Capítulo cinco.   Sin editar

— ¿Harry, vamos a seguir? — dije agitadamente, una vez que el estaba encima mío.

No obtuve respuesta, y caí en cuenta en que todavía podía arrepentirme.

Me beso muy salvajemente los labios y fue bajando hacia mi cuello, dio besos en cada parte de él, lo que me exitaba cada vez más; después dio unos cuantos besos húmedos y se deshizo de mi blusa muy fácilmente, por lo que quede solo en sostén.

— ¡Joder! — murmuró y me observó muy fijamente los pechos — Son perfectos — dijo y los masajeo por arriba del sostén con las manos, yo mientras enterraba mis dedos entre las hebras de su rizado cabello.

Intento sacar mi pantalón pero no lo deje lanzadole una mirada acusadora.

— ¿Pasa algo? — preguntó alzando una ceja.

No dije nada para no parecer una nenita estúpida. Me acerque aún más a el y toma el borde de su playera para después sacársela dejando su torso desnudo.

Me concentré en sus tatuajes, en especial la gran mariposa que adornaba su abdomen marcado; tenía unas tremendas ganas de tocarlo, y al parecer Harry percibió eso porque sin pronunciar palabra tomo de mi muñeca y acercó mi mano a su abdomen.

Lo sentí, y en realidad no había nada de nuevo, simplemente era el deseo de hacerlo.

Luego de haber pasado unos segundos, mi atención se fue de sus tatuajes y término en el bulto que se hacia notar demasiado bajo sus pantalones.

Fui bajando la caricia que guardaba en el área de su torso, hacia el broche de sus pantalones, estaba a punto de tocarlo pero me detuve.

— ¿Estas excitada, nena? —. Preguntó Harry con una sonrisa al ver mi rostro, en dilema.

Le regresé aquella sonrisa, y me mordi el labio.

— No sabes cuánto.

Se abalanzó y plantó sus labios nuevamente sobre los míos, para después comenzarlos a devorar.

Mientras me besaba sentí su mano deslizarse sobre mi piel, para tomar el broche de mi pantalón y abrirlo. Me los quitó con un pooc de ayuda mía, para después separarse y quitarse el suyo.

Sus bóxer se amoldaba a su cadera , marcando su bien formada erección.

Me moje aún más, de sólo imaginarme su miembro dentro de mí.

— No puedo seguirte viendo — confesó con un tono de sensualidad que no puedo describir. Me regalo un guiño, y pronto se acercó a mis pechos y lentamente comenzó a masajear cada uno de ellos, mientras lamia mi pezón con su lengua. Después repitió el mismo procedimiento con el otro mientras yo gemía, luego de eso dejo mis senos para repartir besos por todo el estomago, el abdomen y cuando finalmente llego a mis bragas.

Las tomo entre dientes y las fue bajando lentamente mientras yo lo observaba fijamente, me miro y  sonrió de manera pervertida. Por fin las sacó y las aventó por algún lugar de la oscura habitación, repitió la misma acción como cuando saco mi sostén y me observó.

— Ya quiero hacerte mía — ronroneo Harry y me abrió de piernas, se acercó hasta mi sexo ya húmedo y lo comenzó a besar mientras yo me retorcía de placer — sí que estabas mojada — comenté y ahora los dos sonreímos pervertidamente, de pronto sentí en este algo húmedo y suave, su lengua; lamió como si fuera una paleta o algún caramelo toda mi feminidad y me comenzó a penetrar con la lengua.

Me sentía en las nubes, sentía que en este momento nada me importaba, mas que el placer que Harry y yo nos dábamos mutuamente.

Hice puño las sabanas de entre mis dedos, arrugándolas.

Mmm.

Esto era el jodido paraíso.