Parte 4
Espero y les guste mucho el capítulo de hoy esta algo más lago de lo normal así que espero que no se aburran.
Disfruten y gracias .
—¡Solo tenemos cinco minutos para llegar a clase, Felicity! –Beth toma mi mano y me jala para correr por todo el campus.
Trato de seguirle el paso, pero la bolsa con los libros y el diccionario son tan pesados que apenas puedo mover los pies, Beth me jala más fuerte, estoy a punto de querer detenerme, estoy golpeándome las piernas con la punta de los libros que me duele.
—¡Si llegamos! –le digo con apenas aliento.
Beth se vuelve a mí con una mirada frenética, esta enfadada conmigo, debí haberla hecho esperar mucho en la biblioteca, pues cuando salí ella ya estaba afuera esperándome con mala actitud, no pude pensar en nada más que en mi encuentro con el chico llamado "James", el momento en el que mis ojos se encontraron con los suyos, cuando me encontré con su sonrisa, su cabello, su voz, me ha dejado con la mente embriagada de su hermoso rostro ¿Lo volveré a ver? Tendrá que ser así, yo misma entregare mis libros a la biblioteca y espero verlo cerca. Aunque, me gustaría saber si se trata del James que Ben y Beth mencionaron ayer en la cafetería, aquel chico raro que estudia Artes, tiene que ser él, trabaja en la biblioteca o a menos que sea simple coincidencia, pero algo me dice que definitivamente es él y que no es tal como lo describe la gente.
Beth logra llegar a clase a tiempo, no me dice nada así que decido irme a mi clase. Cuando llego la clase ha comenzado, pido una disculpa y el profesor me perdona porque solo me he retrasado dos minutos, tomo una butaca y me siento, presto toda la atención posible a la clase, pero en cada segundo mi cerebro me interrumpe con una imagen de James, el primero me sonríe, el segundo me mira con concentración, el tercero ríe ¿Acaso lo he visto reír?
Meneo la cabeza cuando el maestro interrumpe mis pensamientos.
—¿Señorita Hunter? ¿Esta prestando atención?
Miro a mi alrededor, toda la clase me mira fijamente, me incorporo en mi asiento y apenas puedo hablar.
—Totalmente.
La gente ríe entre dientes, debo haber parecido una completa estúpida. Felicity, por dios ¿Por qué estas pensando en un chico? Sabemos que uno casi te arruina la vida, no te merecen. Eso es más que cierto. La clase termina antes de lo esperado, recojo mis cosas y me voy directo a mi casillero, necesito dejar los libros aquí si no me estarán molestando todo el camino al departamento.
Desde lejos veo que se acerca Beth, ya no parece tan molesta por lo que veo, eso me alegra un poco, inclusive me sonríe cuando me ve, me saluda y yo le regreso el gesto.
—¡Hey Felicity! Siento lo de hace un momento, no debí estar furiosa contigo por dejarme sola en la biblioteca, soy un poco testadura.
Le sonrío.
—No importa, yo también te debo una disculpa, no debí dejarte sola ¿Encontraste los libros?
Asiente.
—Yo también –admito, súbitamente me ruborizo. Mierda, el recuerdo de James viene de nuevo.
—Oye en serio, no te disculpes, es más te invito a mi departamento esta noche ¿Vienes? Podemos comprar una pizza y charlar ¡O ver una película!
—¿Esta noche? –alzo una ceja.
—¡Sí! Oh vamos Felicity, llevamos dos días de clases, te mereces un descanso. ¿Estás de acuerdo?
Realmente no merezco un descanso, apenas estoy comenzado el semestre y la verdad no hay nada mejor que me distraiga de todo que mis tareas, aunque pienso en lo sola que debe sentirse en su departamento al igual que yo, así que no nos viene mal hacernos compañía una a la otra, ver una película me parece algo inocente y divertido, algo que podamos hacer, siempre y cuando no venga su novio.
—¿Invitaras a Ben? –pregunto, espero no hacerla sentir incomoda.
Arruga la nariz y niega.
—Claro que no, es una noche de chicas, él no esta permitido.
La idea sin chicos esta genial.
—De acuerdo, no me parece mala idea –respondo.
Da saltitos en el aire, me pide mi número para darme a conocer cuando me recogerá esta noche, me parece un momento perfecto para hacerla hablar de James un poco más.
Toma su mochila y me da un beso en la mejilla
—¡Nos vemos esta noche! –la veo desaparecer entre la multitud del pasillo con júbilo.
Decido irme en taxi al departamento, no quiero agobiar más a Beth, no sin antes pasar al super mercado, necesitare comprar comida y algunas cosas que me hacen falta, suerte que aun tengo suficiente dinero para unos cuatro días más, estoy segura de que hace un momento vi un cartel en una cafetería solicitando mesera, estoy segura de que podré conseguir dinero para seguir pagando yo sola el departamento, más tarde iré a echar un vistazo.
El taxista me deja en frente del edificio, le pago y me bajo con mis bolsas de compras, como todos los días saludo a la recepcionista, subo a mi habitación y entro, voy a la cocina desempacando toda la despensa, se me antoja un buen filete con papas al vapor y zanahoria, así que enciendo la estufa y precaliento el aceite. Mi mente sigue jugando conmigo, estoy preparando la comida y no dejo de ver a través de mis ojos el rostro de James, su sonrisa que me acelera el corazón, me doblan las rodillas y me deja sin aliento ¡Demonios! ¿Qué me está haciendo? A este paso mi vida dependerá de sus recuerdos, no me dejara concentrarme, tienes que desaparecer James, lo harás. Pico zanahoria tratando de no herirme yo misma, parece que todo va bien y estará mejor si enciendo la televisión, corro a la sala y pongo un programa cualquiera, eso me distrae mucho. Al parecer a James no le dará por molestarme esta tarde.
Beth me recoge a las siete, yo si apenas me arregle, solo me solté el cabello y si llega a hacer frío llevo una ligera sudadera, tuve suerte de terminar la tarea a tiempo antes de que llegara, así si llego tarde a casa tendré la seguridad de no dejar nada pendiente.
Saludo a Beth como siempre esta de buen humor, su sonrisa siempre es contagiosa y su buena vibra no parecer ser arruinada por nada.
Avanza por la calle hasta la avenida.
—¿Lista para una noche de locura? –me pregunta emocionada
¿Locura? Tal vez ella asi llama a ver películas y comer pizza, aunque realmente podría definir de muchas maneras la forma en que lo ha dicho.
Asiento despacio, muero por tener una conversación privada con Beth sobre James, necesito saber más de él. Esta noche esta más fría que de costumbre así que me inclino para prender su calefacción, apenas logro hallar la forma de encenderlo. Miro a Beth de reojo, esta tan ocupada mirando al frente que no se le da por hablar nada en todo el trayecto que llevamos, recuerdo que me ha dicho que vive en los departamentos del campus, así que prácticamente nos dirigimos a la Universidad ¿Compartía habitación con alguien? ¿Vivirá sola? En fin ella ha dicho que es una noche de chicas, no tiene porque haber nada que me incomode.
Reconozco el estacionamiento de la universidad cuando llegamos, apaga el auto y bajamos, como lo he dicho, afuera sí hace frío, avanzamos hacia los departamentos, recuerdo el camino, esta casi cerca de la biblioteca, Oh James, James...Mi cabeza no deja de pensar más y más nuestro encuentro. Subimos por unas escaleras hasta el tercer piso, hay un largo pasillo de puertas, Beth avanza solo unos metros hasta pararse frente a su puerta marcada con el número 23, deben ser departamentos pequeños y compactos, la verdad el edificio no es muy grande, abre la puerta y enciende la luz, bueno es mejor de lo que pensé, tiene el espacio perfecto aquí, es pequeño, pero cómodo y cálido, tiene un balcón que deja ver el campus y la cuidad, esto sería perfecto para mí, en vez de mi espacioso departamento.
Beth me sacude el hombro.
—¿Hola?
Cabeceo, es un lindo lugar, tal vez decida cambiarme pero eso decepcionaría a Danielle.
—Es muy bonito, es un espacio perfecto para alguien como yo –murmuro.
Beth ríe entre dientes, va directo a la cocina y saca unos vasos.
—No me quejo, es totalmente para mí, no comparto dormitorio con nadie, a pesar de que hay otra recamara.
Tomo lugar en un sillón, me quito la chamarra y observo con más precisión el lugar.
—¿Bromeas? Esto es como un lujo, yo tendré que trabajar para pagar mi departamento, es demasiado grande para mí.
