V E I N T I S I E T E | A N G U S T I A 🌂
«Sentí verdadero miedo cuando recibí aquella llamada y creí que le había ocurrido algo»
Tiger Davenport.
El teatro, normalmente lleno de vida y energía, se sumía en un silencio inquietante. Las sombras se alargaban sobre el escenario vacío, como si presagiaran la oscuridad que estaba a punto de desplegarse.
Ava, sintió el frío metal del arma contra su garganta. El miedo la paralizó, su corazón latiendo con tanta fuerza que temía que Drake pudiera escucharlo.
—No te muevas —siseó Drake con su aliento cálido y amenazante contra su oído.
El tiempo pareció detenerse, cada segundo extendiéndose como una eternidad.
—Drake —comenzó Bonnet con una voz firme pero cautelosa, como quien intenta calmar a un animal herido—. Piensa en lo que estás haciendo.
Drake apretó más el cuchillo contra la garganta de Ava, provocando que ella dejara escapar un pequeño gemido de dolor. Al escuchar las demás aquellos, Grayson empezó a llorar, mientras que la profesora Bonnet parecía una roca, aunque por dentro estaba muerta de miedo.
—¡No se acerquen! —gritó Drake quebrándose por la emoción—. ¡Ustedes no entienden nada!
Bonnet, con años de experiencia manejando situaciones difíciles, aunque nunca una tan extrema como esta, dio un paso adelante con las manos levantadas en señal de paz. Sus ojos se encontraron con los de Ava, y sin palabras, solo con un movimiento sutil de sus labios, le transmitió un mensaje silencioso.
"Todo saldrá bien".
Volviéndose hacia Drake, Bonnet habló con una calma que contrastaba con la tensión palpable en el aire.
—Drake, si la dejas ir, todo será mejor para todos. Hazlo por ti mismo, por tu futuro.
Pero Drake parecía estar más allá de la razón.
—Ya no me importa nada —dijo con una mezcla de rabia y desesperación—. Ava es mi novia, siempre lo será.
Bonnet no iba a aceptar aquello, pero conocía ese tema y debía seguirle el juego, aunque le mintiese a él y sabía que iba a acabar en el calabozo.
—Drake —interrumpió Bonnet, su voz suave pero firme—. Ava ya no es tu novia. Eso terminó hace tiempo. Tienes que aceptarlo y seguir adelante.
Estas palabras parecieron golpear a Drake como un puño físico. Su mano tembló, y en un momento de pánico, presionó el arma puntiaguda con más fuerza contra la garganta de Ava. Un fino hilo de sangre comenzó a deslizarse por su cuello, brillante y aterrador bajo las luces del escenario.
Ava, con lágrimas silenciosas rodando por sus mejillas, sintió el cálido líquido deslizándose por su piel. El miedo la invadía, pero en ese momento, más que por sí misma, temía por lo que Drake pudiera hacer.
No pudo dejar de pensar en Tiger, en él, en todo lo que habían vivido en los últimos casi 2 meses y lo que quería a seguir viviendo. Supo que debía pasar más tiempo con Tiger, quería vivir más experiencias y vivir su vida de bailarina. Hasta deseó hacer aquel baile y que llegase el día aunque el miedo escénico podía con ella. Pero significaba que podía seguir disfrutando de la vida.
Ahora estaba totalmente aterrada.
De repente, el sonido de pasos pesados resonó detrás de ellos. Los guardias de seguridad de la academia habían llegado, sus figuras imponentes proyectando sombras alargadas sobre el escenario. Bonnet, con un gesto sutil pero firme, les indicó que se mantuvieran atrás.
—Drake —dijo Bonnet—. Piensa en tu hermana. Ella te necesita, especialmente después de la muerte de tu madre. ¿Qué ejemplo le estarías dando si haces esto? Ella te admira, te necesita.
Estas palabras parecieron penetrar la niebla de ira y desesperación que rodeaba a Drake. Sus ojos, antes nublados por la rabia, comenzaron a llenarse de lágrimas. Su agarre sobre Ava se aflojó ligeramente, aunque el arma seguía peligrosamente cerca de su garganta.
Bonnet, sintiendo que estaba llegando a él, dio un paso más cerca.
—Hazlo por tu hermana, Drake. No arruines la vida de Ava. Aún estás a tiempo de hacer lo correcto.
Debía hacer aquello, decirle todo eso para que se alejara de Ava y los guardias hicieran lo siguiente.
El silencio que siguió a esas palabras fue ensordecedor. Todos contenían la respiración, conscientes de que los próximos segundos determinarían el desenlace de esa situación desesperada.
Finalmente, como si un gran peso se hubiera levantado de sus hombros, Drake soltó a Ava. El arma blanca cayó al suelo con un ruido metálico que resonó en todo el teatro. En cuestión de segundos, los guardias de seguridad se abalanzaron sobre él, asegurándolo con bridas de plástico mientras esperaban la llegada de la policía.
Ava, liberada de su captor, corrió hacia Bonnet y Grayson. Las tres mujeres se fundieron en un abrazo, las lágrimas mezclándose con suspiros de alivio. Grayson, con la voz quebrada por la emoción, susurró;
—Debería haber llegado antes. —Pero Ava, aún demasiado conmocionada para hablar, solo pudo aferrarse a ellas con todas sus fuerzas.
🌂
Mientras tanto, en un elegante despacho en el corazón de Londres, Tiger Davenport se encontraba reunido con la detective que había contratado para investigar a Drake. La expresión seria de la mujer no auguraba buenas noticias.
—Señor Davenport —comenzó la detective, su voz profesional pero teñida de preocupación—. Los resultados de la investigación sobre Drake Mills son... inquietantes, por decir lo menos.
Tiger se inclinó hacia adelante con su rostro una máscara de concentración.
—Continúe —instó, preparándose para lo peor.
—Drake tiene un historial de actos delictivos que se remonta varios años —explicó la detective—. Pero lo más preocupante es su perfil psicológico. Muestra claras tendencias de comportamiento maltratador. Es manipulador, controlador y potencialmente violento.
Tiger sintió que la ira crecía en su interior. La idea de que alguien así hubiera estado cerca de Ava, que pudiera haberla lastimado, le revolvía el estómago.
—No quiero a ese hombre cerca de Ava —declaró con una voz cargada de determinación.
Justo en ese momento, el teléfono de Tiger comenzó a sonar. El nombre de la profesora Bonnet parpadeaba en la pantalla. Con un gesto de disculpa hacia la detective, Tiger contestó la llamada.
—Profesora Bonnet —respondió, notando inmediatamente el ruido de fondo en la llamada.
La voz de Bonnet sonaba tensa, cargada de una urgencia que hizo que Tiger se pusiera inmediatamente en alerta.
—Tiger, ¿dónde te encuentras?
Tiger... La señora Bonnet nunca lo llamaba por Tiger. Si lo hacía era por algún motivo más allá que a Tiger no le gustaba.
—En la empresa —respondió él, la preocupación creciendo en su voz—. ¿Por qué? ¿Qué sucede?
Hubo una pausa, como si Bonnet estuviera reuniendo fuerzas para lo que tenía que decir.
—Sé de tu relación con Ava —comenzó. —Y creo que deberías saber lo que ha sucedido.
Tiger se levantó de su silla, la ansiedad haciendo que su corazón latiera con fuerza.
—¿Qué ha pasado? ¿Ava está bien?
Bonnet procedió a contarle los eventos del teatro, cada palabra cayendo como un martillo sobre Tiger. La imagen de Ava amenazada con un arma, en peligro, hizo que la sangre se le helara en las venas.
Su cuerpo se quedó totalmente quiero, sin poder moverse de lo que acababa de escuchar. Ava... Ava había estado en peligro y él no lo había sabido y lo primero que le vino en mente era hacerle una visita a Drake. Pero en es momento solo importaba Ava.
—Lo siento, tengo que irme —dijo abruptamente a la detective, quien asintió comprensivamente.
Mientras bajaba en el ascensor, la furia y la preocupación se mezclaban en su interior como una tormenta.
—¿Dónde está Ava ahora? —preguntó a Bonnet, su voz tensa por la emoción contenida.
—La llevamos al hospital —respondió Bonnet—. Para que le revisen las heridas, pero ahora está con un fuerte ataque de ansiedad.
Tiger cortó la llamada y salió disparado hacia su Aston Martin. Condujo por las calles de Londres como si el mismo diablo lo persiguiera, su mente un torbellino de preocupación y culpa. ¿Cómo había permitido que esto sucediera? ¿Por qué no había estado allí para protegerla?
Al llegar al hospital, vio a la profesora Bonnet en la sala de espera. Su rostro, normalmente sereno, mostraba signos claros de la tensión vivida.
—¿Cómo está? —preguntó Tiger, sin molestarse en saludar.
Bonnet le indicó la habitación donde se encontraba Ava.
—Está con su amiga. Físicamente está bien, pero emocionalmente...
Tiger asintió, entendiendo lo que Bonnet no decía. Sin perder un segundo más, se dirigió a la habitación.
Al entrar, la imagen de Ava sentada en la camilla, con una venda en el cuello y una expresión de miedo en su rostro, hizo que el corazón de Tiger se encogiera. Sus miradas se encontraron, y en ese instante, todas las barreras, todas las pretensiones de su acuerdo de negocios, se desvanecieron.
Sin decir una palabra, Tiger cruzó la habitación en dos zancadas y envolvió a Ava en sus brazos. Ella se aferró a él como si fuera su ancla en medio de una tormenta, las lágrimas fluyendo libremente.
—Al final no podremos salir esta noche... —contestó con la voz quebrada.
Se le notaba que estaba muy mal y Tiger no iba a dejarla sola en un momento como ese. Iba a estar a su lado el tiempo que fuese necesario.
—Olvida lo de esta noche. Lo que importa ahora eres tú, Ava... —respondió con la voz temblorosa, aunque trataba de no mostrárselo, pero era difícil—. Dímelo... Háblame, Ava...
Ava vio lo temeroso que estaba, lo asustado que se le notaba, sobre todo cuando la abrazaba y sus fuertes brazos que ya acostumbraba a sentir en su cuerpo, parecían no tener fuerzas en ese momento.
—Tenía tanto miedo —susurró Ava entre sollozos.
Tiger la apretó con más fuerza, como si quisiera absorber todo su dolor y miedo. En ese momento, se dio cuenta de cuán cerca había estado de perderla, y el pensamiento lo aterrorizó más de lo que jamás admitiría.
—Estoy aquí —murmuró con una voz ronca por el miedo—. Estás a salvo ahora y siempre. Te lo prometo.
Mientras sostenía a Ava, Tiger hizo una promesa silenciosa. Haría todo lo que estuviera en su poder para protegerla, para asegurarse de que nunca volviera a sentir ese miedo. Lo que había comenzado como un acuerdo de negocios se había convertido en algo mucho más profundo, más real de lo que jamás habría imaginado.
En esa habitación de hospital, rodeados por el suave zumbido de las máquinas y el eco distante de pasos en el pasillo, Tiger y Ava encontraron un nuevo nivel de conexión. Las palabras no eran necesarias; el consuelo que se brindaban mutuamente, el alivio de estar juntos y a salvo, hablaba más que cualquier declaración.
Grayson, observando la escena con una mezcla de alivio y comprensión, se retiró silenciosamente de la habitación, dándoles el espacio que necesitaban. Sabía que su amiga estaba en buenas manos, y que ese momento marcaría un antes y un después en la relación entre Ava y Tiger.
Mientras la noche caía sobre Londres, envolviendo la ciudad en un manto de sombras y luces parpadeantes, en esa pequeña habitación de hospital, en el día del cumpleaños de Ava, dos personas encontraban fuerza y consuelo en los brazos del otro, predefiniendo sin palabras los términos de su relación y enfrentando juntos lo que el futuro pudiera deparar.
***
Aquí tenéis un nuevo capítulo de Ava y Tiger.
Ha sido un capítulo algo más corto de lo habitual, pero hoy he tenido un día complicado y no he podido hacerla más larga. Pero les prometo que la próxima semana la próxima actualización será mucho más larga para que la disfrutéis.
¿Que les ha parecido?
¿Que hará Tiger?
¿La relación de ambos?
¿Que creen que sucederá ahora?
Nos leemos el miércoles :3
Patri García
Pd; este lunes 23 de septiembre empezaré a subir la nueva versión de "Experimenta Conmigo".
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