Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

3. Te estoy observando

Un imponente y sombrío hombre abrió la puerta de mi casa. Era alto, su cabeza casi llegaba al marco; era músculos, sus bíceps y su abdomen se dibujaban en su camiseta; su piel era ligeramente bronceada; su semblante era firme y autoritario y en sus ojos había un toque de fiereza.

¡El hombre del centro comercial!

Tragué saliva y di un paso atrás.

—Es... esta es mi casa— tartamudeé— ¿qui... quien es usted? —me invadió el pánico, un desconocido dentro de mi casa... con Joshy —¿Qué le ha hecho a mi hermano? —pregunté alarmada.

Una regordeta y pequeña sombra castaña salió detrás de él, sonreía.

—Es el nuevo vecino, Nana— dijo mi hermanito. Suspiré aliviada.

Nana era el sobrenombre que Joshy me había puesto cuando era bebé, al no poder pronunciar Diana.

—Se acaba de mudar y vino a saludar —miré al desconocido con el ceño fruncido. — Es un tipo guay Nana, no te preocupes, él es de los buenos. Tiene un ejército.

¿Un ejército? ¿Se refería a que estaba en la milicia? Era cierto que tenía aires de autoridad ¿pero de los buenos? no lo creía. Al menos no, si era el tipo que me seguía, pero no podía averiguar eso ahora, podría asustar a mi hermanito. Sea como fuere averiguaría que hacia un tipo como él en mi vecindario.

—Lo dudo— dije mordazmente— si entra a una casa donde no hay adultos, dudo que sea un tipo guay.

El desconocido me miró al tiempo que fruncia sus espesas cejas negras, abrió la boca pero fue interrumpido por la sarta de preguntas de mis amigas.

—¿Eres del ejército? ¿Qué rango tienes? ¿Has estado en muchos lugares? Seguramente sabes pelear ¿has matado a alguien?

—¿Estas casado, soltero, viudo, divorciado? ¿Tienes hijos? ¿Ganas mucho dinero? ¿Tienes novia?

Ambas no paraban de hacer preguntas al mismo tiempo, seguramente el vecino no entendía nada porque no las miraba a ellas, tenía sus fieros ojos clavados en mí. Apretó sus dientes y su mandíbula se tensó, por fin habló.

—El niño insistió en que entRara —dijo con una voz áspera y ruda, además de un marcado acento extranjero— no pude negaRme.

—Sí, claro— dije irónica— como decirle no a un amenazante niño.

El desconocido tensó más la mandíbula y me miró con más fiereza.

—A sus preguntas— continuo él sin apartar la vista de mi— Sí, comandante general, he viajado por todo el mundo, he matado a muchos, soltero, sin hijos y depende de que entiendas por mucho dinero.

Mis amigas quedaron encantadas con sus respuestas y su apariencia, casi podía verlo como el nuevo crush de Sarah, no pararía de hablar de él por semanas y seguramente sería el nuevo modelo a seguir de Amanda. ¡Había matado persona y lo decía como si nada!

—Si me permite me encantaría entrar en MI casa— dije molesta y dí un paso adelante. Pareció darse cuenta de que estaba obstruyendo la entrada, se hizo a un lado pero no salió. Tomé a Joshy por la camisa y lo puse junto a mi —gracias por su visita, le devolveremos su plato más tarde.

—¿Qué plato? —preguntó él como si le hablará en otro idioma.

—El que trajo como regalo de presentación, ya sabe, usualmente los nuevos vecinos se regalan gelatinas o algún postre barato.

—Él no trajo nada, Nana— dijo Joshy— pero cuenta unas historias realmente graciosas, como la vez que...

—Muy bien— corté a mi hermano y miré ceñuda al desconocido— gracias por su visita y lamento que no pueda quedarse más tiempo— él entendió la indirecta y dio un paso fuera de la casa— espero que se adapte a su nueva vida aquí, que este bien, adiós.

Cerré la puerta en sus narices.

Después de ese incómodo incidente, interrogué a Joshy. Él estaba encantado con el desconocido, no paró de decir que era guay y que le habías contado muchas cosas interesantes. Cuando hubo terminado de hablar, Joshy subió a su habitación a armar algún nuevo rompecabezas.

—Vamos Di, relájate— dijo Amanda con un tazón de palomitas recién hechas en las manos —veamos la película.

—No sé, algo en ese tipo no me gusta —dije preocupada— venir y estar solo con un niño, que tal si es un asesino en serie o algún depravado. Él mismo lo dijo, ha matado a muchos.

—Se te pasó el hecho de que es militar y uno muy muy guapo— agregó Sarah comiendo una rebanada de pizza— tal vez a acabado con hombres malos como terrorista a algo así, además a tu hermano le cae bien.

