Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

V E I N T I C U A T R O | A M A R G O 🌂

«Odiaba tener que verle cada mañana en la academia después de lo que vivimos, después de lo que me hizo y las ganas que tenía de terminar mis estudios era en parte por él y porque no dejaba de inmiscuirse en mi vida privada»

Ava Delacroix.

El cielo londinense se desplegaba como un lienzo gris sobre la ciudad, sus nubes bajas prometiendo una llovizna típica de la temporada, ya acostumbrando a los ciudadanos de esa ciudad. Ava observaba absorta el paisaje urbano a través de la ventanilla del lujoso coche, su mente vagando lejos de las calles concurridas y los edificios imponentes. Sus pensamientos, como mariposas inquietas, revoloteaban una y otra vez hacia los recuerdos del fin de semana pasado, hacia esa noche que había cambiado todo.

Desde pensar que no podría hacerlo nunca con Tiger por la baja autoestima, a terminar haciéndolo durante toda la noche con ese apuesto magnate que tenía a su lado.

La primera vez con Tiger había sido como un baile perfectamente coordinado, una sinfonía de sensaciones que aún reverberaba en cada fibra de su ser. Una sonrisa involuntaria se dibujó en sus labios, un gesto tan sutil como revelador.

A su lado, Tiger la observaba con una mezcla de fascinación y ternura. Sus ojos, habitualmente agudos y calculadores en el mundo de los negocios, se suavizaban al posarse sobre el perfil de Ava. La sonrisa que adornaba el rostro de la joven bailarina era como un faro en la penumbra de la mañana londinense, iluminando el interior del vehículo con una calidez que contrastaba con el frío exterior.

El chófer, un hombre discreto y eficiente, conducía el coche con destreza por las calles de la ciudad, ajeno al silencio cargado de significado que reinaba en el asiento trasero. Y vaya asiento trasero. Para él, era solo otro día llevando al señor Davenport, aunque era la primera vez que ese hombre de negocios iba acompañado de una mujer. Para Ava y Tiger, era un momento suspendido en el tiempo, un interludio entre la realidad de su acuerdo público y la creciente complejidad de sus sentimientos privados.

Cuando Ava finalmente apartó la mirada de la ventana y se encontró con los ojos de Tiger, un rubor suave tiñó sus mejillas, como si el mero acto de mirarlo pudiera traer de vuelta las sensaciones de aquella noche. Tiger, cautivado por ese gesto tan inocente y a la vez tan íntimo, sintió que su corazón daba un vuelco.

Y las ganas que tenía de repetir una y otra vez las imágenes de lo vivido el fin de semana en la casa del bosque de Tiger, era lo que ambos deseaban.

—¿Por qué no me dijiste que tu cumpleaños era esta semana? —preguntó Tiger con una voz suave pero cargada de curiosidad.

Ava parpadeó, sorprendida.

—¿Cómo lo sabes?

—Lo vi en la ficha de alumnos que la profesora Bonnet me había enviado —respondió él, con una sonrisa que revelaba tanto orgullo por su descubrimiento como un ligero reproche por el secreto.

Pero ya empezaba a conocerla en el poco mes y medio que llevaban conociéndose. Y es que Ava era tan misteriosa que Tiger quería saber más y más de ella, aunque Ava le costase abrirse. Era tan cerrada que Tiger nunca había conocido a alguien así, pero le dejaba todo el espacio que ella necesitara y más, porque el espacio era la diferencia entre ser tóxico o ser todo lo contrario. Y Tiger no era para nada un hombre tóxico y Ava empezaba a entenderlo.

Ava se encogió de hombros, un gesto que pretendía restar importancia al asunto pero que, para Tiger, solo aumentaba el misterio que rodeaba a la joven.

—No tiene importancia —murmuró ella—. Nunca he celebrado mi cumpleaños.

Esas palabras, pronunciadas con una casualidad que no lograba ocultar una historia más profunda, avivaron en Tiger el deseo de conocer más sobre Ava, de descifrar cada capa de su personalidad como quien desentraña un enigma fascinante.

