Capítulo 15
Después de todo, al final solo había sido una broma de parte de David por acabarme su Whiskey, vomitar en su piso (una parte del vómito llegó a estar en el techo) y le quemé su sofá al no apagar bien un cigarrillo; pero él me había hecho la broma para darme una probada de mi propio chocolate.
Pero luego de casi un año sin escuchar nueva música de ella, por fin, Taylor Swift lanzó un disco sorpresa y de forma inesperada. Taylor lanzó folklore, como su séptimo disco de estudio. Lo escuché muchísimas veces seguidas, hasta poder aprenderme todas las canciones de su disco. Yo me consideraba un gran fan de esa mujer; mejor conocido como "Swiftie". Amé que Taylor lanzara de sorpresa folklore: mis canciones favoritas eran august, cardigan, betty, the lakes y seven; mantuve harto a David con el disco de Taylor por tantas veces que lo reproduje.
No pasé la audición para estar en las dos películas (ni siquiera como un personaje extra; nada), me deprimí muchísimo porque, aunque sí hubo call back conmigo, no pude quedarme ni siquiera con un papel extra me deprimí porque era bueno, pero no fui lo suficiente para poder ganar. Poco me importó, David solo me dijo que lo haría mejor la próxima ocasión, yo en automático comencé a creer que no; mi carrera como actor había terminado.
Yo, a la vez, estaba triste debido a que ya no podía estar con David como yo quería estarlo, y aunque David y yo nos veíamos bien siendo una pareja: él ya no quería nada qué ver conmigo y me lo dijo con anterioridad; si yo no aceptaba tener algo formal con él, nunca más iba a pasar lo mismo que pasó entre nosotros dos hacía unos meses atrás (mucho sexo). No me preocupaba del todo porque tenía a Richard Vallaj comiendo de la palma de mi mano, si yo le decía que volviera a Europa, Richard volvería a Europa por mí.
¡Maldito! «Si yo le decía a Richard que volviera a Europa, Richard volvería por mí». ¿En qué estaba pensando? Posiblemente solo quería a Richard para tener sexo con él; o tal vez no, tal vez yo lo quería para tener algo formal con él, it could be. Pero extrañaba a Richard, muchísimo, lo necesitaba y lo quería en París conmigo. David sí pudo notar que yo estaba un poco distante y que me hacía falta algo; que yo extrañaba algo y que podría estar sufriendo la pérdida de alguien.
—¿Todo bien, Louis Gerald? —David me preguntó mientras él estaba haciendo un poco de limpieza y yo estaba descansando en el sofá escuchando folklore de Taylor Swift; odiaba que David me hablara a mí por ambos nombres, no me gustaba; lo detestaba.
—Sí, David, solo que este nuevo disco de Taylor me pone triste; son, en su mayoría, puras baladas.
—Yo sé que tal vez no es algo parecido a Shake It Off, pero no puedes estar triste por ello —trató de animarme, pero no funcionó; yo extrañaba demasiado a Richard Vallaj, me hacía falta para estar tranquilo.
—Me siento como Taylor Swift cuando escribió All Too Well —oops! Tal vez no debí decir eso.
—Enamorado y sufriendo la pérdida de alguien quien es importante para ti, Louis Gerald —lo miré con una mirada sorprendida y con mucha estupefacción: jamás creí que David fuera fan de Taylor, por lo menos no como yo lo era—. Stop looking me like that! Me gusta Taylor Swift, he escuchado su música por lo menos una vez cada canción en mi vida; he escuchado su discografía completa por lo menos una vez.
—¿Antes o después de conocerme? Tell me the truth! —lo miré directamente a los ojos.
—Más bien: durante, ya la estaba empezando a escuchar, pero tú fuiste una razón más para seguir escuchándola —en ese momento, David me miró completamente enamorado de mí, pensé que ya lo tenía otra vez comiendo de la palma de mi mano.
—Whoa! —estaba muy feliz de que David conociera una parte de lo que yo sentía en ese momento—. ¿Escuchaste The Taylor Swift Holiday Collection y Beautiful Eyes, también?
—Te lo repito, por si no quedó claro: ya he escuchado su discografía completa por lo menos una vez, eso incluye el EP navideño y Beautiful Eyes, que también es un EP.
—Creo que, al final del día, sí tenemos algo en común, David —mi sonrisa era de oreja a oreja—. A ambos nos gusta Taylor Swift.
—Corrección —al parecer me equivoqué con lo que dije—. Yo solo he escuchado a Taylor Swift una vez, tú la has de haber escuchado muchísimas más veces que yo.
—Pero conoces el sentimiento de Taylor cuando escribió All Too Well, don't you, David? —le expliqué con cuidado—. Y no cualquiera lo conoce o lo sabe.
—Sí, pero no es tan difícil de adivinar cómo se sentía —me sentí un poco decepcionado por el tono de voz que utilizó al decir esto, como si dijera «ay, sí, pobrecita, se sintió triste; ¡qué pena la suya!». David no notó mi repentino cambio de humor y no lo culpo, tal vez eso era demasiado «tonto» para ponerme sentimental.
—Pues bueno, tengo hambre, ¿vamos a comer? —le comenté muy amablemente a David mientras intentaba ocultar mis sentimientos de frustración.
—Pediré sushi a domicilio, no podemos salir por esta maldita pandemia —después de decir esto, inmediatamente tomó su teléfono el cual utilizó para pedir el sushi que, después, comimos—. Llegará en un minuto, Gerald. ¿Estás bien?
—Sí, estoy bien —le respondí en francés porque recordé que él me había obligado a hablarle en francés apenas unas semanas atrás cuando se fue del hotel.
—De acuerdo, te creeré, Gerald —era evidente que David no creía ni una sola palabra de lo que yo le decía.
Me senté en el sofá de David, decidí poner algo en Disney+ (quería ver si con eso me podía distraer un poco y olvidar a Richard Vallaj), decidí poner la película de Hannah Montana (justo como en mi sueño con Richard Vallaj, solo que en esa ocasión no llegarían ni Taylor Swift ni Selena Gomez).
Comimos el sushi en absoluto silencio de parte de ambos: ninguno tenía ganas de hablar con el otro. En vista de que la situación ya me estaba hartando, tomé mi sushi y me fui a mi habitación para terminar de comer ahí dentro.
Al día siguiente, programé una cita con un productor musical para grabar un cover de la canción Past Life de Trevor Daniel con Selena Gomez; el mismo productor me dijo que yo tenía que cantar las partes de Selena Gomez debido a que Tom Roux (mi compañero de canto, con quien canté el cover) no quería cantar las partes de Selena solo por el hecho de ser mujer y porque él era «hombre». Seguro él era un hombre cis género, blanco, heterosexual, misógino y homofóbico. Seguía habiendo mucha homofobia a pesar de que en Disneyland Paris había un día en donde se festejaba el orgullo homosexual. Pasados unos días, por fin pude reunirme con Tom para poder interpretar el cover de Trevor y Selena. Era muy temprana la hora en la que llegué por respeto al productor y por respeto a Tom (aunque yo mismo sintiera que este último no me respetaba).
—¡Buenos días, Tom! —lo saludé en cuanto lo vi, Tom contaba ya con muchos fans en Europa y en varias partes del mundo, debido a que era reconocido a nivel internacional; mucho más internacional que yo—. ¿Estás listo para cantar el cover?
—Sí, y aprecio que me hables en francés, Louis Gerald —me respondió Tom, era tan educado—. Pero también hablo inglés y español.
—Oh, lo siento mucho —me miró divertido y comenzó a reír un poco, porque yo seguí hablándole en francés—. Ok, lo siento; es que no creí que fueras políglota, o trilingüe, al igual que yo —empezó a reírse por lo que yo le había comentado.
—No te preocupes, es normal que lo pienses, Louis Gerald —me lanzó una sonrisa llena de cariño muy sincero, sentí raro en mi estómago, dudaba que fueran «maripositas» porque ya no las sentía desde que estuve con Richard Vallaj en su casa.
Noté que David se enojó porque Tom me ofreció una sonrisa bastante cariñosa y él mismo notó que yo me sentía ligeramente atraído hacia él; pero él no tenía derecho a ponerse celoso si ya no quería tener nada conmigo, así como yo con él.
—¿Estás saliendo con tu manager o por qué de repente me está echando una mirada de odio? —al parecer Tom también se dio cuenta de ello.
—No, al contrario —David ahora me comenzó a mirar igual de feo—. Solo le compartí de mi licuado de avena en la mañana y él es alérgico a la avena como no tienes idea. A veces tiende a ver a todos así —concluí, David ya no me miraba mal ni a mí ni a Tom.
—Whatever! —Tom soltó una risa un poco sonora—. Vamos a grabar el cover, yo empiezo a cantar.
Dejé que Tom Roux se adelantara a propósito para poder hablar a solas con David.
—¿Qué fue eso? —lo detuve de su caminata para preguntarle—. ¿En serio estás celoso después de decirme que ya no quieres nada conmigo?
—Corrección —comenzó a hablar David con muy poca paciencia—. Nunca dije que no quisiera nada contigo, dije que lo quiero todo; pero quiero que seamos exclusivos el uno del otro, también dije que me estoy empezando a olvidar de ti porque tú te estás empezando a sentir enamorado de Richard Vallaj —¡Dios! ¿En serio era necesario tener que mencionar el nombre de Richard haciendo una suposición de que estaba enamorado de él, cuando ni siquiera yo mismo sabía si estaba enamorado o no de él? De nuevo: negación.
Solo puse los ojos en blanco seguido de una expresión de fastidio porque sabía que David tenía razón y yo solo estaba tergiversando las cosas. Entré al estudio, no saludé al productor, solo me coloqué de pie frente al micrófono para poder cantar, en cuanto el productor puso la pista, Tom comenzó a cantar; la voz de Tom era bastante buena, él sabía cantar (y mucho mejor que yo, válgame la redundancia)
—Tu turno, Louis —de nuevo me ofreció una sonrisa muy alegre y coqueta; yo comencé a cantar, primero con mucha desconfianza, después me atreví a cantar mucho mejor y tan afinado como me fuera posible cantar.
—¡Alto ahí! ¿Qué demonios fue eso? Pensé que podías cantar, eso fue irrespetuoso, Louis Gerald —el productor sí notó que desafiné un poco al inicio.
—Sí, ¡yo puedo cantar! Lo sé, lo siento mucho, lo intentaré más alto la próxima vez que cante, ¿podemos repetirlo, por favor?
—Por supuesto que lo fue. Sé que fue un error, y errores los puede cometer cualquiera, pero que esta sea la primera y la última vez que ocurre —y repetí lo que me tocaba cantar, aunque me haya sentido un poco ofendido cuando dijo que pensó que yo sabía cantar. Tom se quitó los audífonos y se acercó a mí a susurrarme algo.
—No te preocupes, le puede suceder a cualquiera, Louis —lo miré un poco extrañado por lo que dijo, con una mirada preocupada porque no sabía si nos podían escuchar David y el productor; si nos hubieran escuchado, nos hubieran despedido—. Tranquilo, quita esa cara, no nos entiende, no sabe español, pero sabe un poco de inglés; así que no hables en inglés, por favor —me sentí mucho más tranquilo por lo que me dijo.
—Gracias, pero creo que David sabe y si nos escucha le puede decir; él también habla español, francés e inglés —susurré con mucho cuidado para que David lo leyera mis labios o escuchara una sola palabra de lo que yo estaba diciendo.
—También sé italiano, pero el productor sabe italiano y esta vez sí podría escucharnos.
—Además de que yo no sé italiano, no soy políglota —admití con un poco de vergüenza sobre mí mismo—. ¡Aunque esa es mi meta! Tú sí eres políglota, ¿no?
—Sí; sé español, francés, inglés, italiano, portugués, unas palabras en chino, coreano, japonés y ruso —abrí los ojos y la boca como platos, esos eran demasiados idiomas, yo no sabía tantos idiomas; pero claro que los pude haber aprendido, siempre y cuando tuviera la misma dedicación que Tom, porque me encantaban los idiomas y siempre serán una cosa tan hermosa e importante.
—Solo te falta aprender árabe, sueco y todos esos idiomas —volteé a verlo con una mirada sorprendida—. Una vez conocí a un chico que tenía un novio italiano; el primo de David, de hecho. Le habría encantado estar aquí y conocerte.
—¿Sí? —preguntó con una mirada de curiosidad.
—Seguro —comencé a recordar a Marcus, lo cual me puso un poco triste porque Marcus murió enojado conmigo y odiándome—. Él… Él era mi mejor amigo.
—¿Qué pasó entre ustedes dos? —Tom pudo notar la nostalgia en mi voz, mas no pudo evitar quedarse con la duda del chisme entre Marcus y yo—. Quiero decir, dijiste «era mi mejor amigo», ¿por qué ya no lo es?
—Una larga y complicada historia, Tom —no quise contarle muchos detalles sobre la muerte de Marcus.
—Cuéntame —se acercó un poco más a mí; de manera más sensual—. Quiero decir, solo si tú quieres, claro.
Yo dudé un poco si contarle o no lo que le había pasado a Marcus, lloré muchísimo cuando me llamaron al día siguiente del baile de graduación para decirme que Marcus había muerto; hubo un funeral simbólico, sin su cadáver porque, aparentemente, nunca fue encontrado.
—¡Ey, ustedes dos! ¿Van a empezar a cantar ya, o están esperando? —nos preguntó el productor musical debido a que Tom y yo estábamos platicando en vez de estar cantando.
—Esta conversación se termina ahora, ¿ok? —le susurré a Tom, cortando por completo la conversación—. Sí, lo sentimos mucho, seguiremos cantando, empezamos enseguida,
Volvimos a cantar el cover de Trevor Daniel con Selena Gomez y para ese entonces sí la cantamos completa, cuando terminamos Tom me habló para pedirme algo.
—Espera, Louis. Por favor, tienes que hacerlo, acéptame una cita, por lo menos algo pequeño —Tom no pudo ocultarlo más, él también empezó a sentir algo por mí, ¿cuántos más? ¿De verdad yo era tan guapo?
—No puedo —¿le estaba siendo fiel a Richard Vallaj?—. Tengo novio —mentí un poco, porque Richard y yo no éramos novios; no éramos novios, pero éramos más que amigos. Sentí la necesidad de rascarme un poco mi cuello, no sentía comezón, pero fue una necesidad sin saber exactamente por qué.
—Estás mintiendo, Gerald.
—¿Cómo lo…
—Cuando te sientes amenazado, el cuerpo empieza a hablar por sí mismo, ¿no lo crees? —no me dejó terminar de preguntarle cómo lo sabía, habló con un poco de prisa en su voz—. Ladeaste la cabeza y te rascaste el cuello cuando dijiste las palabras «tengo novio», porque claro que no lo tienes —Tom hizo comillas con los dedos. Así que por eso sentí la necesidad de rascarme.
—No me digas que… —tampoco me dejó terminar mi oración.
—Sí, sé de Lenguaje Corporal, Louis Gerald —hundió un poco los hombros al terminar de decir eso.
—Al parecer también eres psíquico porque supiste todo lo que estaba a punto de decirte —Tom soltó una enorme risa antes de volver a hablar.
—No, pero eres muy; bastante, predecible, Gerald —de nuevo encogió los hombros.
—Como sea, si tengo o no tengo novio, es mi problema —volví a ponerme a la defensiva—. Si sí puedo o si no puedo, también es mi problema. Tal vez mi contrato diga que no puedo tener novios o citas con gente famosa; así como tú y yo.
—¿Y quién dijo que yo quiero ser tu novio, Gerald? —entonces Tom no quería una cita con ese fin y tal vez yo ni siquiera le gustaba—. Quiero una cita para platicar, conocerte, poder tener una relación… —yo puse una mirada de entre decepción, sorpresa y melancolía—. ¡De amistad! Amigos, simplemente amigos y nada más.
—Bueno, lo voy a pensar, ¿vale? —le guiñé un ojo a Tom—. Solo espero que podamos salir algún día.
