T R E I N T A Y N U E V E | L O S I E N T O 🌂
«Estaba enfadada con él, pero debíamos hablar»
Ava Delacroix.
El ensayo de aquel día había acabado y el agotamiento era más que evidente en Ava como en Grayson, que se habían tomado en menos de 10 segundos una botella de agua pequeña. Tras el ensayo de aquel día, todos los alumnos estaban agotados, algunos sentados en el suelo, otros apoyados en una de las 2 columnas del lugar.
Mientras Ava y Grayson se encontraban cerca de la ventana, con una toalla secándose el sudor, Ryder charlaba con la coreógrafa sobre uno de los pasos que más le estaba costando.
Ahí Ava, gracias a esas clases de la academia, conseguía no pensar en Tiger, ni mucho menos en que en todos los telediarios de la gran mayoría de los canales, se encontraba el monotema de la semana. Siempre hablando de lo mismo sobre Ivan Sterling. Sobre sus trapos sucios sacados a la luz y el escándalo político que había sacudido al país.
Si bien no se había nombrado nada sobre Ava, el temor de que en algún momento mirase un periódico, o justo viese una noticia donde apareciera su nombre, era lo que más miedo tenía y lo que más pesadillas le haría tener.
El que la gente te mire, te vea como víctima y al poco te mirase de una manera horrenda, eso era lo que menos quería. Ava no quería que la mirasen como una víctima. Simplemente no quería que nadie supiera lo que había sufrido. Era su vida y nadie tenía derecho a saber sobre ella sin su permiso.
Grayson, en cambio, que sabía por lo que estaba pasando su mejor amiga, le dio 3 ligeros choques de codo sobre su brazo para llamar la atención de Ava, mientras que la profesora Bonnet aplaudía con mucho esmero ante el increíble ensayo.
—¿Cómo estás? —preguntó la joven.
Ava, sin dejar de mirar hacia un punto fijo de la clase, sin saber muy bien como tomarse todo lo que estaba pasando aquellos últimos días, y hasta semanas desde que se encontró nuevamente con su padre, suspiró.
—¿Después de lo que hizo Tiger a mis espaldas? —preguntó dándole vueltas a la botella—. No me lo esperaba...
Y era cierto.
Sabía que Tiger se preocupaba por ella, pero no entendía porque no había hablado con ella antes de que tomase una decisión tan importante como el hablar con un periodista. Aquello le dolió, mucho más de lo que nadie podría imaginarse.
Por eso mismo Grayson respondió;
—Hizo mal, pero creo que tampoco tiene la culpa al completo. Quiere encerrar a ese idiota y tu nombre no ha salido a la luz, ahora va a ser juzgado... —murmuró. —Entiendo que estés enfadada con Tiger, porque yo lo estaría aún mucho más... Pero deberías hablar con él.
Grayson no lo estaba defendiendo. Posiblemente de estar a su lado, ella haría algo peor que ignorarlo, pero a la vez sabía que aquel hombre estaba totalmente enamorado de ella y todos éramos humanos y cometíamos errores. No era perfecto, nadie lo era y debía demostrar que se arrepentía y que no volvería a hacer nada como aquello.
Por eso le preguntó;
—¿Cuando fue la última vez que hablaste con él?
Ava, mirando a su amiga mientras se escuchaba el murmullo de la clase, respondió;
—Hace 1 semana. No he querido contestarle a las llamadas y ahora me está dando espacio...
Grayson asintió mirándola directamente a los ojos.
Se la veía cansada a Ava, no solo por el ensayo, por los nervios del teatro, porque se acercaba el día, sino porque apenas había descansado tras lo que sucedió. Tras salir aquella bomba política que la metía a ella de lleno y que, aunque no había salido nada a la luz sobre su nombre, temía y vivía con ese temor minuto a minuto de que eso sucediera.
—La obra será dentro de 2 semanas... Trata de hablar con él, no creo que Tiger lo esté pasando bien después de saber todo esto, Ava.
Dándole un ligero apretón de manos, Ava sonrió fugazmente. Aunque sabía en el fondo que su mejor amiga tenía toda la razón del mundo.
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El taxi la dejó cerca de la casa de Tiger y, tras pagarle, bajó del coche y suspiró mientras trataba de buscar palabras para lo que le diría a Tiger.
Estaba enfadada, desilusionada por lo que había hecho. Pero sabía que todos cometían errores, y ella la que más. No por ello iba a perdonarlo sin más. Necesitaba primero hablar con él y aquella semana separados fue un punto y aparte para lo que ella necesitaba.
Volviendo a suspirar, caminó con su bolsa deportiva apoyada en su hombro, hacia aquel paisaje tan hermoso, natural, lleno de pinos y naturaleza. Sobre todo, de aquel sonido tan suave, algún pájaro sobre alguno de esos pinos. El lugar era mágico y envidiaba a Tiger porque viviese en uno de los mejores sitios para vivir.
A medida que más caminaba, observaba aquella casa, tan moderna pero a la vez perfecta. Era la pura perfección que demostraba que Tiger vivía ahí, porque los colores solo lo podría haber escogido alguien como él.
Sonrió delicadamente por sentir la paz, nada de noticias, nada de ruido de coches, ni de personas gritando por la calle. Solo el sonido de las hojas moverse por el viento.
Al llegar a la puerta, recordó aquel día que Tiger estuvo unos días sin poder salir de su casa, debido a las malas noticias que decían sobre él y sobre aquella falta noticia de aquellos móviles que la batería se quemaba por un empleado descontento y por la avaricia y envidia de otra empresa. Aquello le recordó a ese día, cuando fue a buscarlo porque estaba preocupada por él y porque aunque Tiger no lo dijese, la necesitaba en ese momento tan duro de su vida.
Ahora ella lo necesitaba a él, y Tiger aunque intentó estar a su lado, Ava se había alejado para despejarse, porque estaba enfadada, porque estaba confundida. Todo. Pero lo que ella no sabía que, aunque físicamente no estuviese a su lado, Tiger estaba haciendo lo imposible por poder ayudarla, apoyarla, por solucionar todo lo que había hecho.
La joven fue a tocar la puerta, cuando escuchó a alguien cortando leña no muy lejos de aquella casa. Intrigada, rodeó la casa de él, cuando se encontró a un Tiger de ensueño, sin camisa, tan solo con unos vaqueros puestos de su color favorito mientras cortaba leña de la manera más sensual que se podía.
Como los músculos de sus brazos se movían, como sus pectorales parecían definirse más por cada movimiento, como su cabello se encontraba totalmente despeinado. Pero sobre todo, se fijó en que ahora en su rostro había una ligera barba de varios días. Parecía haberse descuidado un poco a lo largo de aquella semana y aún así seguía tan perfecto como nunca.
Lo que Ava notó es que parecía que se estaba desahogando de todo el estrés, de todo su día a día y aquello fue lo que la preocupó a la joven.
Tratando de buscar una frase para llamar su atención, se golpeó mentalmente cuando dijo en voz alta;
—Ahora entiendo de donde sacas esos músculos.
Auch.
Pero los ojos de Tiger, que estaban totalmente concentrados y hasta perdidos, se iluminaron. Se notó como su felicidad aumentó en menos de 1 segundo al verla y como su rostro se dulcificaba.
—Ava... —murmuró.
Soltó todo y se quedó ahí, a metros de distancia mientras le daba todo el espacio que ella necesitaba. Todo lo que ella quisiera lo haría.
Y entonces, ella preocupada, respondió;
—No has ido a trabajar hoy...
Tiger, sorprendido por esa afirmación, ya que ella no había querido saber nada de él en toda la semana y la entendía. Estaba enfadada con él, Tiger había cometido graves errores, no por ello significaba que iba a dejar de luchar por ella. Porque todos aquellos meses fueron los mejores meses de su vida y no iba a rendirse sin más. No cuando Ava era la mujer más maravillosa que había conocido en su vida.
Carraspeando mientras se acercaba a tomar su sudadera, murmuró;
—Trabajé a distancia. Ir al trabajo toda la semana me ayudó, pero hoy... —Dejó de hablar mientras la miraba a los ojos—. ¿Puedo... ofrecerte algo?
No sabía por donde empezar la conversación. Menos después de lo que hizo a sus espaldas. Pero quería empezar bien, quería hacer las cosas bien y que ella lograse perdonarlo a pesar de todo. Estaba haciendo todo lo posible por arreglar su error, lo que hizo mal, para que ella no saliera más dañada de lo que ya había estado en toda su vida. Haría lo posible por ella y se lo demostraría.
Ella negó, pero lo que si le preguntó fue;
—¿Podemos hablar?
Él asintió rápidamente.
Entraron en la casa de Tiger y él se puso la sudadera negra rápidamente mientras caminaban hacia la biblioteca de Tiger, aquella que era un lugar especial para él y que habían vivido algún momento juntos.
Ava no pasó aquel detalle de su color favorito y una vez dentro de la biblioteca, ella le preguntó;
—¿Alguna vez te he dicho que el color negro te sienta bien?
Tiger sonrió mirándola ante esa respuesta y el olor a libros inundó las fosas nasales de Ava, la cual nunca se dejaría de sorprender por la cantidad de libros que había. La ventana dejaba unas hermosas vistas en el lugar y aquella tarde dejaba entrar la luz del sol en ese despacho, en el cual Tiger soñaba muchas veces con ver a Ava en la sillón leyendo un libro mientras que él trabajaba, o trataba de trabajar mie tras la miraba en algún momento.
Ava murmuró;
—Te llamé antes por el móvil.
Tiger, sorprendido por ello, tan rápido como la escuchó abrió un cajón de su escritorio y tomó el móvil, el cual había apagado para no escuchar nada de su trabajo aquel día. Porque aunque le había dicho a Ava que quería trabajar desde casa, no quería preocuparla diciéndole que no dejaba de pensar en lo mal que lo había hecho con ella la pasada semana.
Al encender el móvil, vio 2 llamadas de Ava y cientos de su trabajo, los cuales ignoró y solo se fijó en las llamadas de Ava y se odio por apagar el móvil.
—Lo... —murmuró mientras dejaba el móvil sobre el escritorio—. Lo tenía apagado. No tenía que haberlo hecho.
Ava, que lo conocía, contestó;
—No era importante, Tiger. Solo para saber si podía venir aquí.
Él suelta el móvil y asiente.
—Siempre serás bienvenida aquí, no tienes que llamarme para avisarme... —contestó y volvió a decir. —Lo siento...
Entonces, ella empezó a caminar hacia una estantería y observó la cantidad de libros que había y tomó uno de ellos, ojeándolo mientras trataba de buscar algo para poder abrirse nuevamente a Tiger.
—Llevo años encerrándome en mi misma, Tiger. Nunca tuve la vida que llevo actualmente... Siempre vivía constantemente en peligro, vivía estresada, con miedo... —Se mordió el labio mientras levantaba la vista para mirar a Tiger, el cual la miraba a ella—. Incluso de tan estresada, se me empezó a caer un poco el cabello y no se notaba porque sabía peinármelo y el pelo largo me ayudaba... —contestó algo avergonzada por confesarle algo de su pasado—. Cuando pude salir, me costó mucho derrumbar esos muros. Y tanto fue así que no fue hasta hace pocas semanas que me abrí por primera vez...
Tiger, al descubrir aquello, se sintió mucho peor y se prometió que si ella le daba una segunda oportunidad,d no iba a volver a fallar como ese día. No lo volvería a hacer.
Y ella siguió, cuando dejó el libro en su sitio y caminó hacia él.
—Confíe en ti y aún lo sigo haciendo... Te conté mi pasado... Y lo último que quiero es que todos me vean como una víctima... —respondió. —Qué me miren con pena, y que luego, tan rápido como un parpadeo, la víctima se convierta en verdugo... Así funciona la televisión. Así de cruel es la gente. Y no me quiero ni imaginar cómo tus fans se comportarían conmigo de saber todo esto.
Tiger dio 3 pasos hacia adelante para contestarle;
—No dejaré que nada de eso suceda...
Ava observó los ojos de Tiger y murmuró;
—Debiste habérmelo dicho antes. No hablar con un periodista.
Tiger sabía que tenía razón.
—Lo sé... Y daría lo que fuera por volver atrás y no cometer ese maldito error.
Se le veía culpable, y Tiger sabía que había hecho las cosas mal y se arrepentía de no haberlas hecho de otra forma.
Ava no hablaba.
—Llevo toda la semana hablando con periodistas, tratando de hablar con policías y amigos de dudosa reputación para que nada de tu vida salga a la luz. No he nombrado nada en ningún momento y removeré cielo y tierra para que tu vida siga siendo como hasta hoy —susurró mientras Ava lo miraba—. Que sigas siendo tan solo Ava Delacroix, la futura bailarina de Broadway... Ofrecería millones de libras por protegerte y mantenerte alejada de todo.
—Tiger, no tienes que ofrecer tu dinero.
—Quiero protegerte. Y haría cualquier cosa para remediar ese error —contestó. —Y te prometo, Ava, que nadie va a saber nada de tu pasado y que ese hombre se pudrirá en la cárcel y estarás a salvo. Lo prometo.
Se le notaba arrepentido.
Ava lo notaba arrepentido, y mientras Tiger miraba a Ava con deseos de que ella volviese a sonreír, de que pudiese estar relajada y tranquila, ella bajó la mirada hacia los puños de él.
—Ti... tus manos.
Ava, al ver que los nudillos de Tiger estaban totalmente rojos y dañados, como si hubiese pegado a alguien. Se acercó rápidamente mientras su preocupación era más que evidente.
Al tomar las manos de Tiger para ver mejor aquellas heridas, preguntó;
—¿Qué has hecho?
Tiger suspiró, al recordar la sección de entrenamiento de hacía 2 días con su entrenador y que ignoró completamente las palabras de aquel hombre, demostrando que estaba enfadado consigo mismo.
—Practiqué con el saco de boxeo sin protección... No me dio tiempo porque necesitaba desahogarme.
Estaban muy cerca.
—Ojalá pudiese volver atrás en el tiempo para hablarlo contigo y encontrar juntos una solución... —susurró Tiger.
Pero la respuesta de ella, lo destrozó aún más.
—Ya está hecho.
—Pero...
Ava lo silenció.
—Ahora debemos encontrar la solución juntos. —Su respuesta sorprendió a Tiger mientras que ella continuaba. —Debes confiar en mí.
—Ya lo hago.
Juntos, en ese momento, hubo esa sensación, ese sentimiento que ambos sentía cada vez que estaban juntos.
Y fue ahí que él no volvería a ocultarle algo y por ello le dijo lo siguiente, para estar totalmente libre y que ella confiara plenamente en él.
—Te he puesto guardaespaldas desde principios de esta semana... —confesó temeroso. Ava elevó la ceja—. Es solo por ahora, hasta que ese hombre acabe en la cárcel. Sé que no te gusta la idea, menos que sepas que llevas toda la semana con protección, pero...
—Lo sabía. —Lo cortó Ava.
El magnate, totalmente anonadado por su respuesta, murmuró;
—¿Los has visto?
Ava hizo un gesto con los labios para luego responder;
—Bueno, son increíbles disimulando, pero me fijo en todo cuando estoy en la calle y llevaba viendo a los mismos hombres a metros detrás de mí desde hacía días. Al principio me asusté, pero cuando descubrí que eran guardaespaldas, me sentí más tranquila.
—¿Estás enfadada conmigo?
Ava se quedó unos segundos en silencio, para el sufrimiento de Tiger.
Y luego contestó;
—Enfadada es poco... Pero si yo fuera tú hubiese hecho lo mismo.
Acabando aquel tema, Tiger supo que Ava estaría sin dormir de los nervios por la obra que pronto la expondría en uno d ellos mejores teatros de Londres, donde cabrían cientos de personas. No era lo mismo al cabaret en lo absoluto.
Y haría lo que fuera para que ella estuviese algo más relajada antes de llegar el día.
—¿Cómo va la obra?
—Bien.
La respuesta de ella fue más que obvia. Y por eso Tiger continuó con la frase;
—Pero...
El silencio se clavó allí y el temor de Ava se hizo evidente.
—Estoy muy asustada —confesó.
—Todo saldrá bien. Te apoyaré, aunque no quieras verme ese día.
Ava elevó la ceja nuevamente.
—Que esté enfadada contigo no significa que no quiero que me acompañes.
Él magnate tuvo un vuelco al corazón y fue más que suficiente para que se sintiese feliz, para que sintiese que habría segunda oportunidad aunque ahora ella estuviese enfadada.
—¿Crees... que él tratará de encontrarme? —preguntó con aquella duda que no dejaba de tener en su mente—. Estoy atemorizada y tengo miedo de quedarme sola por la noche. Desde aquel día que nos reencontremos, tengo la sensación de que planea algo y ahora...
—No te va a pasar nada. —Se aseguró Tiger, tomándola de las manos—. Moveré cielo y tierra para que nada de eso pase.
Y entonces, ella lo abrazó, echándolo tanto de menos después de aquella semana mientras que Tiger notaba su corazón moviéndose rápidamente y le devolvió el abrazo, aferrándose a ella como si le fuese la vida en ello.
Y fue ahí, cuando él susurró mientras disfrutaba de volver a abrazarla;
—Bueno... podría disculparme de mil formas, pero... ¿te apetece una pizza y una película? Es lo más cutre que puedo ofrecerte ahora, lo sé... Pero me ganaré tu perdón tarde lo que tarde y...
—Vale —contestó rápidamente mientras daba ilusiones a Tiger.
Tomándola de la mano, caminaron juntos hacia el salón, dejando que el tiempo pasara y juntos se unieran mucho más que antes. Sobre todo, porque Ava no volvería a estar sola y estaría acompañada siempre en los momentos más duros que viviese.
***
Aquí tenéis un nuevo capítulo de Ava y Tiger.
¿Que les ha parecido? Que harían ustedes de ser Ava?
Ya tan solo quedan entre 2 o 4 capítulos, así que pronto podremos leer al completo esta historia y me da mucha pena acabarla :(
Nos leemos el miércoles :3
Patri García
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