Narra Naruto:

Desperté, sentí un extraño peso encima. Abrí los ojos lentamente, ____-chan ella era el extraño peso que sentía. Pero a decir verdad no es para nada extraño, es lindo. Tome un gran mechón castaño que cubría su frente y se lo pase tras la oreja. Pude apreciar sus delicadas facciones y sus rosados labios, los tenía entreabiertos. De repente, comenzaron a moverse.

—No, no lo hagas Itachi. Yo amo a Naruto, no lo lastimes—balbuceo medio dormida, al instante mis mejillas empezaron a arder.

¿Me ama? Bueno debe ser como amor de mejores amigos, si debe ser algo así. Naruto no pienses cosas pervertidas, claramente ella no puede amarte de ese modo. Ella esta dormida, seguramente no sabe ni lo que dice. Porque aveces las personas dormidas dicen incoherencias. Sí, seguramente su cerebro le esta haciendo pensar tonterías. Debe ser eso.

—Naruto, quédate conmigo—me abrazo fuertemente y pude sentir su cálido cuerpo junto al mío, nunca estuve más nervioso en toda mi vida. Nisiquiera cuando peleé contra Orochimaru sentí algo así. No, esto es muy diferente.

—___-chan, debes separarte un poco—tartamudeé.

—De verdad, quiero que estés conmigo—Me abrazo aún más y sentí mucho más su cuerpo, dios.-Naruto-kun.

Esto no puede estar pasando, me estoy empezando a sentir muy extraño. ¿Que hago? Naruto piensa en algo.

No debes quedarte así, eso sería muy aprovechado. Ella esta dormida y claramente no está consciente de sus actos. La retiraré lentamente, si eso haré. Solamente la moveré despacio al otro lado de la cama.

—Bien, aquí voy. Por favor no despiertes ___-chan. Esto se ve muy extraño—la tome de la cintura y la recosté a mi lado derecho. Al fin, pude respirar.

Rápidamente salí de la habitación, corrí hasta el baño. Cerré la puerta con seguro, abrí la llave y me lave la cara con agua sumamente fría. Con esto seguramente despertare por completo, estoy alucinando. Me di un pellizco, pero no. De verdad, esto sí paso. Estoy despierto.

-.-

Narra ___:

Me encontraba en el bosque, estaba con Naruto en un día de campo. El sol brillaba cálidamente mientras los dos comíamos. Había traído bolas de arroz y leche rosada. Nos estábamos divirtiendo, el rato se nos paso volando, en unos minutos se hizo de noche. El cielo que antes era soleado, se lleno de nubes. Aves negras aparecieron por el lugar, eso solo lo podía hacer alguien. Mi hermano Itachi. De pronto ahí estaba, quiso golpear a Naruto, se veía muy enojado. Yo quise impedirlo, pero era en vano. Quiero que Naruto se quede conmigo. Mis gritos no se escuchaban, lo sentí todo blanco y desperté.

—¡Naruto-kun!—grité asustada.

—¿¡Qué sucede ___!?—lo ví correr muy asustado hacía mí.

—Estas aquí, de verdad no te fuiste. No lo hagas Naruto, quédate conmigo—admití con desesperación—. Itachi te golpeo, después grite pero nadie me escucho, todo se volvió blanco.

Sentí unos brazos rodear mi cuerpo.

Sus palabras retumbaron en mi cabeza, un mal sueño. ¡Un sueño! Eso fue todo, solamente un sueño. Gracias al gran kami-sama que nada de eso ocurrió, fue verdaderamente horrible.

—Me asuste mucho—sollocé y empece a llorar.

—Oh, no. no llores pequeña, tu eres valiente. Muéstrame a la ___ que conozco. La que me hace reír, con la que me divierto, en la que puedes confiar cuando algo sale mal—limpio mis lagrimas con su pulgar—. Te quiero ___.

—Yo también, Naruto-kun—lo abracé aún más—. Gracias.

—No tienes porque agradecer, ahora arriba. Cámbiate que te llevaré a comer ramen. Eh estado en abstinencia durante mucho tiempo, de verdad quiero mi ramen—no pude evitar reír.

—En verdad amas el ramen—sonreí.

—¿Quién no lo haría? Digo, es increíble. La mejor comida del mundo, que digo del mundo ¡Del universo!—hizo poses raras con sus brazos, se veía muy gracioso. No aguante mucho más, estalle en carcajadas.

—Me alegra hacerte reír.

—Lo siento, Naruto-kun—sonreí apenada.

—Prefiero mil veces que te burles de mí y verte feliz, me destrozas cuando lloras—una sonrisa se apoderó de su rostro, yo me sentía roja por su confesión—. Ahora cámbiate, puedo saborear ese ramen.

Salió de la habitación. Le hice caso y comencé a buscar un atuendo en el armario de Naruto, mi ropa aún seguía mojada. Escogí una polera color negra que me quedaba como vestido y arriba de eso su chaqueta negra con naranja. En Konoha hacia mucho frío por las mañanas. Me puse mis sandalias negras, por suerte no estaban tan mojadas. Saque mi perfume afresado y aplique un poco. Me mire al espejo, parecía Naruto. Claro si Naruto fuera mujer, tuviera el cabello castaño y también tuviera el byakugan.

—¡Naruto-kun! ¡Vámonos!—Grité.

La puerta se abrió, dejando ver a un Naruto con su ropa de entrenamiento, sin su chaqueta.

—Oye, ___-chan ¿has visto mi chaqueta?—me miro—. A decir verdad, se te ve mucho mejor a tí. Parece que tendré que ir solo con la polera, pero no importa.

—Pero, esta haciendo mucho frío—Interviné preocupada.

—Sí te deja más tranquila—se aproximó al armario, saco un suéter negro—. Me pondré este.

—Así esta mejor—sonreí y este se puso el suéter.

Salimos de la acogedora casa, encontrándonos con un frío mañanero. Caminamos a paso lento hasta el ramen ichiraku. En el camino Naruto-kun iba contando chistes para nada graciosos, y yo me reía por eso, no eran graciosos. Lo vimos cerca, apresuramos el paso y entramos al puesto.

—¡Naruto, jovencita ___! ¡Que sorpresa!—Saludó Teuchi al vernos—. ¿Lo de siempre?

—Sí, por favor—dijimos al mismo tiempo, empezamos a reír.

—Me debes un helado—comenté.

—¿Qué por qué?

—Así es la tradición, si decimos algo al mismo tiempo. Cualquiera de los dos tiene derecho de reclamar un helado. El que lo haga primero, es el que obtendrá el helado.

—Ya veo. Entonces después de aquí, iremos por uno.

—¡Que genial! ¡Gracias!—lo abrace moviéndolo de un lado a otro.

—¡Oye ___-chan, para!—reía.

—¡Awwwww, que lindos! ¡Nunca creí que los niños que conocí, crecieran tan rápido!—interrumpió Ayame con un tono muy agudo.

—Eh, sí. Crecimos un poco—comentó Naruto mientras se rascaba la cabeza, solo hacia eso cuando estaba nervioso.

—¡Aquí esta su orden! ¡Miso ramen recién hecho, con complementos extra a cuenta de la casa!

—Vamos viejo, al menos déjame pagarte—reprochó Naruto.

—Acéptenlo, es un regalo de bienvenida—intervinó Ayame.

—¡Muchas gracias, Itadakimasu!—agradecí la comida y empece a comer, al igual que Naruto.

Estuvo delicioso, el ramen estaba suave y caliente. La sopa era una explosión de sabores, el ramen se deshacía en mi boca. El mejor ramen que he comido. Al terminar agradecimos de nuevo por la comida y salimos del puesto, no había olvidado mi helado.

—Naruto, ¿olvidas algo?

—Tu helado, lo recuerdo perfectamente—toco su frente, indicando que nada se le olvida-.Ven sígueme.

Sentí como unía su mano con la mía, ahora no era como antes. La sensación del roce de nuestras manos era más, profunda. Creo que se percató de ello pues empezó a caminar más rápido de lo normal, llegamos a un puesto de helados. Todavía sosteníamos nuestras manos.

—Yo quiero uno de—mire emocionada los varios sabores—. Fresa con chispas de chocolate.

—¿Usted joven?

—Quiero lo mismo—habló Naruto, después de todo el camino en silencio.

Nos entrego los apetitosos helados, ya empezaba a hacer calor. Nos quitamos los abrigos, los llevábamos en la mano, dábamos una caminata por Konoha. Estaba muy tranquilo.

—¿Te gustaría vivir en Konoha? Ya sabes toda tu vida—cuestionó Naruto.

—Es muy lindo, la verdad a mí sí me gustaría—observaba la aldea, en verdad era pacífica—.¿Crees que seguiremos siendo amigos?

—Eso no lo dudes __-chan—sonrío y paso su brazo por mis hombros

—Creo lo mismo. Eres una increíble persona, Naruto-kun—sonreí.

—Tu igual lo eres.

Caminamos sin ningún rumbo, disfrutando el hermoso paisaje que brindaba la aldea. Niños jugando, familias felices, ancianos jugando al póker, todo estaba muy pacífico. Hasta que notamos una discusión, provenía de una de las bancas del parque. Nos acercamos a ver.

—Vamos, solo iremos a comer curry. Será una salida de amigos, piénsalo. Nos la pasaremos bien y quizá ocurra algo más...

—Ya te dije que no Lee. No insistas—refunfuño la incomparable voz de Sakura.

—¡Sakura-chan, Cejotas!—gritó Naruto y nos acercamos.

—¡Hola chicos!—sonreí.

—Sabes que Sakura, olvida mi invitación. Acabo de presenciar el milagro de la juventud—Dijo un chico que se empezó a acercar a mí, muy peligrosamente—. ¿Quieres ir a comer curry conmigo? Yo invito, eres preciosa.

—Eh, yo—balbuceé.

—Lo siento cejotas, acabamos de desayunar. Será en otra ocasión—interrumpió Naruto.

—De acuerdo, esta vez tu ganas Naruto. Pero iremos a comer curry linda, es un hecho—sentenció.

—¡Ya no la asustes Lee!—Sakura lo fulmino con la mirada—. ¡Hace mucho tiempo que no los veía!—cambio de humor repentinamente y nos abrazo como si su vida dependiera de ello.

—No es para tanto, Sakura—se quejó mi acompañante.

—Sakura, me asfixias—murmure.

—Lo siento, la emoción—se separó—. Y cuéntenme. ¿Son novios?

—¡¿Qué?!—gritó Naruto, muy nervioso.

—No, no, no, para nada. ¿Que te hace pensar eso?—dije increíblemente roja y nerviosa.

—Pues eso—señaló nuestras manos. Estaban unidas. ¿En qué momento pasó?

Naruto y yo nos vimos a los ojos, estábamos igual de sorprendidos. Inmediatamente nos soltamos de las manos, miramos hacia otro lado. Jugaba con mis dedos nerviosamente, ya parecía Hinata. No, debo ser más segura. Aclarare esto.

—Na-Naruto.

—S-sí—volteó, su rostro estaba apenado.

—Esto no es malo. Muchos amigos se toman de las manos. Eso demuestra que son muy unidos y no les importa lo que los demás piensen—inventé, quería solucionarlo.

—¿De verdad?—dijo todavía incrédulo.

—Sí, así funciona—sonreí.

—En ese caso—Tomó de nuevo mi mano—. Seremos los mejores amigos.

—Claro, mejores amigos—repetí no muy segura. Creo que muy en el fondo, quiero que Naruto-kun sea más que mi amigo.

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Espero que te haya gustado la lectura♡.

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Alex.