D O C E | P R E N S A R O S A 🌂
«No había pensado en que quizás los compañeros de teatro creyesen que tenía trato especial con el señor Davenport. Solo esperaba que no hubiesen visto las imágenes del fin de semana»
Ava Delacroix.
Un elegante magnate, sentado en su impresionante despacho de aquella empresa de tecnología, estaba leyendo el periódico de aquel lunes, observando que salían tanto Ava como él en dicha portada. Y no pudo evitar sonreír de aquella manera tan chulesca al ver que dentro de un rato recibiría la llamada de su madre.
Lo más probable, para echarle la bronca por no haberle dicho nada. Lo siguiente, para quejarse de que se dejase besar de aquella manera. Y lo último sería para decirle quien era esa hermosa joven de 21 años.
Dejando el periódico hacia un lado, recibió una llamada de su secretaria, el cual tomó el teléfono y contestó contundente;
—¿Si, señora Black?
—Señor Davenport, ya tiene las estadísticas de ventas del nuevo modelo de móvil. Se lo acabo de enviar por correo.
Asintiendo, encendió su portátil para entrar a su dirección de correo electrónico y ver las estadísticas y concluyó;
—Muchas gracias.
Al colgar y entrar a dicho correo, observó los gráficos y como lo índices de ventas habían superado con creces cualquier otro año. Era la primera vez que uno de sus modelos móviles había conseguido llegar a tan alto nivel después de más de 10 años en el mercado.
Sonriente, continuó leyendo el periódico que acababa de soltar, donde aparecía una hermosa y bella Ava Delacroix y que todavía no había dejado de pensar en lo que había ocurrido en aquella ópera y lo deseoso que estaba ya de pasar a un nuevo nivel. Cuando la melodía de su móvil sonó y vio el nombre de su madre en la pantalla.
Sin quitar aquella sonrisa, contestó;
—Madre.
—¿Como es que tienes novia y no me habías dicho nada?
Con todo planeado, Tiger sonrió y luego giró su silla para mirar las increíbles vistas que tenía su ventana en lo alto de aquel edificio, viendo el río de aquella ciudad londinense. Colocándose tranquilamente, tomándose su tiempo para contestar, supo que es lo que vendría a continuación.
—Buenos días. ¿Como has amanecido?
—No me vengas con estupideces, Tiger. Quedemos en que iba a presentarte a una hermosa muchacha de unos 25 años. Y lo primero que hago esta mañana al mirar el maldito periódico es ver como mi hijo se besa de manera vulgar con una cualquiera —contestó enfadada.
Tiger, no gustándole para nada aquello que acababa de decirle de Ava, se colocó hacia adelante en su silla y contestó;
—No la trates así. No es una cualquiera.
—Lo siento, pero no me lo creo y menos viendo como te come la boca en la asquerosa foto —respondió, escuchándose como tiraba algo de papel en algún lugar de su increíble casa.
—Fui yo quien le comió la boca. Ella es una mujer increíble y delicada. Así que no te permito que la trates de esa manera —contestó contundente con un rostro serio, no esperándose que le soltase todo aquello su madre.
Pero ella chasqueó la lengua para luego decir;
—Vamos a ver cuanto duras con ella. Seguro que unas semanas en lo que te la tiras y luego la botas como si nada —respondió como si decir eso la dejase tranquila—. Después te buscaré una mujer con la que puedas sentar la cabeza.
Entonces Tiger Davenport, el joven soltero más codiciado de Londres y del momento, se levantó de su silla, con un rostro malhumorado como nunca y caminó hacia la ventana, observando mejor las vistas de su despacho y contestó;
—No me estés buscando a nadie, madre. Porque quiero estar con ella y no pienso cambiar de opinión.
—Tiger Daven...
—Que tengas un buen día.
Colgó el teléfono a su propia madre, enojado a más no poder por escuchar como la había tratado a Ava. Una joven increíble y tan llena de misterios que nadie podría conocerla a simple vista. Odió ver como la trataba y como la nombraba como una cualquiera, cuando ella ni siquiera la conocía.