El silencio volvió a instalarse entre ellos, pero esta vez cargado de preguntas no formuladas y respuestas aún por descubrir. Fue Ava quien finalmente rompió el silencio.

—¿Es necesario que entremos juntos a la academia? —preguntó con una voz teñida de una preocupación que no pasó desapercibida para Tiger.

—Hoy me reúno con Bonnet —explicó él con tono suave buscando tranquilizarla—. Quiero ver los ensayos y cómo han ido mejorando los alumnos. Después de todo, soy quien paga la obra de "La Bella y la Bestia".

Ava asintió, pero Tiger pudo ver la sombra de inquietud que cruzó su rostro. Entendió de inmediato la fuente de su preocupación. El temor a que los demás alumnos pensaran que había conseguido el papel protagonista por su relación con él.

Ya se lo había explicado cuando vio la foto de ambos en aquella revista del corazón, pero no volvieron a tocar el tema después de eso.

Inclinándose hacia ella, Tiger susurró;

—No te preocupes por lo que piensen los demás. Tú te ganaste ese papel porque eres la mejor, porque lo mereces. Los demás no importan.

Sus palabras, como un bálsamo, parecieron aliviar la tensión en los hombros de Ava. Cuando el coche se detuvo frente a la academia, ambos descendieron, sus movimientos sincronizados como si hubieran ensayado esa entrada cientos de veces.

Mientras caminaban hacia la entrada, Tiger no pudo evitar notar las miradas que atraían, especialmente las de las mujeres que parecían hechizadas por su presencia. Sin embargo, para él, esas miradas eran como gotas de lluvia en un paraguas; notables pero intrascendentes. Sus ojos, su atención, estaban completamente enfocados en Ava.

El recuerdo de su primer encuentro, aquel choque fortuito en el pasillo de la academia que había desencadenado toda esta historia, dibujó una sonrisa en su rostro. A su lado, Ava caminaba con las mejillas sonrojadas, consciente de la atención que ambos atraían.

Al entrar en el teatro de la academia, donde se llevaría a cabo el ensayo, todos los ojos se dirigieron hacia ellos. Grayson, la mejor amiga de Ava, le guiñó un ojo desde su posición, un gesto cómplice que hablaba de conversaciones futuras y secretos por compartir.

Y aquello llamó la atención al magnate que le divirtió.

La profesora Bonnet se acercó a Tiger con paso decidido, su rostro iluminado por una sonrisa profesional.

—Señor Davenport, qué alegría volver a verlo —saludó, su voz cargada de entusiasmo—. Estamos a punto de comenzar los ensayos en el teatro. Estoy segura de que quedará impresionado con el progreso de nuestros alumnos.

Tiger asintió, correspondiendo a la sonrisa de la profesora.

—Estoy impaciente por ver cómo van los ensayos —respondió con un tono que reflejaba un interés genuino que iba más allá de su papel como patrocinador.

Mientras la profesora Bonnet seguía hablando sobre los detalles técnicos del espectáculo, Tiger notó por el rabillo del ojo que Ava se alejaba hacia los asientos donde los alumnos dejaban sus pertenencias. Su instinto, afinado por años en el mundo de los negocios, le advirtió de que algo no estaba bien.

Un joven se había acercado a Ava, su lenguaje corporal denotando una familiaridad que contrastaba con la incomodidad evidente de ella. Tiger no necesitaba oír la conversación para entender que ese debía ser el ex novio de Ava, aquel que había dejado cicatrices invisibles en el corazón de la joven bailarina. Y aunque Ava nunca le había dicho como era físicamente o si trabajaba en la misma obra que ella, por la manera de reaccionar de Ava, su cuerpo, significaba que esa cercanía con él la asfixiaba.

—¿Te estás follando al magnate? —escupió Drake como si eso fuese con él.

A lo que Ava agrandó los ojos al escucharlo y respondió;

—No es de tu incumbencia, Drake.

Pero aquello lo ponía enfermo de imaginarse que ella estaba con otro hombre. Con su mandíbula apretada mientras miraba al magnate que le dedicaba una mirada ensordecedora, volvió su vista hacia la joven y le contestó;

—¿Desde cuando sales con él?

