17. Familia
<<Antonella>>
Debo de estar cometiendo la mayor locura, jamás pensada de las locuras jamás contadas en la historia, pero en mi defensa estar con Ryan es mucho más cómodo que pasar la noche con Matt o bueno eso es lo que pienso; estaba sentada en un autobús junto a Ryan, mientras nos dirigíamos a su casa, él tenía una mirada pensativa lo que me hacía creer que se sentía algo incómodo con la situación en la que se encontraba o más bien en la que yo lo había metido; carraspee un poco para aclarar el nudo que se estaba formando en mi seca garganta y le pregunte.
― ¿Estás seguro que no hay ningún problema con que yo valla a tu casa? El me miro regalándome una media sonrisa.
—Tranquila. Allá solo vivimos mi hermano y yo… ¡así que no habrá problemas..! Debatí un poco entre responder a lo que había dicho o quedarme callada, así que preferí la segunda opción sin embargo la rueda de mis pensamientos no dejaba de torturarme, ¿que estaría pasando con su familia?, ¿Por qué solo viven en casa él y su hermano?, ¿Dónde estarían sus padres? Mi mente no dejaba de analizar las preguntas, Ryan había notado mi silencio así que se acercó para preguntarme:
― ¿Está todo bien? Cuando gire a mirarlo, nuestros rostros estaban tan cerca, que casi podía sentir su respiración rosándome, nuestras miradas se encontraron y podía sentir su aroma varonil cubriendo mi aire, sus ojos azules me miraban expectativos pude ver duda y miedo en ellos, su ceño se encontraba fruncido como la primera vez que lo vi, el azul de sus ojos estaban mesclado con el marrón de los míos mirándose con una intensidad que electrificaba todos mis sentidos.
Estaba atónita, ahora no estaba segura si el haber venido con Ryan sea tan buena idea, una campana sonó en el autobús la cual indicaba que habíamos llegado a la siguiente parada, el primero en salir de tan desesperante concentración fue Ryan, quien parpadeo un par de veces para caer en cuenta que habíamos llegado, volteo a mirarme esta vez manteniendo una distancia prudente y me dijo.
— ¡Esta es nuestra parada! Se levantó moviendo ágilmente sus largos pies hacia la salida del bus mientras yo lo seguía manteniéndome un paso detrás suyo. caminamos una cuadra más desde la parada del bus, hasta llegar a una casa naranja, era linda por fuera tenía dos plantas y el jardín estaba lleno de flores y plantas silvestres, me imagine que no solo vivían dos chicos ahí, ya que ellos no podrían ser tan buenos con la siembra ¿O sí?, Ryan siguió mi visión obsequiándome una breve pero muy notable sonrisa cuando dijo.
―Luna la nana de mi hermano, lo mantiene así… ella se preocupa por todo en esta casa. ¿No sé qué sería de nosotros sin ella?
—Mm es muy lindo. Dije devolviéndole la sonrisa, el hizo un ademan de que siguiéramos adelante… la puerta principal se abrió y una chica de unos treinta y cinco años más o menos, salió a recibirnos abrazo a Ryan con un amor que se podía notar en el brillo que denotaban sus ojos, observe en silencio la escena cuando la chica noto mi presencia, su ceño se frunció un poco, pero luego una gran sonrisa dio acto de aparición en su cara, Ryan se giró y le dijo:
― Luna, ella es Antonela, se quedara con nosotros esta noche. ¿Podrías prepararle una habitación? Dijo haciéndole unos pucheros a luna; ella sonrió a carcajadas por las muecas de Ryan y luego me miro.
—Un gusto Antonela, soy Luna. Dijo sonriéndome.
―Hola luna. Ella se dio la vuelta aun con una sonrisa y dijo.
— ¡Iré a preparados una habitación! Mientras puedes ponerte cómoda. La cena estará lista en un rato. Miro a Ryan y le dijo ― y ya compre las naranjas.
—Naranja, Naranja. Dijo Ryan con una gran sonrisa se miraba tranquilo, y relajado, no recordaba haberlo visto nunca así; era tan fresco y placentero, enserio había más del Ryan Scott que conozco; así como también hay más de mí. Ryan diviso mi mirada que estaba deambulando por mis pensamientos y me dijo:
―¿Vamos?. Yo asentí; y camine tras de él, pude divisar bien la casa, el piso estaba cubierto de cerámica escarlata color marrón, las paredes eran una combinación de blanco y naranja que las hacia lucir muy bien, me recordaba el amanecer; lo que me dio una idea para pintarlo, los muebles grandes rodeaban el arsenal acompañado por una biblioteca, un plasma y varios multimuebles llenando la decoración de la sala. Ryan se sentó en uno de ellos, y yo me removí hasta sentarme justo en el que estaba al frente de él, luego de lo ocurrido en el autobús quería mantener la mayor distancia posible o le haría daño a mi cordura.
— ¡Estarás cómoda aquí, no tienes que preocuparte! El hablo sacándome de mis pensamientos.
―Claro; y gracias Ryan por hacer esto por mí! Es decir no te he contado nada y aun así me ayudas.
—No tienes que decirme nada, ni dejar que alguien te obligue a hacerlo, solo cuando sientas que confías en alguien, puedes decirlo, son tus secretos y cada persona tiene por lo menos uno.
―Si, lo sé, mi madre decía que cada secreto es… Um… solo que cada quien tiene secretos. Ryan noto que me había guardado algo importante pero no hizo ademan que se lo dijera. Él iba a responder cuando un niño de siete u ocho años apareció corriendo gritando.
—Ry, Ry. Él se giró con una gran sonrisa, y se levantó para abrazar a quien supuse era su hermano, lo alzo y comenzó a darle vuelta en el aire riendo juntos, hace tiempo no había visto tanta felicidad junta, podrían decir lo que quieran de Ryan pero ahora yo misma me estaba dando cuenta de algo, puede ser que a Ryan le faltaran muchas cosas pero sea como sea, él era feliz… aunque no se diera cuenta de eso, mis pensamientos se fueron a Andrew si él estuviera conmigo quizás una parte de mi felicidad estuviera conmigo pero a mí, no solo me quitaron a mis padres, sino que también me lo quitaron a él.
Ya hace dos años que los perdí a todos, lo único que me duele de todo es que a mí me dejaron sola, una lagrima silenciosa recorrió mi mejilla, una sola lagrima que Ryan y el niño notaron, los dos me miraban pensativos pero antes de que el mayor pudiera dar un paso y acercarse, el pequeño ya estaba limpiando las lágrimas que caían por mi mejilla, no pude evitar sonreírle su tierno gesto había movido tantos sentimientos dentro de mí.
―No llores. Dijo con una pequeña sonrisa. —Las niñas bonitas no deben llorar. Le sonreí porque era tan lindo sus palabras eran como medicinas para sanar las heridas que se estaban abriendo en mi corazón.
—Hola. Le dije. — ¿Soy Anto y tú eres?
―Yo soy Rayder; pero todos me dicen Ray.
—Un gusto conocerte Ray.
― ¿Eres la novia de mi hermano? Si mis mejillas podían colocarse más rojas en aquel momento, era porque había inventado un nuevo color. Por lo que Ryan hablo por mí, evitando que dijera alguna de mis tonterías, al abrir mi gran bocota.
—Es solo una amiga enano.
―Mn. dijo el no muy convencido. — ¡es que Ryan nunca a traído una amiga a casa! Okey pido perdón a los tomates por haberles robado su color; pero en mi defensa este niño sabe cómo avergonzarme con tan pocas palabras. Mire a Ryan quien había estado un poco serio, como si no le importara, pero al observarlo bien pude apreciar como sus mejillas habían adquirido un poco de rubor también..! Se veía lindo y tímido..!
—Mm ya la habitación esta lista; porque no te das un baño yo conseguiré algo de ropa para ti; y luego bajas a cenar.
― Si, está bien… Le sonreí a Ray y a Luna que había hecho acto de aparición en una de las esquinas de la casa y subí las escaleras tras Ryan… al llegar a la parte alta había un pasillo largo con varias puertas que imagine serian habitaciones, caminamos por el pasillo pasando algunas puertas hasta llegar a una que estaba casi al final. Ryan abrió la puerta dándome la primera visión de la habitación, era blanca con franjas anaranjadas tenía una ventana grande con cortinas doradas de par en par, los mobiliarios estaban constituidos en una cama grande (Todo en esta casa parecía grande) unos muebles en la esquina de la habitación, unas mesa cerca de la cama con una lámpara, estaba fría por los niveles altos del aire. Ryan sonrió y me dijo:
— Aquí estarás cómoda, en el baño hay una toalla, si quieres ve a darte un baño… yo iré a conseguir ropa para ti.
― Gracias. Dije. El solo sonrió y salió por la puerta, dejándome sola en la gran habitación.
Camine observando todo, solo por un tiempo más… me preguntaba ¿porque Matt estaría aquí? ¿Qué lo había hecho volver? Seria por Kaila o por mí… Decidí darme una ducha para apartar mi mente de tantos no tan bienvenidos pensamientos me desvestí y abrí el grifo dejando que las primeras gotas de agua fría cayeran sobre mi rostro.
Normalmente no me gusta el agua fría, pero cuando de pensar se trata lo mejor que puedo hacer es darme una buena ducha con agua fría aunque mis amigas piensen que me puede dar hipotermia… pero para mí es lo mejor agiliza mi mente y me relaja totalmente.
Pare la ducha luego de unos veinte minutos recordando que estaba en casa ajena; Salí y tome la toalla cubriéndome lo mejor que pude con ella. Coloque mi mano sobre el pomo de la puerta y la entreabrí para visualizar que efectivamente no se encontraba nadie… Salí al pasillo del cuarto notando sobre la cama la ropa que Ry, había dicho que me dejaría.
Levante en mis manos la suave seda que consistía en unos bóxer pequeños, con unos pantalones piyama blanca lo que me imagine seria de Luna, más una de sus camisas en Azul específicamente… me cambie a la ropa prestada, siempre pensé que solo utilizaría ropa de hombre en situaciones determinadas y esta se había convertido en una de esas situaciones… seque mi cabello con la toalla y tome mi teléfono celular para revisarlo no lo había hecho desde que Salí de la secundaria, tenía cinco mensajes y casi veinte llamadas todas de Kaila y un número desconocido que imagine seria Matt, las borre y me fije en los mensajes.
Kaila: ¿Dónde estás? Anto tenemos que hablar.
Kaila: Lo siento; sé que tenía que habértelo dicho; pero por Dios no sabía cómo ibas a reaccionar.
Sofí: Anto; yo no sé qué te hicieron, ni ¿porque no has llegado a casa? Pero debes tener tus razones..! Espero algún día confíes en mí, como para decírmelas..!! Te quiero y lo sabes.
584226582: Lo siento; sé que no estuve para ti, pero déjame explicarte Anto por favor.
584226582: Te Quiero
Lagrimas recorrieron mi rostro… en un solo día he llorado más de lo debido. ¿Por qué tienen que hacerme esto a mí? Dos golpes resonaron en mi puerta seguidos de la voz de Ryan preguntando si podía pasar… le grite que sí y entro al cuarto cerrando la puerta tras él, camino sentándose junto a mí en la cama y miro mis ojos, notando las lágrimas que había derramado.
― ¿Estás bien? Pregunto.
— Sí, estoy bien. Dije intentando sonreírle pero mis fuerzas estaban agotadas por lo que no pude detener las lágrimas que empezaron a aparecer en mi rostro en aquel momento, Ryan me tomo entre sus brazos y me abrazo, no sé cuánto tiempo estuvimos así, pero Ryan me tranquilizaba, no necesitaba palabras para saber que su abrazo me hacía sentir segura… me separe un poco para mirarlo a los ojos.
― ¿Porque haces esto? Pregunte.
— Porque contigo ¡Yo también me siento Seguro! fue lo último que escuche antes de sentir el suave roce de sus labios sobre los míos.
Ryan y yo podríamos tener muchos problema, pero si de algo estábamos seguros era que nos necesitábamos para estar tranquilos así era… ¡así tenía que ser..!Por eso en aquella habitación calmando mi dolor Ryan Scott me estaba besando.
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Holiss..!! Me disculpo por lo que me costó subir este capítulo, Wow fue intenso estaba sin inspiración, pero ya como que llego otra vez jejeje, estoy feliz por el apoyo que e tenido gracias ustedes los que leen por vivir conmigo esta historia, y paso por fin paso Ryan beso a Anto ¿Qué creen que sucederá en el próximo capítulo, no se olviden de votar, comentar, o sugerir, estoy dispuesta a todo gracias por su apoyo chicos, los requiero jejeje.
Un súper abrazo Venezolano(͡° ͜ʖ ͡°)
Los quiero desde el fondo de mi Coco-razón( ˘ ³˘)♥
Besos achocolatados~(^з^)-♡
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