—¡Vlad, tienes que ver esto!

Zahyr, acostado en el sofá de microfibrilla gris plomo en forma de "L", tenía el mando del televisor en la mano, después de cambiar de canal varias veces, lo dejó sintonizado en BBC News.

—¿Hum? —preguntó el vampiro de cabello oscuro, tumbado en la otra esquina de la habitación en un chaise longe forrado en terciopelo púrpura, sin levantar la vista del libro que tenía entre las manos.

—¡Que tienes que ver esto! Es un reportaje sobre las protestas que han ocurrido en varias partes del mundo en rechazo nuestro. Mira el noticiero, hacen un recuento de todo lo que ha sucedido desde que Ryu dio la entrevista hace más de un mes.

Vlad suspiró con fastidio, dejó el libro en la mesita, al lado del cómodo sillón en el que leía y se levantó. Con algo de pereza caminó hasta donde Zahyr miraba la televisión. El albino se enderezó, con la mano le señaló el lugar en el sofá donde antes apoyaba su cabeza para que el otro se sentara. Vlad hizo lo que le pedía y apenas se sentó, Zahyr recostó la cabeza en su regazo. El castaño rodó los ojos, pero no se levantó, al contrario, empezó a acariciarle el sedoso cabello plateado.

El reportaje mostraba diferentes ciudades del mundo y cómo desde hacía dos meses, en todas protestaban en contra de los vampiros. Las manifestaciones eran nutridas, miles de personas levantaban consignas que decían cosas como "Muerte a los chupasangre", "mi sangre en mis venas" "clávale la estaca a Drácula" y así muchas más. Zahyr soltó una risotada, se incorporó un poco para mirar el rostro concentrado de Vlad en la televisión.

—Mi favorita es "Clávale la estaca a Drácula" —con voz melosa, agregó—. Tal vez podamos hacer algo de eso más tarde.

Vlad lo miró con una de sus pobladas cejas enarcada, negó con la cabeza y le dio una pequeña palmada en la frente que lo dejó de nuevo acostado en su regazo.

—¡No son solo protestas, mira!

En efecto, después de presentar las diferentes manifestaciones en las principales ciudades del mundo, ahora el reportero hablaba sobre agresiones a vampiros en sus casas, vampiros que aparentemente, no le hacían daño a nadie. Seres más bien taciturnos que, desde antes de la revelación al mundo eran considerados extraños por sus vecinos. Uno de esos vampiros fue agredido por una muchedumbre que entró a su casa durante el día y lo expuso a la luz del sol. Varios vecinos grabaron el altercado en su teléfono celular y al poco tiempo se hizo viral. Los agresores eran más o menos diez personas enfurecidas que golpeaban con palos a su víctima y la arrastraban al jardín delantero donde una vez en contacto con el sol, el vampiro aullaba de dolor mientras en la piel se le formaban enormes y feas ampollas. Las personas aprovechaban la debilidad del vampiro en el sol para atacarlo con patadas y palazos.

—Esto es...¡Muy desagradable! —dijo Vlad, asqueado de lo que veía—. Seguramente ese hombre era un vampiro reciente para no haber logrado defenderse.

—Bueno, aprovecharon la luz del día, cuando somos más débiles, para atacarlo.

El documental continuaba con otras agresiones, e incluso un episodio donde otro vampiro, también perseguido por hordas de humanos enojados, no se contuvo y se defendió destrozando los cuellos de quienes le atacaban. Ese evento en particular, ocurrido poco después de la entrevista de Ryu, generó toda una polémica que Zahyr siguió por las redes sociales. El vampiro en cuestión huyó después de eso, con la piel ampollada y chamuscada por el sol, pero se escabulló tan rápido que no fue posible entregarlo a la justicia. De ese evento echaban mano los radicales que querían imponer algún sistema que apartara a los vampiros de la sociedad.

Varios científicos expusieron métodos a través de los cuales se crearía una especie de censo para fichar a los vampiros existentes y vigilarlos por medio de la colocación de un chip que transmitiría la ubicación del vampiro y, que llevaba además incluida una mini bomba, la que estallaría si el vampiro en cuestión infringía la ley de no atacar humanos.