Ava, mirándolo atónita por lo que estaba escuchando, contestó;

—Es mi vida y ya no estamos juntos. Te recuerdo que preferiste estar con otra, Drake. Y fue lo mejor que me pasó en la vida para saber que tu no eres lo que estoy buscando en una pareja —aclaró dejando peor a un Drake que estaba totalmente celoso sin motivo aparente—. Hago con mi vida lo que quiera, al igual que haces con la tuya y no tienes porque saber lo que hago o no fuera de esta academia, ¿vale?

Sin más, aquello hizo que Drake se enfadase mucho más, notándose en su rostro lo cabreado que estaba por esa conversación y porque Ava estuviese con un hombre que no fuese él.

La expresión de Ava, una mezcla de disgusto y ansiedad, hizo que Tiger sintiera una oleada de ira creciendo en su interior. Quería intervenir, alejar a ese tipo de Ava, pero sabía que no podía hacerlo sin complicar aún más la situación.

Afortunadamente, la profesora Bonnet también se percató de la escena y, con la habilidad de quien ha manejado tensiones bailarines durante años, se acercó a sus alumnos.

—Drake, es tu turno en el escenario —dijo con firmeza, su tono no dejando lugar a discusiones—. Deja que Ava se prepare tranquilamente.

Mientras Drake se alejaba, visiblemente molesto, Tiger no pudo evitar preguntarle a la profesora Bonnet sobre él una vez Chloe Bonnet se sentó a su lado para ver el ensayo de esa mañana de lunes.

—¿Quien es él y porque Ava se pone tan nerviosa con ese hombre? —preguntó, aunque él ya se imaginaba quien era.

La respuesta de la profesora confirmó sus sospechas.

—Es Drake Mills, buen bailarín, pero un bocazas y de cremallera suelta. Fue el ex novio de Ava... Digamos que es de esas relaciones tóxicas en la que ella salió mucho más dañada emocionalmente. Drake tenía la costumbre de decirle a todos sus amigos lo que Ava hacía con él en la intimidad, algo repugnante y luego le fue infiel con otra mujer de la misma clase —respondió Bonnet ante la atenta mirada de Tiger—. Lo mejor que le pudo pasar a Ava fue romper esa relación con Drake... Hay algo que no me gusta en él y Ava, será mi alumna, pero merece algo mucho mejor que un hombre como ese.

El ensayo comenzó, y Tiger se encontró dividiendo su atención entre la actuación de los alumnos y la figura de Ava, quien esperaba su turno entre bastidores. Cuando finalmente llegó el momento de que Ava y su compañero Ryder interpretaran la icónica escena del baile, Tiger se encontró conteniendo el aliento.

Ver a Ava en su elemento, moviéndose con una gracia etérea por el escenario, viendo esa química que habían trabajado Ava y Ryder para ser una buena pareja de baile, fue como presenciar la transformación de una crisálida en mariposa. A pesar de los nervios evidentes de Ava en sus primeros pasos, pronto se sumergió en el papel, convirtiéndose en la Bella que cautivaba no solo a la Bestia, sino a todos los presentes, incluyendo sobre todo a Tiger Davenport.

Tiger, lejos de sentir celos por la química escénica entre Ava y su compañero, se encontró sonriendo con orgullo y felicidad. En ese momento, reafirmó su convicción de que el cabaret sería una experiencia valiosa para Ava, una oportunidad para que su talento brillara aún más.

—Es una gran bailarina —respondió Tiger hipnotizado por esa joven de casi 22 años.

—Y tendrá mucho éxito en Broadway, te lo aseguro —susurró la profesora Bonnet, colocándose sus gafas.

Sin hablar nada más, continuó viendo aquel ensayo y sobre todo, observando la magia que hacía Ava Delacroix en el escenario.

🌂

Horas más tarde, en su despacho en el edificio de Davenport Technology, Tiger se encontraba sumido en sus pensamientos. El recuerdo de Drake y la sombra que su presencia había proyectado sobre Ava no dejaba de atormentarlo.

