Nuevamente era lunes, Mía había pasado ya 2 semanas cuidando a Rose y a Ella, después de que ella y Ella llegarán a la casa, la joven se dispuso a hacer sus deberes de siempre, cuidar a la pequeña Rose hasta que ésta se quedará dormida y hacer sus tareas de la escuela, esta vez se propuso no espiar a Ella mientras ésta se masturbaba.

Ya haciendo todo aquella Mía se quedó un buen rato viendo la televisión, hasta que escuchó unos fuertes gemidos del cuarto de Ella, se vio tentada a subir a ver como se estaba masturbando, pero se quedó allí.

-¡Aaaah si! ¡Mmm... me encanta! ¡Dame más Mía! ¡Oh si, así!- gritaba fuerte Ella desde su cuarto

A Mía se le detuvo el corazón cuando escucho su nombre ¿Estaba fantaseando con ella? realmente no lo podía creer, subió sin pensarlo las escaleras muy rápidamente, abrió la puerta lentamente con el corazón aún detenido, y la vio fingiendo que besaba a su oso de peluche gigante, mientras se penetraba con dos dedos de la mano derecha bajo la ropa.

-¡Mmm Mía besas tan bien! ¡Me encanta ser tu sucia perrita! ¡Cógeme más duro!- dijo aquello mientras aumentaba la velocidad con que sus manos la penetraban -¡Oooh, así me fascina!- dijo volteando a ver hacía donde estaba Mía observándola fingiendo que no la veía -¡Míaaa... ah... voy a correrme! por favor... no dejes de verme desde la puerta... ¡Aaaah!-

Aquellas palabras habrían sido muy excitantes para Mía sino hubiera dicho esa última frase, la cual la dejó paralizada.

Ella se levantó de su cama, las piernas aún le temblaban, pero trato de ignorarlo y se dirigió a lavarse las manos al lavabo del baño que tenía su cuarto, una vez hecho esto, fue a la puerta de su habitación donde aún permanecía Mía parada, estaba muy pálida con los ojos como platos

-Pue... pue... puedo.. puedo explicarlo...- dijo con voz muy baja

-No, no puedes, llevas observándome toda una semana y creíste que no me había dado cuenta-

-E... es... es que yo...-

-No te excuses, te perdono, bajo una condición...- Ella la miró a los ojos

-¿Cuál?... juro no decirle a nadie-

-Eso no era, aunque si, sera mejor que no te atrevas a mencionarlo...-

-¿Entonces qué es?-

-Hagamoslo tú y yo- dijo jalándola del brazo hacia la cama

Aquello parecía un muy extraño sueño de Mía, pero no lo era, Ella la besó apasionadamente y la fue acostando sobre la cama hasta quedar encima de ella, aquello había hecho que el corazón de Mía se acelerara demasiado y sintió mariposas en el estómago.

-Ella pero creí que tú eras...-

-Oh no, siempre me han gustado las mujeres, aunque mi mamá no lo sabe- dijo continuando el beso, metiendole la lengua en la boca y subiendo su camisa, disfrutando de como sus manos subían por la cintura de Mía, tocando cada costilla pasando sus manos sobre el brasier de Mía, aquello hacía que Mía se excitara.

-Ellaaa... es que no estoy segura, soy mayor que tú, podría considerarse un abuso...-

-¿Y quién se supone que abusa de quién? yo ya lo he hecho varias veces con la que antes era mi novia...- dijo y le terminó de quitar la camisa observando como Mía se sonrojaba, le besó el estómago mientras sus manos recorrían sus piernas, causando un fuerte escalofrío en Mía, finalmente una sus manos llegó a su vagina y comenzó a tocarla, sintió como Mía se estremeció al contacto pero siguió tocando hasta que Mía se alejó

-Es que... yo nunca lo he hecho, ni siquiera me he tocado-

-¿En serio?-

-Si-

-Por lo menos dime que has fantaseado con este momento...-

-Si, pero no así-

-¿Entonces cómo?- dijo con una clara curiosidad en su voz

-Yo...-

-¡No me digas que después de observar a una mujer masturbarse durante toda una semana resulta que no eres lesbiana!-

-No, nada de eso, sí soy lesbiana-

-Genial- dijo sonriendo

-Bueno es que yo esperaba que fuera especial, que la muchacha con quién lo hiciera sintiera algo por mi-

-Si quieres puedo fingir que te amo-

-¡¿Cómo puedes decir eso?!- dijo claramente herida, levantándose de la cama y tomando su camisa para salir del cuarto, realmente le dolía el pensar que pudo entregarle todo a una mocosa que no siente nada por ella mientras ella podría sentir mucho por ella

-Era una broma- dijo tomándola de la muñeca y jalándola hacia ella

-Me gustas Mía, amo tus ojos verdes y creo que es sensual una mujer pelirroja, y toda mi indiferencia y mala educación a veces contigo era porque no quería enamorarme de ti, temía que fueras a rechazarme y eso me dolía, luego descubrí que me observabas y pensé que tenía posibilidades contigo-

-¿En serio?- los ojos de Mía brillaron al ver a Ella

-Lo juro-

-Bueno yo...-

-¿Lo haremos?-

-Sólo si yo te lo hago a ti-

-Yo quiero hacértelo-

-¡Yo soy mayor que tú, yo voy a hacértelo!-

-No, yo tengo más experiencia, yo voy a hacerte el amor a ti primero-

-Entonces no lo hacemos-

-Te propongo algo... quien consiga un dildo con arnés primero, se lo hace a la otra-

-Ok- dijo sonriendo porque ella era mayor, era más fácil que ella consiguiera uno primero según su perspectiva

-Ya quedamos- dijo robandole un besó a Mía.