Capitulo 24 La verdad incompleta
-John... -Me he levantado mirándole a los ojos.- ¿Qué es esto? –Alcé una ceja y voltee el sobre.-
Él ha sonreído de lado y ha entrado, cerrando tras de sí la puerta.
-Sabía que llegaría este día, pero nunca imaginé que sería tan pronto. –Comentó.- Abigail...
-¿O' donell?, ¿No? –Dije seguro, aun cuando tenía mucho miedo he intentado parecer que no lo sentía.-
Estupefacto. Así ha quedado, me ha aplaudido y yo no parecía entenderlo.
-La misma, Abigail O' donell...¿Le conoces?
¿Sí?, ¿Qué debía responderle?, aun no sabía que había dentro del sobre, pero a él no parecía importarle. Eso, o sabía fingir muy bien que no le importaba.
-¿Y por qué no me lo dices tú?, siempre me estás vigilando.
-Bueno, haremos esto, si tú me dices que es lo que sabes sobre ella yo te diré algo que podría interesarte sobre tu futuro. –Se ha cruzado de brazos delante de mí, con la misma mirada inamovible.-
Me temblaba la mano que sostenía el sobre, me he cruzado de brazos para ocultarlo, he mirado a mis pies. Te extraño demasiado Jesse, quiero que me sostengas en este mismo momento... siento miedo de que todo esto me haga más daño del que ya tengo con tu odio.
-¿Qué dices?, ¿Te haces hombre de una vez por todas o seguirás ocultando información?, tú sabes que aunque tu padre este muerto aun hay cosas que puedo utilizar para mantenerte aquí. –Hizo una pausa.- Yo sé que te acostaste con ella en la nieve.
-Era de imaginar que irías detrás de mí. –Comenté fuerte, pero sintiendo como el temor me arrastraba por la habitación.- Esta bien, te diré.
-Dilo.
Sus ojos enclavados en los míos, si, ahora me la jugaba. Por ti Jesse, te dejaré fuera de esto.
-Es la dirigente de la Mafia Red Sky.
¿Estuvo bien decirle?, Abigail, nose dónde estás, me dijiste que me protegerías, pero aun ahora estoy más sólo que nunca.
-¡Perfecto chico!, Te has ganado toda mi gratitud pequeño imbécil. –Se ha echado a reír mientras sostenía su estómago en las manos.- Bueno, como yo soy un hombre de palabra, ahora me toca a mí decirte lo que sucederá contigo.
-¿De qué hablas?, dijiste que me hablarías sobre mi futuro.
-Por eso... -Ha sonreído ampliamente.- Serás padre, Jessica está esperando un hijo de ti imbécil, aun cuando no quiero tenerte cerca nunca, reconozco que es una noticia realmente buena, a mi me gustan mucho los niños.
¿Es enserio?, he reído a carcajadas, todo el miedo se ha visto disipado, una sonrisa sarcástica me invadió, parece molestarle.
-¿Cuál es el chiste?
-Bueno, el chiste se cuenta sólo pero parece que tendré que hacer una excepción y contártelo de alguna forma que puedas comprenderlo.
-¡Idiota!, ¿¡no estarás dudando de mi hija!? –Furioso se ha acercado, me ha empujado en la pared y yo le he rodeado quedando de espaldas a él.-
-Nunca me atrevería a estar con tu hija, no sabes el asco que me daba tenerla cada mañana, a otro idiota con ese cuento, no es mi hijo y lo sabes bien.
-Vale, veo que quieres las cosas por las malas.
De espaldas a mí ha abierto su abrigo. He vuelto a mirar mis manos donde sostenía estos recibos de los pasajes a España, he comenzado a entenderlo, recuerdos me atravesaron la cabeza.
Aquel día en que Jesse se marchó...el mismo día en que los pasajes fueron usados y el horario elegido...
Lo comprendo. La sonrisa en mi rostro ahora no significaba nada a excepción de odio, ¿Porqué?, ¿Qué hice yo para que la traiga conmigo?
-¡Dímelo! ¡De una maldita vez Dime! ¿¡Qué mierda hice yo para que la enviases tan lejos de mí!?, ¿¡Por qué te empeñaste en destruir mi vida desde que era un estúpido adolescente!?
-Porque tienes lo que yo quiero...tú lo tienes dentro de ti...-Su voz ha cambiado, ahora derrotado y sin voltearse aun me lo ha confesado.- No mereces ser feliz, ellos no me dejaron ser feliz a mí... ¡Tú maldito padre alcohólico!... ¡Me arrebató a la chica que yo más amo!, ¡Acabó con el amor de mi vida y encima te tuvieron a ti!, ¡Un bastardo nacido del maldito agujero dónde solían revolcarse!
