
T R E I N T A Y T R É S | C E R C A N Í A 🌂
«Odiaba verla sufrir sola, que tratase de ocultarlo cuando en realidad sabía que algo le preocupaba y mucho»
Tiger Davenport.
Aquel hermoso restaurante italiano era digno para aquella pareja que fingían serlo cuando, la realidad, es que ya lo eran todo juntos.
La melodía romántica de ambiente, los manteles, el lugar en el que se encontraban, las decoraciones suaves y perfectas para aquella pizzería y las vistas desde ahí de la calle italiana fascinó a una joven Ava sonriente. No paraba de brillar sus ojos admirando cada lugar, cada rincón de ese sitio.
Y en ese momento, en aquel restaurante tomando juntos una pizza, Tiger no dejaba de mirarla embobado por lo hermosa que ella se veía cenando en aquella pizzería. Como su cabello largo colocado hacia un lado dejaba ver una parte de su piel suave y sedosa. Como sus hombros semidesnudos eran dignos de admirar, ya que era obvio que era una joven bailarina y su cuerpo era atlético. Como sus ojos brillaban más que nunca...
Si, aquello hizo que a Tiger le costase apartar la mirada de ella sin que se le notase que estaba enamorado de Ava.
Era un momento mágico para ambos y ninguno lo iba a olvidar.
Pero cuando Tiger cada vez quería confesarle lo que sentía, se volvía a echar hacia atrás sin ser capaz de hacerlo.
Y ahí Ava rompió el silencio para preguntarle;
—¿Que ocurrió antes en la reunión?
Tiger, tomando un nuevo trozo de su pizza tras remangarse la camisa negra que llevaba puesta, miró a Ava nuevamente e hizo un gesto que se notaba que no le gustaba recordar la reunión. Pero le gustó que Ava se preocupase por él. Por eso le quitó la importancia que tenía dicha reunión horas antes.
—¿Por que lo preguntas?
Ava, tras tomar su servilleta para limpiarse los labios de los restos de la pizza, lo único que consiguió fue que Tiger la observase casi cayéndosele un trocito de pimiento que resbalaba por el tomase de su trozo de pizza. Tuvo que carraspear para no fantasear con dicha imagen el magnate.
—Porque se nota que esos negocios no fueron para nada bien —murmuró preocupada Ava por él.
Tiger, no acostumbrando a que una mujer se preocupase por él, sonrió y el pimiento cayó sobre el plato sin que él se percatase, pero Ava si lo hizo y soltó una pequeña risita que hizo aún más feliz al magnate.
Sin decir nada, Ava tomó esa verdura y se la llevó a la boca, dejándole una delicada sonrisa el millonario que tenía frente a ella y para ella sola.
—Empiezas a conocerme —aclaró Tiger, llevándose un buen bocado de su trozo de pizza.
Y Ava vio como los labios de ese hombre se movían mientras masticaba y tuvo que retirar la imagen rápidamente porque eso le hacía recordar lo que habían echo hacía unas horas en el cuarto en el que se hospedaban.
—Si quieres, después podríamos ver dibujos animados —sugirió.
Cuando Tiger miró a Ava, pasándose la lengua por sus labios de manera sugerente para quitarse los restos de pizza, murmuró;
—Si tu estás a mi lado, lo demás me da igual —dijo sin dejar de mirarla, como una forma de decirle lo que sentía por ella.
Ava carraspeó con las mejillas rojas como un tomate mientras que Tiger la miraba de esa manera como siempre lo había hecho. No dejaba de recordar las primeras veces, cuando siempre que la veía estaba de rodillas frente a él y eso le divirtió en ese momento al recordarlo. Porque ahora era él quien siempre se arrodillaba ante ella y le fascinaba.
La suave melodía daba ese plus al momento, como aquella cita perfecta que cualquier mujer deseara, aunque Ava no era consiente de ello en ese momento. Tampoco se percató de que un paparazzi les sacó una foto desde el escaparate de la pizzería para así ganar suficiente dinero por la exclusiva. Aunque ninguno se percató porque el hombre, tras sacarles varias fotos, se marchó como si nada.
Y fue ahí que el momento íntimo pasó a ser uno más intenso y Tiger no dejaba de pensar en las pesadillas que ella había tenido. Sobre todo porque la veía agotada físicamente, con ojeras y cansada. Odiaba verla así y solo quería su bienestar.
—Ava, últimamente te veo más agotada... Las pesadillas no cesan y me estoy preocupando mucho por ti... —murmuró mientras Ava dejaba de mirarlo al escuchar aquello—. Sé que no es fácil confesarle las cosas a alguien, lo entiendo. Pero no soporto verte sufriendo y me mata verte así.
—Ti...
Tiger negó rápidamente.
—Me gustaría que confiaras en mi y te abrieses emocionalmente —confesó. —A veces, las penas entre 2 se llevan mejor... Yo, tengo cicatrices internas, emocionales y son estúpidas, pero cuando te miro a ti veo que has sufrido mucho en esta vida... Tanto física como mentalmente y no sabes cuanto odio saber que lo has pasado así sin ayuda de nadie.
—No es que no confíe en ti, Tiger... —Trató de decir Ava.
Pero silenció rápidamente, tratando de buscar algo para ahuyentar ese tema.
Tiger la conocía muy bien y sabía que quería dejar ese tema, pero tampoco podía permitirse verla de esa manera. Cada día iba a peor y lo último que quería era verla de esa manera. Quería su bienestar, el bien de ella, que todo le saliera bien y su salud fuese perfecta. Se preocupaba mucho más por ella de lo que Ava se podía imaginar.
Por eso momento le dio tiempo para que hablase, para que se abriese a él mientras que el ambiente del lugar era perfecto y delicado. Sin que nadie los molestase, en su propia burbuja que ellos habían creado.
Y, para sorpresa de Tiger, Ava dijo algo que, si bien no era mucho, era como mover un ladrillo de todo el muro que había construido con los años.
—Es que... ¿Como te lo digo sin que me mires con pena? —preguntó temerosa—. ¿Como...? —Calló nuevamente mientras arrugaba la servilleta que tenía en su mano izquierda y, sin mirarlo, confesó. —Tengo miedo de que cuando te lo diga, te marches antes de mi vida.
Y el joven empresario negó rápidamente sin parpadear, sin dejar de mirarla a los ojos.
—No haré tal aberración. ¿Y sabes por que?
Ella negó.
—Porque me importas más que cualquier cosa que tenga en mi vida. —El momento era el idóneo para hablar mutuamente, para dar un paso más a su relación sin que se diesen de cuenta y por eso Tiger le dijo todo aquello—. Sin ti antes la vida era aburrida, sin color, siempre rodeado de gente interesada por mi, hasta mis padres solo se interesaban por mi dinero... Mi madre solo me está buscando una esposa a la que no amaré tan solo para tener descendencia... Pero en cambio, tu... Desde que has llegado a mi vida, todo ha cambiado. Y no quiero que vuelva a ser como antes.
Cuando Tiger le dijo todo aquello, Ava juró que estaba a punto de soltar todas las lágrimas que tenía en sus ojos, tratando de aguantarlas para que él no la viese llorar, no como aquella noche cuando entró al hospital después de que Drake le hiciera aquello.
Aquel día...
Carraspeó, mirando hacia un punto fijo de los trozos de pizza que quedaban y mientras ella trataba de tomarse su tiempo para hablar, Tiger le entregó un pañuelo de letra que siempre llevaba consiguió y ella lo recogió con mucho amor, dándole las gracias sin mirarlo.
Le avergonzaba que la viesen llorar, siempre era de las que lo hacía sola y con Tiger parecía tener muchas más primeras veces de las que ninguno de los 2 se imaginaba.
—Tengo muchas cicatrices físicas y emocionales, Tiger.
Tiger contestó;
—Besaré cada una de ellas.
Ava levantó su vista para clavar sus hermosos ojos hacia los de él y confesó su máximo temor;
—Me mirarás distinto.
Negó.
—Te abrasaré y no te soltaré.
Y aquellas palabras la dejaron sin habla.
Ni siquiera el camarero que pasó a su lado haciendo mucho ruido con todos los platos que había recogido, hizo que esa burbuja se rompiese en ningún momento.
Y entonces, Tiger la tomó de la mano y le susurró;
—Rompamos esa regla, aquella regla que no podía preguntarte como estabas... Ya hemos roto algunas, me da igual que te enfades conmigo, pero prefiero que te enfades conmigo a verte sufrir.
Cada palabra que él le decía parecía un algo para Ava, aunque ella le costaba más llegar al mismo nivel que tenía Tiger en ese momento. Le costaba confesar las cosas, decirlas en voz alta sin sentir vergüenza o miedo a ser rechazada.
Por eso le dijo;
—No será tan fácil.
Y Tiger, sin soltarle la mano a esa joven bailarina, siguió mirándola como si fuese lo único que existiese en esa vida.
—Tenemos todo el tiempo del mundo.
Sin más, se levantó y rodeó la mesa para sentarse en la silla vacía que Ava tenía a su lado, para ahora sí, tomar una de sus manos y observar maravillado los dedos de ella. Mientras que Ava solo veía que era un gesto dulce de él, no se esperó que dicho magnate de los negocios hiciera lo que estaba a punto de hacer.
Tomó su dedo índice y se lo llevó a la boca de él, pasando su lengua de una manera sensual que hizo derretir hasta la mujer más fría que existía. Pasó su lengua de dicha manera para luego meterse el dedo de ella dentro de su boca y succionarlo para así limpiarla de restos de pizza que ella tenía ya que tenía algo de tomate en ese dedo. Y lo saboreó y de que manera.
Aquello hizo que Ava lo mirase sin parpadear.
Y no fue todo, porque a partir de ahí fue de uno en uno para limpiarla de esa manera tan seductora.
—No te dejaré sola cuando más te hago falta —murmuró Tiger, con la boca ocupada.
—No me ayudas a centrarme haciendo eso.
Tiger levantando su vista sin alejar su boca de sus dedos, preguntó;
—¿El que? ¿Esto?
Y clavando su mirada en la de ella, volvió a llevarse otro de sus dedos a la boca para saborearla, atrayendo miradas femeninas hacia tremendo hombre, atractivo y deseosas de ser esa mujer.
La envidia podía llegar a ser mala a veces.
Ava, en cambio, se sonrojó y sonrió para luego reír en voz alta, consiguiendo Tiger lo que quería, que era hacerla reír.
—Eso es lo que quiero, Ava... Oírte reír a carcajadas.
Y siguieron disfrutando de esa cena juntos.
Cuando acabaron de cenar, de charlar durante una hora sobre temas triviales y temas tontos, decidieron salir a caminar por las calles italianas de esa zona, con casas pegadas, lleno de ladrillos y algo antiguas. Varias tenían balcones y muchos otros estaban decoradas de plantas y flores.
Se respiraba el ambiente italiano en ese lugar y solo conseguía que ambos amantes se enamorasen más entre ellos.
—Es hermoso este lugar —susurró Ava.
—Te prometo que tendremos más tiempo para poder visitarlo todo otra próxima vez —prometió Tiger.
Aquella idea le gustó mucho a Ava.
Tiger la tomó de la mano y ella sonrió como nunca mientras observaba la noche en esa calle mientras ese hombre tan atractivo estaba a su lado.
Caminaban juntos hacia el lugar donde se hospedaban y ella le preguntó;
—¿Como es París?
Era imposible describirlo, por eso mismo le confesó;
—Hermoso. Romántico... Como toda tu... —La miró a los ojos mientras caminaban por esas calles nocturnas de Italia—. Puedes perderte en sus calles y amarlo mucho más.
Parecía que estaba describiendo el paraíso.
—Siempre he querido visitarlo.
Y el magnate se acercó al oído de la bailarina y le susurró;
—Te llevaré pronto.
Fue en ese momento que empezaron a jugar como si de una pareja se tratase y ella empezó a correr, fingiendo que huía de él, divirtiéndose como nunca y Tiger fue tras ella, corriendo por las hermosas calles de esa zona.
—¿A donde vas? —preguntó Tiger divertido.
Ava reía como nunca hasta que Tiger la alcanzó, tomándola y cargó su cuerpo en su hombro como si no pesara nada para sus brazos. Ava, sin poder parar de reír, amando Tiger esa sonrisa suya y que quería hacerla sonreír muchas más veces.
Disfrutaban en ese rincón, sin que nadie los molestase hasta que Tiger la dejó en el suelo y la pegó a una pared para besarla en ese mismo sitio. Disfrutaron de ese beso, rompiendo reglas, dejando atrás aquel contrato que habían firmado mutuamente para demostrarse lo que sentía el uno por el otro.
Ava disfrutó mucho más, se abrazó a él mientras que Tiger la atraía hacia sí, sin poder estar ni un milímetro separado de ella. Y de que manera se sentía en sincronía ambos con aquella química que tenían.
Y cuando Tiger se separó del beso, le susurró en francés;
—Je suis totalement amoureux de toi. —Le susurró de esa manera seductora.
Y sin que ella supiera lo que significaba, elevó la ceja sonriente esperando que fuese alguna de esas frases tan típicas de él en momento ardientes como eso.
Cuando en realidad esa frase significaba; estoy totalmente enamorado de ti.
—¿Que significa?
Y Tiger, tan enigmático como de costumbre, solo le dijo;
—Pronto lo sabrás.
Volvió a tomar la pequeña mano de Ava para luego caminar por las calles de Italia juntos, sonriendo como enamorados mientras vivían el momento.
🌂
En algún lugar de Londres, se encontraba Ivan mirando su móvil viendo unas fotos recientes de Ava y Tiger junto con un título en el que se encontraban en Italia, en una escapada romántica. Aquello fastidió y mucho a Ivan, que odiaba verla feliz a ella y se prometió que eso no iba a acabar de esa manera.
Él caminó por la sede del partido hasta que llegó al despacho de su jefe Jules Black y le dijo;
—Tiger Davenport no ha aceptado la oferta, Jules —respondió con tono brusco a su jefe de partido.
Jules, que estaba leyendo unos papeles, levantó la cabeza y arrugó su frente sin entender nada.
—No quería ninguna oferta de ese hombre igualmente, Ivan. La idea fue totalmente tuya, te lo recuerdo.
Pero Ivan quería más y sabía que algún día sustituiría al joven Jules Black si el partido caía a pique para poder ser él quien llevase las riendas de todo ello. Pero debía aguantar un tiempo más hasta poder hacerse con el poder.
—Que un hombre como Tiger nos de publicidad no estaría nada mal para que ganases en las encuestas.
Jules suspiró, quitándose sus gafas de cerca y restregándose sus dedos en su frente.
—Lo que importa aquí es que lo que decimos cale en el ciudadano. Déjate de buscar a gente famosa y céntrate en la campaña, Ivan.
Pero a Ivan no le hacía ni pizca de gracia la manera en la que él llevaba el partido.
—Vale.
Jules volvió hacia sus papeles y le preguntó;
—¿Estás preparado para gala de esta semana? Después de la entrega de premios iremos a la gala, allí vendría bien saludar a mucha gente, pero recuerda que no seremos los únicos políticos que estemos allí. También habrán celebridades y no quiero que hagas negocios con ellos, ¿vale?
Ivan asintió, notando el odio que sentía hacia el mundo.
—Si, jefe.
Jules levantó su mirada y murmuró;
—Eres mi mano derecha, no me estés llamando así.
Pero a Ivan le importaba bien poco todo eso.
—Continúo con mi trabajo, si no te importa.
Él se marchó y miró nuevamente las noticias en la que Tiger y su novia Ava asistirán a esa entrega de premios y apretó la mandíbula, sabiendo que era un lugar idóneo para reencontrarse con Ava de una vez por todas. Después de tanto tiempo.
—Ya queda menos para reencontrarnos, Ava Delacroix.
***
Aquí tenéis un nuevo capítulo de Ava y Tiger.
¿Que les ha parecido?
¿Que trama Ivan?
¿Creen que pronto Ava hable abiertamente con Tiger?
¿Tiger y Ava?
Nos leemos el miércoles :3
Patri García
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