Su secretaria, una mujer de edad avanzada cuya eficiencia solo era superada por su discreción, entró al despacho con noticias sobre la crisis de los móviles defectuosos, ya que aún estaban investigando el tema internamente para denunciarlo con pruebas.

—Señora Black —saludó Tiger.

—Señor Davenport —comenzó con voz calmada como siempre—. Hemos resuelto el problema con los dispositivos. Como sospechábamos, fue un intento deliberado de sabotaje por parte de nuestra competencia.

Tiger asintió, agradecido por la resolución del problema pero aún distraído por sus preocupaciones personales.

—Muchas gracias.

—También acaba de llegar la detective Torres. Le digo que pase.

Tiger asintió mientras veía alejarse a su trabajadora y veía cómo La mujer que entró en el despacho exudaba confianza y profesionalismo. Con unos cuarenta años bien llevados y un traje impecable, saludó a Tiger con la familiaridad de una vieja amistad.

—Tiger Davenport, pensé que solo lo vería en galas benéficas o en entrevistas televisivas —contestó la mujer.

Tiger se levantó de su asiento para estrecharle la mano de manera profesional y le preguntó;

—¿Qué tal va todo con tu novia? —dijo Tiger, genuinamente interesado en el bienestar de su amiga.

La detective hizo una mueca.

—La pillé con dos hombres en nuestra cama. Por ahora, paso de relaciones.

Tiger negó rápidamente para luego pedir que se sentase a la detective y esta lo hizo. Pudo ver el dolor que había en ella en su mirada, ya que había pasado muchos más años en esa relación con esa otra persona que conociendo a Tiger. Pero él estaba seguro que algún día su amiga la detective encontraría a mujer que realmente la tratase bien y la respetara.

Tiger una vez cómodo en su asiento, la miró seriamente para decirle;

—Necesito un favor —dijo, yendo directamente al grano.

—Lo que sea —respondió ella sin dudarlo—. Te debo demasiados favores como para negarme.

—Necesito que investigues a alguien —explicó Tiger—. Un hombre de unos 24 años. Quiero saber todo sobre su pasado. Y cuando digo todo, es todo.

La detective asintió, sacando una libreta.

—Dame un nombre.

Mientras la detective tomaba nota, Tiger se encontró reflexionando sobre los giros inesperados que había dado su vida desde que Ava entró en ella. Lo que había comenzado como un acuerdo de negocios se había transformado en algo más profundo, más complejo. Y ahora, aquí estaba, utilizando sus recursos para proteger a alguien que se había vuelto más importante para él de lo que jamás hubiera imaginado.

La química entre ellos era innegable, una fuerza que trascendía los límites de su acuerdo inicial y que prometía llevarlos por caminos que ninguno de los dos había anticipado. Mientras la detective lo miraba, esperanto una respuesta, Tiger se encontró anticipando el momento de volver a ver a Ava, de asegurarse de que estaba bien, de ofrecerle el apoyo que quizás ni ella misma sabía que necesitaba.

En ese momento, Tiger comprendió que lo que sentía por Ava iba más allá de la atracción física o el cariño. Era un sentimiento que crecía día a día, alimentado por cada sonrisa, cada gesto, cada momento compartido. Y aunque el futuro era incierto, una cosa estaba clara; haría todo lo posible por protegerla, por verla brillar, por ser el apoyo que necesitaba para alcanzar sus sueños.

Si bien nunca había utilizado los servicios de detective de la señora Torres, algo en su instinto le hizo hacer aquello. Había algo en ese hombre que no le gustaba y menos cuando empezó a hablar con Ava esa mañana mientras lo miraba como si hubiese cometido un terrible crimen.

Y entonces respondió;

—Drake Mills —pronunció Tiger, el nombre dejando un sabor amargo en su boca.


***

Y aquí hay un nuevo capítulo de la historia de Ava y Tiger.

¿Que les ha parecido?

¿Que les está pareciendo la historia?

¿Tiger Davenport?

¿Drake?

¿Quieren más?

Nos leemos el miércoles :3

Patri García

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro