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O C H O | C O N G R E S O 🌂

«Le estaba dando muchas vueltas a la propuesta del señor Davenport. Y por mucho que lo pensara, la respuesta siempre era la misma»

Ava Delacroix.

Los dedos del señor Davenport viajaban por los labios entreabiertos de la joven Ava, expectante ante lo que él tenía pensado para ella en ese momento.

Mientras que él la observaba de aquella manera, como si la tensión sexual no resuelta estuviese más viva que nunca. Y vaya si lo estaba. Aquellos largos dedos empezaron a moverse sobre los suaves y carnosos labios de la muchacha, quien cerró los ojos esperando seguir sintiendo aquel remolino de emociones que tenía con ese hombre tan ardiente.

No ayudó en lo absoluto a que le murmurase;

—Me gustaría descubrirte al completo, señorita Delacroix —susurró mientras que la muchacha tan solo estaba callada, escuchando las palabras de ese hombre tan apuesto.

Los largos y juguetones dedos de Tiger empezaron a bajar, llegando por la barbilla de la muchacha, para luego continuar por su cuello. Pero, para sorpresa de la señorita Delacroix, él la colocó la mano de collar y acercó sus labios hacia la comisura de los labios de ella.

Cada vez estaba más cerca y ella podía sentir las piernas temblar de tan solo sentirlo y quería más, mucho más. Le decía que si a todo, todo lo que él tenía pensado para ella. Y Tiger sonrió por ello.

Besó apasionadamente aquella comisura para, en acto seguido, con su mano libre mientras la otra seguía sujetando el cuello de la joven, bajar por el suéter de Ava, hasta acabar en aquella falda tan diminuta que llevaba ella. La expectación de saber lo que era un orgasmo dado por otra persona era enorme para la joven, que tan solo deseaba que fuese más rápido. Pero la lentitud de él era lo que estaba consiguiendo que ella se calentase por él.

Y lo estaba haciendo a la perfección.

Cuando bajó su mano hasta la falda, levantándola, descubriendo que no llevaba bragas, él la miró, muy pegado a ella y le susurró;

—Me sorprendes, señorita Delacroix...

Con suavidad, empezó a hacer círculos sobre su clítoris, consiguiendo que Ava sacase un gemido de su garganta y esta quisiera ocultarlo, pero Tiger le dijo;

—No me lo ocultes. Necesito escucharlo.

Fue ahí cuando metió 2 de sus dedos, haciendo temblar a la muchacha mientras este disfrutaba de mirarla teniendo placer.

Los volvió a sacar y luego meter, consecutivamente, haciendo que la joven empezara a temblar, gimiendo en voz alta con los ojos cerrados, volviéndose loca por primera vez en el sexo por otra persona. Siendo totalmente distinto a lo que se hacía ella a sí misma.

Cuando escuchó;

—¡Tierra llamando a Ava! —La voz de su mejor amiga hizo que carraspease y tuviese que retirar aquellos pensamientos enseguida, mirando a su amiga Grayson y esta, sonriente, le contestara. —¿Follando mentalmente? Lo suelo hacer a veces —bromeó.

La muchacha, tan roja de tan solo pensar en los dedos de ese hombre y notando que era un deseo sexual que él le hiciera eso mientras le sujetaba el cuello era algo que jamás, en su vida, creía que le fuese a poner.

—¿Que? No, no, no. Jamás he hecho eso.

—Si, por eso estás ahora más caliente que una fogata —respondió graciosa, divertida de ver a su amiga de aquella manera.

En el descanso, ambas sentadas en la mesa de siempre de la cafetería de la academia, estaban tomando su comida mientras que Ava se había ausentado por unos largos minutos desde que escuchó el nombre de Tiger.

Habían pasado 3 días desde aquello y no paraba de pensar en llamarlo para aceptar aquella oferta. Pero... ¿y si no era buena idea? Ava no estaba segura, pero cada vez que lo alargaba, más suelos húmedos tenía con ese hombre y la de veces que se terminaba mojando las bragas de tan solo pensar en él era demasiado.

