Parte 7
Gracias por leerme otra vez, no sin antes decir que gracias por las 60 leidas, de verdad me sorprendí y bueno también para presumir la portada nueva, está vez con los actores que realmente me imagine para Felicity y James, se asemejan mucho a la descripción que me imagine :)
Espero les guste, tengo que decir que está novela ya la tenía yo escrita a la mitad así que si se pone algo tonta, disculpen, ya no soy así... :)
Beth esta arreglándose en el baño, huele a cabello quemado y a perfume, esta tarareando mientras yo como las sobras del pollo frito de ayer. Realmente no encuentro sentido en que se arregle demasiado, solo iremos con Emily a comer, ya que hoy ha hecho la reservación.
—Felicity, cuando te fuiste a trabajar te llamo alguien.
Rápidamente dejo el plato, me voy corriendo al baño donde se esta enchinando las pestañas, apenas puedo verla entre tanto humo.
—¿Quién?
Me mira con un guiño en el ojo, se ríe de mi expresión.
—Calma, no fue James, fue tu padre pero le dije que trabajas hasta las siete, dejo su número, espera que lo llames.
Parpadeo, ¿Mi padre? Debe ser una urgencia, corro hacia el teléfono y marco, espero con impaciencia mientras escucho el timbre, tres más y contesta.
—¿Si?
—¡Papá! Soy Felicity ¿Qué sucede?
Se alegra al escucharme.
—¡Felicity! Hola cariño, gracias por llamar.
—¿Qué sucede? ¿Le paso algo a Mamá?
Por el tono de su voz se que esta haciéndome muecas.
—Vaya Felicity, claro que no ¿Cómo puedes creer eso? Es algo mucho mas privado, necesito que tomes asiento ¿Estás sentada?
Busco el sillón y me aplasto sobre él, espero a que hable, me muerdo las uñas cuando pasa un minuto de silencio, esperamos a que uno de los dos hable.
—¿Y bien? —le insisto con irritación.
No tarda en contestar.
—Rose esta embarazada.
Jadeo, carraspeo rápidamente y me levanto el sofá, quiero dar saltitos de alegría ¡oh por dios! Es algo que jamás esperé, es hermoso, no puedo imaginármelo, Rose es una gran mujer a pesar de las pocas veces que hemos convivido se que será una madre excelente.
Solloce sin importar cuan vergonzoso sería.
—John esto es...increíble, no lo puedo creer me siento feliz por ustedes ¿Lo sabe Danielle?
Ríe.
—Esta mañana se lo dije, esta igual que tú.
Me toco el pecho, el corazón me hace pum, pum.
—Me harás llorar, es hermoso, gracias por decírmelo ¿Puedo hablar con Rose?
—Claro, en seguida la llamo.
Espero unos segundos hasta que Rose esta en el teléfono, se que ha estado llorando porque su voz se escucha ronca.
—¡Felicity! ¡Es increíble verdad! Estoy tan feliz, no lo puedo creer.
Me contengo las ganas de llorar, lo primero que imagino es a John y Rose juntos con un pequeño bebe.
—Rose no sabes lo feliz que me siento por los dos, muero por ir a Fresno y abrazarlos, los quiero demasiado.
—Felicity, yo también te quiero, eres una chica especial, quiero que sepas que tú siempre has sido para mí como una hija más. Te adoro.
Ahora sí rompo a llorar, trato de que Beth no escuche, me he puesto sentimental esta semana.
—Te quiero Rose, eres increíble, en cualquier momento que pueda iré a visitarlos, lo prometo.
Gimotea.
—Te esperaremos Felicity, no olvides que puedes contar conmigo.
—Lo sé.
Beth me hace estremecer cuando me grita.
—¡Felicity!
Me despido de Rose.
—Tengo que irme, prometo volver a comunicarme con ustedes lo más pronto que pueda, los amos. Adiós.
—¡Cuídate Felicity! Te amamos.
Corro hacia donde esta Beth, me quedo sorprendida cuando la veo completamente arreglada, trae puesto un vestido elegante corto con lentejuelas, el cabello suelto en risos y pinta labios rojo. Da vueltecitas para que pueda verla.
—¿Qué tal?
Asiento con aprobación, se ve super bien, me gusta pero solo si vamos a una discoteca, se supone que iríamos a una restaurant, no a buscar novio.
—Te ves radiante pero es algo exagerado, solo vamos a comer.
Hace un ademan y sigue mirándose en el espejo, se arregla el busto para que pueda verse parte de su brassier.