—¿Y porque no vienes a vivir aquí? Hay suficiente espacio para ambas, además yo tampoco estaría sola
Era la proposición más adecuada para mí pero mis padres se morirían si me cambiaba de localidad, si no me llegaran a localizar estaba segura de que mandarían llamar a la mitad de la policía de nueva york y lo decía por Danielle.
—Me gustaría tanto, pero necesito decírselos a mis padres, mi madre dio el alquiler de mi departamento y en tres semanas necesito pagar la primera renta, tal vez considere tu oferta, de todos modos tendré que trabajar, necesitare pagar mis estudios y mis necesidades.
Beth frunce el ceño.
—Eso es cierto, yo trabajo medio tiempo en una oficina como asistente de gerente, no me pagan nada mal ¿Qué tal tú? ¿Has conseguido algo?
Lo único que me ha interesado es un cartel de una cafetería cerca de mi departamento solicitando mesera, eso podría servirme.
Me encojo de hombros.
—No tan bien, en estos días iré a pedir trabajo en una cafetería de mesera, espero conseguir ese empleo lo antes posible.
Beth me sonríe.
—No te preocupes, lo harás –se vuelve hacia su horno y saca una larga y esponjosa pizza, creí que iba a comprarla -¡La pizza esta lista!
No escuche que estuviera lista.
—¿Ya la tenías preparada? –insinuó perpleja.
Asiente orgullosa.
—Sí, no íbamos a comprarla si a mi se me da por hacer las pizzas mas ricas, pregúntaselo a Ben –ruboriza –Muere por una de mis rebanadas.
Me carcajeo, corro hacia la barra de la cocina en donde ha dejado la pizza aun humeante, me da un plato y rápidamente saco una rebanada, el queso esta en su punto exacto, se derrite junto con el pan, le doy un mordisco y disfruto el sabor de una rica y caliente pizza, el peperoni esta en su punto exacto, crujiente y salado.
Beth saca del refrigerador lo que parece ser dos latas de cerveza ¡Madre santa! Casi me ahogo con la pizza cuando las veo, ella destapa una y me la da.
—¡Salud! –y le da un trago a la suya.
La miro, la traga como si fuera agua, me observa y ríe como si yo fuera un chiste.
—¿Qué? ¿Nunca has tomado en tu vida?
Espera mi respuesta, me callo.
—Solo en navidad y mi cumpleaños –siseo.
Pone mala cara
—Pues bébela ahora, es solo cerveza ¿O prefieres vino?
Me llevo la lata a la boca y le doy un trago, la verdad prefiero vino blanco, la cerveza es solo levadura, la garganta me hace cosquillas cuando la paso, la sensación es buena que doy otro sorbo hasta casi llevarla por la mitad, como más pizza y bebo más cerveza.
—¿No íbamos a ver una película? –le recuerdo cuando casi terminamos con toda la pizza.
Hace una mueca con boca y bebe.
—Sí quieres...Espera, necesito preguntarte algo
Trago con dificultad la pizza ¿Estará a punto de preguntarme acerca de lo de aquella vez en la biblioteca? Asiento y me oculto bebiendo cerveza.
—¿Por qué tardaste tanto hoy en la biblioteca? ¿Con quien te encontraste que te vi tan pálida como un papel al salir?
Con James, sí, el mismo que mencionaron tú y Ben y no se pero me ha tenido loca desde que lo vi que no puedo sacármelo de la cabeza ¡Cuéntame de él!. Necesito gritarle que me cuente acerca de él, todo lo que sepa antes de que me vuelva loca.
Doy un suspiro y vacilo masticando la pizza, si se lo digo tal vez querrá que le cuente detalles.
—Con nadie realmente, estaba angustiada por el tiempo que pensé que llegaríamos tarde
Me mira firmemente a los ojos, parece que no me cree ¡No me creyó! Sonríe de forma misteriosa.
—¿A sí? Pues no me pareció así cuando vi que James estaba contigo en recepción entregándote los libros –muerde la pizza y sonríe. –Hablaste con él, dime ¿Qué te dijo?
Mierda, lo ha visto, sabe que James me ayudo a encontrar los libros aunque tengo suerte de que no se haya enterrado de lo demás. En cierta manera no hemos hablado, excepto haberle pedido disculpas por haber chocado, si tan solo pudiera hablar más con él, tendría algo que contarle de verdad.
Tomo aire.
—No mucho, solo se ofreció a ayudarme, le dije que necesitaba unos libros y me deseo buenos días. Es todo.
Resopla, bebe más cerveza.