—¡Que absurdo! ¡¿Cómo fue que Ryu creyó que algún día esta sociedad nos aceptaría?! —exclamó Vlad mirando el documental de como varios de sus congéneres, incluso habían sido muertos a manos de grupos de personas enfurecidas— Estos humanos llevan siglos matándose entre ellos por cosas tan absurdas como el color de la piel, sin importarles que son de la misma especie. ¿Cómo podrían aceptarnos a nosotros, tan diferentes de ellos? Exterminaron a millones de judíos, a negros, gitanos y homosexuales durante la segunda guerra mundial. Bajo la máscara del amor a Dios llevaron a la hoguera a millones de mujeres y personas de otros credos, incluso a científicos que nada tenían que ver con religión. Vienen matando desde hace siglos a los negros y demás minorías. ¿Cómo Ryu es tan ingenuo de esperar algo bueno de ellos, de estas personas incapaces de tolerar lo que es diferente? ¡Vamos, si han llevado incluso a la extinción a cientos de especies de animales!

—Bueno querido, nuestro amado príncipe hace lo mejor que puede —dijo Zahyr, con la voz plagada de sarcasmo— de hecho, financia una serie romántica de vampiros para la televisión que acaba de ser estrenada, basada por supuesto en un libro. Ya sabes, el vampiro sexy, malvado en la superficie y atormentado en el fondo, que cambia por el amor de una hermosa cazadora humana. ¡Jajajaja!

—¡Te juro que me enferma!

Zahyr se volteo sobre el regazo de Vlad para poder verlo de frente.

—Bueno, también hay muchos que están a favor de los vampiros, los mismos que defienden a las minorías, algo así como los "Greenpace" o los "PETA" de los vampiros —volvió a soltar otra carcajada, cuando dejó de reír, continuó—: Lo cierto es que con la promoción de libros, series y películas cursis de vampiros, ha desencadenado una especie de fiebre "vampiril", principalmente en la gente joven y los entusiastas de la paz mundial. He pensado que quizás hasta pudiera tener éxito.

Vlad apartó los ojos azul grisáceo de la pantalla para mirarlo con algo de sorpresa. No creía ni por un momento que algún día humanos y vampiros pudieran vivir en paz en el mismo universo.

—¿De verdad lo crees?

Zahyr se hundió de hombros.

—El hombre siempre ha deseado secretamente ser un vampiro. Representamos lo que ellos no pueden ser, el desenfreno de sus instintos más primitivos. Pienso que, si se hace una adecuada campaña en redes sociales y televisión, y Ryu es dueño de una gran cadena de medios de comunicación, lo más probables es que con el tiempo, logre cambiar la percepción que tienen los humanos de nosotros. Ya sabes, "La información es poder". Por supuesto, eso implicaría que los vampiros tendríamos que comportarnos. No podríamos beber sangre humana. Tal vez incluso algún científico logre desarrollar un sustituto para la sangre —Zahyr sonrió al ver el mohín de disgusto en el atractivo rostro de su compañero —¡Lo sé! ¡Sería una vida horrible! Privarnos de todo lo que hace bueno continuar en este mundo —El albino se levantó de las piernas de Vlad para sentarse a su lado y poder mirarlo a los ojos. Con total seriedad le dijo—: Afortunadamente, el plazo de un mes que le dimos a Ryu, llegara pronto a su fin. 

***Hola ¿cómo están? Espero no haber ofendido a nadie con este capitulo, pero por si así fuere me disculpo y les aclaro que las opiniones de los personajes no son las mías.

***Bueno, ya todo está preparado y conocemos las intenciones de todos los personajes así como las opiniones que se viven en el contexto de la novela sobre la inclusión de los vampiros en la sociedad, digo esto porque a partir del siguiente capítulo entraremos en el clímax y posterior desenlace.

***Gracias otra vez a los que siguen leyendo y brindándome sus opiniones, me ayudan a mejorar esta novela que jamás creí seria de esta forma y tan larga, ha tomado un curso propio y yo lo único que hago es contarlo.