—Pero Joshy tiene... ese sindrome, él no podría distinguir quien es bueno y quien es malo.

—Aunque tú no lo puedas ver — intervino Amanda— tu hermano es muy inteligente e intuitivo, él podría ver a la primera algo que tú no.

Imaginé a mi pequeño y gordito Joshy descubriendo y desentrañando secretos y complots al estilo de Sherlock Holmes. La mera idea de mi Joshy en esas situaciones me hizo reír. Y con este pensamiento vino la calma a mi mente, me olvidé de lo ocurrido y me centré en la película de Adam Sandler.

En la tarde antes de caer la noche, las chicas se despidieron, llegó mamá seguida de papá, por último y casi a la hora de cenar llegó Kyara. Entró precipitadamente y subió las escaleras con una sonrisa en sus labios, pero nadie le preguntó nada, en ese momento.

A la acostumbrada hora de la cena hablamos de nuestro día, como siempre, pero esta vez Kyara estaba radiante.

—¿Qué pasa, hija? —preguntó al fin mamá— ¿Algún pretendiente? —Kyara no explotó como usualmente lo hacía con la mención del tema de los novios, si no que sonrió.

—Que va, es sólo que al fin gané algo.

—Pero calabacita, tú siempre ganas algo —dijo papá— ¿Esta vez que fue? ¿Un trofeo, medalla, dinero?

—No papá, fue algo que quería desde hace mucho tiempo.... le gané a Baek su ji en ajedrez— Joshy rio y Kyara tornó a una actitud maliciosa —¿Qué es lo gracioso Joshua?

—Yo le puedo ganar a esa Ben sugi cuando quiera— la expresión de Kyara se volvió dura.

—No todos somos anormales como tú— dijo ásperamente.

—Kyara Ninette Norling ¿Cómo puedes decirle eso a tu hermano? —mamá estaba roja de ira— ve a tu habitación y reflexiona en tus palabras, estas castigada.

Kyara se marchó hecha una furia y todos quedamos en silencio. En casa nadie hablada de las pequeñas deficiencias de Joshy, al contrario lo tratábamos como un chico normal porque para nosotros era un tierno y dulce niño normal.

Pocos minutos después de que Kyara se retiró, el silencio fue interrumpido por el timbre. Joshy corrió a la puerta y regresó con una gran sonrisa y con alguien de la mano.

—Este es mi amigo— dijo alegremente presentando al vecino— vive a tres casas de la nuestra.

Mamá y papá se sorprendieron al ver a un invitado de apariencia ruda en compañía de nuestro dulce niño. Yo puse mala cara en cuanto lo vi.

Él lucía incomodo con un paquete en sus manos, esta vez había traído el tradicional postre de presentación. Mamá se levantó de inmediato y le ofreció un lugar en la mesa, él se negó, pero papá insistió.

¡Genial sentado frente a mí!

—¿Y a que se dedica Señor...

—Kurjak, Aléxandros Kurjak, perdón por no presentarme antes— puso el paquete sobre la mesa, yo lo inspeccione con la mirada, podría ser una bomba— básicamente soy un soldado.

Mamá y papá lo recorrieron disimuladamente con la mirada, su figura se imponía en la hogareña cocina familiar, dando un toque de miedo. La actitud de papá se volvió cautelosa o ¿lo habré imaginado? Porque sin duda yo lo miraba con abierta antipatía.

—¿De dónde es? su apellido es algo... singular.

—Es un antiguo apellido europeo— se apresuró a responder Joshy, como si repitiera una frase memorizada— bastante común en el norte, no tiene nada de especial.

—Así es— dijo Kurjak revolviendo el cabello de mi hermanito— de ahí provengo.

—¿Y que lo trae por aquí? trabajo supongo— preguntó mamá poniendo una taza de café frente a él.

El invitado dudo en contestar.

—Sí, así es. Mi trabajo me trajo aquí. A veces tengo que hacer cosas que no quiero.

—Así son todos los trabajos —comentó papá —¿Y cuánto tiempo se quedará?

—En cuanto termine me iré.

—Oh, eso es una lástima. La vida aquí es tranquila, ¿no, Joshua? — comentó mamá, papá asintió— Diana, podrías traer platos para postre, cielo.

Al levantarme noté que él, seguía disimuladamente mis movimientos con la mirada. Afuera comenzaba una ligera llovizna, rogué que se hiciera una tormenta para que el sujeto se largará. Cuando volví de la cocina pasé junto a él y de inmediato se alejó de mí como si yo tuviera la peste. Por supuesto, nadie lo notó.

Mamá abrió el paquete que había traído. Esperé ver alguna fea gelatina o algún postre barato de supermercado, pero me llevé una gran sopesa al ver un exquisito Cheesecake de tres chocolates de una fina pastelería. Era mi favorito.

—En la tarde —dijo el vecino al ver nuestras caras— Nana me comentó que era una costumbre traer un postre y como yo no sé cocinar compre este.

Mis padres me miraron. No supe descifrar su expresión.

—¿Nana? —tosió mi padre frunciendo el ceño— creímos que había sido Joshy el que lo había invitado, no nuestra... espere un minuto, usted y Diana...

Mi padre nos miró alternadamente y vi como el color de su cara se tornaba de un rojo intenso pero no dijo nada. Mi mandíbula se aflojó al entender lo que estaba insinuando.

Estaba furiosa. En primer lugar estaba segura de que nadie lo había invitado. En segundo le dije que era algo barato. Y en tercera ni siquiera me conocía para llamarme por mi apodo y solamente me llamaba así mi familia, nadie más.

—No es lo que piensan— intervine rápidamente. El idiota también pareció comprender la situación

—Pasé a saludar a los vecinos y me encontré con Joshua solo, él me invito a pasar y me pidió que le hiciera compañía mientras su hermana regresaba, pero estuve aquí por una hora. Cuando llegó, Diana me pidió el postre de cortesía pero yo no sabía nada de eso, así que esta misma tarde fui por uno.

Mi madre se llevó ambas manos a la cara en señal de vergüenza.

—¡Oh, mi Dios! —exclamó más roja que un tomate— hubiera soportado la idea de que usted fuera su novio ¿pero esto? —mamá me miró enojada— le pediste a un desconocido un pastel y tuvo que gastar una fortuna ¿Dónde está la amabilidad y cortesía que te hemos enseñado? Discúlpate ahora mismo con este joven.

Estaba furiosa, podría vender mi alma para que al tipo le cayera un maldito rayo, pero a la vez me sentía apenada con mamá, una parte de lo que dijo era verdad.

—Lamento mucho pedirle un postre—dije tratando de disimular mi furia —también lamento haberlo corrido sin saber lo que había hecho por mi hermano.

Mi madre lanzó un gemido cargado de más vergüenza.

—¿También lo corriste?... ¡Oh, Diana! —dijo más furiosa que nunca— ¿Y porque tardaste tanto en volver a casa?

—Me entretuve con el sobrino de la señora Flemming.

Mi madre movió la cabeza con reproche.

—¿Por eso espiabas su casa, para ver a ese muchacho?

—¿Qué? ¡No! —chillé sintiendo como mi cara se volvía roja.

—Adolescentes— dijo mi padre riendo. Ahora que sabía que no había nada entre él vecino y yo estaba relajado— ya sabe cómo son, ven a un chico guapo y las hormonas se alborotan. Todo esta bien mientras no lo traigan a mi casa, no al menos en los próximos veinte años— rio a carcajadas pero nadie rio con él, excepto Joshy, que seguramente no sabia lo que pasaba.

Mientras comíamos el postre, la lluvia aumentó. Joshy se levantó de su silla dejando caer medio bocado y salió corriendo por la puerta de la cocina al patio posterior, cuando entró traía con él una bola café de pelos y lodo.

Feny entró alegremente y se sacudió el exceso de agua. Estaba tranquila hasta que vio al vecino. Gruñó y se fue sobre él, mis papás se levantaron de un salto, alarmados, pero el vecino se mantuvo sentado tratando de quitarse a feny que le lamía toda la cara.

—Tranquila, tranquila ¡He dicho: basta! —feny lo dejó en cuanto oyó su grito, metió su cola entre las patas y se ocultó bajo la mesa. Joshy la siguió. —Lo siento, lo siento Josh.

—Nosotros lo lamentamos, no sé que pasó con nuestro perro, usualmente no es así.

Para tranquilizar a Joshy mis papás comenzaron a contar anécdotas de nuestra familia. Me levanté de la mesa cuando papá contaba la absurda historia de cómo me obsesione con las trenzas por Ana de las tejas verdes.

Desde mi habitación escuché al vecino despedirse, me lancé a la ventana con mis binoculares, lo vi cruzar la acera y dirigirse a su casa en pleno aguacero. No me aparté de la ventana hasta que abrió su puerta, encendió la luz de la planta baja y se sentó frente al televisor, o eso me hizo pensar.

15 minutos mas tarde, vi un destello en la ventana del piso superior, una tenue luz estaba encendida y dos grandes sombras apenas visibles se reflejaban en la pared. Una de ellas no tenía forma humana, era como un monstruo y la otra estaba... decapitada. La sombra de lo que era su cabeza voló por la habitación. El monstruo había decapitado a una persona.

Entonces lo vi, vi a Kurjak asomado en la ventana y pude leer claramente sus labios diciendo:

"Te estoy observando

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro