37: La musa y Marie
El arte está allí siempre demostrándonos que el ser humano hace cosas maravillosas; que crea y no destruye, que ama, que llora y que vive. Por eso el arte da felicidad a nuestras vidas, sin él el ser humano no sería nada.
Dean creyó por un segundo que quizás no estaba destinado a crear arte, que quizás él sólo debía ser un seguidor más de ello, que debía dedicarse solamente a observar y apreciar lo que el resto hacía, por eso estaba decidido en no leer la carta del concurso que le había llegado por correo electrónico.
Liam tomó la computadora y se la colocó en las piernas, Marie y él estaban acompañándolo esperando saber sus resultados, Mei explicó que no podía ir en ese momento pero que lo llamaría en unas horas para saber qué había sucedido.
—Dime de una vez que no gané—dijo Dean, Liam leyó en su mente el correo junto a Marie.
—Bueno, no ganaste—dijo el chico, Dean suspiró—, pero tampoco perdiste.
— ¿Qué? —lo miró con el ceño fruncido—. ¿A qué te refieres con eso?
— ¡Pasaste a la siguiente ronda! —dijo Marie animada, el gesto fruncido de Dean pasó a ser de confusión, ¿siguiente ronda?
—Son tres rondas para conseguir el ganador—explicó Liam—, pasaste a la primera ronda, luego otras dos y ganas—Dean sonrió al comprender la situación.
¡No había perdido y no era un fracasado!
— ¡Woo! —dijo eufórico, se fue a la cama de un brinco y comenzó a saltar en ella, Liam y Marie lo miraron riéndose por eso para luego acompañarlo en su celebración—. ¡NO SOY UN FRACASADO! ¡SOY UN ARTISTA! —gritó.
— ¡SOY EL MEJOR AMIGO DEL ARTISTA! —lo siguió Liam haciendo un baile improvisado al estilo disco.
Gastón entró a la habitación con el ceño fruncido.
—Estoy intentando dormir, ¿qué rayos están haciendo? —dijo serio haciendo un bufido de queja.
—Acabo de pasar a la siguiente ronda del concurso—explicó Dean—. Estamos celebrando—Gastón mantuvo el gesto serio.
—Celebren más bajo, que estoy intentando descansar.
—Nadie te manda quedarte tan tarde despierto—lo regañó Dean.
— ¡Debía estudiar para un parcial! —dijo frustrado y salió del cuarto, los tres chicos se rieron y continuaron saltando en la cama.
Dean terminó leyendo el correo en dónde le explicaban lo que sucedería en cada ronda. Se habían presentado más de mil obras de las cuales sólo la mitad pasó a la siguiente ronda. De ahí tendría que esperar un plazo de al menos una semana como mínimo para que le llegara el correo con la siguiente lista que sería solamente de cien participantes; esperaría otra semana y la lista se acortaría a diez, quienes podrían gozar de llamarse finalistas y luego darían a conocer el ganador, el cual tendría el honor de mostrar su pintura en la exposición que se haría en el museo de la ciudad de Asderma.
Liam se había marchado y Dean aprovechó para llamar rápido a Mei y contarle lo sucedido, ella se alegró por él e hizo su típica frase de película intentando darle una lección para las siguientes rondas. Luego de eso le escribió a Ava, su felicidad la expresó con un viaje de emoticones y signos de exclamación como respuesta haciendo que Dean riera por ello.
Al final, sólo quedaban él y Marie en la habitación. Ella decidió quedarse un rato más para acompañarlo.
—Espero que mi pintura llegue a las manos del juez indicado—suspiró dejando la computadora en el escritorio.
—Lo hará, yo estoy seguro que continuarás en el concurso—le dijo Marie—. Eres uno de los mejores artistas que hay, ¿sabes por qué? —él negó—. Porque haces tu arte con pasión, con dedicación y te esfuerzas para lograr las cosas.
—Hay personas que hacen arte y hay personas que son arte—respondió Dean—, tú eres arte.
—Y tú lo haces—le dijo ella, Dean sonrió.
—Yo lo hago—repitió—, no hay cosa que me haga más feliz que hacerlo. Y eso es lo que más disfruto, quizás no ganar no hace que sea un fracasado, puedo seguir intentándolo—ella asintió.
—Mientras más intentas más aprendes—le contestó—. Estoy más que segura que escucharé tu nombre sonar miles de veces en el museo, serás de los grandes Dean. Yo creo en ti.
—Eso me recuerda que debo darte algo—le dijo caminando a su armario, ella alzó una ceja y lo siguió con la mirada. Sacó el recuadro ya envuelto y se lo entregó—. Lo hice para ti, como una muestra de agradecimiento.
— ¿Agradecimiento por qué?
—Por ser tú.
Marie se sonrojó ligeramente y comenzó a quitarle el envoltorio al regalo. Al abrirlo logró darse cuenta de la pintura que estaba ahí y una amplia sonrisa apareció en su rostro. No tenía palabras para describir lo que estaba sintiendo al verse dibujada en acuarelas.
Tocó su rostro y sintió la textura seca de la pintura en sus yemas, cada facción estaba dibujada de una forma tan detallada que ella no sabía cómo era posible que Dean lograra hacer semejante obra. Por sus ojos corrieron pequeñas lágrimas y se contuvo para no explotar por lo lindo que eso había sido.
—Dean...esto es algo tan inefable, yo...gracias.
—Esto es poco para lo que tú has hecho por mí—le dijo y la abrazó, Marie se pegó a él y lo contuvo fuerte hasta que se separaron—. Tú me has ayudado a salir de un bloqueo que tenía meses, no tenía inspiración de nada, todo lo que empezaba no lo terminaba pero todo cambió cuando te escuché cantar y como un estúpido me quedé observándote. Y sin darme cuenta ya te estaba dibujando.
—No sabía que había hecho todo eso por ti.
—Tú Marie, eres la musa que siempre deseé conocer.
~•~
Dean se lanzó a la cama luego de que Marie se fuera, suspiró y se puso a pensar en cómo había cambiado su vida en ese último año; antes solía pintar a cada rato, cuando Ava apareció logró hacer su primer retrato pero luego de separarse de ella y varios meses sin encontrarse a él mismo, dejó de pintar. Bueno, en realidad dejó de sentir que estaba pintando, por eso no podía culminar nada, ya no era lo mismo.
Pero un día, luego de una mañana llena de complicaciones y papeles hechos bola lanzados en la basura logró culminar su dibujo y todo se debía a Marie, que a pesar de no conocerla para ese momento le inspiró un sentimiento que él no conocía para ese entonces: admiración.
Sí, él admiraba a Marie de tal forma que la volvió su fuente de inspiración, su musa. Y la musa tiene esa particularidad de hacer de un artista un ser nuevo, porque hay un antes y un después de ella. Es un cambio notorio, para cada artista es diferente: el escritor crea narraciones más reales, el músico consigue personalizar su melodía, el pintor le da un nuevo estilo a su arte y así cada artista cambia, mejora su forma de ser.
Se sentó en la cama y sacó la libreta de su mochila para comenzar a dibujar otra vez. Hizo a Marie sentada en el parque, ella parecía observar algo en el cielo mientras una sonrisa se le asomaba en el rostro. Detrás de ella estaba en el suelo cerca de un árbol, tenía la cabeza gacha y la mirada fija en la libreta y a pesar de no demostrarlo, Dean sabía que la estaba dibujando.
Esa era la demostración perfecta de lo que Marie era en su vida.
~•~
— ¿Por qué esa cara? —le preguntó Joanne a Dean, lo había pasado a recoger para así ir a pasear un rato juntos. Ella le había explicado sobre la chica con la que estaba saliendo y Dean creyó que sería una buena idea conocerla.
Planearon hacerlo la semana siguiente.
—Solo estaba pensando—respondió, Joanne lo miró sabiendo que algo le sucedía pero prefirió no decir nada.
—Bueno...
— ¿No te ha pasado que sientes que necesitas dejar de pensar tanto en las cosas y sólo dejarlas fluir?
—Sí, la mayor parte del tiempo sucede cuando escribo—suspiró—. ¿Por qué te siente así tú?
—Marie y yo quedamos como amigos y ella es feliz con Griffin, no me quejo y me gusta incluso que sea feliz—comenzó a explicar—, pero pienso en mí y he tenido un historial en donde no llego a nada en concreto con las mujeres, y me hizo pensar que quizás debería intentar algo serio.
— ¿Con Ava?
—Le sigo gustando a Ava, me lo dijo pero no sé qué siento—dijo—, soy indeciso, no me conozco. No sé si quiera qué es lo que quiero, ese fue la principal razón de que no pudiese tener algo con Marie.
—Entonces dale un respiro a tu corazón por un tiempo—lo consoló, apoyó su mano en su hombro y le sonrió—. Si esa chica te esperó por dos años, puede esperar dos meses.
—No sé si eso sea bueno, dejarla esperar por alguien que tiene miedo—ella negó.
—Tómate tu tiempo y luego decides que hacer, explícale cómo te sientes y si esa mujer de verdad te quiere, lo entenderá. Si no pues...hay más chicas que puedes conocer y quizás no ahora, quizás luego.
—Además de ser buena escritora, eres una gran consejera—Joanne se rió.
—Mejor termínate tu postre.
~•~
Ava tomó la mano de Dean mientras estaban viendo una película, Dean la había invitado ese día para que pudiesen verse y así el conversar con ella sobre lo que había hablado con Joanne. Realmente no sabía todavía qué era lo mejor, pero debía al menos hacerle saber a ella lo que le estaba ocurriendo.
—Ava—le dijo—, es genial que tú y yo volvamos a ser amigos y...
— ¿Amigos? —lo miró con duda, Dean tragó su propia saliva al no saber qué responderle.
—Bueno, no somos una pareja, o sea, no es que no quiera, pero siento que no me conozco—confesó titubeando alguna que otra palabra. Ava relajó un poco los músculos y apretó su mano.
—Quieres tu tiempo—dijo, Dean asintió.
—Pero no quiero que te vayas, a menos que quieras hacer, no te detendré. Tienes el derecho a hacerlo—le dijo, Ava negó.
—No, no quiero alejarme de ti—respondió—, puedo ayudarte a reconocerte. Recordarte quién eres y quién quieres ser.
— ¿No te molesta si decido estar solo unos meses para pensar?
— ¿Por qué lo haría? Creo realmente que es lo que necesitas—confesó—. Comprender lo que estás sintiendo y ver a dónde quieres llevar ese sentimiento.
—Exacto, sí—le dijo—. Sólo creí que te molestarías.
—Ni cuando me terminaste de la nada me molesté—respondió—. Quizás soy tonta pero prefiero ser así a odiarte.
Dean le sonrió. Se sentía bien al haber hablado con ella, como si su mente descansara por un momento de todo el caos que había.
Le gustaba hacer lo correcto, por una vez en su vida, sabía que no había otra forma mejor de hacerlo.
~•~
«Close your eyes (Cierra tus ojos)
Let me tell you all the reasons why (déjame decirte todas las razones por las cuales)
You're never gonna to have to cry (tú nunca tendrás que llorar)
Because you're one of a kind (porque creo que eres mi tipo)»
Cantó Marie, Dean sonrió al escucharla, le recordaba como todo empezó. Observó y se proyectó en la puerta todo empapado, con un humor por el piso queriendo que ya dejara de llover para poder regresar a su casa.
«Yeah, here's to you (Sí, esto es para ti)
The one that always pulls us through (eres el que siempre nos impulsa a lo mejor)
You always do what you gotta do baby (siempre haces lo que se debe hacer)
Because you're one of a kind (porque creo que eres mi tipo)»
Observó cómo la gente movía la cabeza de un lado a otro, a ellos les gustaba escucharla tanto como él. La forma en que Marie cantaba era única, quizás no era la mejor cantante que había pero cantaba con el corazón y eso era lo que importaba.
«You're the reason why i'm breathing (eres la razón por la que respiro)
With a little look my way (con una ligera mirada mi camino)
You're the reason why i'm feeling (eres la razón por la que siento)
It's finally safe to stay (que es seguro quedarme)»
Terminó de cantar la canción de Michael Bublé y el público se levantó para aplaudirle, él hizo lo mismo y la observó con orgullo. Marie saludaba un tanto apenada pero con una sonrisa en el rostro, a ella le gustaba hacer eso a pesar de que sus sueños eran otros.
—Muchas gracias por estar esta tarde aquí en La Clave de Sol—le dijo al público y éste aplaudió—. Estamos todos encantados de servirlos siempre y esperamos siempre su regreso—se despidió y bajó del escenario. Dean se iba a levantar para saludarla pero sabía que sus amigos la tomarían primero para felicitarla.
Terminó de tomarse la limonada que había pedido y le dio un vistazo a Marie a ver si ya habían terminado, se dio cuenta de que Griffin Arlen—con lentes de sol y gorra— estaba abrazándola, sonrió al verla feliz y se acercó a ella esta vez.
—Felicitaciones, Marie—le dijo Dean llegando, Griffin se separó de ella para dejar que Dean la saludara, éste le dio un abrazo—. Lo hiciste genial—habló en su oído para luego separarse.
—Gracias Dean, sabes que siempre me ha gustado que tú vengas a escucharme—le sonrió.
—Bueno, yo los dejaré solos—habló Griffin—. Corazón, me voy a solucionar unas cosas con la banda pero paso a recogerte cuando termines, ¿vale? —ella asintió y él se despidió de ella con un beso corto. Saludó a Dean con el casual saludo de puños y se marchó junto a su guardaespaldas.
—Así que están saliendo—dijo Dean, Marie asintió un tanto apenada—. Es un buen chico, aunque le tengo un poco de celos a veces, no es personal—se rió.
— ¿Qué sucedió con Ava? —le preguntó ella, Dean suspiró.
—Somos amigos por ahora—le dijo—. Quiero tomarme mi tiempo para pintar, pensar y ser yo solo. Dijo que esperaría por mí, se lo agradezco de alguna forma.
—Creo que es lo mejor para ti.
—A ver si mi indecisión no daña a otra chica—se burló de él mismo.
—Puedes verlo por el lado bueno, si ella quisiera ser cantante, tú serías su principal inspiración para las canciones de amor.
—Me debe dar la mitad de las ganancias por ayudarla—ambos rieron. Dean apoyó su cabeza en su hombro, y ella se la acarició un poco—. No malinterpretes esto pero me gusta estar así contigo.
— ¿Acariciándote la cabeza?
—Sí pero no me refería a eso—rió—. Esta amistad, de cómo pasamos por muchos inconvenientes y seguimos aquí. Llegué a pensar que te perdería.
—Es que a veces te pasas de imbécil, pero yo te quiero.
—Ignoraré lo de imbécil—le dijo—, yo también te quiero.
Ella movió un poco su hombro y Dean levantó la cabeza.
—Debo seguir trabajando—explicó y se colocó el delantal que había dejado en la barra—. ¿Nos vemos mañana?
—Tú sabes que yo siempre estaré aquí para escucharte cantar—le sonrió, Marie le devolvió el gesto y se marchó a una de las mesas para tomar el pedido.
Dean decidió pedir otra limonada y sentarse nuevamente en la mesa en donde estaba, allí podía ver a Marie trabajar y dibujarla como siempre. Colocó su mochila sobre la mesa y sacó su libreta, buscó la última página y con su lápiz comenzó a trazar líneas para darle poco a poco la forma del rostro, siguió con el cuerpo y terminó haciéndole todos los detalles al dibujó.
De su cartuchera sacó su color rojo que ya estaba un tanto desgastado por todas las veces que lo había utilizado en ella y rellenó sus labios haciendo que fuese lo que más resaltara en el dibujo.
—Perfecto—susurró firmando y colocando la fecha de ese día.
Cerró la libreta y guardó todo en su mochila para luego tomarla y levantarse de la mesa; caminó hasta la puerta y le dio un último vistazo a la chica, ésta se encontraba recogiendo los envases de bebida que la gente había dejado. Elevó la mirada y le sonrió al verlo, Dean movió su mano para despedirse y terminó saliendo del lugar.
Suspiró al ver la noche caer y supo que debía llegar a su casa a terminar las asignaciones que le habían mandado en la facultad. Durante todo el camino pensó en Ava y en Marie y en cómo ambas chicas le habían ayudado de diferentes formas y le agradeció al universo haberle dado la oportunidad de conocerlas.
Sabía que Marie estaba en su camino por muchas razones, él tuvo que aprender muchas cosas y decidir en hacer cambios en su vida. Marie era de esas personas que te ayudan a superarte en cada obstáculo que tienes, que te ayuda a mejorar y realizar las mejores acciones en cada camino que tomes. Y a pesar de que sólo eran amigos, Dean estaba feliz por tenerla a su lado.
Al final de cuentas, ella era especial por ser dos personas en una, era la musa y era Marie.
¿Fin?
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