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Parte 8

Espero que les guste mucho el capítulo de hoy, no subí en estos días porque hay problemas en mi casa de luz entonces cada vez que regresa ya es muy tarde y no puedo subir, ojala y de verdad les guste. Si hay errores disculpen de verdad, mi word esta muy mal .

Disfruten y gracias .


Son las cinco de la mañana, mi ropa aun esta húmeda afuera hace frío, recojo todo antes de que mi jefe Ted pueda verme, el día aun se ve oscuro asi que eso me ayudará para salir por la puerta trasera sin que nadie se de cuenta, reviso el lugar y me encuentro con una note de Ted junto a la registradora y veinte dolares a un lado, me ha dejado para el taxi y para pagar un desayuno si es que decido comer fuera, sonrió, los tomo y corro a la puerta trasera, afuera no se escucha más que los claxons de los autos y las nítidas luces de la cuidad, tomo mis precauciones y camino por el callejón con cuidado para que nadie pueda verme, cruzo la calle y camino por la acera mirando por todos lados, algo me dice que Beth no ha podido dormir, ¿Estará tan preocupada como creo? Quisiera saber si al menos esta sobria, saco mi celular de mi bolso trasero, esta apagado, estoy segura de que se ha quedado sin batería, busco algún lugar abierto para llamarla y para comer algo, camino unas calles pero nada ha abierto aun, necesitare al menos dos horas para que pueda encontrar comida, no se si sea seguro caminar a oscuras por la cuidad pero de todos modos no hay otra cosa que pueda hacer, llego a un parque donde una ligera neblina se ve, me siento en la orilla de una fuente y espero a que salga la luz del sol, tengo hambre, frío y estoy confundida, creo que entre todas las cosas me siento mejor sola.

El parque comienza a llenarse de ciclistas y gente, veo la luz del sol ponerse en el horizonte, si al menos pudiera tener hora para saber si puedo comer algo, me acerco a una mujer y le pregunto la hora, son las siete y diez minutos, eso significa que un lugar debe estar ya abierto, camino por los alrededores del parque, termino por ver a lo lejos un IHOP, las luces están encendidas eso significa que he encontrado algo para comer. Corro, cruzo la calle y entro, hay poca gente, debe ser porque es sábado, adentro esta calientito, huele a pan, hot cakes y café recién hecho, mi estomago gruñe, me acerco a caja y pido huevos revueltos con tocino, una taza de café y panecillos de naranja para llevar.

Me siento con mi bandeja llena de comida y lo trago todo en dos minutos, bebo con tranquilidad el café y mordisqueo un panecillo, pienso en como debe estar Beth, Emily y James, me detengo cuando pienso en James ¿Será como me lo ha dicho Ted? James debe estar preocupado por mí ¿O no? Me lo imagino en cada rincón de la ciudad gritando mi nombre desesperado, llamando al FBI y a mis padres, si tan solo pudiera reunir fuerza para llamarlo decirle que estoy bien, pero no puedo, escuchar su voz solo me hará romper a llorar. James ¿En que te has metido conmigo? No te convengo. Estoy segura de que encontraría mujeres más hermosas que yo, valiosas y exitosa como toda su familia, yo no puedo ofrecerle nada, más que el montón de mis penas. Aléjate de mí, no te quiero a mi lado. Eso podría ayudar a alejarlo de mí, creo que si de verdad me interesa, debo ayudarlo, desaparecer de su vida lo hará.

Me encuentro fuera del restaurant, las calles de Nueva York están siendo habitadas por los ciudadanos Neoyorkinos que siempre parecen tener prisa, me quedo parada entre la gente que pasa a mi alrededor, avanzo a un paso lento mientras busco algún teléfono público, me acero a uno y le inserto monedas, marco y espero pero no contesta, la línea esta ocupada ¿A quién estará llamando? No estoy bastante lejos de la universidad, solo tengo cinco dolares del resto de los veinte, llamar a un taxi hará que gaste quince dolares, decidiré caminar, el día esta bien aunque yo muera de frío. Camino, miro a la gente con ropa caliente, abrigos y sin sentirse que estarán a punto de desmayar, carajo, nuca debí dejar mi chamarra en el restaurant, debí haber huido junto con el, además el efecto del alcohol me produce nausea, necesitare un rincón para regresar la comida, rápidamente busco una esquina desierta donde pueda expulsarlo todo, me inclino en un par de arbustos y entonces saco todo, de nada me sirvió desayunar, toso y me levanto aferrándome a una pared de ladrillos, creo que era lo que necesitaba, la cena de ayer y tanto champan me hacían sentir extraña, sigo mi camino hasta ver el campus, los edificios y el estacionamiento de la universidad, grito de alegría en mi interior y camino, arrastro los pies cuando subo por las escaleras, me detengo en el pasillo y avanzo.

Me detengo en la puerta, inclino la oreja para escuchar algo pero no hay sonido alguno ¿Estará dormida? Con cautela abro la puerta, avanzo lentamente y busco signos de algún ser viviente.

—Gracias por llamar, cualquier cosa hazla saber. Adiós –cuelga.

Beth esta en el sofá con el teléfono en el regazo, solloza en el silencio, empieza a murmurar algo que no logro entender, me da espalda asi que no puede verme, inhalo aire y hablo.

—Beth –susurré.

Su cuerpo se congela, se levanta de inmediato dejando caer el teléfono y me mira, tiene los ojos rojos por las lágrimas, su rímel esta corrido hasta mancharle las mejillas, su rostro parece otro, se ve que no ha dormida por las marcadas orejas debajo de sus ojos, se tapa la boca cuando me ve, los labios le tiemblan igual que las manos. Casi cae cuando trata de acercarse, se pone pálida como un papel, me mira de pies a cabeza y de repente se hecha sobre mí.

—¡Felicity! ¡Santo dios, Felicity! ¡Estás aquí! –llora sobre mi hombro.

Unos segundos después me doy cuenta que ella ha estado preocupada, que de verdad le he importado, inclusive evito dormir para poder buscarme, ha estado llorando mi ausencia y fui tan desgraciada como para no llamarla ayer ¿Cómo pude dejarla con la preocupación? Verla llorar de esta forma me hace olvidar su actitud de ayer con ese hombre, la forma en que la manoseaba, por dios creo que no pensé que estaba tan ebria como para darse cuenta de las cosas, le regreso el abrazo, ninguna de las dos merecemos esto, fuimos unas idiotas.

—¡Perdóname Felicity! Por favor, fui una estúpida, perdóname, toda salió mal por mi culpa, no pensé en ti ni en Emily –la voz se le quiebra a mitad de disculpa, se incorpora para mirarme a los ojos, esta completamente roja como un tomate. –Siento haber sido tan maleducada, merezco esto Felicity, créeme, nada me hará pagar lo que les hice pasar a ti, Emily y James.

Niego, debió haber tenido suficiente ayer con todo el pandemónium del restaurant, puedo ponerme en su lugar y realmente no me imagino la situación.

—Beth, perdóname tú a mí, no debí escapar de esa forma sin decir nada, te deje sola con la preocupación, debiste haberme odiado.

Se limpia la nariz con un pañuelo.

—¿Lo crees? Pues no fue así, te di toda la razón para que escaparas, estoy segura de que yo también hubiera hecho lo mismo, ese hombre se propaso contigo y yo no pude hacer nada.

Recuerdo al hombre rubio, tomándome a la fuerza, luego a James golpeándolo, agito la cabeza, no debo seguir pensando en esto.

—No creo que se vuelva a repetir Beth, a la próxima será diferente, ningún hombre volverá a tocarme –suspiro, sí, será la última vez.

—Pero ¿Estás bien? Tu ropa esta empapada ¿Dónde estuviste que nadie te encontró?

Alzo una ceja ¿Cuánta gente estaba buscándome?

—¿Quiénes estaban buscándome?

—Todos, yo, Emily y James, algunos policías que estaban ayer en el restaurant nos ofrecieron ayuda, estábamos a punto de llamar al FBI, bueno, James intento hacerlo.

No fue una exageración pensar que intentaría llamarlos, James es algo exagerado. Camino a la cocina, Beth se ofrece a darme café pero le he dicho que no me siento bien entonces me prepara un té mientras seguimos discutiendo lo de ayer.

—¿Cómo esta James? ¿Lo han herido?

—No, él esta bien, me disculpe con él esta mañana, acaba de irse junto con Emily, estuvieron aquí toda la noche, cuando llegaste hablaba con Emily, James tuvo que irse pero me dejo su número para llamarlo por cualquier urgencia, no sabes cuánto se ha preocupado por ti, nunca lo había visto así de realmente interesado en alguien, Emily y yo solo podíamos pensar ¿Qué le habrá hecho Felicity a James?

Alzo los hombros.

—Toda la gente piensa lo mismo, pero ya no más –bajo la mirada.

—¿Qué? ¿Cómo que ya no más? –me pregunta con sorpresa.

—Beth, James es demasiado para mí, no puedo estar con él, yo no soy la chica que él esta buscando, se lo he tratado de decir pero es tan obstinado –doy un golpe sobre la barra –No sabe por lo que he pasado, si lo sabe estoy segura de que me dejara, no le voy a interesar.

Se acerca y toma asiento, toma mis manos y me habla como si fuera una niña.

—Felicity, no creas en todo lo que te dije respecto a James ¿Recuerdas lo de la etapa de fascinación?

Asiento.

—Pues mándala al demonio, ustedes tienen algo especial y te lo digo porque el mundo se ha dado cuenta de eso ¿Y que puedo saber yo, cierto? Mi novio esta engañándome.

Me quedo sin aliento, se me dilatan los ojos por la sorpresa ¿Cómo? ¿Cuándo? Lee mi expresión y da una pequeña sonrisa.

—Esta mañana lo encontré en una calle cerca de Brooklyn, lo seguí y me di cuenta de todo, te debo un agradecimiento más, me hiciste abrir los ojos amiga.

—Es un pedazo de imbécil –mascullo.

Da una sonrisita y suspira, creo que todo esta lo ha puesto sensible, unas lágrimas brotan de sus ojos, rápidamente las desaparece y respira.

—No dejemos que ese tema borre lo que estoy tratando de decirte. Espero que me entiendas, James esta en verdad interesado en ti ¿Y que importa el pasado Felicity? El presente es hoy, el futuro es el fruto de lo que hagas desde este momento, así que comienzalo alado de James.

—No lo entiendes, Beth –insisto.

—¿Qué es lo que no entiendo? –frunce las cejas –Felicity, se que a veces las cosas que hacemos en el pasado nos atormentan todavía, pero a James no le importara lo he...

—¡No! –la interrumpo –Tú entiéndeme, James se acabo, lo llamare para agradecerle todo lo de ayer y me disculpare, fin del asunto.

Se levanta con brusquedad y me detiene antes de que pueda avanzar a mi habitación.

—No permitiré que hagas eso, será una estupidez, tienes que hacerme caso, solo piénsalo ¿Por qué crees que a James le importara tu pasado?

Me aprieto los dientes, quiero decírselo, lo tengo que hacer para que me entienda si no entonces nuca podrá imaginarse lo que de verdad pasa.

—No te lo puedo decir –respondo.

—¿Por qué no? –alega con mala cara.

—¡Porque es un secreto! No se lo he dicho a nadie, ni siquiera a mis padres, es algo demasiado íntimo.

—¿Crees que no podré comprenderlo?

—Sí.

—Felicity –comienza con un tono de nuevo dulce –Después de lo que hemos pasado ¿Tienes la suficiente confianza de decírmelo? Por favor.

No sé como lo ha logrado, pero camino hacia la sala y me tiro sobre el sofá, donde ella toma lugar a mi lado, esperamos entre el silencio alguna señal de mi voz pero el miedo a decírselo me deja muda, me mira y yo espero tomar fuerzas para poder confesárselo.

—Esta bien Felicity, tomate todo el tiempo que quieras –admite con voz suave.

Me vuelvo a ella, mi cabeza comienza a reproducir los recuerdos de aquel día de invierno en Fresno y decido relatarle todo con detalles, estudio su expresión, esta callada, atenta y sus ojos ligeramente se humedecen cuando llego a la parte final, su boca esta hecha un gesto de tristeza y su rostro vuelve a enrojecerse.

—Estuve a punto de ser abusada por dos hombres, nadie me ayudo, nadie me escuchaba gritar, me sentí sola, perdida y solo quise morir –termino de decir. Entierro mi rostro entre mis manos y juntas lloramos.

—Felicity...Yo, no sabes cuánto siento que me lo digas –solloza Beth a un lado mío. –Ocultas mucho en tu alma de lo que se ve en tu rostro, no se que decir, yo...no puedo pensar.

Me limpio las lágrimas con parte de mi ropa mojada, ella me da un grande abrazo y permanecemos juntas hasta escucharnos llorar una a la otra.

—Siento ser tan desconsiderada contigo Felicity, por dios en verdad soy una hija de puta, no merezco que me lo hayas dicho, de verdad.

Oculto mi cara en su hombro y trato de sonreír.

—Eres mi mejor amiga Beth, no creo poder haberle contado a alguien mejor esto, te quiero mucho.

Suelta una risita ronca y siento sus brazos más fuerte.

—También te quiero Felicity, gracias por tu amistad.

Nos quedamos un segundo más abrazadas, nos limpiamos las lágrimas como si no hubiera pasado nada y nos sonreímos.

—Tú te debe estar listo ¿Por qué no te das una ducha? Te enfermaras, llamaré a Emily y James para decirles que estas bien.

—Beth –le llamo.

Se gira.

—Por favor, solo te pido una cosa, no le digas nada a James, te lo suplico.

Asiente tranquila.

—No lo haré Felicity, te lo prometo, nada saldrá de mi boca, jamás.

Me voy a mi habitación, encuentro todo en orden, al menos no registraron mis cosas, pongo el diario sobre la cama para tomarme la libertad de escribir hoy, pero no sin antes tomar una caliente ducha, paso al baño y me quito la ropa mojada, la dejo en una cesta y rápidamente me meto a la regadera, el agua esta perfectamente caliente que cierro los ojos, mi piel fría se siente relajante sobre el agua, sonrió cuando al fin puedo oler mi shampoo de frutas, se que estoy en casa, tranquila y segura, me quedo durante minutos ahí parada, pensando en lo que acabo de hacer, se lo he confesado a Beth, a la persona que jamás pensé decírselo algún día, ahora lleva en su interior mi profundo secreto que depende de mi vida y mi felicidad. Me pongo una bata de baño, me siento en la cama y abro el diario, no escribí el día de ayer así que escribiré todo lo que paso en una sola hoja y en la fecha de hoy.

3 de octubre 2012

James:

Ayer fue un día que no puedo describirte, nunca pensé que la salida de ayer con mis amigas se convertiría en un infierno, te lo escribiría pero el tan solo recordarlo hace que mis nauseas regresen, un hombre trato de aprovecharse de mí otra vez, pero entonces llegaste tú, me salvaste como el héroe de mis sueños, creí que morirías en el intento pero todo logro salir por así decirlo "bien" llego la policía para detener a todo el mundo, tengo que admitir que hui como cobarde cuando creí que estabas a punto de morir salvándome, la idea me hizo huir y dejarte solo, asi que te debo una disculpa, tengo que decirte que hoy mismo acabare nuestro termino de amistad, no quiero que estés a mi lado, ayer estuve a punto de entrar en crisis por el miedo que se repitió en mi cuerpo, todo me hizo recordar aquella noche fría en donde casi pierdo mi dignidad, espero no me pidas una explicación porque no podré dártela, Beth la sabe tanto como yo asi que somos las únicas dos personas en el mundo que sabremos porque he decidió dejarte. Espero no me odies, porque te quiero, se que encontrarás a alguien mejor, yo lo sé. Te amo.

Felicity Hunter.

Beth tiene mi te caliente sobre la barra, salgo con mi bata de baño y me siento, bebo un largo sobro, veo como prepara huevo para el almuerzo.

—¿Los llamaste? –pregunto.

—Sí –gira su cabeza a mi dirección –James se puso como loco, me dijo que quiere venir para ver como estabas pero le dije que descansabas, espero que no sea terco y desobedezca.

—No lo dudes, es un terco. –suspiro –Solo espero que me entienda.

Se queda helada.

—¿Se lo dirás?

Cabeceo, ni aunque fuera mi lecho de muerte podría confesárselo.

—No, nunca se enterrara, no merece saberlo, es mejor para él que yo me aleje, no merezco tenerlo.

Beth hace un mohín.

—Presiento que te estas equivocando con él, lo vas a lastimar.

—Lo lastimare más mintiéndole, si se lo confieso lo único que hará es odiarme, no querrá verme, prefiero ahorrarme el desplante asi que terminare con todo esto.

Hace un ademan y resopla.

—Seré una mala amiga si no te digo que luches por él, pero ¿Quién soy yo? Solo te digo que pienses antes de terminar con él, no lo lastimes.

Eludió el tema, si sigue atormentándome con todo esto del tema sobre James y yo terminara por convencerme de no hacerlo, sirve el desayuno, yo solo bebo te y como galletas de avena, me entretiene contándome del suceso de ayer, Emily y James fueron interrogados como la mayoría de los presentes, los dos hombres de trajes fueron arrestados, el chico rubio tenía cargos por posesión de drogas, él otro era su cómplice, Beth también declaro, alegando que el hombre que la saco a bailar había puesto algo en su bebida que la tenía casi inconsciente de lo que hacía, por otra lado James pidió a los policías que me buscaran por las calles, dijo que necesitaba encontrarme pero jamás dio el motivo, obligo más bien a que el mundo entero casi se pusiera de cabeza para lograr hallarme, su insistencia fue lo que hizo que Beth se diera cuenta que James estaba más que pretendiéndome, le interesaba demasiado.

Termino de beber mi te y me voy a mi habitación, lo único que quiero es estar cómoda así que me pongo unos pants y una blusa de botones, Beth se va a trabajar esta mañana así que me deja sola de nuevo, yo tengo el día libre, mañana trabajare hasta las diez, me hará olvidar un poco esto, si tan solo pudiera hacer algo para distraerme, me encantaría. El teléfono vibra en la sala, rápidamente lo tomo y contesto, espero que no le hayan avisado a Danielle o John de mi desaparecimiento, eso sería suficiente para entretenerme, calmarla me tomaría horas.

—¿Hola?

—¡Felicity! ¿Estás bien?

Me quedo sin respirar cuando escucho su voz, sonrió inesperadamente, su voz me trae recuerdos, mi interior se ilumina por el cálido timbre de su voz cuando escucho su respirar a través del teléfono, esta asustado, aliviado diría yo. James, James, no se como empezar esto, no quiero herirte.

—¿James? –murmuro –James.

—¿Estás herida? ¿Te paso algo? ¿Cómo estás? Necesito verte, no tardaré en llegar al departamento.

—¡No! –lo interrumpo –Por favor, no vengas, no.

—¿Qué? –su voz se llena de incredulidad –Felicity ¿Qué sucede? ¿Te sientes mal? Estoy cerca, en serio, no tardaré.

Tan terco como siempre, me retuerzo los sesos cuando le dirijo la palabra.

—No James, no estoy de humor para verte, quiero estar sola, ya déjame.

Me aprieto los labios, esto es más difícil de lo que pensé, nuca he tenido intención de alejarlo de mí pero ahora es más que necesario.

Escucho que su respiración se detiene y que traga para volver a hablar.

—Entiendo perfecto Felicity –contesta con voz amable –Se que no la estas pasando bien, yo comprendo, solo dime ¿Estás bien?

—Estoy bien

—¿Podemos vernos?

Aquí va de nuevo, desgarrándome el alma a gritos sordos cuando le contesto.

—No, quiero estar sola, ya te lo dije.

Carraspea, su voz es afligida, tengo ganas de golpearme contra la pared, no lo estoy haciendo bien, lo estoy lastimando y no quiero hacerlo sufrir ¿Qué debo hacer?

—Siento haberte molestado Felicity, espero que te encuentres bien, solo quería saber como estabas, no te molestare hoy si no quieres.

James ¡Te necesito! Tienes que venir al departamento, quiero que estés a mi lado, no soporto la idea de que hayas salido casi lastimado por mi culpa, te amo, no quiero que te vayas. Doy un largo suspiro y hablo con voz serena.

—No hay problema, estoy bien, gracias por llamar.

—No hay de que Felicity, siempre es un placer.

Vamos Felicity, toma el control no puedes echarte para atrás, tienes que seguir con esto hasta alejarlo, no tendrá que soportarte más.

—Adiós –susurro.

—Am...Hasta luego, Felicity –cuelga.

Dejo el teléfono en su lugar, me abrazo a mi misma y me arrastro en la pared hasta llegar al suelo.

—Hasta luego, Felicity –repito con melancolía.

Felicity no decide venir en todas estas horas que pasan, me hace sentir tan mal que termino por llamarle cinco veces y en todas cuelgo antes de que pueda escuchar su voz, quiero disculparme, decirle que mi intención no es comportarme así y que no quiero que este odiándome en estos momentos pero la cobardía se apodera de mi cuando estoy a punto de lograrlo. Cuando Beth entra por la puerta me asusto ¿Ya son las ocho de la noche? No puedo creer que he tratado de llamar a James por más de seis horas y lo no haya logrado, de verdad estoy enferma.

Beth deja sus cosas sobre el sofá, se tira sobre el y se quita los zapatos de tacón, le traigo un vaso de limonada y el espagueti que hice para cenar.

—Estoy segura de que hablo James. Se te nota –me echa una mirada y come.

Tuerzo la boca, es más que obvio que se nota mi disgusto.

—Sí y le dije que no viniera hoy y que no me molestara.

Beth se atraganta con el espagueti, bebe la limonada y me mira con los ojos bien abiertos.

—¿Qué? ¡Que! Felicity por favor no seas...—se muerde el labio –Tonta, no sabes lo que estás haciendo, te arrepentirás, te lamentarás y luego no podrás volver atrás.

Me cruzo de piernas sobre el sofá, tal vez tenga razón me arrepentiré no lo dudo, alejarlo de mí será la cosa más terrible que haga pero no hay otra salida, no merece tener a una chica como yo, no con todo mi pasado.

Miro hacia la nada, imaginado el rostro entristecido de James.

—No hay otro modo, las cosas serán así, por más que tenga que llorar, me alejare de James Hawkins para siempre.




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