entre dientes.

—Sí, les mentimos. Hemos hecho lo necesario y lo seguiremos haciendo. Si hubiesen sabido que sus mejoras provenían de los vampiros nos cuestionarían, como lo haces tú ahora, todos lo habrían hecho, hubiésemos corrido el riesgo que se identificaran con esos repulsivos seres. En mi época de cazador, caíamos como moscas, no teníamos las mejoras genéticas que ustedes poseen, no éramos lo suficientemente fuertes para enfrentarlos. Sin nadie capaz de plantarles cara era cuestión de tiempo que decidieran apoderarse del mundo. Teníamos que hacer lo necesario, aún lo hacemos. Los mejoramos, los hicimos prácticamente invencibles, sí, con genes de vampiro ¿y qué? "el fin justifica los medios".

—¿Y Hatsú? No les importó todo a lo que la sometieron para conseguir sus "mejoras" ¡No les importó su sufrimiento!

—Hatsú ni siquiera es humana y si lo fuera debería estar orgullosa de que gracias a ella vamos a lograr acabar con los vampiros, miles de vidas se salvaran.

Karan apretó los dientes y los puños.

—¿Igual que Amaya?

—Gracias a ella ustedes son lo que son. Fue una buena cazadora, pero sucumbió a los vampiros, a su naturaleza monstruosa. Nosotros temíamos que tarde o temprano eso pasara.

—¿A su naturaleza? —Karan volvió a reír con desprecio—. Mejor di que ya no les es útil, ni ella, ni Hatsú, por eso ahora hay que acabarlas. No las consideras humanas. Decides sobre la vida y la muerte de ellas. ¿Acaso eso no es lo que hacen los vampiros?

—No puedes comparar, Karan, ellas dos son en parte vampiro. Nosotros estamos llamados a salvar a la humanidad y es lo que haremos. Tienes que entenderlo, tú eres un cazador, siempre fue nuestro sueño destruir definitivamente a los vampiros, estamos a punto de lograrlo ¿Por qué no ves la victoria inminente? ¿Por qué cambias ahora tu visión?

—Solo veo un montón de personas capaces de lo que sea. Que no les importa la vida, ni el sufrimiento que pueden ocasionar. Además, todos los cazadores somos en parte vampiros, ¿qué somos para ustedes? ¿En algún momento también nos desecharán?

—No es así. —El coronel bufó con cansancio, luego añadió en un tono conciliador—. Ustedes solo tienen algunas mejoras, no pueden compararse con un híbrido, ustedes siguen siendo humanos. Siempre hemos hecho sacrificios, Karan. Tu juramento dice que pondrás tu vida al servicio de la humanidad. ¿No es eso lo que estamos haciendo?

Los ojos de Karan eran fríos cuando habló:

—Nunca escogimos decir ese juramento. Ustedes nos convencieron desde niños que era lo mejor, que era nuestro destino. La naturaleza, que nos hizo mejores que humanos comunes, así lo había dispuesto. ¡Y no era más que mentira! ¡Nunca estuvimos destinados a nada! ¡Más bien ustedes nos condenaron! Ahora quieren lanzarnos a una muerte segura al ir contra ellos de frente.

—Este momento llegaría, para eso nos hemos estado preparando. ¿Por qué ahora dudas? ¿Por qué me cuestionas?

—¿Por qué? Porque los vampiros casi siempre han cumplido con el trato de paz, son pocos los que incumplen la norma, lo sabes. ¿Qué te hace pensar que ellos quieren apoderarse de todo? Si no lo han hecho en mil años ¿Por qué lo harían ahora?

—Lo harán, tarde o temprano lo harán y antes de que eso ocurra, nosotros estaremos preparados. Mejor aún, no ocurrirá porque estamos listos para destruirlos, evitaremos que lo hagan. La mejor defensa es el ataque.

Karan lo miró, una alarma se activó en él.

—¿Qué quieres decir, padre?

El coronel lo miró con una brillante sonrisa.

—El invierno casi termina, los supravampiros están listos. Pronto los usaremos y al fin los destruiremos.

Karan tembló.

—¡Es una locura atacarlos de frente! ¿Están seguros de eso? ¿Y si falla? ¡Miles morirán!

—Miles ya mueren, hijo.

Karan sabía que era cierto, pero ¿Sería prudente atacar primero? ¿Desafiar a esos poderosos líderes vampiros? Si tan solo existiera una manera de hacerlo sin que muchos murieran. 



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro