Los meses pasaron volando, en un principio Mía se encontraba muy triste, ni siquiera estaba feliz cuando el profesor de matemáticas la nombró a ella y a Emily como los únicas que sacaron 10 en el examen sorpresa.

Sus amigas siempre estuvieron a su lado para ayudarla, en especial Emily, jamás se separó de su lado en la escuela y trataba de hacerla reír, lo cual a veces lograba, pero la tristeza regresaba a Mía cuando recordaba a Ella.

Cuando llegaron las vacaciones de verano, Mía se iba a quedar en su casa como siempre, su madre no tenía para pagar unas vacaciones, sin embargo, la familia de Emily decidió llevarse a Mía y a su madre a la playa, además de ellas también iban las primas de Emily, una niña de 12 años de nombre Adriana, una adolescente de 15 de nombre Valeria y una joven que apenas había cumplido los 18 años de edad cuyo nombre era Jessica.

La verdad es que se la pasaron muy bien, se divirtieron muchísimo, Mía, Emily y sus primas tuvieron muy buenos momentos juntas.

Al terminar las vacaciones y entrar a la escuela Mía tenía algo planeado para Emily, decidió que se daría la oportunidad de volver a amar, y para ser sinceros Emily siempre estuvo en su cabeza, incluso aún cuando salía con Ella, así que había hecho un cartel en el que le declararía su amor.

Cuando terminaron todas las clases, Mía le entregó a Emily el cartel, Emily lo miró sorprendida, en realidad era muy bonito, tenía fotos de ellas, una que otra conchita pegada y en letras grandes decía: ¿Quieres ser mi novia?

-Mía no sé que...- Mia interrumpió a Emily con un cálido beso en sus labios

-Sólo di que si-

-Mía siempre serás mi amiga y sólo eso- dijo viendo a Mía entristecerse -no te pongas así, le gustas a mi prima Jessica-

-¿En serio?- preguntó Mía emocionada, le parecía una muchacha muy bonita, era parecida a Emily pero tenía unos bonitos ojos grises

-Si, ella quiso venir a verte y te está esperando afuera-

Las jóvenes salieron de la escuela, allí Mía vio a Jessica, la cual la esperaba ansiosamente, al estar ya con ella, Jessica le dio unos chocolates a Mía y la invitó a salir, las dos jóvenes salieron, Emily se fue a su casa con un muchacho guapo el cual la estaba esperando a ella, resulta que mientras Mía salía con Ella, Emily estaba saliendo con ese joven.

Pasaron dos meses en los que Mía y Jessica estuvieron saliendo, cuando por fin Jessica se le declaró a Mía, ésta obviamente respondió afirmativamente y celebraron con un largo beso de lengua muy apasionado.

La relación que Mía tenía con Jessica era hermosa, Jessica era muy detallista con Mía, eran diferentes entre sí, pero se podría decir que se complementaban la una a la otra, pasaban bonitos momentos juntas, se demostraban cariño y respeto, se apoyaban, se hacían felices y lo más importante era que se amaban.

Aunque a pesar de toda la felicidad que Mía sentía cuando estaba junto a Jessica y de todo el amor que le tenía, Ella siempre sería su primer amor, sin importar que sólo hayan pasado poco tiempo juntas, sin importar que no se volvieran a ver en un futuro, siempre iba a recordarla y al recordarla iba a sentir de nuevo lo que sintió la primera vez que la vio.

Eso no implicaría que no seguiría adelante, o que no iba a volver a amar completamente a alguien, todo lo contrario, amaba a Jessica y quizás si el destino lo permitía pasaría toda su vida junto a ella.