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T R E S | E X C I T A D A 🌂

«Había algo que me llamaba la atención de aquella joven. Y cuando nos tocábamos, la química se notaba en cualquier minúsculo lugar»

Tiger Davenport.

Tras un largo, demasiado, día lleno de trabajo, la joven Ava se dispuso a caminar hacia el despacho de la profesora Chloe Bonnet.

Abrazada a su carpeta con su mochila colgada de su hombre izquierdo, se quedó quieta frente a la puerta del despacho de su profesora de baile y esperó unos minutos, pensando si entrar o no. Su trenza lateral, la cual le llegaba por debajo de sus redondos pechos le daba un toque dulce, inocente incluso mientras que sus ojos parecían algo preocupados por la obra, la cual tenía el papel principal.

Si bien al principio se sorprendió, luego estuvo de lo más feliz por ello, ahora estaba aterrorizada. Más por su miedo escénico que todavía no había superado. No era lo mismo que ser una más de las bailarinas, que ser el centro de atención para el público siendo la protagonista de la obra.

Y ahora estaba frente aquella puerta en la que ponía; Chloe Bonnet. Profesora de danza.

Suspiró.

Chloe había sido una de las mejores bailarinas francesas de danza contemporánea de su generación y ahora se dedicaba a enseñar a bailarines, a dirigir obras teatrales y a enseñar danza en aquella prestigiosa academia de baile. Si, era estricta, pero a la vez siempre tenía una enorme sonrisa en su rostro y su simpatía le acompañaba en cada parte a la que iba.

La joven, sin esperar ni un segundo más, dio 2 toques en la puerta y, tan rápido como lo hizo, se escuchó una voz de fondo.

—Adelante.

Ava, abriendo la puerta, entró en el despacho de su profesora, la cual tenía una ventana con vistas a la ciudad de Londres. Un aroma a flores inundó las fosas nasales de la joven, ya que su profesora siempre le gustaba ese olor para ponerlo en su despacho.

Carraspeando al ver a Bonnet con sus enormes gafas mirando algunos papeles, esperó frente a la puerta abierta a que la profesora la mirase.

La joven, tan tímida como siempre, no dijo nada, pero su profesora la miró rápidamente, quitándose las gafas de cerca para verla.

—Ava, entra, entra. —Empezó a recoger todos los papeles que estaba mirando y la joven cerró la puerta del despacho y caminó, frente al escritorio de la mujer. —Mi despacho siempre estará abierto para ti.

Observando el lugar con algo de timidez, se abrazó más a su carpeta esperando que la profesora estuviese disponible al verla con tanto lío de papeles.

Bonnet dejó lo que estaba haciendo y, colocando una mano sobre la otra en la mesa, mostró su enorme sonrisa hacia Ava y preguntó;

—¿En que te puedo ayudar?

Carraspeando, decidió hablar;

—Bueno... Quería hablar sobre la obra de Bella y Bestia.

La profesora Bonnet la interrumpió, haciéndole un gesto con la mano para que se sentase en una de las 2 sillas que tenía frente a ella.

El despacho, lleno de flores hermosas alrededor una planta verde que cada vez crecía más, daba un toque natural a un edificio tan antiguo y lleno de ladrillos. Incluso podría decirse que la señora Bonnet era mucho más moderna para su edad que cualquier otra persona de su misma generación. Con su increíble sonrisa y deseosa de continuar trabajando y enseñar a más alumnos, dijo;

—Siéntate, querida. No vas a crecer más. —Ava, asintiendo, dejó su mochila en el suelo y se sentó en la silla más cercana que tenía, mirando a su profesora mientras colocaba su carpeta sobre el regazo de ella. —Felicidades por tu papel protagónico. Estoy muy orgullosa de todo lo que has avanzado, Ava.

