Gruss Vom Krampus

Él nos visita primero, para dejar solo a los niños buenos.
Antes de navidad, el seis de diciembre adelanta a San Nicolás.
Abedul y sacos, directo del ardiente mundo subterráneo.

Bienvenido Krampus, ¿Qué tan mal me he portado?

Nunca dejas su lista, sí tu nombre fue grabado.

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Buenos Aires.

¿Por qué nevaba en Buenos Aires?

"... Al aire frío de origen polar que cubría gran parte del territorio argentino, se le sumó una perturbación en altura proveniente desde el océano Pacífico..."

Aclararon en el noticiero, al que hace rato le dejó de prestar atención.

Hacía sesenta años que vivía en la provincia y nunca había pasado, seguía siendo poca cosa las nevadas de su país de origen, pero ¡Era nieve!

Blanca, fría y tramposa.

Tan blanca como el espacio en su mente que cubren las frías paredes de su tramposa memoria.

Paredes en las que crecían las grietas de las que salía gritos y una dulce vocecita que la atraía.

La atraía a un lugar prohibido, lleno de dolor.

Cada copo que contó desde la media mañana sumaban tan poco a comparación de las horas que faltaban para que Fernando llegará a visitarla.

Y ella ya no podía luchar contra los recuerdos que traía esta nieve.

Ella sí sabía por qué nieva en Buenos Aires.

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Corría y respiraba hondo, no quería resollar. Tenía a Wilke apretada entre sus deditos, teñidos de rojo sangre.

Casi llegaba, la salida estaba a unos pasos más, solo un poco más.

Si ella era mala, Sacha era peor ¿verdad? Hizo bien en dejarlo atrás.

No importaba la maníaca risa que la seguía, llamándola con la vocecita de alguien a quien ella traicionó.

"Agna, ven a jugar"
"Agna, no te vayas"
"Agna, sigues en la lista"

Agna, Agna, Agna, cantaba.

"Agna, de mí no escaparás"

Frente al árbol de navidad más luminoso que vio en su vida, Fernando vio a su madre con Wilke en sus ajadas manos.

Muerta y gris.
Como si durmiera.

¿Ese era el olor a azufre y menta?

Y en el noticiero se preguntan: ¿Por qué nieva en Buenos Aires?

Porque él nos visita primero, para dejar solo a los niños buenos.

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En Buenos Aires no es nada común que caiga nieve, la última vez fue en junio del 2007.
Hace 15 años, quiza podemos pensar que su motivo fue la visita del Krampus.

Este relato participa del concurso navideño de GlowSpeech