¿Qué?, ¿No oí bien?, He retrocedido tragando con fuerza, no lo entiendo, papá nunca me dijo nada, papá le temía a John, Mamá lo dejó por otro hombre... ¿O no?, si así fuera John debería estar empeñado en acabar al otro hombre pero... no lo ha hecho...entonces no existe otro hombre...
-¿Quién es?, ¿Quién es la que te hizo eso, John? –Mi pregunta me daba más incertidumbre, quería saberlo pero a la vez no, sentía que me derrumbaría al saber todo esto, por un segundo he sentido incluso compasión por él.-
-Abigail, tú madre.
Un profundo suspirar me ha tragado, he alzado la mirada al techo y he comenzado a temblar por completo, ahora no entendía nada... ella no podía ser, ¡ella no!
-Pero ya no más...no más de Abigail O' donell, ni de ti, Danny Mendoza O'donell, nada más de ustedes dos...
Se ha volteado sonriendo desquiciado, sosteniendo el arma cargada, apuntándome.
He aceptado esto, solté la carta y levanté las manos sólo un poco.
-Perdóname John...Ahora quizá pueda...entenderlo por completo...
-¡No lo digas!, ¡No quiero ver tu cara en mis sueños más tarde!
Sus ojos han desbordado lágrimas, pero no ha dejado de apuntarme. Le he sonreído derrotado.
-Adiós Danny...pudimos ser felices si tu madre no se hubiese equivocado... pudiste ser mío...
Su dedo amenazaba con disparar, poco a poco el gatillo se estiraba hacia atrás.
He paseado la mirada por la habitación rápidamente, el interruptor de la luz estaba a un lado de mí. ¿Cómo iba a acabar así?, Yo no puedo abandonarla, le prometí decir esa noche algo que nos haría uno toda la vida... prometimos escribir juntos hasta que la luz se apagase. Yo no tengo la culpa de los errores de nadie...
-Sé que...
Apagué la luz rápidamente y salí cerrando la puerta, he comenzado a correr, el disparo ha hecho estallar la cerradura y ha volado parte de los pasamanos en la escalera.
Los hombres de negro me han atrapado en la salida, John ha llegado tras de ellos y me ha puesto el revólver en la cabeza.
-¡Qué necio eres!, ¡Sin lugar a dudas eres hijo de tu madre! –Frunció el ceño, he cerrado los ojos con fuerza.-
-¡John!, ¡Estoy aquí!
La voz de Abigail, oh no...
-¡VETE!, ¡TE HARÁ DAÑO!, ¡NO TE ACERQUES MALDITA SEA! –He comenzado a forcejear con los demás, pero cada vez se volvía más inútil.-
-Abigail... al fin te das el lujo de salir de tu madriguera... ha pasado tanto tiempo...
Abigail ha sonreído debajo de su manto.
-¡Suéltale!, yo soy lo que quieres, ¿O no?
John ha asentido.
-Sí, pero creo que me divertiré más con este niño. –Ha golpeado con la palma de sus manos mis mejillas.- Necesita mucho afecto, ¡no ves que su madre jamás estuvo!
-¡Déjale libre!, entonces...me quedaré contigo para siempre...
-¿Para siempre? –Preguntó alzando ambas cejas.- es una oferta bastante tentadora.
-Sí...para siempre...
He observado a mi costado, hombres de rojo se escondían en los arbustos, estaban rodeándonos poco a poco...lo comprendo, Abigail estaba distrayéndole.
-¿Qué dices?
-Me parece bien, pero...¡Espera!
-¿Qué?
-Me parece muy fácil para ser real, ¿Qué ocultas?, ¿cuál es la condición?, ¿Dejarle libre?
-Sí, tú sabes lo que significa para mí.
-Entonces, acércate.
Abigail se fue acercando lentamente, comencé a vislumbrar algo en su caminar... su voz... era cierto, no se parecía a la que yo recordaba...
-¡Alto! –Ella se detuvo.- ¿Podrías decirme si aun mantienes la luz encendida por las noches?
John me ha observado confuso, pero yo sabía que respondería.
-Y si es necesario de día también...-Dijo.- todas y cada una de las noches, las mantuve encendidas para que llegases hasta mí...
Oh no...No puede ser... esa sonrisa...
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