—No tienes nada qué pensar, solo di que sí aceptarías una cita conmigo, por favor; solo te pido una cita —noté que David me miraba un poco celoso y quería que me alejara de Tom lo más pronto posible.
—Claro que sí —me aseguré que David mirara que le había dicho que sí a una cita con Tom—. Estaré encantado de salir contigo y espero que pronto —al terminar de decir esto, le di un abrazo muy cálido; sentí la mirada asesina de David clavada justo en Tom y en mí.
Después tuve que entregarle una tarjeta mía con toda mi información de contacto (en realidad era trabajo de David tenerlas, pero le robé un par sin que se diera cuenta para entregarlas a quien yo quisiera), aunque de igual forma anoté mi número de teléfono en un post it y se lo entregué, solo para asegurarme de que sí fuera a llamarme. Hablando de llamar, me entró a la mente la idea de que debía llamar a Richard o a Logan (aunque no habíamos roto formalmente para ese entonces, ya que él y yo estábamos en un «break»; o sea que no estábamos juntos, pero tampoco estábamos separados), yo mismo me empecé a autocuestionar de a quién debería llamar. Eran tantas las dudas en mi mente que decidí llamar a Dylan para preguntarle qué debería hacer.
—¿Por qué me llamas, realmente, Louis Gerald? —pude notar ansiedad en la voz de Dylan después de preguntarle cómo estaba y qué estaba haciendo.
—Hace tiempo que no sé nada sobre Logan o Richard y quiero hablar con alguno de ellos, pero no sé a quién llamar primero y creo que es todo —le expliqué cuidadosamente sin echarle algo de labia.
—Como diríamos en México: ¡qué poca madre que solo me llamaras para eso! —me gritó por teléfono, casi pude jurar que estaba a mi lado gritándome—. Pero ¿sabes qué? Te perdono y te ayudaré, ya que no soy tan malo.
—Than…
—No me agradezcas, está todo bien —no me dejó terminar lo que estaba a punto de decirle, aunque sí era un agradecimiento.
—De acuerdo —me preparé mentalmente para preguntarle lo que ya tenía planeado preguntarle—. ¿A quién debo llamar?
—A Richard Vallaj —no tardó ni un segundo en responderme, incluso sentí que él ya sabía lo que yo iba a preguntarle y por ende ya sabía la respuesta—. Sin dudarlo ni un poco.
—¿Por qué… —de nuevo me interrumpió.
—Es lógica, pero escucha: si te sientes enamorado de dos personas, siempre elige a la segunda por la que sentiste algo; porque si de verdad amaras a la primera ni siquiera te habrías fijado en la segunda; así de fácil, Louis Gerald —repitió lo que yo pensé hacía unos meses; Dylan tenía toda la razón posible del mundo.
—Tal vez tienes razón, Dylan.
—¿«Tal vez»? No, mi estimado Louis: sí la tengo —Dylan hizo muchísimo énfasis en la palabra «sí».
—Llamaré a Richard, gracias por tu consejo y por esa frase que me guardaré en mi interior por toda la vida, Dylan —le agradecí a Dylan por la frase que me dijo; a pesar de que ya la había dicho—. ¿Y cómo estás, Dylan? —le pregunté por miedo a que se enojara conmigo por solo llamarle para pedirle un consejo.
—Escucha, no tienes por qué preguntarme cómo estoy, si no quieres seguir hablando conmigo. Si solo me llamaste para que te diera un consejo: está perfecto, no hay ningún problema, guapo —entonces ¿Dylan sabía que yo solo le había llamado para eso?; me sentí mal un instante por eso y no supe cómo reaccionar ante dicha situación—. Cuídate mucho, Gerald, gracias por la llamada; adiós.
—A… —Dylan colgó la llamada antes de que pudiera siquiera despedirme de él; ¡qué maleducado!—. Adiós, Dylan.