Ava, la cual tenía una falda corta, se apretó las piernas algo tímida por lo que le diría ahora mismo a su profesora. No sabía ni por donde empezar, pero sabía que era mucho peso para ella. Quizás ser bailarina no iba a ser tarea fácil, más si eras tímida y tenías miedo escénico. Pero Ava solo quería bailar, dedicarse de lleno a ello, como salir de gira con alguna cantante o meterse en una obra musical. Nada más.

Ser protagonista en un papel tan famoso como el de Bella y Bestia era algo mucho más difícil para ella y más sabiendo que su cuerpo no era el idóneo para una bailarina.

Si, tenía un cuerpo espectacular, atlético y un vientre plano de tanto ejercicio que hacía. Pero tenía más pecho que cualquier otra bailarina, eso echaba un poco para atrás a la hora de poder protagonizar alguna obra ya que, según en boca de sus "compañeras" de clase, ser flaca era lo único importante. Al igual que un bailarín no debía de tener más músculos para poder hacer ciertos tipos de baile.

Quizás el escuchar constantemente aquello echaba para atrás todos los pasos buenos que había dado la joven.

Pero estaba bastante equivocada.

—De eso quería hablar... No creo que sea idónea para el papel —susurró, mirando temerosa a su profesora mientras que esta no apartaba la mirada de los hermosos ojos de la muchacha. —Quizás... No sé, para cualquier otro, pero de protagonista...

La señora Bonnet conocía muy bien a todos sus alumnos, en especial a la joven y enigmática Ava Delacroix, quien había elegido en aquella primera audición para poder entrar a aquella prestigiosa academia. La conocía tan bien que sabía de sus miedos escénicos, sus momentos de no saber que hacer por dicho miedo y su timidez.

Pero lejos de todo eso, sabía manejarse muy bien, sabía crear una coreografía ella sola y saber bailar a la perfección. Aprenderse un baile en cuestión de un rato y, sobre todo, improvisar. El improvisar en el mundo del espectáculo era una de las cosas más importantes que podría tener un bailarín. Y Ava poseía ese don, el cual no muchos de su clase lo tenían. Era perfecta, dijese lo que dijesen los demás, sobre todo, ella misma. Pero su profesora Chloe conocía a esa joven y sabía todas sus virtudes.

No era solo lo que había demostrado en la audición de ayer, sino lo que había trabajo tantas y tantas veces durante años. Era la hora de demostrar que ella debía de ser la protagonista de la historia.

—Ava, eres muy buena bailarina y créeme que nada más verte empezar a bailar sabía que debías de ser Bella. Tanto yo como Giselle dijimos rápidamente que tu debías hacerlo.

—Pero, nunca he protagonizado nada. —Se apresuró en decir la muchacha.

Viendo el temor que tenía por ser la protagonista, su profesora sonrió con dulzura para tranquilizarla. Iba a ayudarla en todos esos mese y prepararla para que el miedo no la nublase. Por eso tenía muchos planes para ella que, aún, no le diría, pero a su debido tiempo si lo haría.

Mirando a la muchacha que parecía tan delicada y a punto de romperse, sabía que algo escondía. Seguramente sería algún problema de su pasado o presente, o temas de ansiedad. Algo debía de tener aquella joven que estaba sentada frente a ella, pero la señora Bonnet no era nadie para indagar en el pasado de su alumna.

Estaba ahí para enseñar y para ayudarla a superar ciertos miedos escénicos.

—Pues a partir de ahora lo harás. —Chloe contestó tranquilamente a la vez que veía como Ava no estaba muy contenta con lo que estaba escuchando. —No has llegado a protagonizar nada porque no te atrevías a darlo todo delante del público, pero ahora si. Ayer lo diste absolutamente todo y eso era digno de ver. Créeme cuando te digo que eres la Bella perfecta.

—Aún no me manejo bien frente al escenario. Y lo de ayer fue delante de mis compañeros. —Se apresuró en contestar.

Pero Bonnet negó.

—Lo de ayer no lo hubieses hecho en el primer año —susurró, conociéndola muy bien. —¿Y por que crees que estás aquí? Todos o casi todos hemos sufrido miedo escénico. Tienes un gran futuro a tus 21 años. No temas por lo que vendrá, eres la que más has trabajado en clase... Y estoy segura de que este año tendrás mejores y más proyectos en cuanto te gradúes.

Bajando sus hombros, Ava dejó de mirarla al ver que no iba a cambiar de opinión y que debía de aceptar que ella sería Bella, como papel protagonista en aquella obra de ballet.

Sin decir nada, asintió, cuando su profesora le dijo;

—Ahora ve y disfruta de ello. Pero no tanto, que hay mucho trabajo que hacer a partir del lunes. Y hay que impresionar a cierto magnate guapo. —Le guiñó un ojo divertida haciendo sonrojar a Ava al recordar aquel hombre tan guapo con el que se había tropezado no una, sino dos veces el mismo día de ayer.

Carraspeando y sonriendo falsamente, sin mostrar mucho sus dientes, le dio un escueto "gracias" y, suspirando, se marchó del despacho sin saber como conseguir hacer ese papel sin quedarse bloqueada delante de todo el público cuando llegase la noche de la actuación.

Temblorosa, abrió la puerta colgando su mochila en el hombro izquierdo y cerró la puerta tras de sí, mezclándose con los demás alumnos en mitad del pasillo para ir a clase mientras que su mente estaba en otro mundo, pensando ya en un posible futuro.

🌂

—No me digas que has hablado con la señora Bonnet sobre el papel de Bella... —preguntó Grayson mientras caminaba hacia su mejor amiga, bandeja en mano llena de champán. Pero al ver que su amiga solo la miraba, confirmaba sus preguntas. —¡Ava! Vas a ser Bella, es tu mejor oportunidad. No me hagas obligarte a empujarte en medio de este sitio para que te pongas a bailar delante de todos.

Ambas se encontraban metidas en un edificio, en un piso enorme y de lujo, donde todos sus invitados iban vestidos de etiqueta. Iban gente importante, como empresarios, médicos estéticos, políticos, famosos y hasta los periodistas estaban fuera, y algunos dentro, tratando de sacar fotos a gente importante en aquella gala. Con la gran diferencia de que tanto Ava como Grayson se encontraban trabajando de camareras, vestidas con un traje negro, corbata negra y una camisa blanca que no se les permitía remangar para quedar más elegantes ante los invitados.

El piso estaba en lo más alto de uno de los edificios más glamurosos de Londres, donde incluso tenían una terraza enorme donde habían preparado mesas para que los invitados también fuesen allí. Y aunque las vistas del lugar desde allí eran increíbles, la gran mayoría se encontraba dentro, charlando y haciendo negocios.

Muchas mujeres con vestidos demasiado caros para Ava y Grayson, se encontraban hablando animadamente con algún médico que hacía operaciones estéticas, para poder pedir cita y hacerle algún retoque.

Ava, sujetando su bandeja llena de canapés, con su mano libre tras su espalda en una pose que su jefe les obligaba a tener frente a los invitados, miró a su amiga Grayson que llevaba un moño de lo más perfecto, donde no se veía ni un solo rizo. En cambio, Ava llegaba el cabello en una perfecta trenza para que no le molestase, aunque algunos mechones de su cabello algo ondulado salía de su agarre, esparciéndose sobre su bello rostro.

—Gray, sabes que yo no tengo experiencia siendo la protagonista —murmuró Ava, dejando que 2 personas tomasen algún que otro canapé para irlo tomando mientras charlaban en una acalorada discusión—. Solo ser una más de las bailarinas. Ser protagonista equivale a que sea el centro de atención.

Grayson elevó la ceja ante lo último que dijo Ava.

—A mi me gusta serlo de vez en cuando. —Le guiñó un ojo, divertida.

Ava negó mientras empezaba a caminar tranquilamente por toda la zona, esperando a que más personas tomasen los canapés que transportaba para luego ir a la cocina a por más y tener la bandeja siempre llena.

Pero su mejor amiga la seguía con aquella bandeja llena de aquel líquido dorado.

—Vamos, nena. No me digas que no estas feliz de que te hayan elegido.

La joven protagonista movió un poco sus labios e hizo un gesto de fastidio.

A decir verdad, si, estaba feliz de que la hubiesen elegido por primera vez en su vida como protagonista. Pero de igual manera, eso no quitaba el temor que tenía a tener que representarlo en aquel teatro tan elegante y enorme y lleno de personas.

Hacer el ridículo era uno de ellos. Que no les gustase a la gente era aún peor. Pero que se quedase bloqueada sin saber que pasos dar, eso era algo que temía a más no poder.

Pero le dijo la verdad.

—Un poco.

Grayson negó mientras caminaba a su lado y le murmuró;

—Vamos a trabajar juntas en tu miedo escénico, ¿vale? Y que les den a todos los de clase.

Ava la miró, sonriente por ello y feliz de tener a una amiga tan increíble como Grayson, le dio las gracias mientras continuaban trabajando aquel alabado por la noche en plena ciudad de Londres.

Grayson sabía perfectamente las arpías que habían en clase, no era para menos y mucho menos una sorpresa de que estaban llenos de envidia y más si Ava tenía un talento natural para el baile y para la improvisación.

En clases de improvisación, Ava siempre sobresalía. No cabía duda de que su destino y su futuro era bailar y participar en obras teatrales. Pero si Ava se atreviese a cantar como ella lo hacía en la intimidad, todavía conseguiría muchas más oportunidades.

La voz de un hombre reconocido para ellas las hizo callarse enseguida al saber que no era ni momento ni lugar para charlar. Y menos para tener una conversación como aquella.

—¡A trabajar! No se los voy a volver a repetir, chicas. —El jefe de ambas estaba frente a ellas, vestido elegantemente con traje pero solo para manejar a los camareros para que trabajasen. Los que llevaban las bandejas eran los demás que estaban esa noche con el mismo traje que Ava y Grayson—. Aquí hay gente muy importante. No quiero ver cháchara, ni mucho menos bandejas vacías. Vamos, a trabajar.

Empezó a dar palmadas para que ambas se esparcieran y trabajasen.

Pero cuando el jefe se marchó, Grayson se acercó a su amiga y, murmurándole en el oído, dijo;

—El pesado de turno.

Ava rió por lo bajo mientras se alejaban para ponerse a trabajar y dejar aquella conversación para otro momento.

Colocándose la corbata que empezaba a molestarle, no se percató de que su corbata estaba algo torcida frente a los invitados. Pero el calor del lugar lleno de gente y aquella corbata incómoda, empezaba a jugarle una mala pasada a la muchacha, que se hizo paso invisiblemente en el camino en busca de gente que desease más canapés.

Pero un hombre bien vestido, con traje, chocó contra ella, haciendo que los 3 últimos canapés que le quedasen en su bandeja cayesen al suelo, estropeando la comida. Maldiciendo en voz baja, se arrodilló para poder colocar aquellos canapés en su mano y sustituírlos por otros nuevos.

Sorprendentemente, tuvo espacio para poder recoger todo aquello, pero cuando vio unos zapatos de una marca italiana, tan brillantes e inmaculados, aguantó la respiración al creer que podría ser su jefe. Pero aquellos zapatos eran mucho más grandes que los de su jefe y fue ahí cuando aguantó la respiración y levantó la mirada para ver que persona estaba frente a ella.

Pero al hacerlo y descubrir quien estaba frente a ella, la sorpresa la invadió por completo.

El apuesto magnate, Tiger Davenport, estaba observándola con una ceja levantada. Sus manos en los bolsillos, le daba un toque de relajado, pero no ayudaba en nada a Ava a tener el paquete de aquel joven cerca, demasiado cerca de su rostro, teniendo que alejarse un poco mientras este arrugaba más su frente.

—Siempre la veo arrodillada, señorita Delacroix —murmuró divertido, dio un paso hacia atrás y le tendió la mano para ayudarla a levantarse del suelo—. Permíteme ayudarla —habló cortésmente.

La joven, dejando los canapés en la bandeja, tomó la mano de ese hombre y todo se fue a la misma mierda cuando sintieron ambos una sensación eléctrica, llena de sensaciones en cuanto la joven Ava tocó la mano de ese magnate.

Carraspeando, Ava se fue levantando del suelo, siendo ayudada por aquel hombre tan apuesto que la seguía mirando con una sonrisa de escándalo.

"Ese hombre debería estar prohibido" —murmuró para sí misma en su mente.

Ava tuvo que echarse un mechón detrás de su oreja para poder ver mejor a ese hombre y, apresuradamente, murmuró;

—Es casualidad. No estoy siempre de rodillas... —Al ver las tonterías que estaba diciendo y lo en doble sentido que se trataba, volvió a corregirse—. Eh, digo, no suelo estarlo... Perdóneme, no sé lo que digo.

Ambos parecían ser cortés entre ellos, pero Tiger quería volver a tutearla nuevamente. Aunque sabía que no sería lo correcto por ahora, aunque hacía unos días que lo había hecho.

Al mirarla, tan bella como la última vez, murmuró;

—Déjeme darle un consejo; jamás se ponga de rodillas frente a un hombre si este no se ha arrodillado antes frente a usted. —Tiger sonrió delicadamente, poniendo una mirada algo más seria mientras que Ava se sonrojaba nada más mirarlo—. Tengo muchos negocios que hacer hoy. Encantado de volver a verla.

Ava sonrió, pero cuando creía que el magnate iba a marcharse, este hizo todo lo contrario.

Se acercó sin vergüenza alguna ante dicha joven, eliminando cualquier distancia innecesaria que hubiese entre ambos y extendió sus manos ante la extrañeza de Ava.

—¿Me permites? —expresó con cierta sonrisa intrigante el apuesto hombre.

Ava, que no sabía que iba a hacer, se quedó quieta, esperando lo siguiente que haría, cuando notó las manos del magnate sobre la corbata de ella. No tocó nada, ni una pizca su piel. Parecía que tenía bastante agilidad con sus dedos y más cuando colocaron la corbata de la joven, que estaba algo torcida tras los movimientos que había hecho anteriormente, antes de caerse los canapés al suelo.

Una oleada de sensaciones invadió su cuerpo, mientras el hombre de casi 30 años continuaba colocándole bien la corbata. Ni siquiera había puesto los dedos cerca de su cuello y ya su cuerpo reaccionaba ante el estímulo de ese hombre.

¿Que demonios le estaba pasando? Jamás se había puesto así por su ex novio Drake Mills. ¿Por qué con ese hombre desconocido si estaba reaccionando su cuerpo?

El joven terminó de colocarle la corbata, dejándola completamente excitada por esa tontería de gesto y eso que ni siquiera la tocó.

Y, sin decirse ni una sola palabra más, tan solo con miradas, Tiger se marchó a hablar con algún que otro empresario, dejando a la joven caliente por esa estupidez. Teniendo que carraspear y volver a comportarse, se dirigió hacia la cocina, tratando de continuar trabajando.

Aunque no sería tarea fácil con el magnate cerca de ella.


***

Por fin miércoles y con ello nuevo capítulo de LMDM.

¿Que les ha parecido?

¿Que piensan de la profesora Bonnet?

¿De la mejor amiga de Ava?

¿Y de Tiger?

¿La escena que vivieron ambos? ;)

¿Esperan muchas escenas picantes entre ambos?

Nos leemos el próximo miércoles :3

Patri García

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