Capitulo 22 Huellas del pasado
¿Adivinarías dónde me encuentro si te digo un solo color?
He sido un idiota... terminé de perderte Jesse, de seguro ahora me debes estar odiando.
Sentado aquí en medio de la tormenta, en medio de la nieve me congelo.
-Ya no quiero ser parte de esto, he sido un imbécil... -Le eché un vistazo a mis manos, que estaban tornándose poco a poco violetas gracias al frío.-
He comenzado a caminar a la cima, quizás así un rayo me alcanzase, si iba a morir al menos que fuese por mi propia voluntad y no porque John me disparara. Bueno...John también ha sido mi padre, no puedo decir que todo lo que pienso de él es malo, también hay otras cosas...
Cuando desperté, unas molestas cortinas amarillas han iluminado la habitación, no sabía dónde me encontraba, pero de alguna forma me reconfortó saber que no estaba muerto, aun cuando decía querer morir.
Mi ropa estaba tirada en un sillón de cuero que estaba a un lado de la ventana que daba a la nieve, pronto pude hilar algunas ideas...solo esperaba que no fuese de quién me estaba imaginando.
-¡Hasta que te despiertas! –Tomás ha aparecido con una bandeja de tostadas y jugo de naranja.- debes estar hambriento.
Fruncí las cejas al comprenderlo.
-¿Tú me has quitado la ropa entonces?
-¡Claro que no! –Él dejó la bandeja encima de un velador de madera rústica que estaba a mi lado.- ha sido Ámbar, ella ha estado toda la noche mirándote mientras dormías... te encontró tirado a un lado de un pino casi en la cima, ¿querías deslizarte de noche? –Se ha sentado a mi lado y me ha mirado incrédulo.-
Por un segundo pensé en responder a su pregunta, pero ahora que lo pensaba con detenimiento... la chica me había visto en ropa interior, si antes estaba loca, tengo motivos para pensar que está desquiciada y que se intentó autoviolar.
-Ella... ¿Acaso durmió conmigo? –Alcé una ceja y tomé una tostada.-
-No, simplemente te ha dejado aquí y se sentó a verte desde el sillón donde dejó tu ropa esta mañana.
-¿Porqué?, ¿Porqué se tomó esa molestia si apenas me conoce?, ¿Espera que piense bien de ella?
Cuando me escuché sentí lo mal que debió sonar eso para su propio hermano, él se ha levantado negando, el chico se veía bastante metódico.
-Así es Ámbar, siempre busca el bien de los demás por encima del personal... es una chica loca y todo lo que quieras mencionar pero...
-¿Pero?
-Ella podría endulzar el agua del mar para no ver el mundo desaparecer...ama demasiado a las personas que viven en él... a ella le gustas, creo que es algo que ya has notado con sus acciones, pero tampoco quiere que lo sepas.
Me he quedado en blanco, ¿Cómo?, nose... es una chica de circo...
-Quizás sólo esta ilusionada con mi imagen. –Comenté levantándome.-
-No... -Se ha volteado a ver por la ventana.- quizás tu no lo notes porque apenas la estas conociendo.
-¿Tendrás algo de ropa que puedas prestarme?, la mía aun está mojada. –Lo he pensado un momento, no sabía que responderle con respecto a su hermana, sobre todo porque ahora tenía más de un problema.-
-Claro, en el closet busca algo que te quede y te lo llevas, de todos modos la mayor parte del tiempo paso con los atuendos del circo. –Él se ha pasado al baño y ha vuelto casi en el mismo minuto.-
-Debo irme...agradezco su hospitalidad...
-¿Te irás de la nieve, o irás a tu habitación?
-Creo que por ahora me marcharé a un lugar en el que ya nadie me moleste.
-¿Por qué?, ¿Hay alguien que te hace daño?
Quizás no sería bueno que supieran nada más sobre mí, me haría de mala fama, todo resultaría peor.
-No, pero debo marcharme hacia nuevos proyectos.
-¿Dónde vives?
-¿Por qué? –Alcé ambas cejas- aunque lo supieras no podrías acercarte, las celebridades viven en sectores más bien... acomodados...
-Bueno... el circo viajará al norte, mañana nos iremos... -Comentó algo triste.- me hubiese gustado que vinieras, a Ámbar le hubiese encantado, serías un bonito regalo de cumpleaños.
-¿Ya tendrá sus treinta y uno? –Me sorprendí al escucharle.-
-Sí, pasado mañana es su cumpleaños.
-Vaya...parece que morirá siendo una bebé, su rostro no denota su edad. –Sonreí mirando al suelo, sacudí mi cabello y lo he vuelto a ver.- quizá nos encontremos en algún otro momento.
-Jim, siempre nos vamos a encontrar, los del circo nos ayudamos. –Comentó Tomás acercándose al pomo de la puerta.-
-¿Qué? –Perplejo he puesto mi mano sobre el pomo y le he empujado levemente.- ¿Por qué dices eso?, ¡Yo no soy del circo! –enojado le he empujado más fuerte.-
-¡Hey!, ¿Intentas ocultar tu identidad?, ¿Enserio?, ¡Jamás entenderás porqué Ámbar te estima tanto!, ¡El porqué le gustas!...
-¿¡Qué!?, ¡Jamás les he visto!, ¡Tú no sabes quién soy yo!
-¡Yo no pero Ámbar sí que lo sabe!
Me he quedado helado, lo sostuve por la camisa y lo he vuelto a lanzar al suelo, él se ha marchado ordenándose, sin poder entenderlo, aun más aterrado por mi existencia me he puesto la ropa rápidamente y he buscado a la chica desesperado, evitando a los del set, quizá ella pueda aclararme quién soy, ella tiene la pieza que me falta...
Ella es...
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