Me quedé pensando un par de segundos más en si debía o no llamar a Richard, decidí que iba a llamarlo, pero yo no sabía exactamente qué iba a decirle. ¿Acaso le diría «hola, Richard, oye pues tomé una decisión y te elijo a ti sobre Logan e incluso sobre David»? ¡No! Hacía unos meses elegí a David sobre Logan, por encima de todo y todos. Me llegué a considerar una bruja. Tal vez pude pensar que ya me había dicho mucho esa palabra (e incluso la llegué a cambiar por «maldito»). Pero Richard no sabía que yo tenía algo que ver con David, en realidad nadie lo sabía (excepto Lindsay y Dylan). Fue entonces que decidí llamar a Richard, contestó de inmediato el teléfono, me sentí bien conmigo mismo porque él me había respondido de inmediato.
—¡Hola, Louis! ¿Todo bien? —yo habría querido que Richard me llamara «bebé», habría sido tan hermoso—. ¿A qué le debo el placer de tu llamada?
—Te extraño —le dije a Richard mientras caminaba y me olvidaba por completo de que estaba en el estudio con David para grabar el cover de Past Life—. Muchísimo y quería saber cómo estabas, es todo.
—Ay, Lou —pude notar que Richard estaba hablando muy en serio—. Yo también te extraño demasiado; como no tienes idea.
—¿Volverías a Europa? —pregunté con la esperanza de que sí regresara a Europa por mí—. ¿Aunque sea un par de días? ¿Por mí?
—No me pongas en esa posición —habló con desdén—. Ahorita no podría ir a París porque estoy algo ocupado aquí en América con mi padre, sí lo entiendes, ¿no? Yo de verdad quisiera poder ir a verte, es solo que no puedo en este momento.
—Está bien, ya no te pregunto cómo estás porque ya me lo dijiste —hablé un poco decepcionado—. Mejor cuéntame algo, Richard.
Richard me contó más sobre cómo le ayudaba a su padre con su gran empresa y estaban pensando abrir sucursales en todo el mundo, me contó cómo le iba en su vida e incluso me empezó a comentar lo mucho que me quería y quería estar conmigo.
—¡Espera un segundo! —casi le grité a través del teléfono—. No estoy completamente seguro de qué es lo que estás haciendo, pero apuesto a que no tiene que ver con la escuela.
—Sí, y puedo jurar que te dije que estoy ocupado con mi padre en América hace unos segundos, jamás mencioné que fuera de la escuela —empecé a dar vueltas por la calle—. Es más por las tareas de la empresa de mis padres, ¿sabes de qué te hablo, no?
—Sí —respondí poniendo los ojos en blanco y de modo tajante—. ¿Eso qué tiene que ver?
—¿Tal vez que mi papá me está enseñando a manejar la empresa para que yo mismo la controle después de que ellos dos se vayan?
—Cierto, tienes razón.
—Bueno, estoy más tranquilo sabiendo que me entiendes —¿desde chiquito ya lo preparaban para manejar su empresa? Ok, no era tan chiquito, pero aún era un joven adulto—. Cuéntame, ¿cómo estás, guapo?
Le conté a Richard que yo también estaba bien y lo extrañaba demasiado (de nuevo se lo conté, y no mentía, las semanas que pasé con él yo había comenzado a sentir algo por él y él también hacia mí; incluso Richard me lo había dicho). No me di cuenta de que ya había llegado por cuenta propia a mi casa donde vivíamos David y yo. Entré en mi habitación mientras seguía hablando con Richard Vallaj, mientras me contaba cosas que le pasaban en su vida, en el trabajo de sus padres (la compañía); básicamente su vida era perfecta, al comentarle que su vida era perfecta, me respondió que la mía lo era más y que la suya no podía ser tan perfecta porque yo no formaba parte de ella.
—¿Eso qué quiere decir? —me senté en el suelo—. Soy parte de tu vida, si no me equivoco —Richard comenzó a reír después de mi comentario.
—Olvídalo, Louis —me comentó—. No lo entenderías nunca.
—¿Puedo ayudarte en algo de tu empresa o estás bien? —le ofrecí mi ayuda a Richard, pero creo que no la necesitaba porque solo comenzó a reírse y a decirme que no pasaba nada.