No, eso no lo iba a tolerar. Por eso las próximas 3 llamadas de su madre, incluso con mensajes de emoticonos de enfado, ni siquiera Tiger se molestó en contestarlos. Tan solo dejó su móvil sobre el escritorio y volvió a su trabajo. No sin antes volver a mirar las fotos del periódico y quedarse observando en lo hermosa que se veía Ava en ellas.
Olvidándose de las palabras de su madre para centrarse en los hermosos ojos de aquella muchacha.
🌂
Las manos de Ryder Shaw se posaron con elegancia sobre las estrechas caderas de Ava, elevándola y dando algún pequeño giro por el aula de baile. Ava, mientras, levantando sus manos en un hermoso gesto, volvió al suelo mientras que Ryder levantaba una de las piernas de la joven sobre su cadera.
—Perfecto, continúen así —contestó la señora Bonnet, quitándose la gafas mientras veía que, poco a poco, esa química empezaba a dar sus frutos.
Ava colocó sus manos sobre las mejillas del joven, pegando su rostro sobre el de él, mientras que su ex novio Drake miraba la escena totalmente enfadado y malhumorado. Odiando verla como otro hombre, aunque fuese gay, la tocase.
Pero él no era nadie en la vida de Ava y eso tenía que darle exactamente igual.
La química que empezaban a tener, como en el baile sentían que encajaban, parecían ir encontrándose cómodos el uno con el otro. Quizás porque el pasar ese tiempo juntos, ensayar juntos para aquella obra teatral era una de las mejores cosas que podrían haber conseguido para conseguir química en la pista de baile.
Volviendo a pegar sus cuerpos, duro con blando mientras los demás miraban la escena embobados, exceptuando Drake que parecía desear pegarle a alguien, continuaron ese baile. Hasta que Ryder agachó el cuerpo delicado y atlético de la joven, hasta que la sostuvo a escasos centímetros del suelo, sujetándola sin temblar, hasta que la canción acabó.
Ambas profesoras y casi todos los alumnos, exceptuando Drake y Natalia, aplaudieron eufóricos por lo que acababan de ver en aquella increíble clase de baile.
Drake, sonriente mientras miraba a Ava, la ayudó a levantarse pero sin separarse de ella todavía.
—Has estado increíble —contestó él.
—Y tu —respondió Ava feliz.
Desde la noche de la ópera, Ava apenas había podido pensar en otra cosa que no fuera en lo ágiles dedos de su magnate Tiger Davenport. Y menuda manera de empezar aquella relación falsa con derechos que una noche en la ópera, aunque apenas fue capaz de verla debido a lo intenso que era aquel magnate.
—¡Esa es la química que quiero ver! —gritó Bonnet como si fuese lo mejor que hubiese visto en años—. Debéis trabajarlo mucho más, pero para llevar pocas semanas ha sido increíble.
—Podríamos añadir más en esa coreografía, pero incluso así está perfecto como lo habéis hecho —respondió la coreógrafa Mallet.
Grayson se acercó rápidamente a su mejor amiga y la abrazó con cariño, orgullosa de ella por como estaba mejorando. Aunque todavía quedaba mucho por mejorar como su miedo escénico, pero ahí estaría ella para ayudarla. A parte de lo que la señora Bonnet le había ofrecido a la joven Ava para mejorar sus movimientos y superar su miedo escénico.
—¡Lo has hecho increíble! —Grayson la besó en la mejilla y luego se separó de la joven para decirle. —Acuérdate que esta tarde tenemos ensayo nuevamente para lo del jueves.
Suspirando la joven, asintió y volvió a abrazar a su amiga mientras que cierto personaje se acercaba a ella.
Cuando Grayson se separó y vio a semejante energúmeno a las espaldas de su amiga Ava, la mirada que le dedicó fue de puro asco. Elevando la ceja, le hizo un movimiento a Ava para decirle;
—¿Se te perdió algo, Drake?
Ava al girarse y encontrarse con su ex, casi quiso cambiar hacia otro lado evitando estar cerca de ese hombre. Aunque tenía que compartir ciertas escenas en la obra, para nada era comparado a la alegría que le daba que fuese la única obra teatral que quedase y que no tendría que volverlo a ver.
—Quiero hablar con Ava.
—Pues mejor será que te largues —respondió Grayson.
Él negó con la cabeza y la tomó de la muñeca para alejarla de todo el mundo a pesar de que Ava no quería ni acercarse a él. Llevándola hacia una de las columnas del aula, sin que nadie pudiese verlos, la dejó sin salida para decirle;
—Dile a la profesora que no te sientes cómoda con el idiota de Ryder Shaw y que quieres que sea yo tu bestia.
La manera de decirlo y como trató en el pasado a la joven, casi la hizo reír. Pero logró aguantarse la risa para contestarle;
—Gastón te queda perfecto. —No quiso nombrar su nombre, porque se había prometido no tener que volver a nombrarlo—. Y Ryder es un gran compañero de baile. Lo que nunca fuiste tu.
Lo empujó con fuerza, consiguiendo que este se separase de ella y volvió con su amiga Grayson, que estaba llegando a la zona para que el idiota de Drake no hiciera estupideces.
Pero el rostro de enfado de Drake y la envidia de que Ryder la tocase así fue la gota que colmó el vaso.
Siendo la última hora de aquel día en la academia tan prestigiosa de baile, Grayson y Ava se fueron juntas hacia sus casas, caminando por las calles de Londres en aquella tarde mientras que hablaban sobre el ensayo que harían aquella tarde para la audición de Ava en aquel cabaret.
Lejos de que no le gustase nada tener que bailar de esa manera, Grayson era una estupenda profesora y sabía que esa oportunidad que le daba aquella increíble profesora sería lo mejor para ella para poder quitarse aquel miedo. No quería ni imaginarse lo mal que sería verse bailando delante de desconocidos en un lugar pequeño, donde escuchaba mejor las palabras de los espectadores. Miedo le daba tener que bailar delante de tanta gente y quizás aquello era lo que la frenaba a la hora de poder mejorar sus bailes en los ensayos para la obra.
—El idiota de Drake... Está celoso el muy idiota —respondió Grayson.
Ava, arrugando su frente al ser mucho más inocente, preguntó;
—¿De Ryder? Si le gustan los hombres.
—¿Y? Así son los ex novios celosos, Ava —respondió la joven mientras seguían caminando por las calles.
A escasos metros había un quiosco lleno de revistas y periódicos. Pero Ava estaba tan inmersa en la conversación con su amiga, que fue incapaz de mirar hacia las portadas de las revistas y periódicos donde salía ella.
—No pienso cambiar de compañero de baile. Con Ryder me siento totalmente cómoda. Así que mejor será que se olvide de mi —contestó la joven.
—Conmigo no tendrás problemas. Ese estúpido se va a ir a tomar por...
Ava se paró en seco frente a aquel quiosco al ver que casi todas las portadas de revistas rosas y algún que otro periódico, era sobre la noche de la ópera, siendo ella y Tiger los que iban en la portada. lo fuerte fue aquel fogoso beso que se habían dado frente al Aston Martin del magnate y que tanto fotografiaron los periodistas.
Grayson, sin mirar hacia aquel lugar, se acercó a su mejor amiga y cuestionó;
—¿Que ocurre? Si es por Drake ni te preocupes, que ese tío no volverá a molestarte si hace falta darle algún aviso.
Ella negó rápidamente e hizo todo lo posible para que Grayson no viese aquellas revistas.
—Se me olvidó que tengo que ir a un sitio. ¿Nos vemos después?
Grayson, extrañada por el cambio de humor de Ava, asintió y luego le dio un fuerte abrazo para luego marcharse.
—No te olvides que en 2 horas te quiero en mi casa. Vamos a mover ese culo —contestó con la voz bastante alta, moviendo su trasero haciendo que varias personas mirasen para ella.
Ava, sonriente, asintió, despidiéndose de la joven para luego, tras asegurarse de que se había marchado, acercarse al quiosco y mirar cada una de las revistas. Decidida, tomó una de ella donde mejor se veía su rostro y la compró. Sin ser consciente el vendedor de que la joven de la portada era ella misma.
Caminando por la calle mientras leía los títulos y el artículo, suspiró al darse cuenta de que no se había percatado de que, quizás, si sus compañeros veían que era la novia —aunque fuese de falsedad— del poderoso magnate que financiaba la obra de baile, todos dirían que la habían elegido para ser Bella por ser novia de.
Esperando que aquello no fuese así, empezó a caminar corriendo hacia su casa para luego llamar rápidamente a Tiger.
A los 2 tonos contestó con aquella voz tan intrigante.
—Bella, ¿cómo estás?
—Acabo de ver las portadas de todas las revistas...
Ava dejó tirada sobre su sofá la revista que acababa de comprar y empezó a caminar como una desquiciada en su diminuto departamento.
No dejaba de pensar si los de su clase la habrían visto.
—Si, yo también. Y en todas ellas sales hermosa —respondió con tranquilidad.
—Tiger, si lo ven mis compañeros... No había pensado en esto y ya tengo problemas porque la profesora Bonnet me eligiera a mí para ser protagonista. —El tono de su voz era de puro sufrimiento.
Y escucharla así no le gustó para nada al joven magnate que estaba al otro lado del teléfono.
Tiger, que salía de una reunión con 2 empresarios japoneses, se acercó a la ventana del edificio y susurró;
—Ava... Eso te tiene que dar igual. Tu mejor que nadie sabes que la señora Bonnet te eligió por ser una gran bailarina y con lo increíble que estuviste en la audición era para haberte elegido.
Ava se quedó un rato callada para luego preguntar en un hilo de voz;
—¿Tú le dijiste a Bonnet que me eligiera como Bella?
Su mayor temor, el creer que habían elegido algo que no era cierto e hicieran ilusiones falsas a aquella joven que solo quería cumplir su sueño, fue mucho peor de lo que se imaginaba.
Y de nuevo, la que hablaba era su inseguridad. Y Tiger lo captó enseguida. Apenas la conocía, pero se notaba que Ava Delacroix era una joven llena de misterios, con muy poca seguridad en sí misma y que se juró que la ayudaría en eso. Aunque a ella no se lo había dicho.
Por eso, al escuchar semejante idiotez, cuando apenas la conocía, que él había organizado todo aquello, Tiger negó, echándose una mano en su cabello para peinarlo hacia atrás.
Iba a tener mucho más trabajo del que pensaba y no le importaba. Quería ayudarla y quería que ella creciera profesionalmente.
—Cuando te vi por primera vez, creí que nunca había visto unos ojos tan bellos como los que tienes. Cuando te vi bailar sobre aquel escenario, juré que había visto al mejor de los ángeles en vivo y en directo... No supe quién eligió la señora Bonnet, hasta que tú no me lo dijiste aquel día, Ava —respondió con total sinceridad, consiguiendo que Ava le creyese.
Echándose una mano a su cabeza, Ava negó sintiéndose una estúpida para luego hacer el acto más idiota que podría haber hecho. Pero, nuevamente, la que hablaba era su inseguridad.
—Lo... Lo siento... Yo... —Al ver que no sabía qué decir, decidió retirar su móvil tras su oreja y colgarle el teléfono al apuesto magnate.
***
Bueno, bueno, se viene lo intenso cada vez más.
¿Que les está pareciendo la novela?
¿Queréis más de Ava y Tiger?
¿Que el ex de Ava ahora esté celoso?
¿La química que tienen Ryder y Ava en el baile?
¿Grayson?
¿La conversación de Ava y Tiger?
¿Creen que la inseguridad de Ava irá convirtiéndose en seguridad y amor propio?
¿Que pasará la semana que viene?
Nos leemos el miércoles :3
Patri García
Pd; prepárense que se vienen cositas ;)
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