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13: Dean, no sé que haré contigo

Dean se encontraba en su habitación pintando como siempre lo hacía, era la imagen de un paisaje lleno de plantas y mostraba un increíble y despejado cielo azul que normalmente no solía verse en la ciudad en la que se encontraba. Quizás por eso lo dibujaba, porque quería reflejar algo que no era real en ese momento por mucho que quisiera que lo fuese.

A veces Dean reflejaba en su arte las cosas que más anhelaba. Es como esa peculiar creencia de los artistas: ellos hacen lo que no tienen. Quizás por esa razón a Dean le gustaba pintar a mujeres, porque todavía no había encontrado lo que era el amor realmente.

Dejó su pincel a un lado y prendió la radio en donde tenía puesto el tercer álbum de Kloss Fuego intencional. Empezó a mover la cabeza al ritmo de la música y continuó pintando las nubes que estaban en su lienzo.

Tarareó la tercera canción y de un momento a otro la letra empezó a tener sentido para él. El romance nunca había sido algo normal en su vida, sí, él era un chico que solía engancharse con una chica rápido pero nunca había logrado ver desde esa perspectiva todo.

Soñé contigo ayer y pensé que había sido mágico—tarareó—. Te vi hermosa y recordé lo mucho que te amo—continuó y dejó de pintar para buscar su libreta y sentarse en la cama, esta vez a dibujar.

—Dean, muévelo. Debemos ir a Sunny Ice ya—dijo su mejor amigo entrando de golpe a su habitación, el pelinegro volteó a verlo y frunció el ceño.

— ¿Cómo entraste? No hay nadie en casa—Liam sonrió tímido y sacó de su bolsillo un juego de llaves.

—Tengo una copia hace más de un año—respondió, Dean se cruzó de brazos dispuesto a sermonearlo—. En mi defensa, Gastón dejó que me la sacara a cambio de darle helado gratis por un mes.

—Me parece muy interesante ese trato, brillante—dijo intentando ser sarcástico. Liam se rió por su mala imitación y se lanzó a la cama quedando boca arriba.

—Vamos, que mi tía quiere que probemos el nuevo sabor que hará—le dijo. Dean asintió y llevó a lavar sus pinceles mientras que Liam lo ayudaba a recoger sus pinturas.

Luego de eso entró a bañarse rápido para limpiar cualquier mancha de pintura en caso de haberse ensuciado y buscó algo cómodo—que era unos jeans y una camisa azul de botones—para ponerse.

­—Adivina qué—le dijo Liam quién sacó de sus bolsillos una llave de automóvil—, me han prestado la camioneta—sonrió. Dean asintió y comentó sobre lo genial que eso era y que necesitaba que sus padres le dieran más esa libertad a él también.

Ambos bajaron por el ascensor y caminaron hacia el estacionamiento de sus padres en donde estaba la camioneta blanca de Liam aparcada.

—A ti no te prestan los autos porque siempre chocas—se rió su mejor amigo, Dean frunció el ceño.

—Equivócate una vez y te lo recordarán toda la vida—suspiró para luego echarse a reír. Liam encendió el auto y empezó a manejar—. ¿Podemos invitar a alguien?

— ¿A Marie? —preguntó el castaño, Dean volteó a verlo pero no respondió—. Espera, vas a invitar a Marie ¿no? Dean.

—Pues...

—Dean, no me digas que vas a invitar a la escritora—el pelinegro se encogió de hombros—. Dean, ¿ya caíste tan rápido?

—No he caído, sólo quería ver si podíamos verla—Liam negó.

—Esa chica escribe muy bien, ¿sabes lo que dicen de las personas que escriben bonito? —él negó—. Que pueden seducirte usando sólo palabras.

—La conocí ayer—dijo—, no es como si yo pudiese enamorarme de alguien así de rápido.

—Dijiste eso de Marie y has ido todos los días a verla, ¿tan fácil se te hizo olvidarla?

—Marie no me gusta como mujer, me gusta como musa, me gusta como persona, me gusta como amiga pero como mujer, como la chica que estará a mi lado siempre...no, ella no es de la que yo podría estar enamorado.

Liam paró el auto.

— ¿Por qué? —preguntó con el ceño fruncido—. ¿Por qué crees que ella no es lo suficientemente buena para ti?

—En eso te equivocas, Liam—contestó—. Marie es una chica increíble, soy yo el que no es lo suficientemente bueno para ella.

—Por dios, esa es la excusa más tonta que puedes decirte a ti mismo.

—Debemos llegar con Sunny—intentó cambiar el tema—. No quieres hacer esperar a tu tía.

—A mi tía no le importa esperar—dijo—. Tenemos un problema que resolver ahora.

—Podemos resolverlo en Sunny Ice, no en medio de una avenida congestionada—Liam negó y Dean se sorprendió al verlo tan serio. No era algo común en él.

— ¿A qué estás jugando? —le preguntó—. Y no vengas haciéndote el idiota que sabes perfectamente a qué me estoy refiriendo. No puedes andar por la vida invitando a Marie a salir, besándola e ilusionándola si al final dices que ella no significa nada para ti.

—No como algo amoroso—se defendió—. Yo sólo no sé qué quiero hacer con mi vida en este momento.

—Y piensas que saliendo con una chica que según tú no te interesa va a hacer que averigües qué hacer.

Dean suspiró, sabía que Liam estaba en lo cierto pero no quería admitirlo el todo. No era de la clase de chico que aceptaba las cosas a la ligera, quizás era algo de familia, ser tercos por naturaleza. Pensó bien en lo que su mejor amigo se estaba refiriendo y todo tenía sentido, él entendía que las cosas no podían seguir así pero no sabía cómo cambiarlo.

—Tengo miedo de enamorarme de Marie y que luego resulte todo aburrido—confesó Dean—. No soy una persona que le guste la monotonía en las relaciones amorosas, siempre quiero estar haciendo cosas nuevas y siento que con Marie todo sería una monotonía; ya hablé de esto una vez, quiero una chica que ponga mi mundo de cabeza, que me vuelva loco, que quiera también salir e inventar cosas nuevas. Algo como "yolo".

—Entonces toda tu rebeldía es porque crees que Marie no puede ser así—expresó Liam y se tocó la barbilla—. Que mal concepto tienes sobre ella, no la conoces del todo y ya la tienes estructurada de una forma en que no es capaz de cambiar de aspecto para ti.

—No es así como dices.

—No conoces a Marie, Dean—le dijo el castaño—. Sólo conoces la chica que canta en el café, ella es mucho más que eso. Así como tú eres más que un chico que pinta, ella es más que una chica que canta a Bublé; entiéndelo y dedícate a conocerla—volvió a estar en la calle y empezó a manejar.

Ambos permanecieron en silencio, Liam se enfocó en manejar mientras que Dean sólo se fijaba en las personas que paseaban por las aceras de la calle, el primer álbum de Kloss estaba de fondo pero ninguno quiso cantar las canciones, prefirieron sólo disfrutar de la música hasta llegar a Sunny Ice, sin embargo Dean se percató de algo interesante.

—Este no es el camino para llegar a Sunny Ice—le dijo a Liam, el castaño sonrió y asintió.

—Vamos a ver a Marie.

—Dijiste que íbamos a probar los helados—frunció el ceño.

—Sííííí—alargó la palabra—, cambio de planes, Mi tía puede esperar, iremos con Marie a resolver todo lo que tengas con ella y le hablarás de Joanne.

— ¿Por qué debo hablarle de Joanne? No tengo nada con Joanne, no tengo nada con Marie; a ninguna le debo dar una explicación—se cruzó de brazos y rodó los ojos ante la indicación que su amigo le estaba dando.

Liam suspiró.

—Estás soltero y eso está bien pero hay algo llamado seriedad que no estás teniendo en este momento. Si no le hablas a Marie de Joanne y sigues comportándote como lo haces, la vas a ilusionar y luego le romperás el corazón—expresó—. Yo no conozco a Marie como tú, pero ella no se merece que tú le hagas eso. Ninguna persona lo merece.

—Hablas como si yo le estuviera dando alas y luego fuera a cortárselas—mencionó—. Yo no le he hecho entender algo que no es, y en caso de haberlo hecho inconsciente, Marie no es tonta, ella sabe que sólo somos amigos. Deja de estar creando cosas que no existen porque parece que ver tantas películas te ha hecho daño.

—Tal vez sí he visto muchas películas—aceptó—, pero también sé que estas cosas pasan en la vida real, Dean. Las personas somos así, nos ilusionamos rápido cuando vemos que alguien se muestra interesados en nosotros como nosotros lo estamos de esa persona. Somos fuertes por naturaleza pero somos débiles cuando amamos y aunque no lo pienses aceptar, Marie cree que tú estás igual de interesado que ella. Así que o le cortas las alas antes de que empiece a volar o esperas a que se caiga sola en su vuelo.

— ¿Y qué quieres que le diga? ¿Qué no sé realmente lo que quiero en mi vida? ¿Que sólo estaba intentando ganar un concurso y pinté a una chica que nunca en mi vida había visto ya hora parece que me he convertido el protagonista de un triángulo amoroso porque esa chica que no conocía apareció? No quiero lastimar a Marie pero tampoco le quiero mentir—confesó y apoyó su mano en la frente—. Sólo quiero que las cosas estén como antes de haberla besado, creo que eso fue lo que provocó todo este lío en mi cabeza.

— ¿Te arrepientes de besarla?

—No, me gustó haberlo hecho—respondió—. Sólo que todo cambió luego de ese momento, creí por unos días sentirme enamorado pero nunca he estado enamorado como para poder comparar la situación. Jamás había tenido la necesidad de querer ver a alguien pero ahora es como si eso se hubiese dividido en dos, ¿acaso se puede estar interesado en dos personas a la vez?

Liam no contestó.

—Por favor, no vayamos a La Clave de Sol, no quiero verla ahora y decirle todo esto porque todavía no estoy seguro de lo que quiero decirle realmente. Sólo quiero ir a Sunny Ice y comer un par de helados con mi mejor amigo, ¿no te apetece seguir la idea principal?

Liam se rió y cruzó la calle desviándose a la plaza central de la ciudad. Dean sonrió al ver que había aceptado su idea y echó su cabeza hacia atrás en un intento de relajarse un poco. Subió el volumen de la radio y Kloss seguía sonando, ésta vez con su famosa canción para Jane quién era la chica que Axel Trail había amado en sus tiempos de adolescente y ambos empezaron a cantarla mientras conducían nuevamente a Sunny Ice.

—Ay Dean—dijo el castaño mientras movía su cabeza al ritmo de la música—. Jamás me había puesto tan serio como lo estuve hace cinco minutos—se rió—. Creo que te debo unas cuantas horas de inmadurez por eso.

—Creo que eso me ayudó a darme cuenta de varias cosas—mencionó—. Cómo que debo analizar la situación que estoy pasando y darme cuenta de qué es lo que realmente quiero, conmigo, con Marie y con Joanne.

—Quizás sólo necesitas darte tiempo a ti mismo.

—O quizás ya es hora de que haga algo más que solamente pintar—respondió—. Míralo de esta forma, a las chicas les gustan los artistas ¿no? —Liam asintió—. Puede que le saque provecho de ello—su mejor amigo se rió.

—Dean, no sé qué haré contigo.





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