—Estoy bien, Louis, pero gracias por preguntar y por ofrecerme tu ayuda; fue un detalle muy lindo —él me habló en un tono bastante lindo y tierno; Richard sabía lo vulnerable que yo era ante ese tono de voz tan hermoso—. ¿Sabes algo que quiero decirte? —Richard me tomó por sorpresa cuando yo ya iba a responderle algo sobre su agradecimiento—. Te extraño muchísimo, odio tener varias responsabilidades que me tienen atado a Estados Unidos que no me permiten ir a verte.
—¿No tenías tantas cuando estuviste aquí en París? —sí, estaba decepcionado, pero él comenzó a reír
—Sí, pero lo dejé todo hasta el final.
—Did you? —le pregunté a Richard.
—Sí, lo hice —me respondió en francés, su dulce voz era tan hermosa y ese tono francés me encantaba; Richard lo sabía, lo sabía y se aprovechaba—. Siempre, desde que salimos de Apple White, lo hago y era algo que no le gustaba a Jessie —el hecho de que Richard mencionara a Jessie me hizo pensar en los rumores que vinieron después de lo que pasó en el baile de graduación (y me puso un poquito incómodo).
—Si te pregunto algo, ¿me respondes con sinceridad? —le dije a Richard mientras me cambiaba de ropa y me ponía mi pijama.
—Claro que sí, Louis Gerald —escuché ansiedad en su voz—. Lo que quieras, yo puedo ayudarte con eso.
—Ok, está bien —me preparé mentalmente para preguntarle—. Después de tu ruptura con Jessie hubo muchísimos rumores al respecto de si ustedes ya no estaban juntos porque se habían sido infieles el uno al otro, yo me quedé con la duda: ¿Jessie y tú se fueron infieles el uno al otro al final de su relación? —pude escuchar cómo Richard resoplaba por lo bajo-. Si es muy incómodo no me respondas.
—Ay, Louis —habló Richard con un poco de decepción en su voz—. ¿De verdad creíste esos rumores?
—Responde tú primero, por favor, Richard; lo necesito —casi escupí las palabras.
—Te respondo y luego tú me respondes, ¿de acuerdo?
—¡De acuerdo! —acepté—. ¿Entonces qué pasó?
—No.
-¿No? —se notaba un poco de rabia en mi voz—. ¿No me vas a responder?
—No -repitió.
-¿«No», qué, Richard? —sentía que la sangre me hervía—. Dímelo, por favor.
—¡Ya te dije que no! —esta vez Richard gritó.
—¡No me grites! —sentía que si lo tuviera frente mío, lo hubiera golpeado, aunque él tuviera muchísima más fuerza de la que yo tenía—. ¿Oíste, Vallaj?
—No —pareciera que Richard solo conocía esa palabra.
—¡Con un carajo! —le grité en francés a Richard—. Ya estoy un poco harto, ¿no me vas a responder lo que te pregunté? Me hubieras mencionado eso desde el inicio y yo te hubiera dejado en paz-juraría que su carcajada sonó hasta el medio oriente.
—¿Qué es tan divertido? —puse los ojos en blanco.
—El hecho de que te respondí desde hace rato y tú pensabas que no te quería responder, Gerald —su confesión me había tomado por sorpresa—. No, no engañé a Jessie, mucho menos ella me fue infiel.
—¿Por qué terminaron? —quería enterarme de todo el chisme.
—Veamos —se aclaró la garganta—, te toca responderme tú a mí; así que no tan rápido.
—No es justo —hice un puchero de decepción—. Eso no era parte del trato.
—De hecho, sí lo era —comenzó Richard a explicarme—. Voy a citar lo que te dije: «te respondo y luego tú me respondes, ¿de acuerdo?», luego tú me dijiste: "¡De acuerdo!". Sí te acuerdas, ¿no? —Richard tal vez tenía razón.
—¡Maldita sea! -exclamé enojado-. ¡Tal vez tengas razón!
-¡Obviamente la tengo! —sentí cómo Richard frunció el entrecejo—. Ahora contéstame tú la pregunta.
—No —quise hacer lo mismo que me había hecho Richard hace unos minutos, pero no funcionó, él se dio cuenta de inmediato.
—Ok —sí captó lo que le dije—. Yo sé que quisiste hacer lo mismo que te hice, pero solo recuerda que este es mi juego y yo hago trampa si quiero.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro