C A T O R C E | C O M P L I C A D A A U D I C I Ó N 🌂
«Temía caerme, estropear el baile y ver alguna sonrisita de burla en los presentes. Ese era uno de mis mayores miedos en el escenario; hacer el ridículo delante de todos»
Ava Delacroix.
«Iba a ser el ridículo» —se decía a sí misma la propia Ava Delacroix mientras se dirigía hacia dicha dirección que la propia profesora Bonnet le había dicho hacía días. Con lo que más o menos Grayson le había enseñado y lo que había estado investigando por internet, se sentía meditadamente preparada para una audición que se había preparado en muy pocos días.
Normalmente, las audiciones se preparaban en más tiempo, pero la profesora Bonnet quería sorprenderla, quería verla bajo presión, que se acostumbrase y que pudiese demostrar el increíble talento que poseía aquella joven tan bella como Ava.
Su mayor problema era el miedo escénico. Pero muchas personas, incluso personas famosas, lo sufrían, pero eran ayudados y se enfrentaban a ese miedo que tanto les hacía temblar. Ava, en cambio, estaba acostumbrada a estar en un segundo plano, a simplemente ser otro extra más en una obra teatral de baile. Ahora era el momento de tomar el papel protagónico y Bonnet sabía muy bien la gran potencia que esa joven tomaría en un futuro en los teatros.
Quería verla en su estado puro.
Entrando con su paraguas violeta y dejándolo en un lado donde habían más paraguas, la muchacha se quitó la chaqueta larga que llevaba puesta bajo aquel frío de Londres, y se quedó impresionada por el lugar.
—¡Vamos, nenas! —gritaba una mujer en el escenario mientras que otras seguían los ritmos de ella.
Sin lugar a dudas, era baile de cabaret y la manera de bailarlos era casi idéntica a como su mejor amiga le había estado enseñando. Algo nerviosa, se quedó de pie mientras que 2 hombres que estaban tras la barra limpiaban copas y preparaban lo necesario para aquella noche.
Los movimientos de caderas, como algunos bailes eran sugerentes, algo eróticos pero sin pasarse a lo obsceno, incluso Ava se atrevería a decir que era intenso y la dejó observando todo aquello como la novata que era en el lugar.
Las mujeres, mucho más mayores que la propia Ava, de unos 28 hasta 34 años, las 4 bailaban sobre el escenario al mismo ritmo, acordes a la melodía mientras que había otras 2 mujeres fuera del escenario mirando todo. Atrás del todo, se encontraba la joven Ava que se quedó totalmente impresionada por lo que estaba viendo.
Fue ahí cuando la señora Bonnet vio que Ava estaba allí y se acercó a su amiga, Jade Thomas, quien observaba el ensayo seriamente, siendo una perfeccionista de aquel tipo de baile y que era mucho más estricta incluso que la propia Bonnet.
—Ya está aquí.
Jade, mirando a su amiga Chloe Bonnet, se giró unos segundos para mirar aquella joven y al ver lo joven que era, para si misma significaba inexperiencia. Elevando su ceja, volvió su vista al escenario.
—¿Que tiene? ¿22 años? Es demasiado joven para esto y seguro que es inexperta en el cabaret —contestó con cierta petulancia.
Bonnet, que no se quedaba atrás en esa forma de hablar, se colocó sus gafas y le dijo;
—Ava Delacroix es de mis mejores alumnas de baile que he tenido en años. —Sin siquiera molestarse en mirar a su amiga Jade, continuó. —Créeme que será una gran bailarina para este lugar.
Jade, observando como sus bailarinas lo daban todo en el escenario, se cruzó de brazos mientras la música seguía sonando en aquel lugar. Lo único que más se escuchaba a parte de la música era como la bailarina líder de todas ellas daba pasos y decía que movimientos hacer cada una.
Mientras, por el otro lado, Ava seguía observando todo aquello con impresión.
—Nunca la he visto protagonizando nada en los teatros de baile que diriges en la prestigiosa academia, Chloe. Tan buena no creo que sea —respondió elevando su ceja.
Chloe y Jade, grandes amigas desde que se conocieron en Francia, siempre se hablaban de aquella manera. Pero eso no significaba que no se quisieran a su manera, que no estuviesen ahí para lo necesario. Ambas eran muy estrictas, cada cual más, pero se llevaban bien a pesar de todos.
—Si nunca la he puesto como protagonista, es por su miedo escénico y quiero que eso se lo quite aquí —habló cortésmente Bonnet, mientras empezaba a dar toquecitos con sus dedos sobre su antebrazo, ya que los tenía cruzados.
Jade Thomas empezaba a negar y charquear la lengua, para luego continuar diciendo;
—Novata y joven significa que no es buena idea.
Y ahí Chloe Bonnet miró a Jade para concluirle;
—Te recuerdo que gracias a mi tuviste la oportunidad de tu vida, Jade. —La mujer que estaba a su lado giró su cabeza para poder mirarla y esperó paciente, para poder escucharla—. Recuerda que todas en la vida hemos sido Ava Delacroix hasta que acabamos siendo una Jade Thomas o una Chloe Bonnet. Así que vas a audicionarla y vas a ponerla a prueba, al menos 2 fines de semana. Tienes un mes para prepararla y que salga a darlo todo en el escenario —concluyó con una voz algo más grave, autoritaria que hasta Jade tuvo que quedarse callada bastante rato.
La música acabó y las mujeres del escenario empezaron a discutir entre ellas, porque una había tardado un poco en llegar al paso final y entre todas empezaban a decirse que habían cosas a mejorar. Pero mientras, aquella mujeres de unos 40 o 50 años se hablaban, desafiantes y duras.
—Espero que sea mejor que tu cuando bailabas cabaret —ironizó, haciendo que Bonnet elevase la ceja por lo bajo que cayó en ese momento Jade.
Y entonces, utilizando ese mismo sarcasmo, Chloe Bonnet le dijo;
—Quizás sea mejor que tu cuando lo bailabas.
La boca de Jade se entreabrió al escuchar aquello, pero prefirió no decir nada más.
Al ver que sus bailarinas empezaban a discutir, empezó a aplaudir para parar la disputa.
—Suficiente, jóvenes. Descansen por aquí, voy a hacer una audición a una bailarina para que se una con ustedes unos fines de semana —contestó Jade, haciendo sonreír felizmente a Chloe.
La líder, que parecía la más enterada, elevó su ceja con pijería y dijo;
—¿Otra? Desde que se fue la estúpida de Ashley para irse con su novio rico a vivir aventuras por el mundo, no nos hace falta ninguna más.
—Les recuerdo que yo soy la que les paga. Así que siéntense antes de que tengáis que recoger vuestras cosas y buscar otras bailarinas —susurró con cierto enfado la mujer Jade.
Bonnet, girándose, hizo un gesto a Ava que, al ver a su profesora, se sintió algo segura, pero no del todo. Sentía que estaba rodeada de víboras que iban a impregnar su veneno en ella en muy poco tiempo. Y no sabía si iba a acabar saliendo de allí con una sonrisa o llorando a moco tendido. Esperaba que fuese la primera.
Todas ellas se sentaron, no sin antes mirar de reojo a la joven Ava. Mucho más guapa, joven y con un cuerpo esbelto y atlético por bailar horas y horas al día. Ninguna de ellas les gustó para nada a la joven Ava Delacroix y se miraron cómplices.
En parte, Bonnet sabía donde se iba a meter, pero aquella experiencia iba a servirle de ayuda a futuro, cuando tuviese que enfrentarse a otras bailarinas iguales que ellas. Porque en el mundo del baile, todo no era color de rosa y los principales enemigos eran tus propios compañeros. No todos, pero algunos si lo eran. Bonnet era estricta, pero la estaba preparando, porque lo que tenía pensado a futuro para ella, era puro arte.
—¿Señorita Delacroix? —preguntó Jade, mirándola de arriba abajo como si la estuviese aprobando.
Ava, asintiendo, se quedó allí, quieta, tratando de no mirar hacia ningún sitio que no fuese a ambas mujeres.
—¿Tienes experiencia bailando en lugares así? —Jade sabía por Chloe que no tenía ni una sola experiencia, pero quería disfrutar del espectáculo y descubrir cuan tímida era esa joven.
Quería ponerla a prueba.
Las bailarinas se sentaron en las mesas vacías de los clientes y ambas mujeres ex bailarinas también lo hicieron en un sitio aparte.
—Bueno, en este tipo de baile no exactamente.
—¿Y esperas que la acepte, señorita Delacroix? —Se quedó un rato callada, en silencio, esperando que ella dijese algo, pero Ava no hablaba, tan solo se había quedado en silencio ante la pregunta de aquella mujer con ojos muy claros—. No tengo todo el día, señorita. Mi tiempo es muy valioso. Tiene una silla en el escenario, así que deje sus cosas y muéstrame que puedes hacer con esa simple silla.
Chloe carraspeó ante lo último que le había dicho Jade y le susurró a su amiga;
—Ni que fueses la reina de Inglaterra.
—Mi tiempo vale oro, Bonnet.
—Si, haciendo crucigramas todo el día. —Sacó a relucir su sarcasmo, haciendo que Jade la mirase de reojo.
Observando todas como Ava se colocaba en medio del escenario, dejando sus pertenencias a un lado, se quitó la chaqueta, los pantalones deportivos y se le pudo ver su ropa de baile, que consistía en unos pantalones cortos y un suéter de tiras. Caminó hacia en medio del escenario para que luego Jade apretase el botón de la música, empezando a sonar una famosa canción en aquel bar tan interesante.
Ante la mirada de todas, Ava, sintiéndose algo desorientada, suspiró y empezó a bailar como su mejor amiga le había dicho.
Sin ni siquiera saber que hacer con aquella silla, hizo movimientos con sus piernas, sus caderas y sus brazos, consiguiendo que algunas del grupo se burlase por ello, haciendo desequilibrar a aquella mujer tan bella que tan solo quería hacer esa audición y ya.
Pero la mirada de aquellas arpías no la ayudaban en lo absoluto y supo que lo estaba haciendo todo mal, poniéndose mucho más nerviosa que de costumbre y Chloe lo notó. Estaba bastante seria, enfadada con aquellas bailarinas mucho más adultas que solo quería fastidiarle la audición, pero la estaba animando a Ava desde su asiento, tratando de animarla a continuar.
Pero Jade apagó la música, suspirando mientras miraba a la muchacha.
—¿Esto es lo que sabes hacer? —Negando ante ello mientras chasqueaba la lengua, continuó. —Hasta mi madre movería mejor sus caderas que tu.
—Jade. —Trató de decir Bonnet.
—Si esto es lo que me ofreces, lo siento pero será mejor que te largues. Allí tienes la puerta.
Ava, totalmente desconcertada, con nerviosismo, viendo como todas aquellas mujeres se burlaban de ella, quiso simplemente volver a vestirse y marcharse. Pero algo en ella hizo que se quedase, que tomase las riendas. Que era la hora de continuar hacia adelante.
Necesitaba dar ese paso y era ahora o nunca.
Ahora o nunca.
—Deme otra oportunidad —contestó Ava apresuradamente.
—Nena, créeme, no sirves para este tipo de bailes —contestó la líder del grupo de baile—. Por ahí tienes la puerta, cariño —bromeó, haciendo reír a las otras.
Pero Ava no se iba a mover, porque quería impresionar a su profesora, quería acabar la academia de baile y conseguir trabajar de lo que más amaba en el mundo. Y lo iba a conseguir con sangre, sudor y lágrimas.
—Por favor... —Insistió ella.
Jade, cruzándose de brazos mientras que Chloe la miraba, esperando que diese el sí, tras un largo rato meditándolo, asintió.
—Una. No falles, papillon.
—Jade, ¿como que otra oportunidad? No sirve —contestó la mujer bailarina con algo de enfado.
—Victoria Brown, ¿le he pedido una sugerencia? —cuestionó totalmente enfadada Jade Thomas.
Y entonces, la mujer se quedó en silencio y negó con la cabeza, para luego dejar que Ava hiciera su segunda oportunidad.
Encendió nuevamente la música desde el principio, pero Ava, en vez de bailar, caminó hacia su fular rojo que tenía sobre su chaqueta, lo dobló y luego se lo puso en sus ojos, tapándoselos mientras le daba la espalda a todas las demás.
Jade, con intriga, se acercó al oído de Chloe y le preguntó;
—¿Se puede saber que está haciendo?
Pero Chloe solo le dijo;
—A mi también me tiene intrigada.
Sin ver absolutamente nada, solo algo que se le trasparentaba y le permitía poder bailar, tomó la silla y empezó a arrastrarla por el escenario, caminando sensualmente hacia aquellas damas que observaban todo lo que estaba planeando la joven.
Ava paró, sentándose sobre la silla y empezó a hacer movimientos dignos de ver, dejando a todas calladas, en especial a Victoria que tan solo observaba en silencio todo.
Ava se levantó, poniendo la silla frente a ella, subiéndose para luego tirar la silla con ella encima, cayendo de pie y ahí empezó el baile, donde la música empezaba a sonar más fuerte y hasta los 2 hombres del bar que lo estaban limpiando, se quedaron quietos mirándola asombrados.
El cuerpo de Ava era un hermoso puzzle mientras hacía movimientos perfectos, demostrando que era una gran bailarina, mezclando su especialidad que era el contemporáneo con bailes sensuales delicados y todo ello con aquella venda roja en los ojos. Demostrando que gracias a ello podía demostrar que sabía bailar a pesar de la presión.
Jade, asintiendo al ver el talento natural de aquella bailarina, dejó que siguiera demostrándolo hasta que empezaron los bailes de suelo, y ahí ya Jade no tenía ni una maldita duda de quien era realmente Ava Delacroix.
Cuando la música acabó y los aplausos de su profesora Bonnet empezaron a resonar, seguidos de los 2 camareros y Jade, Ava se quitó el fular y observó como todas la miraban a ella de manera sorprendida.
—Wow... Eso es lo que quiero ver. Y ese numerito con ese fular... Cariño, me gusta y mucho que me sorprendan —contestó Jade acercándose al escenario.
Ava, en cambio, con una sonrisa de oreja a oreja, miró a su profesora quien levantaba sus pulgares demostrándole que lo había hecho espectacular.
Nadie ahí hablaba, sobre todo la líder de grupo que se había quedado absorta mirando los movimientos tan perfectos y delicados de la señorita Delacroix, hasta que Jade volvió a romper ese silencio.
—Empiezas el lunes tus ensayos. Se te pagará los ensayos y las 2 actuaciones que harás —contestó. —Tendrás un mes para prepararte antes de tu primera actuación y a final de marzo actuarás la noche que más público haiga —habló sin dejar de mirarla al descubrir su talento—. Y no quiero ni un minuto de retraso, señorita.
—Muchas, muchas gracias, señora...
—Thomas.
—Gracias, señora Thomas —contestó Ava con un rostro lleno de felicidad.
Empezó a recoger sus cosas mientras que todas se marchaban a sus camerinos a cambiarse, exceptuando la joven Victoria, líder de grupo que se prometió hacerle la vida imposible a esa tal Ava Delacroix.
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Un atractivo hombre de negocios salió completamente desnudo de la ducha caliente que se había tomado después de un largo día de trabajo.
Desnudo y con el agua de la ducha corriendo por su piel dura, caminó hacia la toalla gris más cercana que tenía en su cuarto de baño y, quitándose un poco el agua, terminó colocándose dicha toalla por su cintura, enrollándola y dejando que aquel simple objeto de tela cayese delicadamente por sus caderas, en aquella marcada forma de "v" que tenía de tanto gimnasio y caminó hacia el espejo.
Empezó a afeitarse con delicadeza, dejando que todo quedase totalmente suave para luego escuchar como su teléfono empezaba a sonar por varios mensajes que le habían llegado.
Ignorándolos, caminó hacia su impecable cuarto para encontrar un pijama cómodo que ponerse.
Sus pectorales, duros y fornidos, no tenían nada que enviarle a sus abdominales bien marcados y simétricamente perfectos. Tras encontrar un pijama adecuado, lo dejó sobre su enorme cama y caminó hacia el móvil que descansaba sobre el colchón.
Desbloqueando su celular, al ver que eran 2 mensajes de su madre, suspiró y dudó de si entrar o no a la conversación. Pero terminó entrando para saber que es lo que quería. Nada más entrar se arrepintió de aquella nefasta decisión.
Una fotografía de una mujer y un hombre, vestidos de boda, se besaban tras lo que aparentaba ser que se habían dado el sí quiero en su propio a boda. Tiger, conociendo a la perfección a aquella mujer de la foto, movió sus ojos, suspirando y negando con la cabeza, cansado de la misma historia de siempre. Debajo de aquella foto, había un escueto mensaje de su propia madre diciéndole;
"Este tenías que haber sido tu. Espero que te olvides de ese rollo de un rato de esa mujer con la que fuiste a la ópera".
Asqueado por aquella última frase que había dicho de la bella Ava Delacroix, borró dicha conversación, borró la fotografía de su galería y luego apagó el móvil para no saber nada más de ese tema durante el resto de la noche. Y esperaba que durante el resto de su vida.
No le gustaba para nada que su madre se metiese en su vida, menos le gustaba que tratase así a Ava sin apenas conocerla. Y no iba a dejar que ella se pusiera a tratarla de esa manera.
Realmente quería conocer a esa hermosa joven y no podía dejar de pensar en los soniditos que ella hacía mientras él la tocaba en la ópera. Deseoso de volver a por más, de repetirlo, ya tenía planeado su segunda ronda con ella, queriendo que ella experimentase, disfrutase y viviese. Era la época de descubrirse a sí misma y él estaba más que dispuesto a compartirlo con ella mediante aquella relación de negocios que tendrían.
Acercándose al enorme ventanal, donde se podía ver las hermosas vistas del bosque y, de fondo, la ciudad de Londres, Tiger era feliz viviendo alejado de la civilización. Donde nadie lo visitaba en su lujosa casa, donde nadie lo molestaba y había pura tranquilidad, con el sonido de la propia naturaleza.
Tomando su copa de vino aún con una simple toalla tapándolo y siendo la envidia dicha toalla de muchas personas, Tiger Davenport tomó un trago de su bebida para luego no dejar de pensar en lo deseoso que estaba de hacer aquel viaje con la señorita Delacroix.
Y sabiendo todo lo que tenía planeado con ella.
Aquí estoy :3
Me está encantando esta historia y lo que se viene esta mucho mejor ;)
¿Que les ha parecido el capítulo de hoy?
¿Esa audición?
¿Sus futuras compañeras?
¿Ganará confianza allí?
¿Tiger Davenport?
Nos leemos :3
Patri García
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