—Créanme cuando les digo que esta fiesta será épica—dijo Hugo entrando por la puerta de la casa de Marie junto a sus tres mejores amigos, Gretta se acercó a ellos a saludarlos y le plantó un beso en los labios a Carlos—. No era necesario ver su show, gracias—les dijo Hugo fingiendo asco, Diego se rió y se acercó a Marie.

— ¿Qué tal tu encuentro con Kloss? —le preguntó el castaño a ella.

Marie sonrió recordando todo lo que hizo, escuchó a T.J Priester equivocándose varias veces en su grabación, a Axel Trail frustrado porque no le estaba saliendo la nota, vio a Gino Santana durmiendo en una silla mientras que sus compañeros grababan y a Griffin Arlen comiéndose dos pedazos de pastel para luego ser regañado por su productor artístico.

—Fue la mejor experiencia de mi vida—respondió ella.

—Pero no te veo muy emocionada—habló Diego—. ¡Es Kloss! Tienes que emocionarte sólo con ver a Axel Trail respirar, qué te pasa mujer sin emociones—dijo exaltado a lo que ella sólo se rió.

—Me emocionaré con ustedes hoy tocando—lo codeó, Diego sonrió y suspiró.

—Le tocaré una canción a Paula, lástima que ella no estará allí para verla—Johan se acercó a ellos y pasó su mano por el cuello de su mejor amigo.

—El lunes la ves en la universidad y le hablas, necesito ver ese encuentro por primera vez—dijo—. Apuesto cinco dólares a que balbucea y arruina todo al hablarle.

— ¡Trato! —gritó Carlos quién estaba al lado de Gretta sosteniéndola por la cintura—. Yo apuesto a que arruina el momento estúpidamente.

—Yo creo que sí podría hablarle tranquilo—comentó Hugo intentando estar del lado de Diego.

—Si pudiese hablarle tranquilo, ya le habría hablado—habló Johan, Marie asintió estando de acuerdo.

—Deberías grabar la presentación y mostrársela, y eso haría de ti alguien romántico.

—Y un loco acosador que compone canciones—frunció el ceño Diego y negó lo que Marie le había dicho—. Ya, hablaremos luego de mis problemas amorosos, ahora debemos ir a la fiesta antes de que nos toque tocar—todos asintieron y salieron de la casa para dirigirse a la fiesta en el auto de Carlos.

La fiesta era algo casual, uno de los estudiantes de la facultad de Ingeniería había puesto su casa a la orden para que la fiesta pudiese darse, habían contratado a un DJ, a dos cantantes de la universidad y a la banda de Carlos, Hugo, Diego y Johan quiénes eran los que abrirían el momento de música en vivo de la fiesta.

Cuando llegaron, Marie sintió que necesitaba estar ahí para poder despejar un poco su mente, quizás conocer a un chico con el que pudiese pasar la noche hablando y olvidarse de Dean por completo, al menos por un rato.

—Tocamos en cinco—dijo Carlos emocionado y un tanto ansioso, Gretta intentó calmarlo un poco, Marie sólo observaba como Johan daba pequeños saltos de preparación para el escenario.

—Esto se le dice entrenamiento previo—dijo el chico saltando—. Necesito estar en forma para tocar maravillosamente mi batería—Se estiró un poco—. Se supone que uno debe hacer esto siempre antes de practicar pero se me olvida y mágicamente lo recuerdo cuando voy a tocar en público.

— ¿En dónde está Diego? —preguntó Hugo, Carlos le respondió que se había metido al baño y el hico sólo suspiró intentando calmarse por el hecho de que su amigo se fuese cinco minutos antes de tocar.

—Chicos, sólo relájense—les dijo Marie—. Imaginen que son Kloss y que todo ese público los ama.

—Creo que estoy temblando—dijo Johan ya con sus baquetas en las manos—, ¿así se sienten los grandes músicos cuando salen a tocar?

—Seguramente—respondió Diego llegando junto a ellos—, aunque ellos deben de saber cómo controlar sus nervios, ¿están preparados? —todos asintieron y fueron en busca de sus instrumentos para así subir al pequeño escenario que había en el lugar.

Marie se quedó junto a Gretta cerca del escenario en donde ambas tenían una buena vista de sus amigos. Observaron el lugar y todos estaban entretenidos en y a la espera de que ellos iniciaran a tocar. Diego tomó el micrófono y saludó al público, éste le aplaudió y así empezó una dulce melodía que Marie reconoció al instante.

Angel de Aerosmith.

Amaba esa canción, le recordaba mucho a sus momentos cuando sólo era una adolescente y se había enamorado por primera vez. Tarareó la canción junto a Gretta hasta que esta terminó. Interpretaron tres canciones más de otras bandas famosas a excepción de la última que era de su propiedad, era la canción que Diego le había hecho a la chica que le gustaba.

En medio de esa canción, el corazón de Marie sintió un fuerte aceleramiento al ver entre la multitud a una figura bastante conocida.

Era Dean.

Se encontraba junto a dos de sus amigos y un chico que ella desconocía pero sabía que lo había visto antes junto a uno de los amigos del pelinegro. No quería que él la viese pero al mismo tiempo deseaba que Dean se acercara a ella y la besara como si lo estuviese deseando desde la última vez que lo hizo. Así como ella lo deseaba en ese momento.

—Ahí está Dean—le dijo a su amiga, la castaña volteó en su dirección y entreabrió la boca.

—Maldito—dijo y rodó los ojos, Marie le dio un leve empujón—. ¿Qué? Se merece que lo insulte—se cruzó de brazos—. Arruinará nuestra fiesta.

—No lo hará, está muy ocupado con sus amigos—explicó mientras lo observaba riéndose por algo que seguramente dijo uno de sus amigos—. Nosotras estaremos con los chicos y ellos no nos molestarán, no él, no hoy.

Gretta sonrió estando de acuerdo y terminaron de escuchar la presentación de sus amigos.

~•~

— ¿Alguien sabe en dónde se metió Diego esta vez? —preguntó Hugo. Ninguno respondió, no habían visto al chico desde que se bajaron del escenario. Johan sólo sonrió provocando que la atención de Hugo fuese hacia él—. Tú sabes dónde está.

—Imagino dónde está, no tengo ni idea en realidad—se encogió de hombros. Marie se alejó de ellos antes de que comenzaran una discusión y se dirigió a la cocina en donde se encontraba un chico sirviendo las bebidas.

—Dame algo que no sea tan fuerte—le dijo al chico.

— ¿Primeriza?

—Un poco—él asintió y buscó algo suave para darle. Dos chicos se pararon a su lado y ella logró verlos de reojo, era uno de los amigos de Dean junto al chico que había visto con ellos.

¿Debía saludarlo o actuar como si no los hubiese visto?

— ¡Hey Marie! —tarde, él ya la había visto. Volteó a verlo y se fijó más en su rostro intentando recordar su nombre—. Te presento a Andy—le dijo, el chico que estaba con él la saludó de forma agradable y ella sólo le sonrió—. Dean está junto a Liam en uno de los sillones de la sala, tú...no quieres que le diga que estás aquí, ¿verdad?

— ¿Ibas a hacerlo?

—Es lo más probable—dijo el chico que estabas con él—. Levi es de los que le dice al chico que no quieres que te encuentre en dónde estás metido, a veces hasta lo lleva hasta ti sin previo aviso—lo miró con el ceño fruncido y Levi se rió.

—No le digas que estoy aquí.

—Él quiere verte—le respondió, Marie negó.

—No le digas, por favor. No estoy preparada—confesó, el chico de las bebidas le entregó el vaso indicándole que era lo más suave que podía hacer y le dio ciertos tips que podía seguir si no quería embriagarse en su primera noche de copas.

—Vale, no le diré pero al menos deja que él hable contigo un día de estos. Está renuente a muchas cosas pero sí quiere verte—ella negó.

—No deberías decirme esto, no me ilusiones porque los dos sabemos que sólo quiere verme para su estúpido arte.

—No es así—escuchó la voz de Dean entrando a la cocina, Marie lo miró intentando no mostrarse débil. Levi le susurró algo a su mejor amigo al oído y ambos hablaron con el chico de las bebidas para que pudiesen estar solos—. No te quiero sólo para mi arte.

—Pero eso es lo que dices siempre cuando algo sucede entre nosotros. No puedes decirme que me quieres y luego decirme que sólo te gusto como modelo, ¿comprendes? No soy una pieza de arte, no soy tus pinturas como para que tú digas si te gustan o no, soy una persona y tengo sentimientos.

—Lo sé Marie, sé cómo se siente, yo sólo...

—Tú no lo sabes, Dean. Si lo supieras no estaríamos en esta situación—negó.

—Casi fui a verte.

—Pero no fuiste.

—Porque sabía que no podía controlarme, debía primero lograr entender lo que me estaba pasando, porque yo soy una persona torpe, no acepto mis errores ni mis sentimientos a la primera porque nunca he sido correspondido como se debe. No soy la persona más atractiva que hay y el hecho de que alguien se muestre interesada en mí, me hace dudar si es verdad o sólo una broma.

— ¿Crees que yo jugaría contigo? Porque parece que el que juega con personas es otro—susurró. Dean se acercó a ella y la tomó con un brazo por la cintura, Marie se sintió nerviosa por eso.

Estaba cerca, muy cerca. Podía sentir su diafragma agrandarse y disminuirse por cada respiración que hacía. El cuerpo de Marie estaba tenso pero Dean intentó relajarla tomándola de la barbilla y acariciando lentamente su rostro. Marie cerró los ojos ante su toque, ¿por qué él estaba haciendo esto?

—Eres demasiado hermosa—le dijo él, ella abrió los ojos y se dio cuenta de que la mirada del chico estaba fija en sus labios. Quería besarlos así como ella deseaba hacerlo pero una parte le decía que no debía, que no se dejara llevar por sus palabras bonitas.

—No—le dijo soltándose de su agarre—.No me hagas sentir que es un sí, cuando es un no—la mirada de Dean se mostró confusa y ella se alejó completamente de él. No le dijo nada, sólo se acercó a la puerta de la cocina para salir por ella.

—Marie—intentó detenerla dando una zancada hacia ella, se interpuso en la puerta y colocó un brazo frente a ella—. Hablemos, necesito decirte lo que me sucede.

— ¿Y qué te sucede? ¿La otra chica ya te dejó que ahora vienes a mí como si fuese tu segunda opción? —lo miró con el ceño fruncido un tanto molesta—. No soy de la clase persona que se deja pisotear así, Dean. Yo valgo más que eso.

—Sólo quiero decirte lo que me sucede.

—Entonces dímelo—le dijo con voz firme—. Quiero que me digas qué te pasa.

—Me gusta mi musa.

—No quiero ser tu musa.

—Pero lo eres, eres mi inspiración y mis ganas de hacer las cosas. Te veo y siento que mi mundo cambia por completo, antes de conocerte me costaba hacer una pintura sin dejarla a medias, ahora hago dos, tres o incluso más y todos se basan en ti. Me gusta ir a verte y escucharte cantar, me gusta dibujarte porque te plasmo como arte, me gusta hablar contigo y antes quizás no lo entendía pero me gusta estar contigo. No como un amigo.

Marie lo miró fijamente y no respondió, no al menos en palabras. No le importaba si se arrepentía luego, ella necesitaba hacer lo que hizo en ese momento. Besarlo.

Sus labios se abrieron para dejar que Dean continuara el beso, lento, suave y con deseo, el mismo deseo que lo había obligado a él ir a la casa de otra persona para no aceptar lo que quería realmente. Esa noche, en esa fiesta, muchas cosas cambiaron, pero quizás un beso no acomodaría los sentimientos de una persona.

Dean la alzó y la subió a la mesa, la pegó a su cuerpo y pasó de besarla en los labios a besarle el cuello. La mente de Marie estaba dividida en dos partes: sabía que estaba mal, que estaba aceptándolo rápido en su vida pero también sabía que ella necesitaba besarlo y tenerlo junto a él como lo estaba sintiendo en ese momento.

Desordenó su cabello y metió sus manos dentro de la franela del pelinegro acariciando su abdomen. Ambos estaban conscientes de que debían parar en algún momento pero ninguno quería detenerse; Dean continuó besándola, jugaba con sus labios y luego regresaba al cuello de la muchacha, Marie intentaba no emitir ningún sonido pero se le era casi imposible. Había entrado en un estado de trance en donde todos sus sentidos se perdían, estaba tan impulsada por sus necesidades que por un pequeño instante olvidó que estaban dentro de una cocina de una fiesta universitaria.

Dean se separó unos segundos para observarla y sonreírle, ella era hermosa, le gustaba demasiado aunque no quisiera admitirlo del todo. Acomodó su cabello y volvió a besarla, todo el ambiente se sentía como magia pero se vio interrumpido cuando alguien entró a la cocina.

— ¡Disculpen! —dijo la chica y salió rápido de la cocina. Marie sintió cómo sus mejillas se sonrojaban por la vergüenza que acababa de pasar. Volteó a ver a Dean y éste se encontraba con la respiración un poco inestable y los labios rojos.

Sonrió porque ella había sido el producto de eso pero recordó lo que estaba sucediendo antes de que él la besara.

—No puedo dejar que juegues conmigo—le dijo ella, Dean la miró con el ceño fruncido e iba a responderle pero ella se adelantó—. Olvida que esto sucedió—habló con un tono bastante serio para marcharse de la cocina.

Dean permaneció unos segundos sin saber qué hacer hasta que volvió a la realidad y la buscó, pero ella parecía haberse perdido entre la multitud.

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Que intenso xd Bueeeno, ese fue mi intento de buen capítulo jajajajaja ¿qué tal les pareció?

Para las que leyeron Escribe y Canta, podrán darse cuenta de que Diego anda por otros lares...gg