En ese momento, Ryder Shaw, quien sería Bestia en la función, se acercó, buscando una mesa, cuando Ava le hizo una seña para que se sentase con ellas y Grayson le saludó mientras se acercaba. Contenido de que aquel día no volviese a comer solo, se sentó frente a ambas mujeres y, cómodo con ellas, se quedó allí, comiendo su comida.

—Muy buen ensayo hoy, Ryder. Me gustó lo perfecto que ejecutaste las vueltas —contestó Grayson mientras que él sonreía por ello.

—Es un gran bailarín —respondió Ava mientras él sonreía por ello.

—Ustedes lo estáis haciendo genial y Ava, ya empezamos a tener esa química que tanto quiere la profesora Bonnet.

Ella hizo un gesto con la boca mientras sujetaba su sándwich.

Grayson la seguía mirando divertida por lo roja que seguía y Ryder arrugó su frente de verla tan roja, cosa extraña en ella.

—Todavía queda mucho, pero lo conseguiremos trabajando en ello.

Ryder miró a Grayson y, señalando a Ava, le preguntó;

—¿Por qué está tan roja?

Ava, muriéndose de la vergüenza, negó tratando de olvidarse de aquel apuesto magnate que la ponía a mil cada vez que pensaba en él.

—Es solo calor. —Trató de quitarle hierro al asunto.

Pero Grayson no iba a dejar aquello escapar.

—Se estaba tirando mentalmente al apuesto magnate Tiger Davenport.

El rostro de Ryder Shaw hizo que Ava se pusiera cada vez más y más roja, ahora no por la excitación, sino por la vergüenza que estaba teniendo por ello. Como ambos la miraban divertidos.

—Eso lo explica todo —respondió Ryder.

Y no era para menos. Grayson tenía bastante confianza con ella, así que la confianza daba asco muchas veces y una de esas veces, era ese mismo ejemplo de Ava. La cual, negó tratando de buscarse una salida para que no creyesen que estaba acosando a cierto hombre de negocios.

—Eso no es verdad. Tan solo me dio algo de calor.

—Cariño, estamos a 11 grados —contestó Ryder con cierta sonrisa juguetona mientras que Grayson le chocaba el puño por su respuesta.

Ava, sin saber como buscarse una salida, tan solo dijo;

—Sois idiotas.

Todos rieron por ello mientras disfrutaban de un rato juntos, empezando una nueva amistad con Ryder uniéndose a ambas jóvenes después de tantos años.

Pero fue ahí cuando en un punto, Ava se percató de que uno de los chicos de clase, Logan Ajax, no dejaba de observar de reojo al apuesto y algo tímido Ryder Shaw. Ava empezaba a recordar la clase del otro día, cuando ambos se miraron y había cierta mirada incómoda, como si hubiese ocurrido algo entre ambos chicos, pero se quedase allí.

—Logan no deja de mirarte —contestó Ava mirando a Ryder y este, tratando de no girar la cabeza para mirarlo, hizo un gesto con la mano para quitarle hierro al asunto.

—Es un idiota, solamente.

Grayson, disimuladamente... O muy poco disimulada, miró a Logan, quien seguía observándolo hasta que se percató de que ambas amigas lo miraban a él. Tan rápido como lo visualizó, dejó de mirarlo con las mejillas rojas volviendo su mirada hacia 2 chicas guapas que lo miraban deseosas de continuar con lo que habían dejado aparte.

Y lo cierto es que Logan era otro joven de la academia de unos 23 años que solo le gustaba acostarse con todas las mujeres que deseaba. Y como era un joven muy guapo, muchas caían rendidas a sus pies. Pero el esconder que, desde que había conocido a Ryder, sus gustos habían cambiado drásticamente.

—Tiene cara de idiota —animó Grayson, negando con la cabeza.

Ava, que vio que él no quería hablar sobre Logan, le siguió la corriente y cambió de tema, charlando de otra cosa sobre la función, cosa que Ryder le agradeció por completo, ya que era algo que quería pasar página de un idiota como Logan Ajax.

🌂

El bullicio de gente desapareció en cuanto el joven y enigmático Tiger Davenport se colocó frente al micrófono en aquella tarde nublada, con riesgo de lluvia.

Su elegante vestido, esta vez con un color azul marino, camisa blanca y corbata roja, llamaba la atención de cualquier mujer que se encontrase en aquel congreso. Y el cabello de Tiger, aquel día, estaba algo más peinado que en otras ocasiones, por el lugar en el que se encontraba.

A sus espaldas, había una enorme pantalla donde ponía las siglas de aquel prestigioso congreso de nuevas tecnologías mientras que en su lado izquierdo se encontraban unos enormes ventanales que mostraban la ciudad de Londres con aquellas nubes oscuras. Cada vez estaba más oscura aquella tarde, quedando quizás unas 2 horas para que anocheciera.

Todos los que se encontraban de pie, esperando las palabras del empresario de aquella empresa tecnológica tan famosa mientras que Tiger tan solo tocaba el micro para saber si se escuchaba bien. En cuanto mostró toda su sonrisa, algún que otro suspiro sonó en aquella sala de aquel enorme congreso de tecnología de Londres.

El lugar era enorme, donde se mostraban los nuevos avances, nuevos móviles y nuevas curiosidades, incluido la inteligencia artificial que algunos no les gustaba y otros simplemente esperaban muchos más avances. Si bien nuestro apuesto magnate amaba la tecnología, no estaba muy a favor de la inteligencia artificial. Solo para ciertos casos, ya que cabía la posibilidad, y cada vez era más actual, que muchos trabajos peligrasen por ello. Y Tiger no quería quitarle ningún trabajo a nadie, tan solo que la tecnología fuese una ayuda extra para dicho trabajador.

—Bienvenidos y bienvenidas a este congreso, entre ellos me incluyo también —bromeó, consiguiendo sacar alguna que otra risa—. Cada año la tecnología avanza más, por ello en Davenport Technology hacemos lo posible para crearles los nuevos avances que hacemos tanto en nuestros móviles, tablets y televisiones. Creando cada años más puestos de trabajo —contestó con una sonrisa ante todo lo que estaba consiguiendo sus trabajadores—. Nuestro software, cada vez más avanzado, ofrece una de las mejores protecciones contra los ciberdelincuentes, más rapidez y sencillez ante el producto que adquieran —continuó antes de enseñarles el nuevo modelo de móviles que llegaría al mercado pronto—. Por ello, aquí esta nuestro tan ansiado producto, el que tanto habéis pedido, con menos tiempo de carga, más aguante de batería y un modelo mucho más sencillo y elegante.

Muchos, asombrados por el nuevo móvil, observaron al magnate y empezaron a aplaudir, muchos de ellos fans y otros muchos empresarios y trabajadores del congreso. Habían como más de 100 personas en ese rincón del congreso.

Mientras el magnate seguía hablando de su nuevo producto, podía ver como todos estaban atentos a lo que él decía, y no tanto al producto. Y es que Tiger tenía el don del habla y de saber como vender un producto por mínimo que fuese. Así era el apuesto magnate Tiger y todos querían hablar con él, demostrando que solo lo querían por interés.

Tiger conocía muy bien a todos los que querían rodearse de él, de ahí a que no tuviese a nadie en quien confiar, solo a su tío Charlie. Lejos de su tío, todos los demás querían su dinero y el poder que él tenía en ese mundo.

Cuando concluyó su conferencia mostrando su nuevo producto, todos aplaudieron y luego él bajó del escenario mientras muchos se acercaban a él para saludarlo y felicitarlo por el nuevo producto. Pero lo cierto es que él ya no sabía cuando mentían o cuando decían la verdad, porque todos parecían arrodillarse frente a él para conseguir lo que anhelaban de él, que era su fortuna.

A sus 29 años, sentía que lo había conseguido todo, y ya nada le hacía feliz aunque siempre mostrase una sonrisa de oreja a oreja. Amaba su trabajo, adoraba lo que hacía, pero no era lo mismo. Era como si necesitase alejarse por un tiempo para encontrarse a si mismo, pero eso no iba a ser fácil y no iba a dejar a sus trabajadores de lado para si mismo.

No lo iba a hacer.

Alguna empresaria se acercó a él para hablar;

—Muy buen modelo de móvil. Jamás había visto tal diseño —contestó la mujer de unos 35 años, muy elegante vistiendo mientras se acercaba a él—. Me gustaría poder hacer un patrocinio de mi marca con la suya, señor Davenport. ¿Sería eso posible? Creo que conseguiríamos vender más.

Tiger, observando algo aburrido aquel congreso mientras sentía ya nada le interesaba, sonrió a la joven dama y respondió;

—Sería una buena idea, señora Smith. Pero debería ser más adelante. Ahora estamos con el actual patrocinio del nuevo modelo y no creo que sea buena idea.

La mujer asintió, sonriendo para decirle;

—Sin problemas, Davenport. Pero ya sabes el número de mi empresa para hablar sobre ese patrocinio —contestó para marcharse y la joven empresaria se acercó a su esposa, colocándole un mechón de pelo detrás de la oreja para irse a visitar otra conferencia.

Mientras, Tiger se quedó solo en medio de todas esas personas, caminando con las manos en los bolsillos por el congreso tras hacer su trabajo y estar un rato hablando con empresarios sonriente. Deseaba meterse en su coche, escuchar música y conducir hasta su casa, alejada de todos los problemas, en mitad de la naturaleza y estar solo.

Solo.

La palabra cada día le costaba más y no lo entendía. Era feliz estando solo, no le importaba nada. No quería tener ningún tipo de compromiso con nadie, absolutamente nadie. ¿Por que entonces se sentía de esa manera?

Quizás porque las personas que querían acercarse a él lo querían por todo lo que había conseguido con trabajo y años sin tener una vida normal. Quizás porque no tendría una vida normal como otros.

Nadie se preocupaba por él, ni siquiera su propia madre. Solo su tío, quien actuaba como un padre para él y estaba tanto para lo bueno como para lo malo. Al menos lo tenía a él.

Su móvil sonó, sorprendido de que sonase el tono de su móvil personal, donde solo le había dado su número a su tío y hacía poco a la joven y misteriosa Ava. Sacando de su bolsillo aquel móvil, creyendo que sería su tío para preguntarle que tal había ido la presentación de su nuevo móvil, se sorprendió al ver un número totalmente desconocido.

Y supo de quien se trataba, incluso juró que el corazón le dio un fuerte latigazo y, al contestar, acercándose a los enormes ventanales viendo como la lluvia hacía acto de presencia en la calle, contestó pacientemente.

—¿Diga?

Esperó realmente escuchar la voz de aquella joven.

—Señor Davenport... Soy Ava Delacroix. —Y si, era ella y juró que se sintió jodidamente bien en cuanto la escuchó—. Me dio su número hace unos días...

No pudo evitar sonreír al escucharla y escuchar como lo trataba de usted.

—Ava, ¿cuantas veces tengo que decirte que puedes tutearme?

Una delicada risa sonó tras el teléfono moderno de Tiger, jurando que quería escucharla reír más y, hasta quería escucharla teniendo carcajadas. Pero Ava tenía un pasado bastante oscuro difícil de descubrir nuestro joven y enigmático magnate.

—Perdón, no quería ser descortés y por si acaso no se acordase de mi voz, creía que pensaría que sería una de esas llamadas de estafa.

Él negó mientras observaba aquella tarde lluviosa de Londres.

—Es imposible olvidarme de tu voz, Bella —murmuró a pesar del ruido que había en el congreso de tanta tecnología, gente y música que había—. ¿Me llamas sobre la propuesta o ocurrió algo?

Arrugó su frente, preocupado por lo último.

—La propuesta, Tiger... —aclaró, consiguiendo que nuestro apuesto magnate fuese todo oídos—. Acepto, pero con mis propias reglas.

Juró que sintió las nubes abrirse en cuanto escuchó que ella aceptaría y quiso escuchar las cosas que ella tenía pensado para aquella extraña relación falsa, pero a la vez con derechos.

Sin dejar de mirar con una sonrisa, jurando que su aburrimiento había desaparecido, respondió;

—Todas las reglas que quieras, Ava.

***

Aquí tenéis un nuevo capítulo de LMDM ;)

¿Que les ha parecido?

Prepárense porque lo que se viene es bien interesante ;)

¿Qué piensan de Tiger?

¿De Ava?

¿De esa relación?

¿Y de esas reglas?

¿Quieren más?

Nos leemos el miércoles con un capítulo mucho más interesante ;)

Patri García

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