...Espera
- Ah...- Dijo Aristide mientras realizaba que se había despertado, porque se había tronado los dedos de sus manos y además que sus manos habían quedado en esa misma posición. ¿Sería el sonido, o el dolor que causaba esta mañosa operación durante el frío?
...Pensaba, y en sus pensamientos prosiguió por dar una leve carcajada mientras intentaba acurrucarse de nuevo en las sábanas. Movimiento que, sin embargo. Causó que se cayera de la cama.
-Oh, es verdad- comento Aristide para si mismo, hallándose sentado ya. Con el suelo de colchón. -No hay nadie ahí- siguió, mientras aliviado se levantaba y de reojo veía sus sabanas en desorden sobre su cama matrimonial.
Después de haberse cambiado. Tras el terrible esfuerzo que supone esto abandonar la candidez de la piyama y los pantalones de franela. Enderezando y luego torciendo el cuello de su camisa y colgándose un lazo naranja por remedo a corbata. Aristide termino entonces, con algo de pesadez el logro del día. Bajando las escaleras.
En su sala tenía un montón de sillones algo chiquitos afilados como guirnalda en media luna. Alrededor del estudio, que miró con algo de rencor al bajar. Había una computadora de escritorio y por allí y por allá algún libro innecesario de Dumas y Julio Verne.
-Soló se puede tardar por algo que sea importante- se dijo, al tiempo que miraba la foto de su esposa sobre el gabinete y se sentaba en la silla. - Y que más da... si el señor dijo que nos unirá la fe- murmuro, y esbozó una sonrisa.- Lo que de verdad preocupa es que no he echo nada en mi descanso. Y eso que yo me dije que estaría ocupado, que era, un peldaño necesario para aumentar un tanto mi sueldo. Pues no se gana tanto vendiendo juegos. Nada! ni un esbozo, ni una línea de código.
Después de haber echose una comida, aparto de la mesa las pequeñas migajas color canela. Y siguió al día su plan. Tal era su plan que constituía según en la lectura de algún libro por "diversión"...Sin embargo, apenas leía las primeras páginas, y como con una especie de arrebato lo cerró. Guardando su alma de aquella mística y tenebrosa trama; lo guardó.
-Será mejor checar algo distinto ¡Como jugar juegos!
Aunque tenía de distintos sabores en cuestión de géneros, ninguno le maravillaba.
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