18- Alek
¿Que tan complicado puede ser desencriptar unos archivos del gobierno?
Solo una semana después del asalto comenzaban de nuevo las clases. La seguridad y la vigilancia en el refugio había incrementado. Ahora se le exigía a todos los estudiantes permanecer dentro del refugio durante el cierre de las rejas. Si alguno desobedecía aquella regla, sería sancionado con hacer servicio en la cafetería durante sus horas libres y no podría volver a salir a la ciudad hasta cumplir cincuenta horas de trabajo. Hubo un intercambio de agentes entre la capital y las ciudades menores, por lo que muchos activos de la rebelión ahora estaban regados por todo el país, de manera que había gente nueva en el refugio. Morenyt seguía viviendo donde siempre porque era la cuidadora de Jason.
Yo estaba en la cocina haciendo el desayuno.
«Buenos días, estudiantes —dijo la traslúcida imagen de Mariah Olson que proyectaba mi reloj—. Por favor asistir todos en media hora a la reunión en el campo central para formar el comité de graduación.»
—Y una mierda —dijo Cecil con furia saliendo de su habitación—. La maldita transmisión me despertó. No tengo clases hasta dentro de dos horas.
—Pues tendrás que ir si no quieres una citación —contesté—. Últimamente las reglas son más estrictas con respecto a hacer lo que diga la directora.
—Me pregunto si es por los rumores de que hubo otro asalto a una base del gobierno en la noche de año nuevo.
Los de la rebelión corrieron la voz de manera rápida y silenciosa, en el transcurso de una semana. Incluso el tema se mencionó en el programa de noticias con más televidentes. Y aunque no era el tema en tendencia, tenía bastante peso.
—De cualquier forma, ponte el uniforme —dijo una voz femenina y somnolienta saliendo de la habitación de Cecil—. No querrás volver corriendo en una hora para buscarlo. Buenos días, Alek.
—Buenos días, Melissa.
Ah, sí. Cecil ahora tenía novia. Melissa era una chica bastante linda. Castaña, cabello largo con ondas y mechas rubias. Sus ojos grandes eran como mirar una nebulosa con tonos azules y amarillos llenos de estrellas. En este momento solo traía una camiseta de Cecil puesta y la ropa interior.
—¿Que hay de tí? —le pregunté a la chica—. No te dará tiempo de buscar el uniforme.
—Estudio ahí desde hace cinco años. Aprendí a guardar un uniforme de emergencias en el casillero de la escuela. Iré a la reunión vestida de civil y luego iré a los vestidores.
—Eres muy lista —sonrió el Pasini.
—Lo sé —respondió la chica.
Eran una pareja muy bonita. Oculté mi sonrisa mientras guardaba las tostadas en las bolsas con cierre hermético. Verlos me recordó a Oliver. No tuvimos comunicación cuando estuve en el sur y ahora no respondía mis mensajes con la misma regularidad. De cierta forma se sentía como si algo apretujara dentro de mí pecho.
«Es mi primer novio —pensé—. Quizá los novios solo hablan cuando salen.»
Terminé de envolver la comida y fuí directo a mi habitación. Ya me había duchado, así que solo me puse mi uniforme junto con un abrigo encima. Le envié un par de mensajes a Oliver.
Yo:
Buenos días, guapo.
¿Estarás libre esta tarde?
Oliver:
Lo siento. Voy a clase y más tarde tengo que hacer una tarea en grupo.
Me alegré por un momento, porque fué una respuesta rápida, pero me frustré un poco al leerlo. Al parecer ya no tenía mucho tiempo para mí.
Dejé eso de lado y salí junto con Cecil y Melissa hacia la escuela.
—Ha cambiado tanto el funcionamiento del refugio que pasó de ser un lugar seguro para los mágicos, a ser un centro de militarización.
—Supongo que tiene que ver con los cambios en la nación —le respondí a Melissa—. Ya sabes, terrorismo en la capital hace unos meses, la ejecución, la nueva princesa.
—Jamás de los jamases pensé que fueras hijo del principe perdido, Alek —se rió Cecil.
Melissa frunció el ceño y detuvo el paso por un momento.
—Espera... ¿Que? —pronunció confundida.
—Oh, perdón, amor. Olvidé mencionarte que la princesa Pink es la gemela de mi roomie.
La chica soltó un chillido tan agudo y tan melodioso al mismo tiempo que casi me sorprendí cuando la ví desaparecer y darle un golpe en el estómago a su novio. Cecil ni se inmutó. El puño de Vanessa no era suficiente para causarle el mínimo dolor a sus abdominales.
—¡Pues debiste decirlo antes, idiota! —de repente reapareció mirando hacia a mí y haciendo una reverencia—. Perdone mi irrespeto, su majestad.
—¡Eugh! —solté asqueado—. Descuida, Melissa. Puedes seguir tratándome igual. No tengo intenciones de incorporarme legalmente a la familia real. Además, mi hermana ni siquiera se comunica conmigo.
No pude evitar entristecerme por eso. Tuvimos una tonta discusión antes de que ella se coronara y cuando volví ella ya tenía el sesenta y cinco por ciento de la aceptación de la nación. Además fué muy buena preparando el último asalto. Yo apenas participé.
Melissa expulsó todo el aire que tenía contenido.
—Que bien. Ya me había asustado. En serio no pensé que conocería a un príncipe en mi vida, y mucho menos que me prepararía un desayuno —se sonrojó inesperadamente—. Mi novio ni siquiera me ha sacado a cenar.
Mi roomie se mostró un poco celoso.
—Pues desgraciadamente para tí, señorita notas perfectas, Alek es gay y tiene novio.
—Yo nunca dije que me sentía atraída hacia él. O sea, es lindo, pero me gustan los idiotas como tú, señor guitarra acústica.
—¿Sí saben que están teniendo esa conversación en frente de mí, verdad? —les cuestioné manteniendo la tenue seriedad en mi cara.
Ambos rieron sin darle mucha importancia. Y la verdad, se sintió cálido para mí. Algo de calidez entre la fría nieve de invierno.
Al llegar a la escuela, vimos que ya habían llegado muchos de los aproximadamente doscientos cincuenta alumnos por graduar, estaban en sillas puestas en el campo de deportes en medio de la escuela con una división de cinco metros en medio. No solo eso, también habían muchos estudiantes de cursos menores viendo desde las gradas y las torres. Y la directora se encontraba hablando con los profesores en un podio. Encontré a Vanessa, lo que no fué difícil porque los demás solían guardar distancias hacia ella, por lo que tenía asientos libres. Los tres nos sentamos con ella y en el camino Cecil y Melissa iban saludando a los demás. Inevitablemente, ellos atraían mucho la atención de los demás, y al parecer desde que mi hermana era la segunda princesa, yo también atraía mucho la atención. Algunos de mis compañeros de clase me saludaban mientras yo me acercaba a mi amiga. Yo les devolvía el saludo con la cabeza intentando no ser muy llamativo.
—Hola, Vanessa —dije sentándome junto a ella.
—Buenos días, príncipe de cristal —se burló ella apartando la vista de su libro por un momento—. Tal parece que la fama de tu hermana te persigue.
—Aunque no lo creas, eso ya pasaba en el planeta tierra. Mi hermana tiene un don para volverse famosa, así que volverse la nueva princesa es la cereza del pastel.
—De hecho, sí caí en cuenta de que mi compañera de piso era muy social. Recuerdo que se le juntaba mucha gente en los espacios entre clase. Pero tu compañero también es bastante popular... y su novia también.
—En estos meses he visto que los Pasini usualmente llaman mucho la atención con sus poderes mágicos artísticos —comenté—. Hace rato ví a Mel volverse invisible cantando una canción muy extraña.
—Es la más poderosa de los Pasini de este curso después de todo —respondió la albina asintiendo—. El año pasado hizo un hechizo de voz que invocó una plaga de hámsters en la torre de arte. Y en cuanto a Cecil, solo es popular porque es guapo y musculoso.
—¡Auch! —exclamó Cecil apareciendo junto a Vanessa justo como había hecho Melissa unos minutos atrás— Eso dolió, Vanny.
—¿Como lo...? —intenté preguntar, pero él respondió antes de que terminara.
—El canto mágico también es mi especialidad, bro. Solo canté las mismas notas que escuché de Mel.
—Supongo que puedes enseñarnos —dijo Vanessa—. Yo soy muy buena cantante.
El sonido de los altavoces cortó nuestra conversación.
—¡Atención, estudiantes! —llamó la profesora de cloroquinesis— Como ya se imaginan, estamos aquí reunidos por motivo de que su graduación ya está muy cercana. Y para poder organizarla debidamente tendrán que elegir a un representante de cada signo del zodiaco entre los graduando.
El señor Dimas subió al podio y siguió con el comunicado.
—Para esto se selecciona entre los alumnos que tengan calificaciones altas y con habilidades destacables. Luego se realizará una votación en la que ustedes podrán elegir quienes serán sus representantes. Ahora les pasaré a la magister Maria Olson para que llame a los seleccionados a venir al frente.
La directora subió al podio con sus tacones resonando con la acústica del lugar. Lucía algo desaliñada, tenía el cabello castaño recogido en un moño algo apresurado y sus ojeras eran visibles aún con sus gafas puestas. Era evidente que comenzaba a darse cuenta de que había un movimiento acechándola. Se aclaró la garganta antes de hablar.
—El proceso de selección y elección durará solo una semana. Estoy por nombrar a los candidatos. Si oyen su nombre, vengan al frente. Entre los Élino, los más poderosos alumnos entre los graduando son Kaley Shane, Stalactos y Zahira Ming.
Los tres nombrados fueron hasta el frente como se había indicado, siendo un poco inprovisados, debo agregar. Una chica pelinegra fué por el frente volando dentro de un tornado casi mandandonos fuera del mapa a los demás, no era nadie más, sino Kaley Shane. Entonces entendí que esto era una especie de concurso en el que mostraban algo de su poder. En el caso de esta chica, era su tornado. Stalactos que hizo un puente flotante con rocas y fué saltando entre ellas hasta llegar al frente. Zahira caminó tranquilamente hasta el frente, todo se quedó en silencio, pues no pensamos que haría gran cosa, pero se quitó la bufanda que cubría su boca, dejando ver sus pequeños colmillos en su boca, seguido de eso expulsó una ráfaga de fuego azul —no tan grande ni tan destructiva como la vez que Pink la amplificó con su habilidad principal—. Aplaudimos a los tres grandes élino. Al parecer ninguno con poderes de agua pudo destacar lo suficiente como para ser nombrado.
Mientras que la dictadora nombraba a los dafis que habían clasificado, yo me dispuse a hacerle una pregunta a mis amigos.
—¿Esto ya estaba planificado?
—Esto se hace cada año —respondió Vanessa—, es una costumbre que al empezar el último periodo de clases, los estudiantes que se van a graduar demuestren sus talentos.
—No lo había visto antes —confesó Cecil.
—Eso es porque no asististe a las reuniones pasadas.
—... Ahora, con los pasini, tenemos a Elijah Serenity, Davina Blow y Melissa Star.
Elijah fué hacia adelante con un trozo de papel en el que dibujó unos símbolos y luego lo dobló hasta que hacer un dragón de papel no más grande que mi brazo. El dragón voló sobre las gradas y luego pasó sobre los que estábamos en las sillas sobre el campo. La tal Davina Blow fué con una pandereta que al hacerla sonar su magia formó una multitud de mariposas de luces amarillas que vilaron por todo el campo hasta que se deshicieron en partículas de luz. Luego fué Melissa que con un compás de tres notas musicales que cantó, un rayo cayó en medio del campo. Los de las gradas estallaron en vitores mientras que los de abajo estábamos asustados pensando en la idea de que cayera otro y no fuera en el centro.
—Es realmente poderosa —expresé mi impresión, mientras la directora seguía llamando—. Al parecer sus cinco años aprendiendo magia sirvieron de algo.
—Claro que es maravillosa —expresó Cecil—. ¡Es Melissa Star! Y es mi novia —agregó.
—Supongo que sí es magnífica, y además es la clásica chica que llama la atención por ser linda—respondió ella sin mucha emoción espectando como un aramus llamaba a unas palomas que los alzaron y lo llevaron junto con los demás alumnos destacados.
Una luz se encendió sobre mi cabeza al recordar un detalle importante.
—¡Vanessa! —recordé— ¿Tú vives aquí desde niña, no? También eres de las alumnas con mejor puntaje. Seguro te llamarán.
—Oh, claro que lo harán. Pero estoy tan segura de que nadie votaría por mí que ni siquiera pienso en intentar competir con ellos.
—Pero... —habló Cecil esta vez— estoy seguro de que sería divertido. Mañana será la prueba de intelecto, el miércoles la prueba de versatilidad mágica y el jueves el duelo. No será hasta el viernes que se hagan las elecciones.
—Mientras tanto, puedes alardear como lo hacen ellos —señalé a la chica sentada en una flor gigante frente al podio.
A ella pareció gustarle la idea, por la sonrisa que esbozó su cara.
—Con los laminub —continuó la directora, con solo oír mi signo, ya me había puesto nervioso. No había pensado en la posibilidad de que yo fuese nombrado, porque aunque tuviera las puntuaciones teóricas mas altas, yo no les había mostrado mucho de mi magia—, tenemos a Genatrix, Maximus Kratz y a nuestro nuevo alumno estrella, ¡Alek Prince!
Aplaudieron de solo escuchar mi nombre y se sintió TAN EXTRAÑO para mí. No estoy acostumbrado a recibir tanta atención. Aquelle chique, Genatrix, dibujó unos glifos geométricos en el aire apuntando hacia el dragón de papel, al activarlos el dragón fué dividiéndose en varias partes hasta que no era mucho más que un centenar de lagartijas de origami. Su poder era dividir en partes la magia de otras personas para hacerla menos potente. Si elle hubiera tocado directamente a su objetivo, habría sido más rápido pero lo que todos querían era un espectáculo, así que hacerlo a través de glifos a distancia para alargar la presentación fué algo ingenioso. Maximus Kratz echó la mirada hacia el cielo y disparó unos rayos azules de sus ojos trazando una línea horizontal, haciendo que el cielo sumamente nublado se despejará un poco, haciendo que el sol nos diera mejor luz.
Yo me puse de pie cuando dijeron mi nombre, pero ahora me encontraba aterrado. No es que tuviera pánico escénico, pero el hecho de que todos estuvieran mirándome esperando que yo hiciera algo para sorprenderlos era incómodo, y mi habilidad principal no era muy llamativa como para mostrarla ya que solo consistía en pudrir todo y acelerar su descomposición. Un momento...
«¡Eso es! —pensé— Puedo descomponerlo todo»
Avancé tranquilamente hacia el frente observando a las filas de alumnos, buscando con la mirada algún objetivo clave. Hasta que ví a una chica con unas uvas sobre sus piernas. Me acerqué a ella.
—¿Me las permites? —pregunté amablemente apuntando al racimo de uvas.
—¡Adelante! —contestó ella con entusiasmo entregandomelas.
Las tomé con mi mano y las uvas se fermentaron en cuestión de segundos. Los espectadores seguían esperando a que sucediera algo emocionante. Aplasté las uvas atrapando el jugo en el aire con mi magia y dividiendolo en gotas, apuntando con mi otra mano enviando las gotas al aire y pulverizandolas. El ambiente se llenó de un fuerte olor a vino y de una suave llovizna de partículas de luces rojas.
Mi presentación fué sutil y puede que no tan impresionante como las anteriores pero pude sacarles unos aplausos al público. Me situé junto a mis rivales con mi seriedad devuelta.
—Ahora, los últimos participantes Delilah Ross, Cully Saint y Vanessa.
Delilah formó un orbe de luz ultravioleta que levitó lentamente por todo el campo revelando por segundos con la luz a unas figuras humanas, traslúcidas y verdosas, claramente fantasmas. Cully generó unas grandes bocanadas de una neblina morada que fué tomando forma hasta convertirse en una decena de serpientes enormes, siseantes que se movían arrastrándose hacia el público hasta que explotaron volviendo a ser aquella neblina y disolverse en el aire. Vanessa se veía fría y su cabello blanco parecía volverse más intenso. Sacó algo de su bolsillo, pude ver qué era un llavero con un cristal blanco que formaba un arcoiris al darle la luz del sol, un prima. Ella con su mano disparó un rayo de luz hacia el público y puso el prisma delante de ella. El arcoiris se descomponía al chocar con las personas, revelando colores que salían de las personas como una aurora boreal. Mostrando las auras de los demás, mostrando los colores en la magia de cada uno. Se pudo observar un paisaje hermoso por al menos diez segundos y yo pude ver el color escarlata tan intenso de mi aura.
La directora se acomodó los lentes mientras los alumnos hacían ruido sorprendidos.
—Ya que los candidatos de cada grupo fueron presentados, pueden iniciar sus actividades regulares. Mañana al mediodía serán las pruebas de intelecto.
Se oyeron más aplausos y silbidos por unos segundos más. El resto del día, las clases volvieron a la normalidad.
***
Tres días después yo ya estaba harto de la escuela. Y eso es un hecho grave viniendo de mí, ya que soy una persona con interés académico enorme. Pero no me juzgues, mi amiga Vanessa estaba igual de estresada que yo. Las pruebas de intelecto fueron trescientas preguntas de examen que respondimos en la tarde del día anterior. Yo solo llevaba como 5 meses y medio aprendiendo sobre magia, por lo que agradecí haberle echado un ojo a los libros de los cursos menores y haber leído los diarios viejos que encontraba en el almacén. Si no fuera porque soy una persona increíblemente intelectual, habría fracasado. Obtuve 87 de 100 puntos, y Vanessa tuvo 100. Las puntuaciones fueron públicas, ya que las pruebas no son más que publicidad de "vota por mí". Habían carteles y pósters pegados por toda la escuela con mi cara y la de los demás participantes, no entiendo dónde estaba la camara cuando me sacaron esa foto, solo sé que la toma se había hecho durante la presentación.
¿Siempre me veía tan serio y con cara de pocos amigos? Al parecer sí. Y lo puedo creer.
—¿Están listos, chicos? —preguntó el señor Dimas— ¿Seguro que no quieren usar el casco, Prince?
Justo ahora estaba en el vestidor de chicos que daba con un pasillo que iba directo al campo de deportes. Estaba acompañado de los demás chicos que participaban en esta especie de concurso de popularidad, esperando nuestro turno. Curiosamente nos encontrabamos usando una versión un poco diferente de los trajes que usaban los agentes. Al parecer estaban fabricados de manera que ni el fuego ni la electricidad pudieran atravesarlos, también tenían unos chalecos cubriendo el torso, unas rodilleras y las botas que por alguna razón tenían mucho tacón. Además tenía muy buena temperatura. Aunque la tela no fuera gruesa, no sentía tanto frío. Esta versión del traje venía con un casco pero yo prefería no llevarlo.
—No creo que vaya a necesitarlo.
—Puede que te parezca que no. ¿Pero, que harás si te mandan a volar cinco metros sobre el suelo y vas cayendo de cabeza? Estoy seguro de que usted no tiene poderes de viento y no recuerdo haber visto algo al respecto ayer en la prueba de versatilidad mágica.
Jengibre —el gato mágico del profesor Dimas— maulló como diciendo: Hazle caso niño. Y el aramus sentado a lado mío rio poniéndose el casco.
—Eso lo tengo más controlado de lo que parece.
Escuché el sonido que indicaba que ya era mi momento de ir al campo de deportes.
—Buena suerte, bros —dijo el aramus, quién se levantaba porque debía salir conmigo.
Puse el móvil dentro de mi bolso deportivo y salí caminando por el pasillo. Sintiendo cada paso bajo mis pies. Nos cruzamos con los chicos que acababan de luchar. Maximus Kratz tenía unas espinas rojas clavadas por todo el torso del traje y el cabello lleno de una baba verde. También un Dafis que había ido sin casco tenía el cabello chamuscado.
Al recibir la luz del sol también oí los gritos de emoción que emitían las personas sentadas en las gradas que se encontraban increíblemente llenas y también en las torres los puentes elevados que las conectaban arriba en el piso doce.
El día del duelo había llegado.
Miré a las chicas que salían de los otros vestidores. Zahira, Melissa y Vanessa, que al igual que yo, no traía el casco, por lo que supuse que había tenido la misma idea que yo, traía el cabello recogido en una coleta. Al mirarnos fué como si nuestras miradas chocaran con una electricidad agresiva. Definitivamente ninguno de los seis participantes quería perder.
Alrededor del campo habían seis bases circulares cada una con el color y el símbolo de cada signo del zodiaco de cristal. Élino, un símbolo con cuatro puntas. Dafis, un cuadrado con una cruz. Pasini, una línea irregular en zigzag. Aramus, parecía una flor con seis pétalos y dos ojas muy geometricos. Laminub, era una ramificación en dos en la que una de ellas también se dividía en dos. Dimani, tres círculos concéntricos. Cada quién se puso en su posición. Zahira frente al dafis en las esquinas al otro lado de mi posición, Melissa frente al aramus a medio campo, y yo frente a Vanessa en las otras dos esquinas.
—¡Los concursantes del tercer duelo ya se encuentran preparados! —dijo el narrador que seguro nos veía desde un puente— ¡Ahora podremos observar la que muy probablemente sea la batalla más emocionante de la clasificación de este año!
Sí, amigos, todo estaba increíblemente pautado. Teníamos unas potentes luces iluminandonos desde arriba de las torres. Pero solo lo suficiente como para que pudieran distinguirnos los espectadores. Ellos querían que nuestros hechizos fueran lo que destacara en esto. Había leído un manual que explicaba que solo debía mantenerme con buen aspecto e intentar asestarle unos cuantos hechizos a los demás durante la batalla.
—¡El duelo comienza en tres, dos, uno! ¡Ahora!
Cuando volteé al lado, el dafis ya se encontraba corriendo hacia mí con su puño de plasma bien cargado. Yo dibujé un pentagrama rápidamente en el aire, que usaría como escudo en mi brazo izquierdo. El chico de todos modos llegó a mí y lo golpeó. El impacto no rompió el escudo ni me mandó a volar, pero fué suficiente para hacerme retroceder un poco. Con mi mano libre hice un chasquido con el que lancé unas chispas eléctricas. Mi atacante salió empujado un par de metros atrás.
—La batalla comienza bastante fuerte. Con Alek Prince siendo atacado por Gild, quién es suavemente electrocutado por su objetivo. Sunther intenta invocar a unos golems de tierra, pero son aplastados por unas rocas de Zahira de Ming. No hay rastro de Melissa Star pero Vanessa está haciendo una especie de acumulación de agua.
Me distraje tanto con aquel chico que me sobresalté cuando me volví hacia atrás y ví una decena de pirañas voladoras fantasmales azules y brillantes viniendo directo hacia a mí, el cuál había sido enviado cortésmente por Vanessa. Que mantenía cierta distancia de mí. Casi no tuve tiempo de reaccionar, si no fuera por qué pude agrandar el escudo y empujarlo en dirección a aquellos espectros, al menos un par de pirañas me habrían encajado sus dientes en el traje anti heridas graves. Ya me había defendido de dos atacantes diferentes. Era mi momento de responder más adecuadamente.
El presentador seguía describiendo lo que veía a su manera.
—Unos peces azules enviados por Vanessa fueron interceptados por un pentagrama de Prince. Melissa Star hizo se deja mostrar por unos segundos y le da a Zahira una patada en la espalda, la chica parece estar furiosa.
Di un salto sin pensarlo demasiado. Lo que cualquiera esperaría es que volviera a caer al suelo, pero lo que en realidad pasó, aunque solo fuera solo un segundo, para mí fué como si sucediera en cámara lenta. Un polvo magico dorado salió de mí emitiendo un sonido como el de una campana cuando entras a una cafetería.
—¡Alas a mí, ahora! —recité en un impulso al mismo tiempo que las alas de hada aparecían.
—¡¿Que es esto?! El joven Prince aún tiene sus alas del viaje al sur. Supongo que se ha llevado de maravilla con el hada para que ella aún le permita usar su poder. Melissa ha vuelto a desaparecer y Sunther está escribiendo algo. Mientras tanto, Zahira está expulsando su fuego azul por todo su lado del campo. Melissa está haciéndola enojar con su radiante actitud y Sunther es obligado a retroceder.
Vanessa sonrió con cierta diversión. Pero antes de que ella pudiera hacer algo, yo ya estaba escribiendo un hechizo en el aire. Ella al parecer copió bien mi movimiento de medio minuto antes y dibujó un pentagrama que le serviría como escudo, justo a tiempo, porque cuando mi hechizo ya estaba terminado varios rayos escarlatas se dispararon hacia ella. En cuanto Guild, él ya se había levantado del suelo y tenía su brazo izquierdo extendido hacia mí.
—¡Segundo modo —dijo en voz muy alta, casi gritando—, cañón de plasma!
—¡Estos chicos están llenos de sorpresas! —exclamó el narrador riendo— Prince ha disparado unos rayos directo ha Vanessa. Pero ahora Guild está haciendo algo extraño con su brazo.
Su brazo se transformó y en un par de segundos ahora tenía un arma que parecía sacada de Astro Boy. Empezó a dispararme y yo volé de un lado a otro tratando de que no me diera. Dió unos siete disparos y de repente fué como si ya no pudiera más. El chico se quejó y su brazo volvió a la normalidad. Al parecer estaba hecho para ser francotirador y no un arma corta distancia. Además ese chico no tenía buena puntería. Me alejé un poco de ellos hasta estar demasiado cerca de las llamas azules de Zahira para mi gusto. Aunque ella estaba pasando de mí y más concentrada en darle a Melissa que aparecía y desaparecía en cuestión de segundos. No tenía idea de cuál era el poder especial de esa chica, pero su canto era música para mis oídos, literalmente.
—Guild se ha quedado sin energía después de dispararle a Alek con su brazo de Cyborg. Pero el príncipe sin título ha escapado hacia el otro lado del campo. Vanessa también ha invocado también unas alas y está volviendo a atraer gotas como si fuera un imán de agua. Melissa aún está jugando al quémame si puedes con Zahira.
Ví al aramus un poco alejado de ellas hacia una esquina sin saber que hacer, se veía bastante tímido. No tengo idea de como ese chico había obtenido cien puntos en la prueba de versatilidad mágica y no sabía que hacer en ese momento. Aunque debo reconocer que parecía como si tuviese miedo del fuego de nuestra rebelde con cuernos que seguía escupiendo fuego por segundos dejando de hacerlo solo para volver a tomar aire. Y ahí estaba yo, en el aire observando la escena, hasta que algo azul chocó conmigo, lanzándome a un lado, cuando volteé pude ver qué era un tiburón traslúcido enviado por Vanessa, que ahora también estaba volando con sus alas de hada bien intactas.
—Alek ha sido golpeado por Vanessa que le envió un pez mucho más grande que el anterior ¡Con una aleta dorsal y unos dientes muy filosos!
Unas chispas eléctricas no funcionarían para hacerlo desaparecer y ahora ese pez enorme y peligroso me estaba persiguiendo por todo el campo, nadando en el aire como si nada y siendo controlado por una albina que flotaba en medio de todo. Nunca había visto a Vanessa tan concentrada, ni siquiera cuando leía su mejor libro de arquitectura se le podía ver con esa emoción. El brillo azul en sus ojos era magnífico, pero yo estaba algo apurado como para seguir viéndola. Decidí bajar al suelo, mis alas de desvanecieron haciendo el sonido de campana. Un pequeño escudo pentagrama no pararía a ese bicho y no es como que me diera tiempo de escribir otro hechizo en el aire. No me quedó más opción que usar magia emotiva.
El narrador empezó a dar unos comentarios no muy amigables sobre como Sunther no hacía nada y a hablar de como yo trataba de huir de un fantasma de agua.
Verán, normalmente para generar hechizos usamos fórmulas matemáticas con escrituras runicas o glifos de elementos químicos. Eso lleva tiempo. La magia emotiva puede ser rápida pero la fuerza de un hechizo con emoción se verá afectado por la potencia de la emoción, mientras más fuerte la emoción, más fuerte la magia.
A ver, a ver, a ver —pensé—. Fuerza es fuego, sentimentalismo es agua, intentaré que evaporar ese fantasma de agua.
Un recuerdo que me hiciera sentir fuerza era algo difícil de encontrar. Aún así quise recordar algo lo suficientemente intenso como para soltar una ráfaga de fuego. Pensé en Oliver y extendí mis manos hacia aquel espectro azul que se aproximaba hacia mí, nadando diagonalmente hacia abajo. Imaginé a Oliver en su cuarto viendo la transmisión en vivo desde su celular, quizás dándome animos. Sin embargo, la jugada no me salió muy bien. Soy una persona realista, él debía estar haciendo sus tareas, era jueves.
Una burbuja de agua del tamaño de una pelota de basket se elevó desde el suelo.
—¿Que pasa Prince? —se burló el narrador— ¿Tu hermana te traicionó?
—¡Eso no es lo que yo tenía en mente! —grité. No me quedó más remedio que correr en línea recta.
Yo era rápido pero no más que el tiburón de Vanessa. Resbalé de la manera más torpe y tonta que podía sucederme solamente a mí. Cerré mis ojos preparándome para que el tiburón azul encajara sus dientes justo en mi cabeza. Pero mi cráneo no se abrió ni sentí unos puntiagudos dientes atravesando mis sesos. En su lugar sentí mucho frío y como que me movía lentamente. Cuando abrí mis ojos me encontraba dentro de una burbuja azul. El tiburón después de tragarme se había transformado en una especie de prisión acuática.
Ví la deformada cara de Vanessa a lo lejos que estaba completamente seria, apartó su mirada de mí hacia el Dafis que ahora le disparaba a ella con su brazo cañón de plasma. Vanessa solo dibujó unas figuras geométricas a las que les aparecieron más figuras geométricas formando un patrón muy curioso. Disparó un potente rayo que empujó al dafis que chocó contra la barra que separaba el campo de las gradas. Luego mi prisión se transformó en un tiburón más grande y también capturó a aquel chico conmigo dentro. Esa chica le daba honor al apellido que no tenía.
—¡Alek Prince y Guild han sido capturados por Vanessa! Y no sé quién lo ha hecho pero sospecho que fué Sunther quién ha convertido el ambiente en una tormenta de polen. Al fin saliste de tu trance de cobardía, niño.
Ahora ella podía mirar hacia otro lado sin preocuparse por que saliéramos de ahí. Principalmente porque yo ya estaba intentando hacerlo y no lograba abrirle un hoyo a esa cosa.
—¿Puedes ayudarnos a salir? —le pregunté al pobre chico que se estaba levantando.
—Mi cabeza... —dijo el pasando sus dos manos por su cabello— Tengo una idea —me extendió su mano. Yo lo observé de la manera más extraña, frunciendo el ceño con mis ojos apagados—. ¿Quieres salir de aquí, o no?
—Ya qué —exhalé y le dí la mano.
Él entrelazó su mano con la mía y dos luces —rojo y celeste— giraron alrededor de ellas como en espiral. El chico puso su mano libre sobre
—Tercer modo, absorción de energía.
Repentinamente sentí la mano muy fría, como si se quedara sin oxígeno. Las luces subieron por el antebrazo del chico llegando hasta su codo.
—Ya puedes soltarme, Prince —le obedecí sin rechistar, notando que la mano derecha me temblaba—. Segundo modo, cañón de plasma —su brazo volvió a transformarse en el arma de antes—. ¡Potencia tres! —las luces que habían estado en su codo fueron absorbidas y ahora el cañón se estaba cargando con sus mismos colores.
—¿Debería taparme los oídos?
—Y los ojos también. De hecho, deberías ponerte detrás de mí.
Hice lo que me dijo y situé justo detrás de él, porque no quería salir de ahí sin un brazo. Mi mano aún se sentía un poco extraña pero al menos ya la movía con normalidad. El disparo que salió del brazo de Guild fué tan potente que pude escucharlo bien aún tapando mis oídos con las palmas de mis manos. Salimos mojados hacia el medio campo, pero salimos. Captando la atención del narrador como consecuencia.
—Vanessa ha capturado a Zahira Ming como si nada. ¿Pero, de qué sirve atrapar a tus oponentes si tienen la facilidad de escapar? Tal parece que tú táctica es inútil, joven Vanessa.
Sunther que hace rato se encontraba retraído en una esquina, envió un montón de polen como si fuera una tormenta de arena. Las partículas de polen se adherían al traje que llevábamos, por lo que la invisibilidad de Melissa ya no era efectiva. Vanessa había encerrado a Zahira en otra de sus prisiones de agua, quien estaba intentando de todo para salir de ahí. Volví a activar mis alas doradas y fuí rápidamente surcando el aire hasta quedar junto a Melissa, que se quitó el casco, dejando libre su cabello castaño con sus mechas rubias. El casco tenía un montón de polen en el plástico que protegía los ojos.
—Creo que nos tienen en la mira, de nuevo —dijo ella apuntando hacia Vanessa, quién movía sus manos atrayendo gotas de agua hasta que un nuevo tiburón estaba cobrando forma—. Será mejor que nos movamos y pensemos en algo.
—¿Y si invocas un rayo como el de tu presentación?
—El cielo está muy despejado como para lograrlo.
—Entonces... —comencé a trazar glifos de elementos químicos y a conectarlos tan rápido que cuando ese orbe salió disparado hacia Vanessa, el tiburón apenas se había formado por completo.
Una explosión lanzó a Vanessa hacia el suelo, pero ella estaba de maravilla, se levantó como si nada hubiera pasado y guió a su espectro hacia nosotros. Al correr en dirección contraria a la albina, pude ver que el aramus tenía un círculo de luz con varios símbolos alrededor de su muñeca. Cinco rayos amarillos nos empujaron a Melissa y a mí hasta la boca del enorme pez, siendo encerrados.
—Prince ha Sido capturado de nuevo, ¡y esta vez junto a Melissa Star! Con algo de ayuda de Sunther debo decir. ¡Sabía que ese chico podía hacer más!
—Ups! —Melissa seguía de buen humor— Parece que he sido capturada.
—Y yo también, por segunda vez.
Me rendí. No podía ganarle a Vanessa que llevaba toda su vida aprendiendo magia. ¡Yo no llevaba ni seis meses ahí! Era suficiente con tener la quinta puntuación más alta en toda la escuela. Vanessa tenía la primera, no tenía aún un rival digno. Aún así era bastante insegura. El no haber tenido una buena familia y amigos, le había hecho bastante mal después de todo. Ahora estaba desatando su poder como la luchadora que era. Protegiéndose con un escudo pentagrama de los disparos de Sunther y Guild.
—Nuestro generador de Polen y el puño de plasma están tratando de asestarle un buen disparó a Vanessa. Pero el polvo de hadas está apareciendo de nuevo detrás de la chica.
Melissa observó fascinada como Vanessa volvía a invocar sus alas mientras hacia su escudo más grande con ambas manos.
—Tal parece que ella sabe muy bien como cuidarse.
—Sinceramente, nunca la había visto hacer más que solo hechizos básicos hasta este día —confesé.
—Se estaba guardando una habilidad tan poderosa como esta —dijo Melissa impresionada—. No pensé que alguien en nuestra generación tuviera tanto poder. Ella tiene lo necesario para volverse una agente de élite.
—Vanessa mantiene las cosas bajo control. Ha podido darles una buena probada de su poder a los chicos. ¿Podrán ellos responder ante esto?
Vanessa al parecer logró zafarse de los chicos con unos glifos que dejaron al aramus y al dafis cubiertos de una viscosidad lila. Luego creó un par de tiburones azules espectrales y capturó a los dos chicos por separado. Supongo que para que no escaparan con la habilidad del chico con el cañón de plasma. De cualquier forma, el silencio que se formó se pudo sentir muy fuertemente.
—La ganadora es... la joven Vanessa... ¡La ganadora es Vanessa!
Los aplausos del público se hicieron presentes. Lucían todos sorprendidos, como si nadie esperara que ella saliera victoriosa. A Vanessa le dieron una medalla y la saludaron un par de personas importantes que habían ido al refugio para ver el duelo con sus propios ojos.
***
Al día siguiente fueron las votaciones. Quienes fueran los ganadores, serían los representantes de los signos del zodiaco de cristal y estarían invitados a una entrevista en un programa en horario estelar. Listos para que toda la nación los viera y criticara a su gusto. Al medio día ya estábamos todos esperando a que se revelaran los resultados y así dejar de estar tan tensos. Hasta que...
—Ya puedes verificar los resultados de las votaciones desde su móvil —dijo un profesor desde los altavoces.
Yo estaba saliendo de la escuela, pero fuí interceptado por Morenyt, que venía a buscar a Jason.
—Si sigues así, me quitarás el puesto en unos años —dijo ella con una sonrisa.
—Quizá me lo piense —le respondí. Totalmente serio todavía sin leer los resultados.
Se suponía que yo llegaría a casa, me prepararía un desayuno decente, porque en la cafetería tienen SIEMPRE el mismo menú, y después vería los resultados desde la comodidad de mi sofá. Pero el universo y el grupo de laminub que me venían siguiendo desde días atrás si que yo les hablara tenían otros planes.
—¡HA GANADO EL PRÍNCIPE SIN TÍTULO! —gritó un chico a todo pulmón.
Suspiré y decidí caminar rápido hacia casa antes de que me invitaran a beber o algo parecido. En el camino le escribí a Oliver.
Yo:
Oliver. ¿Te gustaría vernos más tarde y ver una película?
Puedo ir hasta tu casa si quieres.
Tuve una respuesta justo al llegar. Fué tan seco que sentí como si... algo se clavara dentro de mí, haciéndome sentir un dolor mental muy incómodo.
Oliver:
Quedé con amigos.
Otro día quizá.
Pude haber pasado una tarde con él, riéndonos de cualquier cosa, incluso podríamos haber salido de fiesta en la noche. Pero él me estaba dejando de lado, y yo no tenía ni la menor idea de por qué lo hacía. Llegué a pensar como «Quizá solo ha estado ocupado, y en realidad estoy siendo demasiado dramático.»
Cuál fuera la respuesta, decidí no darle vueltas y comenzar a investigar alguna manera de desencriptar los archivos obtenidos del asalto al laboratorio.
De repente sentí que estaba con el primer problema matemático que no lograba resolver, y no tenía algo con lo que perder mi tiempo. Cecil estaría en el apartamento de su novia hasta quién sabe cuándo y yo tenía una sección llena de helado de fresa en el refrigerador.
Alguien tocó la puerta, solo unos segundos después de haber hecho aparecer la pantalla con la que intentaría codificar. Abrí la puerta con algo de frustración que decidí esconder con mi cara de poker. Me alegró inmensamente ver ese cabello blanco siendo movido por el viento, acariciando esas pestañas blancas que protegían sus ojos azules.
—¿Necesitas ayuda con los archivos? —dijo Vanessa mientras entraba al departamento— La programación no es mi fuerte, pero podría darte un par de ideas.
Dioses, que bien se sentía tener una amiga.
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