—Tenemos que aprovechar cada momento. Además nadie nos impide nada.
Excepto ella, por lo que tengo entendido ella aun sale con Ben, a pesar de lo que le dije aquel día, no me ha dicho nada al respecto pero parece que las cosas no van como antes, ya no la veo charlar con él por teléfono y en la escuela se la pasa en sus entrenamientos. Creo que están en una crisis.
—A veces no te entiendo Beth, pero solo te digo una cosa, ten más cuidado
Me saca la lengua.
—No me arrepiento de nada.
Cojo mi chamarra y nos vamos, Emily nos espera en el estacionamiento de la escuela, como hace frío me pongo la chamarra, yo tomo el asiento del copiloto y Beth se va a la parte de atrás, aun desconozco el lugar en donde vamos a ir pero debe ser un lugar elegante porque Emily también esta arreglada, las miro con ligera confusión ¿Habrán estando engañándome?
Emily se detiene en una luz roja, se mira por el espejo retrovisor y luego a mí.
—¿Qué te sucede, Felicity?
Me cruzo de brazos, alzo una ceja en gesto de duda, sabe a lo que me refiero, quizá no estamos yendo a un restaurante, si no a un bar.
—Dime la verdad Emily ¿A dónde vamos?
Emily se queda pasmada, parpadea varias veces y ríe con ofensa.
—No puedo creer que estés dudando de mí Felicity, te prometí que iríamos a un restaurante ¿Por qué motivo me gustaría cambiar de planes? Relájate y disfruta de la celebración -sonríe de oreja a oreja y acelera.
Suspiro, ¿Cómo puedo disfrutar si mi mente no deja de decirme que no nos dirigimos a un restaurant? Todo me dice que es plan de Beth, ella no esta bien con Ben y realmente se quiere desahogar, su manera causal es buscar chicos, como si no la conociera. Mi cuerpo comienza a relajarse cuando Emily se detiene en un ballet parking, le da las llaves a un hombre de traje y nos bajamos, miro hacia arriba, parece el restaurant de un hotel pero no lo es, las letras en francés me dice que es un lugar muy caro y fino ¿Por qué tanta elegancia? Entramos, adentro esta caliente así que me quito la chamarra, miro de reojo a Beth que parece ansiosa buscando a alguien.
Le agito el hombro para atraer su atención.
—Beth, no quiero saber que estás tramando ¿Qué ocurre?
Menea la cabeza y se encoje de hombros.
—Nada ¿Por qué tendría que pasar algo? —murmura con calma.
Espero en recepción junto con Emily, más tarde una mujer nos dirige hacia nuestra mesa, es un lugar exclusivo, bastante apartado de la gente que hace escándalo del otro extremo, mantengo mi vista en mi estúpido atuendo, no debí ser tan informal, me siento perdida y extraña, Emily y Beth si parecen disfrutarlo, yo solo me quedo callada.
Un hombre se nos acerca, nos pide nuestros abrigos y nos da el menú. Lo leo, no entiendo nada, ni siquiera cuando lo leo de abajo hacia arriba y de lado a lado ¿Cómo puedo saber si es comida lo que pediré? Miro a Emily y ella asiente, le dice al hombre lo que beberemos, lee con cuidado el menú y le señala con un dedo, después pide la entrada, por lo que entiendo sé que son ostras bañados en vino blanco.
Me acomodo en mi asiento, no puedo creer lo grande y elegante que es, la gente ríe, discuten asuntos con amabilidad, todos se tratan con mucha cortesía y aun así no me siento tan cómoda aquí.
—Me encanta este lugar Emily ¡Es divino! —exclama Beth con asombro.
Emily ríe, el hombre llega con las ostras y con una botella de champan, la abre y mucha espuma sube por el borde hasta caer en el suelo, empezamos a carcajearnos.
—Disculpen ustedes señoritas, en seguida vendré a limpiar —se disculpa el hombre, deja una vasija con hielos y se retira.
Beth se ruboriza.
—Me agrada este hombre, nadie me ha dicho señorita en meses.
La miro con mala cara, se pone rígida en su asiento, no quiero escuchar más anécdotas de Beth, nada que tenga que ver con sus ex novios o respecto a sexo, esta noche solo quiero charlar de la escuela, el trabajo y relajarme un rato. Emily sirve en unas copas champan, el hombre regresa y limpia el suelo de madera y nos toma la orden, como no tengo ni idea de lo que viene en el menú le doy permiso para que Emily pida por mí.
—Muy bien señoritas, en seguida regreso con su orden. Buen apeti.
Le doy un trago largo a la copa que casi me la cabo, Beth sigue mirando a su alrededor, no se que trama y en realidad no quiero saber.
—Así que Felicity, estamos aquí por tu nuevo empleo, nos alegramos tanto por ti —añade Emily con media sonrisa. —Todavía recuerdo cuando yo conseguí mi primero empleo, te sientes realmente satisfecha de ti misma, te lo digo por experiencia.
Le regreso la sonrisa.
—Gracias Emily, te agradezco que hayas organizado esto para mí, pero tampoco debiste gastar tanto, es algo caro.
—No seas modesta, Felicity —me pone la mano sobre el hombro —Ya eres una de mis mejores amigas, te he tenido cariño. Además, no lo organice sola.
Me sonríe tan fuerte que su alegría le llega hasta en los ojos, estoy a punto de pedirle una aclaración cuando el mesero llega con nuestras cenas, veo en mi plato jamón ahumado con carne molida, zanahoria, papa, ensalada en un lado y pasta en salsa de calabaza. El estomago me gruñe, tomo el tenedor y me como la ensalada, esta realmente delicioso, no puedo esperar a probar el jamón y la carne.
Disfruto mucho la comida, le pido a Emily que me sirva más champan, tengo mucha sed.
—Calma con el alcohol Felicity, te puede causar mareo —me informa Emily en tono bromista.
Asiento, tengo la suerte de aun encontrarme sobria, creo que para Beth es tarde, veo que entrecierra los ojos y sonríe por la nada.
—Estoy enterada de los efectos secundarios, además les tengo una noticia, hay otro motivo grande para celebrar esta noche.
—¿En serio? Pues dila.
Levanto la copa a lo alto y casi grito al decirlo.
—¡Tendré un hermano!
Emily se queda boquiabierta, Beth sonríe y ríe al mismo tiempo mientras bebe más de la copa, ambas me dan felicitaciones y se unen conmigo al brindis.
—Eso es magnífico Felicity ¡Felicidades! —Emily se levanta y me da un largo abrazo.
Después Beth que me envuelve con fuerza.
—Eso es Felicity, un motivo más para celebrar ¡Mesero! Otra botella —grita.
Reímos, el mesero trae otra botella bien fría y servimos sin parar, la noche se hace larga, mañana es sábado lo cual no nos puede impedir darnos una noche de chicas, no me hará daño tomar unas tres copas, merezco celebrar esta noche hasta donde pueda.
De repente se escucha música disco, Beth se detiene para oírla y se levanta, comienza a moverse alado de la silla, nosotras nos reímos de la imprudencia.
—Lo que nos faltaba, un poco de baile, vamos tenemos que movernos un poco.
Yo niego de inmediato, Emily no deja de reírse y retiene a Beth en su silla de nuevo.
—Espera a que se te pase el alcohol Beth.
Toma su copa y le da un trago hasta dejarla vacía, me quedo perpleja, no creo dejarla bailar en su estado.
—No la dejaré bailar así, ni mucho menos sola —murmuro.
Emily hace una mueca.
—No sería correcto.
Beth se mueve sola en su silla, la miramos como un espectáculo, no nos dejamos de reír, empieza a cantar la canción con fuerza y nosotros no hacemos otra cosa que taparnos la cara, la gente mira en dirección a nuestra mesa, tenemos que hacer algo antes de que nos saquen del restaurant.
Me levanto pero me detengo cuando un hombre alto, de pelo negro y ondulado se acerca a nuestra mesa, tomo asiento de inmediato junto con Emily y nos observa, nos da un asentimiento y mira a Beth ya ebria, trae un traje puesto, se ve que es educado y refinado.
—¿Es amiga de ustedes? —nos pregunta con amabilidad.
No contesto así que Emily es quien le responde.
—Si, ella viene con nosotros.
El hombre mira con atención a Beth, le toma de la mano y ella apenas responde al contacto, se queda pálida cuando lo ve, de inmediato le sonríe y su actitud cambia espontáneamente a Beth la indiscutible seductora.
—Oh dios, ya llegue al cielo ¿Y tú quien eres? —le susurra.
El hombre le sonríe, ella se levanta y ambos se mirar durante un rato.
—¿Te gustaría bailar un rato? —se inclina y le besa el dorso de la mano.
—Llévame a donde quieras —le contesta ella.
Otro hombre se acerca, trae el mismo traje que el hombre que quiere llevar a Beth a bailar, tiene el cabello rubio y el cabello peinado hacia atrás, nos mira a Emily y a mí y entonces sus ojos azules se clavan en mi rostro. Bajo la mirada, me acerco a Emily como si temiera que fuera a hacerme daño.
Me sonríe.
—Hola ¿Cuál es tu nombre?
Trago con dificultad, este hombre me incomoda tanto como el que quiere llevarse a Beth, no le contesto y él no pierde gentileza.
—Bien, no me digas tu nombre, no es difícil saberlo ¿Te gustaría bailar preciosura? —tiende su mano a mi dirección.
Miro su mano, tiene anillos puestos y supongo que deben ser bastante caros, niego con la cabeza y me refugio alado de Emily.
—No —admito con frialdad.
Da un suspiro, sus ojos se endurecen cuando le contesto que no, mira a Emily y notó que ella se pone rígida.
—¿Qué tal tú, corazón?
Ella es un poco más amable que yo.
—Disculpa pero no en este momento, estoy en compañía con mis amigas.
Asiente y se aleja.
—Comprendo, ya será el otro momento —nos da una última sonrisa y se aleja.
Miro hacia otro lado con desdén cuando se va junto con su amigo hacia la pista de baile, lo miro alejarse al baño mientras que su acompañante esta felizmente disfrutando de la pista con Beth, veo lo atrevida que es, esta rodeándole el cuello con las manos y el mantiene su cuerpo cerca del suyo, no podré advertirle que se detenga si no estoy cerca.
—Mírala, no debe comportarse así ¿Qué pensará Ben? —alega Emily con enojo.
No creo que él tenga problemas, ya le ha hecho bastante daño a Beth como para que pueda exigirle algo. Bebo y bebo más champan.
—No lo sé pero siento que su comportamiento es inadecuado.
—Claro que lo es, no dejaré que se comporte así.
Escucho que se levanta de la silla, miro que da la vuelta a la mesa y se dirige a la pista, la detengo antes de que se acerque.
—¡Espera! ¿Qué vas a hacer?
Se vuelve con rabia.
—No debe hacer eso, es vulgar.
Me levanto y voy junto con ella hacia la pista, tenemos la mala suerte de que se haya comenzando a llenar, la música ya es bastante ruidosa y la cabeza empieza a retumbarme con fuerza, hay luces por todos lados y humo que me asfixia, la gente se junta a nuestro alrededor, apenas logro ver a Beth moverse si no fuera por su vestido de lentejuelas, el sujeto la sostiene en su cuerpo y le huele cuello, quiero gritarle que lo aleje de encima pero la multitud me mantiene apretada.
—¡Beth! —la música me impide hacerla entrar en razón, es tan fuerte que mi voz es apenas un rasguño.
Beth le mantiene las manos en el trasero, me quedo petrificada viendo como ella se deja ver ante todo el mundo como una mujerzuela, me muevo pero todo es imposible, ella queda demasiado lejos, quiero golpear a toda esta gente pero una mano me jala el brazo con fuerza que casi vuelo, caigo aplastada en el pecho de un hombre con traje ¡Es el hombre rubio!
—¿Cambiaste de opinión, preciosura?
Intento mover mis brazos pero me tiene encerrada en los suyos, le doy ligeros puñetazos en el pecho pero eso no logra herirlo en nada.
—¡Suéltame! ¡Quítame las manos de encima!
Cierra más sus brazos a mi cuerpo y pega sus labios a mi cabello, quiero gritar de la desesperación, es la misma sensación inútil de no poder quitarme a un hombre encima, es como revivir mis viejos recuerdos, este hombre quiere hacerme daño y no me dejara hasta lograrlo, su mano viaja a mi espalda hasta mi columna, le doy un golpe en la ingle cuando quiere tocar mi trasero.
Jadea pero no me suelta.
—Eres ruda preciosura, quizá un beso te relaje.
Acerca su rostro al mío, mantiene mi cabeza fija enterrando sus dedos a mi cabello, me alejo pero no sirve de nada. Cierro los ojos y entonces de repente sus manos se liberan de mi cuerpo, caigo al suelo aturdida y llorando por la desesperación.
—¡No se te ocurra tocarla hijo de puta! —escucho gritar a alguien.
Me limpio las lágrimas y me encuentro a un James furioso, con los puños cerrados, la mandíbula tensa y los ojos inyectados en ira, tiene al hombre tomado del cuello y un puño en su cara, el hombre de traje lo empuja y James solo se aleja unos pasos.
—¡No me toques estúpido! —le grita el hombre rubio, se arregla el traje.
James se acerca y entonces le propina un puñetazo, la gente de la pista corre despavorida, gritan y la música se detiene aunque todo sigue oscuro. El acompañante del hombre rubio se da cuenta y suelta a Beth, se acerca a él y juntos tienen rodeado a James, busco a Emily pero no la veo por ningún lado ¿Se habrá ido? ¿Cómo llego James hasta acá? Sigo en el suelo, viéndolo todo de cerca, quiero levantarme y romperle una botella en la cara al hombre rubio pero ni siquiera estoy segura de ponerme en pie, todo me tiembla como gelatina.
El acompañante de Beth se acerca a James para darle un puñetazo, logra esquivarlo y él le toma el brazo para hacerlo girar completo, escucho un crujido y el gemir del hombre, lo deja caer al suelo mientras el otro toma un botella, la rompe y la punta aguda se acerca a James, el alma me quema el pecho cuando veo que James trata de quitársela, si tan solo llega a herirlo soy capaz de matarlo, el acompañante de Beth se levanta, toma a James del cuello mientras ambos jalonean, el hombre rubio se acerca con la botella rota hacia el pecho de James ¡Se lo va a encajar! Debo hacer algo, no dejare que lo lastime, me acerco arrastrándome y entonces le pongo el pie al chico rubio, este cae al suelo y la botella se rompe en mil pedazos que se le entierran en el antebrazo.
En segundos las luces se encienden, cuando veo todo con claridad me doy cuenta que mucha gente se rodeo en multitud para verlo todo, empleados del restaurante piden desalojar de inmediato, agentes de seguridad de policía también están presentes, ven al hombre rubio herido y lo levantan, busco en la multitud a Emily pero no está, me encuentro a Beth que me mira con terror, esta rompiendo a llorar, yo solo la ignoro. Si ella no hubiera sido tan vulgar, jamás hubiera ocurrido esto.
—¡Todo se termino! ¿Lo entienden? ¡Se acabo! —grita un hombre de seguridad.
Alguien se me acerca, veo por la placa que es un policía, me ofrece la mano y me ayuda a levantarme.
—¿Esta usted bien, señorita?
Me levanto, la cabeza me da vueltas por un horrible zumbido y tengo muchas nauseas, me quedo con la boca abierta mientras veo que la gente se va por la salida de emergencia, me quedo con la mirada perdida hacia la nada y entonces corro a la misma dirección que la gente, apenas me doy cuenta que lo único que quiero es salir, la gente se hace a un lado dejándome libre el camino.
—¡Felicity, Felicity!
La voz de James gritándome no me detiene, salgo y la lluvia inesperada me humedece completa, hace frío, maldita sea olvide mi chamarra, creo que nada de eso me importa, acabo de huir del restaurant sin Beth y Emily. Le hago la parada a un taxi, me subo de inmediato y pienso a donde debo ir ¿Al departamento? No veré a Beth esta noche, no soportarte estar en el mismo techo que ella, así que el único lugar que debe estar abierto a esta hora es mi trabajo, el taxista arranca, yo me acurruco en el asiento con fuerza esperando llegar, me rebusco en los bolsillos, tengo algo de cambio creo que con esto podré pagar el trayecto a menos que pida prestado.
El taxi se estaciona, le doy lo único que tengo y bajo, rápidamente entro, todo esta apagado excepto por una luz ligera que alumbra la caja registradora. Ted levanta la mirada asustado cuando me ve mojada y lloriqueando.
—¡¿Felicity?! ¿Qué te ocurrió? ¿Estás bien? —se me acerca corriendo.
Me ayuda a sentarme en una silla, se quita su chaqueta y me la pone sobre los hombros, me doy cuenta que esta haciendo el inventario, llegue en el momento correcto para encontrarlo.
—¿Quieres algo de café?
Asiento, es lo único que me vendría bien, escucho la cafetera encenderse, mientras se calienta me trae una sabana de la bodega, esta calientita, minutos más tarde llega con mi café y un vaso de leche. Se sienta frente a mí y me ve tomar despacio.
—Felicity me has asustado ¿Qué te pasa? ¿Por qué estas mojada y llorando?
Lo miro, siento mi rostro hinchado y entonces comienzo contándole todo, lo único que se escucha es el ruido de la cafetera y mi nítida voz contando todo lo sucedido, Ted me presta toda la atención, inclusive se da tiempo de trae un café para el mismo y seguir escuchándome, comemos la mitad de un pastel, me da la libertad de seguir llorando y es lo único que termino por hacer toda la noche.
—Felicity, creo que deberías de hablar con James, estar asustada fue el motivo de salir corriendo de ahí y no pedirle una explicación a él ni a tu amiga.
Me limpio con una servilleta las lágrimas.
—No quiero verla esta noche, si ella no hubiera sido tan vulgar, no hubiera tenido la necesidad de salvarla y el único que sufrió por esto fue James, casi lo lastiman ¿Y que pude haber hecho yo? Quizá esperar en una sala de urgencias.
La idea me hace estremecer, jamás me perdonaría ver sufriendo a James por la culpa de Beth, sería una de las cosas que más lamentaría en mi vida. Ted toma de su taza de café y suspira.
—Tal vez tengas razón pero creo que debes hablar con James, contarle todo, eso sería lo correcto, por lo que me cuentas, creo que se interesa por ti Felicity y no fue bueno que lo dejarás solo.
—No fue correcto, es cierto pero lo único que se me ocurrió fue salir de ahí, ese hombre quería lastimarme.
Estaba a punto de repetirse la historia, si no hubiera sido por James...De nuevo, se convierte en mi salvador.
—Entiendo Felicity, pero creo que la única cosa que estará lastimando a James es no saber de ti esta noche, habla con él ¿De acuerdo?
Me quedo meditando mientras huelo mi café, pienso en un James preocupado, buscando entre las calles mojadas de Nueva york lo que queda de mí, pero luego pienso en la ebria de Beth y todo se vuelve coraje y resentimiento, sin duda no volveré al departamento esta noche, jamás.
—¿Puedo quedarme aquí esta noche, por favor?
A Ted se le dilatan los ojos, se echa para atrás y me mira desconcentrado, se que es una locura pero no tengo otro lugar.
—¿En la cafetería? Felicity creo que no puedo hacer eso, no puedo.
Le suplico en un gesto con las manos.
—Por favor Ted, necesito un lugar a solas, te lo suplico, me iré antes de que abras, por favor ¿Sí?
—Pero Felicity este es un establecimiento, no un hotel.
—Lo sé, pero espero que comprendas mi situación, solo esta noche, te pagaré mi estancia si eso quieres.
Niega.
—No, no es el dinero, es mi empleo, me temo que no puedo hacer nada.
—Pero no puedo irme a un hotel, no tengo dinero, esta lloviendo, y es muy tarde. Por favor.
Ted me mira, se aprieta los labios con disgusto pero se rinde suspirando y cerrando los ojos. Sonrió.
—Solo esta noche Felicity, solo una y no quiero que estés aquí antes de las seis ¿De acuerdo? A esa hora es cuando llega mi jefe para preparar el lugar.
Asiento con rapidez.
—No te preocupes, no habrá rastro de mí.
Bebemos lo último que hay de café, me lleva a la parte trasera donde hay una puerta, esta un cuarto con un colchón viejo pero en buenas condiciones, una lámpara pequeña y un calentador, me acomoda una sabana nueva y quita algunas cosas pesadas para que pueda entrar.
—Es lo único que hay para ti, esto era de un vigilante espero que no te incomode mucho.
Me siento sobre el colchón, es suave y la lámpara es perfecta, no tengo problema en absoluto con los lugares pequeños.
—No hay problema, es acogedor. —admito
Ted se detiene en la puerta, me mira y me desea buenas noches.
—Espero que puedas dormir Felicity, has tenido una muy dura noche. Nos vemos en el trabajo, adiós.
Asiento.
—Buenas noches, Gracias.
Se va, escucho sus pasos y el cerrar de la puerta principal con llave, estoy sola y a oscuras, excepto por la lámpara gastada. Cierro la puerta con seguro, me recuesto sobre el colchón gastado y miro hacia el techo, como me hubiera gustado tener esta vez el diario conmigo, con ello podría desahogarme por completo, le contaría a James la verdad, yo no puedo estar a su lado, ya no más, mi viejo recuerdo me atormenta y hoy me ha hecho abrir los ojos, James no es un chico para mí y ni yo una chica para él, con este secreto que llevo junto conmigo será imposible vivir a su lado, por cuanto lo desee jamás podré vivir feliz.
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