Capìtulo 13
Richard y yo estuvimos todo el día juntos (lo que restaba del día, mejor dicho), tratando de no estar tan cerca el uno del otro en lugares públicos. Incluso Richard consiguió tener una función para una película en el cine más cercano de donde estábamos en París. Ni siquiera pudimos ver una película de las que estaban; o debían estar, en cartelera, Richard pagó extra para que nos pusieran «Orgullo y Prejuicio» y compramos un paquete «amigos», con palomitas y un par de bebidas, claro que Richard y yo éramos amigos; pero sentí algo en el momento en el que me regaló su beca para que yo pudiera ir a Juilliard. Nunca podría agradecerle el hecho de que me hubiera dado algo tan importante como «regalo de cumpleaños», según él.
—¿Cómo te va en la vida, Louis Gerald? Ha pasado un tiempo desde la última vez que te vi —él y yo estábamos esperando para entrar al cine, mientras comíamos un helado sentados cerca del lugar—. ¿Usaste la beca que te regalé? —oh, no, eso era justo lo que me temía que Richard me preguntara, ¿cómo le dices a alguien que te regaló algo que lo usaste para impulsar tu carrera?
—Bien, amo Juilliard, de hecho —sí amé ir a Juilliard, lo malo fue que no pude aprovechar la beca al cien por ciento, sonreí un poco al recordar todo lo que me pasaba en Juilliard, también estaba el hecho de que ya no recibía cartas de un supuesto «fan» anónimo—. Mi estadía ahí es maravillosa.
—¿«Es o fue»? —Richard sonrió mientras pasaba su brazo por encima de mis hombros y yo me quedaba estupefacto—. Yo sé que ya no asistes a Juilliard, dejaste la escuela, ¿y sabes qué? ¡Está perfecto!
—¿Cómo lo sabes? —la respuesta era bastante obvia, ¡Dios! Aunque Richard Vallaj era tan perfecto y guapo…, claro que un beso no se le podía negar a nadie; pero descarté esa idea de mi mente por completo.
—A Jessie le encanta Taylor y estuvimos hablando hace casi un año, sin previo aviso: fuiste tema de conversación, ella me contó todo lo que ya sabemos tú y yo que pasó —Richard me atrajo hacia él y me abrazó más fuerte—. ¡Carajo! Estoy orgulloso de ti, Gerald —se separó al decir eso y, de nuevo, él volvió a abrazarme, ahora con ambos brazos para así poder oler mi cabello—. Tu shampoo, sea el que sea, huele hermoso.
Yo solo le devolví el abrazo a Richard, olía a un perfume de Hugo Boss; el cual tenía un olor bastante hermoso y un tanto peculiar. Richard tardó mucho tiempo en soltarme y, para ser sincero, yo tampoco quería soltarlo para nada. En cuanto nos separamos, nos quedamos viendo directamente a los ojos. Sin darme cuenta me ruboricé y quise esconder mi rostro con mis manos, pero no pude porque Richard me lo impidió. Sin darnos cuenta teníamos los dedos entrelazados entre sí; ¿cómo llegamos hasta ese punto?, mi corazón empezó a latir tan deprisa que casi saltaba de mi pecho.
—Al parecer tu corazón quiere salirse de tu pecho, Louis —Richard también lo notó, Dios, ¿era tan obvio? ¿Por qué no podía comportarme un poquito menos obvio?
—Es… —comencé a tartamudear—. Es solo que estoy nervioso, es todo, Richard.
—¿Por qué estás tan nervioso, Louis Gerald? —sus ojos siguieron a los míos a través de mi mirada—. No te voy a hacer nada.
—Terminé con Logan —no supe por qué carajos dije eso pero sí lo dije—. Lo siento, tenía que sacarlo —Richard se acercó a darme un muy fuerte y caluroso abrazo para decirme cuánto lo sentía por el hecho de que Logan y yo terminábamos nuestra relación de años.
—No te preocupes, necesito que estés bien, Louis —su mirada pasó de ser una divertida a ser una de preocupación por mí—. Quiero verte feliz, hazlo por mí, por favor.
—¿Por qué de repente te importo tanto y antes no me volteabas ni a ver, apenas y conversamos, nuestras pláticas eran muy aburridas y absurdas, solo atrajiste mi atención para irnos a beber en el parque Orange y cuando me buscaron de regreso a casa el día del incidente de Lemus? Ya sabes, el día que me humillaron por culpa de mi mejor amiga y tu exnovia —intenté, juro que intenté, soltarlo de las manos (porque aún las teníamos agarradas), pero fue inútil porque Richard tenía muchísima más fuerza que yo.
No le comenté si me hacía daño o no, por cómo me sostenía de las manos porque realmente no me hacía daño; así que seguimos con las manos agarradas. No llevábamos puestos nuestros cubrebocas, nuestras caretas o nuestros guantes porque estábamos comiendo un delicioso helado afuera del cine. Nos miramos fijamente y de repente sentí ganas de besarlo. ¿Qué estaba haciendo? Una parte de mí quería a Richard, otra parte de mí quería a David y la otra parte de mí quería a Logan. Estaba atrapado en un cuadrado amoroso, well, casi, Richard ni siquiera era gay; por lo tanto, no contaba.
—Tengo que admitir que… —«no lo digas, no lo digas, no lo digas, no lo digas», pensé por un instante ya que sabía que algo malo iba a pasar—. Me atraes muchísimo, Louis Gerald, me gusta estar contigo, pensar en ti, estoy agradecido de estar aquí y de entrar a ver una película contigo; es como si estuviera realmente enamorado de ti. Necesito saber si es verdad lo que estoy sintiendo por ti —sentí que mi mundo explotaba en mil pedazos, ¿en serio yo le gustaba a Richard Vallaj? ¿Yo?
—You, Richard Vallaj, what did just you say? ¿Estás totalmente seguro de ello, Richard Vallaj? Aunque de igual forma, puedes arrepentirte de esto y darte cuenta de que no sientes nada por mí en absoluto —le pregunté a Richard con una voz un poco alegre y a la vez un poco confundida—. ¿Qué pasa con Jessie Jones? ¿Toda su relación fue falsa? ¿Tú eres mi fan anónimo? Porque escucha, ya me engañaron, unas tres veces en el pasado; Marie, Abraham y Christopher, al decir que ella y ellos eran quienes me entregaban las cartas y no…
Richard me interrumpió, lo que le estaba reclamando, con un beso, al no llevar nuestros cubrebocas puestos, mis labios se veían como una presa fácil para que cualquier idiota me pudiera besar y tal vez no me hubiera gustado para nada si no se hubiera tratado de Richard Vallaj.
—Jessie está bien con todo esto, mi relación con Jessie nunca fue fingida; en ningún momento, cabe aclarar y por último, pero no menos importante porque de hecho es lo más importante —Richard se preparó para confesarme si él era mi fan o no, hacía demasiado drama porque me pidió que hiciera un redoble de tambores con los pies, Richard era imposible.
—¡Ya, dilo, Richard! —me volví a colocar mi cubrebocas y a Richard le coloqué el suyo (un gesto muy goals de parejas gay que no podía faltar en mi día a día).
—… ¡no! —su respuesta me tomó por sorpresa ya que estaba siendo demasiado dramático para que al final no lo fuera. Richard puso una mirada divertida en su rostro y comenzó a reír por lo bajo, sin ninguna consideración de si me podía doler si él era mi fan o no lo era—. No te pongas triste, te ayudaré a buscarlo.
—«No te pongas triste, te ayudaré a buscarlo» —repetí lo que dijo con un cierto tono de burla en mi voz—. Si supieras cuántas veces he oído eso los últimos tres años.
—Sí, no lo dudo, pero nunca lo has oído de mí —Richard tenía razón: jamás escuché que él lo dijera—. Y yo te prometo que te ayudaré, ¿vale?
No dije nada, seguí mirando los ojos de Richard que eran de un color azul como el mar o el cielo, también vi su corto y dorado cabello; de repente me llegó la sensación de ver sus dientes tan blancos como la porcelana misma. Mierda, Richard era tan hermoso Me quité el cubrebocas, le retiré el suyo a Richard y me abalancé a besarlo sin pena ni gloria. Richard continuó el beso y me tomó por la nuca para atraerme más a él. ¿Estaba yo enamorado de Richard, de David o de Logan? Quizá nunca lo sabría, o quizás nunca tendría la respuesta en mente.
—Guapo, it's time to go! —Richard me despertó con las palabras que me dijo Logan antes de marcharse a América, fueron exactamente las mismas jodidas palabras, maldición.
—Vamos —cambié mi tono de voz a uno demasiado serio porque me dolió el hecho que Richard me dijera lo que Logan me dijo antes de marcharse y ser infiel.
—¿Todo bien, Louis? —Richard sí notó mi cambio de humor—. ¿Por qué tan serio de repente?
Le conté que Logan me dijo las mismas palabras, le conté todo lo que habíamos pasado él y yo desde que se fue, incluso le conté que ni siquiera me felicitó o me llamó, por mi cumpleaños y que eso me ponía bastante triste.
—Juro que lo mataré, te lo prometo, Louis Gerald —Richard cambió su actitud.
—No hagas juramentos que no vas a poder cumplir —le espeté a Richard y este solo se quedó callado—. ¿Ok?
—Ok, creo que hay que volver a ponernos nuestros cubrebocas porque puede venir un policía en cualquier momento.
Después de decir esto, Richard y yo nos aventuramos al cine más cercano (que estaba cerrado, pero gracias a que Richard pagó fue que pudimos entrar a ver una vieja película). Pasamos a comprar nuestro respectivo combo para disfrutar viendo la película. No fue a la mitad de la película que mis ojos estaban húmedos cual día lluvioso y Richard decidió abrazarme; lloré porque me causó muchísima alegría ver un romance de ese tamaño en la película «Orgullo y Prejuicio». La película me hizo darme cuenta que el amor puede ser más fuerte que cualquier pensamiento negativo que podamos tener.
—Ya no llores, Louis Gerald, por favor, no lo hagas —Richard me volteó a ver y sostuvo mi cara con ambas manos para darme un cálido beso en los labios, demasiado corto porque teníamos que tener una distancia adecuada entre ambos; sin contar el hecho de que ambos creíamos que no había cámaras en la sala y que nos hubieran visto—. No quiero verte llorar, hazlo por mí, por favor.
—Está bien —hablé mientras me enjugaba mis lágrimas—. No lloraré ni por Logan ni por nadie, ¿vale?
—Ese es mi chico —Richard bostezó y estiró sus brazos, para terminar pasándolos por encima de mis hombros, al hacer esto, yo me acerqué más a él y terminó abrazándome muy fuerte—. Ey, esto me gusta, galán.
—A mí también me gusta, muchísimo.
—Y pensar que en la preparatoria decías que yo no te gustaba y casi me llamas Óxido Ferroso —Richard se echó a reír un poco.
—¿Óxido Ferroso? —pregunté, ya que me quedaba algo de duda en mí respecto a lo que se refería.
—FeO, pues —Richard volvió a echarse a reír por lo bajo, para seguir escuchando la película—. Es la fórmula del óxido ferroso, creí que lo sabías —volvió a reír, sí, se supone que yo debía saberlo porque aprobé la clase de ciencias con A.
—¿Cómo sabes que… —«yo soy muy bueno en ciencias?», es lo que planeé decirle.
—Jessie me lo dijo, de hecho me contó también del incidente entre tú y Candy cuando la sacaste de la clase y te escucharon gritar —¿Jessie Jones me escuchó? Quizá, o sea, era obvio que me había escuchado, al parecer la escuela entera me escuchó ese día cuando le dije a Candy que no se metiera en la fingida relación de Logan y Ryck.
Seguimos viendo la película mientras estábamos abrazados y, de vez en cuando, me daba un beso en los labios. Ahora yo ya estaba con el chico más guapo multimillonario americano; Richard Vallaj. Era como un sueño estar con él, nunca me llamó la atención, pero tengo que admitir que Richard era bastante guapo. Muy dentro de mí sabía que Marcus Miller estaría muerto de celos si me viera con Richard en ese instante en que estuvimos juntos. Rápidamente deseché esa idea de mi mente debido a que, literalmente, Marcus podría estar muerto. Me dije a mí mismo que yo era un imbécil por pensar eso. Lo dije en voz alta sin darme cuenta, porque Richard me escuchó, me abrazó, me besó y dijo que no era nada de eso. ¿Así que así se sentía salir con Richard Vallaj?
Cuando terminó la película, Richard me invitó a la casa que él tenía (era dueño) en París para estar y platicar un rato. Al llegar, la verdad es que yo esperaba una cena romántica a la luz de la luna, me encontré con una casa un poco desordenada; muchísimo, to be honest.
—¿Me vas a poner a limpiar? —lo miré con cara de frustración mientras me quitaba mi cubrebocas, mi careta, mis guantes y me colocaba un poco de gel antibacterial.
—No, ni siquiera yo voy a limpiar, esta casa solo se limpiaba cuando estábamos Jessie y yo aquí mismo —mala elección de palabras, Richard; ojalá nunca las hubieras dicho.
—¿O sea que ponías a Jessie Jones a limpiar? —lo miré con cierto recelo y una mirada de decepción.
—¡No! —habló con un tono de voz muy fuerte y segur,; tanto que pareció que tembló la casa al hablar—. ¿Viste Up?
—Sí, amo Disney, soy su más grande fan de todas sus películas y series —reconocí con orgullo en mi voz—. Pero eso no es lo importante, lo importante aquí es: ¿vamos a limpiar?
—No quiero, no tengo ganas —Richard me miró con unos ojos de perrito triste y él se veía tan hermoso—. ¿Por favor, guapo?
Fui directamente a su cuarto de aseo (que no era difícil de encontrar) y saqué dos trapeadores, dos escobas, limpiador de pisos y muchas bolsas de basura. Empezamos a cantar y a cantar una canción que había salido en una película animada de Disney.
Seguí cantando una versión Acapella de esa canción, mientras limpiábamos su casa (sí, lo obligué a trabajar duro en eso) y me encantaba muchísimo, empecé a sentirme enamorado de Richard. ¿Eso era una locura? Probablemente lo era, ¿cuando iba a aceptar que de verdad me estaba sintiendo enamorado de él, que de verdad había un sentimiento extraño en mi interior; sentía una extraña mezcla de mariposas en mi estómago.
—¿Una versión Acapella, en español latino y un poco cambiada de la canción que sale en esa película de Disney, fue lo que acabas de cantar? —entonces Richard sí conocía la canción.
—Sí, creí que serviría de algo si cantábamos; mejor dicho «si yo cantaba», para motivarnos a limpiar un poco —volteé a ver la casa con una mirada de satisfacción—. Al parecer funcionó —miré satisfecho el trabajo que Richard y yo (I meant que más fue lo que hice yo) habíamos hecho, pero no estaba terminado al cien por ciento y yo ya estaba muy cansado porque su casa era enorme y no solo tenía basura en el living, también había basura en todos y cada uno de los cuartos de la casa.
—¿Estás bien? ¡Aún falta mucho por limpiar, Louis! —habló Richard, yo ya estaba muy satisfecho con el resultado de haber logrado que Richard hiciera la limpieza de su casa, pero de verdad ya estaba muy cansado.
—Sí, efectivamente falta mucho por limpiar; pero… —le pasé a Richard la escoba, el recogedor de basura y los trapeadores que yo mismo estaba usando para limpiar—. Ya te toca a ti limpiar, Richard.
—Ok —Richard puso los ojos en blanco, mientras me miraba con un poco de recelo, ¿acaso Richard me había llevado a su casa para que yo hiciera todos los deberes que no había hecho desde hacía un tiempo ya? Whoa! ¡Qué hipócrita de su parte!, considerando que justamente ese mismo día me había declarado su aparente gusto por mí (Richard tenía buen gusto, no lo negaré nunca)—. ¿Y tú qué harás?
—Lo que tú ibas a hacer: sentarme cómodamente en el sofá mientras veo algo en Netflix, comer una botana y una bebidas, quiero suponer que tienes bebida, ¿no es cierto?
—En el refrigerador, en la cocina hay botanas y otras bebidas que no son alcohol, por si gustas un poco —caminé delante de Richard directo al refrigerador y a la cocina—. Adelante, sírvete, estás en tu casa.
—Am I? —pregunté en cuanto escuché lo que mencionó, ya que era bastante raro que Richard me dijera algo así.
—Sí, lo estás —Richard comenzó a barrer un poco—. Deséame suerte, Lou.
—Suerte, Richard —respondí mientras me sentaba en en sofá y ponía algo de Netflix en su pantalla.
—Te quiero, te mando un beso —hizo el ademán de mandar un beso, básicamente sí me lanzó un beso—, mwah, bye —y se despidió de mí con actitud jovial después de lanzarme ese beso. No supe en el instante por qué se despidió de mí si no se iba a ir a ningún lado ni yo lo iba a hacer.
—¿Por qué te despides? —le pregunté mientras lo miraba, él no respondió nada de nada—. Ninguno de los dos se va a ir a otro lado, solo vas a terminar de limpiar tu casa.
—Para no distraerme, Gerald —Richard dejó de hacer lo que estaba haciendo; limpiar—. Además de que veo a una creadora de contenido en YouTube que así se despide de sus fans en sus videos y no olvidemos que tú te despediste así la vez que se armó un embrollo en mi casa de Itaville un día antes del Show de Talentos el cual yo gané —qué muchacho tan soberbio y odioso.
—¿Hablas de una YouTuber mexicana, que ni siquiera usa su nombre real para su username de sus redes sociales? -yo sí sabía la diferencia entre creadores de contenido y Youtubers.
—Los Youtubers son los que trabajan dentro de las oficinas de YouTube y los creadores de contenido son los que hacen videos y ella misma lo explica en alguno de sus videos —así que se la comenté.
—Lo sé, Richard, sólo quería que me lo recordaras —me eché a reír con mi cabeza hacia atrás.
Ni siquiera estaba atento al televisor, había olvidado qué mierda escogí para ver en Netflix; sin embargo, no estaba prestando mucha atención debido a que de vez en cuando volteaba a ver a Richard mientras limpiaba. En un punto, a Richard le dio bastante calor, tanto que el agua fría con que limpiaba el piso (y las ventanas, porque también le pedí que limpiara las ventanas) no lo refrescaba lo suficiente.
Incluso Richard se echó un balde de agua en la cabeza, de modo que todo su cuerpo se mojó y tenía, justo a unos metros de mí, a un Richard Vallaj mojado y sin la camisa; las venas en sus brazos se le hacían visibles y se podía ver cómo viajaban de sus brazos hasta sus manos. Me quedé observándolo un muy buen rato, supuse que Richard sintió que alguien lo miraba porque volteó a verme y yo tuve que apartar mi mirada para que Richard no pensara que a mí me gustaba. Mientras Richard seguía haciendo limpieza, y yo seguía viéndolo, habló para sí mismo (o, por lo menos, eso fue lo que yo creí).
—Sé que estás observando mi cuerpo atlético y sé que te gusta, no puedo culparte; pero mi cuerpo te vuelve loco y te encanta —Dios mío, sentí que me enamoré de Richard Vallaj—. Válgame la redundancia.
Sin darme cuenta de lo que estaba pasando, una gota de saliva resbaló por mi boca al ver el cuerpo tan perfecto que Richard tenía y estaba mostrándome. Cuando Richard comenzó a reír por lo bajo, fue que me di cuenta; rápidamente me limpié la saliva con la mano y me limpié la mano con mi pantalón de mezclilla azul marino.
—¡No! Por supuesto que no —¿para qué me castigaba a mí mismo si yo sabía que Richard realmente me atraía?
—¿Sabes qué es lo raro? —Richard dejó de hacer lo que estaba haciendo y se acercó a mí, no tan rápido, pero tampoco tan lento; siendo sexy, a decirme algo que me llamó mucho la atención—. Tú jurabas que yo no te gustaba y que jamás sentirías atracción por mí, pero creo que te mordiste la lengua, campeón. Recuerda que el pez por la boca muere.
—Te odio y sí es cierto, ya me lo habías dicho antes —reconocí, aunque no era cierto, realmente no lo odiaba; lo quería muchísimo, y me sentía mejor porque él estaba orgulloso de mí. Volteó a ver en donde estaba y después caminó directo hacia mí y me miró de una forma un poco romántica, Richard estaba en cuclillas justo a un lado del sofá donde yo estaba acostado.
—Si «me odias» —hizo ademán de hacer comillas con los dedos índice y corazón de ambas manos—. ¿Por qué no dejas de ver mi marcado y bien trabajado abdomen?
¡Mierda, Richard me descubrió! Necesitaba urgentemente inventarme algo para que Richard no me dijera nada.
—¡Eso es mentira! —Richard me miró divertido y comenzó a reír—. ¿De qué tanto te ríes?
—Claro que no es mentira, Louis, sabes que te gusto —de ninguna manera podría ser cierto, Richard se levantó y fue directo a hacerme cosquillas, lo cual era una debilidad mía; tenía un cuerpo muy sensible—. Admite que te gusto, admítelo, Gerald.
—¡Para ya, por favor! —reí tan fuerte como podía, Richard siguió haciéndome cosquillas y pidiéndome que le dijera que yo sentía una atracción por él—. Ya, Richard, por favor.
Richard siguió diciendo «solo dime que te gusto, ambos sabemos que te gusto», me negué, pero cuando ya no pude soportar más las cosquillas: le di a Richard un beso en sus labios, un beso que hizo que se detuvieran las cosquillas y Richard siguiera el beso.
—¿Eso resolvió tu duda, Richard? ¿Ya descubriste la verdad sobre si te gusto o no?
—Sí —me miró—. Está más que resuelta. Y sí, también descubrí la verdad: me siento enamorado de ti.
¡Qué promiscuo me había vuelto, por Dios!; tenía a Logan, a David y ahora me estaba besando con Richard Vallaj; el chico más guapo y multimillonario de Apple White y de Itaville. Richard Vallaj incluso pudo haber sido el amor de mi vida. Richard y yo nos seguimos besando, pasó su mano por debajo de mi camisa y siguió besándome apasionadamente al tiempo que tocaba mi abdomen, mi pecho y mi cuello.
Terminamos teniendo sexo, pero claro que no fue un sexo cualquiera, yo lo sentí especial (y no es que con David no haya sido especial porque él fue mi primera vez con un hombre, ya que mi primera vez en general fue con Marie Wilson). Un poco rudo, no lo suficiente para que no se disfrutara. Pero ¿en qué clase de niño me había convertido? Tuve sexo con David y con Richard el mismo año, pero yo «no estaba listo para tener sexo con Logan», aunque sí con David y Richard, ¿en qué clase de hipócrita me había convertido? Nunca lo supe. Después de que Richard y yo terminamos de tener sexo, decidimos vestirnos.
—¿Cómo pudiste viajar desde Estados Unidos hasta acá? —le pregunté a Richard mientras me vestía y le pedía si me podía pasar mi ropa—. Pensé que todos los vuelos estaban cancelados.
—Creo que es obvio —Richard comenzó a responderme mientras se vestía—. Mi familia tiene un avión privado para cada miembro de la familia. Por lo tanto, tengo mi propio jet privado.
—Así viajaste hasta acá —afirmé—. No es necesario que me digas que sí. Ya sé la respuesta.
—En efecto, chiquito —Richard pronunció la palabra «chiquito» con una voz tierna, como si le hubiera hablado a un bebé. David era el único que me decía «chiquito», ni siquiera Logan me llamaba así. A partir de ese momento, Richard comenzó a llamarme «chiquito», en algunas ocasiones—. Mi papá tiene un jet, mi mamá también y mi hermana, Cindy Vallaj, también tiene uno.
—¿Puedo preguntarte algo? —le pregunté a Richard, le preguntaría cuál su orientación sexual ya que me mataba la curiosidad.
—Adelante —volvió a acercarse a darme un fuerte abrazo, seguía estando sin camisa.
—Entonces ¿eres gay? —le solté la pregunta sin ni un poco de labia o algo para prepararlo.
—Bisexual —me corrigió amable y cortésmente—. Te hablé ese día cuando ibas saliendo del baño porque quería acercarme más a ti —lo miré extrañado ya que en ese entonces Richard y Jessie seguían juntos.
—Entonces ¿ya fantaseabas conmigo, Richard? —no me lo podía creer, si esto que pensé que era una afirmación era cierto, ¿significa que quebré la relación entre Richard y Jessie? ¿Eso me convertía en un Homewrecker?
—No, al contrario, solo que me molestó que Jessie Jones te tirara él café caliente encima —Richard comenzó a explicarme lo que era obvio (no tan obvio para mí) para él-. Sabe muy bien que odio que haga eso, perdóname por la palabra que diré; pero se creía una bad ass bitch. En ese momento se creyó una bad ass bitch, y me molestó que me mandara con su «vámonos Richard, andando». ¿Me veía como un perrito faldero o qué diablos?
—Ok, creo que a eso me refería cuando te dije «yo nunca nunca me he dejado de los abusos de Jessie Jones» —recordé lo que pasó ese día.
—Sí, pero solo hiciste referencia a la ocasión en que fueron a Starbucks junto con Lezley, de todos modos sigues perdiendo —afirmó.
—Hablando de eso, nunca me reclamaste el premio —comencé a recordar—. ¿Qué quieres que haga, con exactitud?
—¡Bésame! —exclamó—. ¿Conoces a la banda mexicana RBD? —asentí con la cabeza, tenía el presentimiento de saber qué rumbo tomaría esta discusión; él empezó a cantar esa canción que mencionó para que yo lo besara, él realmente me traía loco (lo cual fue bastante raro, considerando que solo había pasado un día y quizá sí me sentía atraído hacia él; pero yo no quería verlo porque me sentía fatal pensando en Jessie Jones; a ella la consideraba mi amiga y era de muy mal gusto meterse con. el exnovio de tu amiga)
—¿Por qué sería reto o castigo… —me acerqué más a él— si a mí me encantaría besarte con todo gusto?
—Porque no creí que quisieras —susurró, acercándose más a mis labios— pero ambos queremos besarnos, ven aquí —en ese momento sus labios ya estaban besándome apasionadamente y sin miedo a que alguien nos hubiera visto hacerlo.
Sin darme cuenta, ambos estábamos agarrando las manos del otro con nuestros dedos entrelazados entre sí; con mucho amor, a pesar de que sus dedos estaban un poco húmedos debido a la limpieza, poco me importó. Richard mordió mi labio inferior y yo solté un gemido de placer, debido a que eso me había gustado muchísimo. Él me tomó por la cabeza y la acercó más a él, yo comencé a tocarle su perfecto y bien marcado abdomen. En ese momento mi teléfono comenzó a sonar, yo no hice mucho caso, Richard sí lo hizo.
—¿No vas a responder? —apenas se separó de mis labios para susurrarme si no iba a responder.
—No —seguí besándolo más y más, algo en mí me decía que volveríamos a tener sexo, pero no fue así; ambos nos controlamos.
Mi teléfono volvió a sonar, ya me estaba empezando a cansar, así que opté por apagarlo: sin fijarme en quién carajos estaba molestándome mientras me estaba besando con Richard Vallaj y cumplía el sueño de varias muchachas (y muchachos) de Apple White High School. Sin darnos cuenta, terminamos sentados en el sofá de Richard mientras nos seguíamos besando el uno al otro y yo estaba sentado en sus piernas.
—¿Sabes quién envidiaría todo esto, Louis? —al dejar de besarme, Richard soltó la pregunta, porque nuestros labios ya estaban bastante cansados de besarnos sin control.
—Por el amor de Dios, ¡no me digas que Marcus Miller! —exploté—. Porque yo también lo pensé y me sentí mal porque dije dentro de mí que él estaría muerto por dentro si supiera que nos estamos besando; literalmente está muerto.
—Iba a decir que a tu fan anónimo, de hecho —Richard me explicó con un poco de decepción en su voz, oops! Tal vez arruiné un poco el momento—. ¿Cómo te sientes al haber pensado eso?
—Yo… —«no quise decir eso», es lo que iba a decir, pero «lo hecho, hecho está»—. De la mierda, horrible; no debí pensar ni decir eso, es solo que me acostumbré a que Marcus estuviera obsesionado contigo y él decía que yo nunca podría estar contigo y… —se echó a reír.
—Shhh —siseó—. No pasa nada, no hablemos de Marcus, o su fantasma podría atormentarnos —le eché una mirada desafiante y provocativa—. Mal chiste, lo sé, no era mi intención, pero necesitaba calmar el ambiente un poquito.
—Ok, no hay problema —sonreí.
—Tienes una sonrisa tan hermosa, estoy celoso del tipo que es tu fan porque seguramente está en tu cabeza todo el día y yo quisiera estar ahí —ahí me di cuenta de que Richard se enamoró de mí (además de que ya llevaba tiempo estando enamorado de mí; o sintiéndose atraído por mí), se acercó a mi cabeza y volvió a besarme apasionadamente; ese hombre me tenía vuelto loco y comiendo de la palma de su mano.
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