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4: El Concurso de Denisse

Dean suspiró frustrado, se encontraba en su habitación con la pintura a medio terminar delante de él, le estaba quedando bien pero no era lo suficiente para él. Dean quería que quedara perfecta, que a las personas les mostrara un sentimiento de misterio por querer conocer a la chica del parque; ¿y si la pintaba con colores más sombríos? ¿O quizás un poco más alegre? ¿Mejor una mezcla entre ambos? Algo así como lo que el otoño refleja, alegría y misterio.

Eso le gustaba, el problema es que no sabía cómo crearla-. Vamos Deandré, no desesperes-se dijo a sí mismo, le dio un vistazo a la pintura y suspiró frustrado.

-Si sigues hablándote de esa manera pensaré que estás loco-le dijo su hermano parado en la puerta de su cuarto observándolo-. ¿Qué tanto haces?

-Intento ganar un concurso-le dijo mostrándole la libreta en donde se encontraba el dibujo que deseaba pasar. Gastón la miró y luego volteó a la pintura.

-Le falta más colores neutros-mencionó-, creo que marrón y naranja oscuro quedarían muy bien. A la chica le podrías pintar una mirada como algo de picardía pero que refleje que no quiere tener nada contigo,

- ¿Cómo deblin hago eso?

-No sé, tú eres el artista-se encogió de hombros- ¿Para cuándo debes tenerla lista?

-En tres días-respondió-, y siento que no me está quedando como quiero. ¿No te ha pasado eso?

-No-Dean rodó los ojos-, pero a Stuart siempre le funciona escuchar música rock para tranquilizar sus nervios. Keyla se pone a ver fragmentos de sus series favoritas, aunque eso no lo veo como tu estilo-se encogió de hombros y lo miró.

-Pero no estoy nervioso.

-Sólo te estoy intentando ayudar, yo no sé nada sobre esto-respondió con fastidio-. Ugh, me voy a la biblioteca-comentó para así salir de la habitación. Dean volvió a suspirar y miró su pintura, le estaba quedando bien ¿por qué sentía que algo faltaba en ella?

Miró el dibujo y le echó una rápida mirada a la pintura, ¿Y si seguía el consejo que le había dado su hermano? ¿Pero cómo podía hacer un rostro pícaro pero al mismo tiempo serio? Tomó la libreta y en otra hoja empezó a dibujar expresiones para el posible rostro de la chica.

Realizó cinco ejemplos que consideraba buenos y salió de su habitación para ir a la cocina en donde su mamá se encontraba haciendo un pastel-Mamá, ¿cuál de estas te gusta más? ¿Cuál te expresa soy una chica coqueta pero no quiero tener nada contigo? -Preguntó enseñándole la libreta, su madre se colocó sus lentes de lectura y observó con cautelo lo que le estaba mostrando.

-Me gusta este, creo que es el más correcto-le señaló el dibujo de la esquina derecha, Dean asintió y regresó-casi corriendo-a su habitación para así pintar la misma expresión en el lienzo.

Suspiró frustrado, le había quedado bien pero le faltaba algo y no sabía qué; observó la pintura y creyó que lo mejor que podía hacer era terminar de llenar el parque, más árboles, más grama, menos cielo y sólo la chica en el área. Dejó el pincel un momento y buscó su computadora para así colocar un poco de música, Gastón le había dicho que el rock lograba relajar a la persona, pero en ese momento quería pensar en Marie, así que terminó escogiendo una balada de Michael Bublé, los fragmentos de series lo dejaría para otro día.

Iba de un lado a otro logrando crear una real pintura, de esas que ves en los museos cada día, Dean se sentía un artista, aunque nadie se lo había confirmado todavía.

Cuando terminó de pintar, decidió ver la hora y al notar que todavía era temprano, fue a darse un baño para así pasar por la cafetería, quizás ya no podría escuchar a Marie cantar pero quería verla al menos.

Tomó el autobús hasta la calle del lugar y caminó a paso apresurado, al entrar buscó a la chica por todo el lugar y la encontró hablando con uno de los clientes. Se acercó a una de las mesas y una chica llegó a atenderlo-Dean, ¿cierto? -el frunció el ceño para voltear a verla. La chica tenía el pelo castaño y los ojos oscuros, se veía bastante sencilla y muy simpática, le gustó eso.

- ¿Cómo sabes mi nombre?

-Soy amiga de Marie, me llamo Gretta-respondió-, ella está atendiendo a alguien pero puedo tomar tu orden y pedir que ella te lo entregue-le giñó el ojo.

-Me gusta esa idea-sonrió y tomó el menú de la mesa. Buscó algo que le gustara y luego dejó la carta a un lado para responderle-, quiero una merengada de fresa y un panecillo de vainilla, por favor-ella asintió y anotó su pedido.

-Ella vendrá en un momento-sonrió y se marchó. Observó cómo Gretta se acercó a ella y le entregó el papel para luego voltear a verlo y señalárselo, Marie lo vio y lo saludó; Dean suspiró por lo linda que había sido y permaneció sentado esperando a que ella llegara.

Decidió observar la calle, el cielo ya estaba oscuro y las personas paseaban de un lado a otro, su mirada se fijó en una de las parejas que estaba sentada en las mesas de afuera y por un momento se imaginó a él estando en esa situación...con Marie. ¿Por qué Marie lograba que él se sintiera de esa extraña forma en tan poco tiempo? ¿Por qué sentía admiración por ella a tal punto de querer tenerla tan cerca?

-Pensé que no te vería hoy-le dijo Marie llegando con su pedido-, ya canté algo de Michael Bublé aunque me hubiese gustado verte en el público.

-Realmente quería venir antes pero me encontraba muy ocupado-ella sonrió.

-No tienes que explicarme-le dijo-, sé que no podrás venir siempre.

-Pero quiero explicarte porqué-respondió, Marie lo miró sin saber que decir. Se puso nerviosa por la mirada que el pelinegro le estaba dando en ese momento, ¿qué podía hacer?

-Eh, yo debo seguir trabajando.

Sí, eso sin duda no era la mejor respuesta que podía darle.

Dean asintió y tomó de la merengada para darle un sorbo-Te veo luego entonces-ella asintió y se marchó hasta la barra con sus amigos. El pelinegro la observó por unos segundos para luego sacar su billetera para pagar por lo que estaba consumiendo.

Cuando ella se fue a atender a un cliente, Dean se levantó de la mesa con el vaso de merengada y el panecillo a medio comer para acercarse rápido a la barra y entregar el dinero. Luego de eso decidió irse y pasear un poco por el parque, quizás eso lo ayudaría a tener más inspiración para futuras pinturas y así también poder mejorar la que había hecho para el concurso.

Luego de media hora caminando por el parque, supo que ya era hora de regresar a su casa, se estaba haciendo muy tarde y aunque vivía en un lugar meramente seguro, era mejor no sobrepasarse.

Su mamá estaba en la sala mostrándole a su padre algo en el teléfono y su hermano se encontraba en la cocina preparando la cena, Dean entró a ella para ayudarlo-. ¿Necesitas ayuda? -comentó, su hermano asintió.

-Pásame los tomates, por favor-le pidió, Dean tomó el plato con ellos y se lo entregó para que así el pelinegro los echara al sartén con el fin de sazonar la carne de res.

- ¿Qué estás preparando? -le preguntó.

-Pizza, no ves-respondió sarcástico, Dean lo regañó expresando que debía de dejar de hacer esos comentarios y este suspiró-, sólo hago bistec-Dean asintió y se acercó al mesón para ayudarlo cortando las cebollas- ¿Terminaste con la pintura?

-Algo así, creo que no debo hacerle más retoques, debo mandarla como está; mañana me levanto temprano para pasar llevándola al museo antes de ir a clases-respondió todavía picando las cebollas.

- ¿Cuándo te dan los resultados? -preguntó.

-En una semana creo, Denisse Roscoe debe verlas y darle su puntaje-respondió pasándole las cebollas ya picadas-; estoy muriendo de nervios y todavía no mando la pintura. ¿Crees que le guste?

-Seguramente, tú pintas muy bien y no te lo digo porque seas mi hermano, lo hago porque realmente lo haces-explicó-, ya verás que vas a ganar ese concurso, Dean.

- ¿Qué pasa si no gano?

-Pues lo vuelves a intentar, no siempre se consigue lo que uno quiere a la primera-dijo para luego terminar de preparar la comida.

La cena pasó rápida, su padre les contó el nuevo proyecto que estaba realizando y Gastón mencionó cómo le iban las cosas en su equipo de fútbol, nada fuera de lo normal. Dean habló sobre el concurso nuevamente y su madre sólo se disponía a escucharlos y hacerles preguntas sobre ello.

Al terminar Dean entró a su habitación para darle nuevamente una mirada a la pintura, no estaba mal pero realmente sentía que podía estar mejor. Ese es el problema cuando eres tu propia crítica, siempre pensarás que pudiste hacerlo mejor, y quizás sí sea cierto pero Dean debía aceptar que a veces lo que él consideraba sencillo era algo bastante bueno y que podía lograr cautivar a alguien con ello.

Así cómo logró cautivar a la chica que vio un tiempo después su pintura.

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