—Al menos a ti te ha deseado buenos días –masculla media molesta.
—¿A que te refieres?
Pone los ojos en blanco, dejando su cerveza sobre la barra.
—Yo he querido sacarlo de su cascarón, intenté miles de cosas para hacerlo entrar a la sociedad pero simplemente parecer evitarlo, desde un año que trate de acercarme pero parece que es tan frío que simplemente quieres alejarte de él –estremece –Siendo amiga de Emily, su hermana, pensé que si teníamos algo seríamos como familia y por supuesto más unidos.
Media pizza se me ha quedado atascada en el esófago ¿Me esta diciendo que ha tratado de enamorarlo? Me quedo callada, santo dios, creo que me he equivocado de persona.
—Pero francamente no me interesa, ahora estoy con Ben, creo que la fascinación por él ha terminado –admite.
—¿Fascinación? –repito perpleja -¿Cómo que Fascinación?
—No podemos negar que es extremadamente guapo y sexy, realmente se ve bien con cualquier tontería que lleve puesto, es por ello que para mí termino, su belleza ya no seguirá siendo mi tortura.
Nunca lo había puesto de esa manera ¿Estaré pasando lo mismo que Beth? Tal vez eso solo una etapa de fascinación que tengo por James, solo eso, pero ¿Cómo explico todo lo que he sentido? debe ser parte de lo mismo.
Beth me da una palmada en el hombro.
—No te preocupes Felicity, tú etapa también terminara. Todas hemos pasado por el estado de fascinación James Hawkins.
¿James Hawkins? Es el nombre más...encantador que he oído, vaya, su nombre es igual de fiel a lo que totalmente es. Seguimos comiendo lo que queda de pizza, bebemos más cerveza, las ganas de ver una película se me han quitado, no quiero hacer otra cosa más que hablar y hablar acerca de todo esto, sobre James y lo que Beth tenga que ver con él.
La miro mientras lava los platos.
—¿Así que nunca has tenido nada que ver con James?
—No, ni siquiera me hacía caso –ríe sin ánimos –Fui una tonta al perder mi tiempo con él, créeme él no pretende perder tiempo con chicas, Emily me ha dicho que terminando su carrera se irá a Paris y nunca regresara, eso me llena de satisfacción, no lo volveré a ver.
—¿Tan malo es?
—No es malo, es excesivamente reservado, no platica con nadie, no le conozco ningún amigo, debe ser más solitario que los libros que acomoda
Ríe mientras yo finjo sonreír, es extraño, no pareció reservado cuando nos encontramos ¿Estará mintiéndome?
—Pues me sonrío –admito con petulancia.
Se vuelve a mí sin muestra de rencor, creo que me dice la verdad, ya no le interesa saber de James.
—Eso es un buen comienzo para él, no lo hará parecer un bicho raro.
No se porque el simple hecho de que lo insulte me da ganas de gritarle, nunca pensé que terminaría queriendo defender a un chico. ¡James! ¿Qué me acabas de hacer?
—¿Y su familia? ¿Tiene hermanas?
—Sí, la menor es Emily, tiene otra que se llama Joan, ella nació antes de James, su padre se llama Peter, es empresario en una compañía, no lo ven mucho, siempre esta ocupado, su madre colecciona antigüedades, a pesar de ser una familia algo distanciada parece no afectarles en nada, todos se llevan bien.
Lo único que puedo imaginar es una familia de sumo atractivo, a Emily como una chica con cabellos cobrizos como su hermano y Joan con el cabello pelirrojo y ojos claros, a su madre como una mujer importante y con mucha clase, con los mismos ojos de James tal vez. El tiempo pasa rápido entre Beth y yo, dejamos de hablar sobre James y parece que a ella le gusta más hablar sobre otro tema, decidimos ver una película, me doy cuenta minutos después que termino viéndola sola, Beth cabecea en uno de los cojines del sofá, debe estar demasiado cansada, espero a que la película termine y la despierto.
Abre los ojos de golpe.
—¿Qué paso? –me pregunta alterada.
Sonrío.
—Se termino la película a y te quedaste dormida.
Se frota las ojos, bosteza y me regresa una sonrisa en disculpa.
—Perdóname, estoy algo cansada, mi trabajo me tiene agotada ¿Qué hora es?
Verifico mi reloj de mano.
—Más de las diez.
Se levanta.
—Te llevo a tu casa, no es bueno que camines sola y ni tampoco se te ocurra pedir un taxi –me advierte con ojos severos.
Esta vez no objeto nada, la verdad tampoco me da ganas de pedir un taxi, tengo que cuidar lo último que me queda de dinero si quiero sobrevivir hasta conseguir empleo. Salimos del departamento hasta el estacionamiento, subimos y conduce rumbo a mi casa, la calle esta oscura y sola, a excepción de algunos autos, mañana es jueves, muero por que sea fin de semana y pasar por la biblioteca, solo con el pretexto de ver a James de nuevo, quizá mi obsesión por verlo solo se trate de un síntoma más de la fascinación que tengo por él, estoy segura de que desaparecerá.
Beth se estaciona frente al edificio, me despido de ella y busco en mi chaqueta las llaves de mi habitación mientras bajo, lo último que veo es como el auto desaparece, como siempre al entrar la recepcionista me recibe con un saludo, le deseo buenas noches y subo a mi departamento, esta más vacío que una bodega y silenciosa que la calle, como me gustaría no sentirme tan sola, estas paredes son demasiado grandes para mí, a veces me causa demasiado pavor estar tan sola en un lugar tan grande. Me voy al baño, la cabeza me da un poco de dolor, debe ser por la presión de terminar los resúmenes de los cinco libros que aun no he comenzado a leer, mañana tendré que recogerlos de mi casillero y comenzar a leer los capítulos que necesito para hacerlo. Me lavo los dientes y me miro en el espejo, tengo un ligero rubor por el frío de afuera, mi nariz esta de color escarlata, y mi cabello es un desastre, mi piel esta algo más pálida de lo normal y no se porque, la verdad mi apariencia no serviría mucho para que James decidiera fijarse en mí, no soy guapa, no soy sexy, nada podría ayudarme, tomó un cepillo y comienzo a peinarme los mechones rebeldes, mi madre siempre ha dicho que mi cabello es hermoso, es negro puro, como el carbón, como la noche y que mis ojos cafés reflejan lo que soy, dulce como el chocolate. Salgo del baño, me pongo lo que sea para dormir y me tumbo sobre la cama, en un segundo mi departamento vuelve a quedarse a oscuras, el frío de afuera no ayuda, empiezo a temblar y lo único que puedo pensar para tranquilizarme es en James.
El departamento esta oscuro, es de noche y estoy sentada tranquilamente en el sofá leyendo parte de mi libro de "Cumbres borrascosas" frente a la ventana para que la luz de la noche pueda reflejarse sobre las palabras, no espero a nadie así que podré estar aquí durante horas, inclusive sin necesidad de dormir, suspiro, es mejor que estar haciendo nada. De inmediato alguien toca la puerta, me paralizo, estoy segura de que no esperaba a nadie, me levanto despacio y camino hacia la puerta, vacilo en abrir hasta que termino con la impaciencia, la oscuridad no ayuda mucho a mis ojos así que me complico un poco para ver quién es, hasta que termino por reconocer aquellos ojos brillantes en la oscuridad, esos labios que resaltan entre su boca, su inigualable altura y el aspecto suave de su piel. Es James.
Esta frente a mí y me sonríe como la primera vez...Dios mío, esta aquí, en el departamento, no hay nadie en el pasillo, ningún ruido, solo nosotros.
—Buenas noches Felicity ¿Puedo pasar? –me pregunta con amabilidad, su voz me produce un nudo en el estomago.
Apenas soy capaz de procesar que esta hablándome, asiento rápido y dejo que entre. Trato de encontrar la luz para encender algunos focos pero no encuentro nada en la pared ¿Dónde esta el interruptor? Lo único que deseo es contemplar su belleza, estando sola y tranquila, camino a un lado suyo hasta que se sienta sobre mi lugar en el sofá, me quedo parada observándolo, me mira fijamente también.
—¿Qué haces aquí? –termino por decir.
—Vine a verte –responde serio, a pesar de eso sus ojos no dejan de brillar.
El pecho me arde, el corazón se acelera contra mis costillas y las manos no dejan de sudarme, tranquilízate Felicity, toma el control. Nos miramos un buen rato, no se que hacer, su mirada me tiene congelada ¿Debo preguntarle por qué vino hasta aquí? Antes de que pueda hacerlo vuelve a hablar.
—Siéntate conmigo, Felicity, quiero que estés cerca de mí –me pide con un tono dulce, embriagador e hipnotizante.
Los labios empiezan a temblarme y mi cuerpo deja de responder, siento que caeré sobre el suelo o más bien sobre él, avanzo un paso pero me detengo, no, yo no quiero estar solo cerca de él, lo quiero todo, corro hacia su dirección y me echo sobre su cuerpo, logro hacerlo caer sobre el extremo del sofá y aplasto mis labios a los suyos sin dudarlo, sus labios se pegan a los míos con desesperación, escucho que jadea mientras me envuelve entre sus brazos, mis manos viajan a su cuello y luego hasta su nuca y enrosco mis dedos a su cabello, muerdo el grosor de su mandíbula el sostiene mis piernas firmes alrededor de su cintura. Vamos adonis, hazme tuya.
Mis manos van a su camisa y la abren de un jalón, mis dedos al fin recorrerán su piel hasta que...
Me levanto sin aire, estoy bañada en sudor y siento de repente como en parte de mi entrepierna siento como una palpitación ¡DIOS! Mi parte intima esta palpitando duro que se siente con mucho dolor pero con una ligera satisfacción. ¿Qué me acaba de pasar? ¿Acabo de tener un sueño mojado? Uno muy mojado, apenas me doy cuenta que mi despertador esta sonando, son las siete ¡Llegare tarde! Salto de la cama y me doy una ducha rápida, algo esta mal conmigo, las rodillas siguen temblándome, todo ese sueño debió ser a consecuencia de haber hablado con Beth el resto de la noche sobre James, mi cabeza solo debió haberme atormentado otra vez, cierro los ojos y trato de recordarlo todo, James en mi departamento a la mitad de la noche, James pidiéndome que este con él y yo respondiendo abruptamente con la fuerza de un deseo que no sé de dónde llego, si se lo cuento a Beth ¿Sabrá decirme que fue todo eso? Oh Felicity no seas idiota, eso fue un sueño húmedo, James te excita niña tonta. Mi estúpida conciencia también esta haciendo la tarea de molestarme, es todo mentira, James no puede despertar un deseo en mí, ese sueño fue inapropiado eso es todo, no debería recodarlo más. Me cambio y salgo casi corriendo, le doy buenos días a la recepcionista y me voy, esta mañana esta tranquila, consigo taxi rápido y me encamino a la escuela, tal vez algo de trabajo podrá distraerme del suceso de hoy, solo espero pasar desapercibida con Beth, no quiero que se entere de nada, podría hacerme muchas preguntas al respecto o simplemente pensaría que soy una morbosa chiflada. Rápidamente camino hacia el campus, entro a la escuela y voy directo a mi casillero, saco todos los libros que deje ayer y los meto a la mochila, tener los resúmenes pendientes de estos libros me dará trabajo en el almuerzo y llegando a mi departamento, no más James Hawkins para mí, se acabo.
Camino acelerando el paso hasta que trágicamente escucho la voz de Beth llamándome.
—¡Felicity!
Me vuelvo, ella lleva el pelo suelto, tiene una sonrisita alegre, me saluda y camina conmigo.
—¿Cómo estuvo tú noche?
¿Mi noche? ¿Cuál de las dos? ¿La del sueño o la mía? O bueno, soñé con James Hawkins, me eche sobre él y termine excitada y sudada.
—Bien –susurro.
—Me alegro, yo dormí como tronco, estaba tan cansada que apenas puse la cabeza en la almohada y caí rendida. A propósito, no te importa que alguien más se nos una en la cafetería hoy ¿O si?
¿A que se refiere? ¿Habrá alguien además de Ben? No me importaba en absoluto, tenía pensando ir a la biblioteca en el almuerzo a leer algunos temas que me tienen muerta de curiosidad, puede traer a quien quiera.
—No, adelante, me temo que no estaré con ustedes almorzando, iré a leer un rato.
Notó picardía cuando me da un codazo en el hombro y entrecierra los ojos.
—¿Cita con James?
La miro con exasperación, James quedo en una simple fascinación como ella mismo lo ha dicho, no tengo porque perseguirlo, no tengo la culpa de que trabaje en la única biblioteca cerca y con disponibilidad.
—Con los libros más bien –concluyo en tono frío.
Me dirijo hacia mi clase, suerte que hoy no tocamos juntas, puedo respirar un poco sin Beth aunque sea al menos una clase, me siento en la butaca de casi adelante, esta vez no tendré motivo de distracción, mantendré mis ojos cerca del profesor y de la pizarra, nada podrá salir mal, tal vez este día si pueda dejar de pensar en James y en ese raro sueño. El profesor da clase, suerte que mantengo toda la cabeza ocupada en trabajos y anotaciones, espero con ansias que el día siga así de ocupado, mis siguientes dos clases son iguales, escribo, miro al profesor y leo, mágicamente parezco tan atenta que en el resto de los días anteriores. Suena el timbre del almuerzo, rápidamente guardo mi material en el casillero excepto mis libros para cuando llegue al departamento, comenzare con esos resúmenes hoy mismo, como hoy no almorzare con Beth y Ben me voy directo a donde pensé desde un principio, a la biblioteca, de acuerdo no puedo negarme que me siento ligeramente emocionada ¿Pero y que? Si me lo encuentro solo será para pedirle algunos libros, además no tengo intención de buscar algo en especifico así que tal vez no necesite ayuda de ningún empleado, yo se lo que necesito. Abro la puerta de la biblioteca, esta algo más frecuentada que de costumbre, la última vez que vine estaba casi vacía, ahora hay gente por todos lados con libros en las manos, me despreocupo del exceso de gente, voy directo con la mujer de la otra vez, le entrego mi tarjeta de estudiante y me acerco a las filas de libros, necesito alguna revistas y libros para leer, busco algo de Shakespeare, quizá Hamlet o sueño de una noche de verano, esos últimos dos parecen buenos, los encuentro en una fila con la letra S en grande, los tomo y corro a recepción.
Miro a la mujer escribiendo en su computador, miro por todos lados, mierda ¿Por qué tengo la necesidad de encontrármelo por algún lado? ¿No vino a trabajar hoy?
—¿Eso es todo? ¿Encontró todo lo que buscaba? –me pregunta amablemente.
No, no encontré todo ¿Dónde esta James? ¿Acaso no trabajará más aquí? Le respondo con una ligera sonrisa, ella podrá saber donde esta.
—Sí, gracias –vacilo –Hoy hay mucha gente, espero que tengan empleados suficientes para atender a todos.
Guarda mis libros en una bolsa de plástico y la grapa, me la entrega.
—Supongo que sí, muchos de nuestros empleados descansan un día a la semana y otros toman el turno completo.
—¿Acaso hay espacios disponibles?
¿Qué estas haciendo Felicity? ¿No pensarás en trabajar aquí? Cerca de él no se dé que cosas puedas ser capaz.
Su negación me esfuma el ánimo.
—No, todos están ocupados pero si necesitas trabajo puedes venir y preguntármelo, si lo necesitas reservare para ti un lugar.
Parpadeo, esta mujer no me conoce ¿Cómo puede tomar el riesgo de separarme un lugar? Tal vez solo quiere ser amistosa, santo dios estoy demasiado paranoica, dudar de la gente amable es mi peor error.
—Am...Bueno yo me tomaría la libertad de venir a preguntárselo, para no causarle molestias.
Ríe.
—Es un placer, me da gusto ayudarte, además tendrías un buen inicio, se que te gustan los libros porque eres una de las personas que han venido aquí mas de dos veces en la misma semana y le caíste bien a James, él puede ayudarte.
Casi me asfixio con el aire, quiero aferrarme a su escritorio, siento que quiero caer ¡Hasta ella lo ha notado! Por dios, ¿Puede ser esto más vergonzoso? Espero que la gente que estuvo cerca de nosotros lo haya pasado desapercibido, mi cara debe estar hirviendo, apenas siento que muevo los labios para volver a hablar.
Me quedo sin palabras.
—¿A? –alzo una ceja.
—Le caíste bien a James –repite –Creo que estarías feliz trabajando aquí.
Carraspeo, necesito algo helado que me baje la temperatura, las yemas de los dedos me sudan y el estomago me da vueltas que me quiero tirar a gritar. Tomo mis libros y le agradezco, salgo y cuando estoy lejos de la biblioteca, de la gente y de todo me aprieto los labios y grito para mis adentros, empiezo a brincar y sonrió como puedo sin abrir la boca ¡Le he caído bien! ¿Se lo habrá dicho él? Mi pecho sobresale junto con mi corazón en una emocionante celebración, quiero ir de nuevo y preguntarle todo lo que le ha dicho sobre mí ¿Seré la primera chica que trata con educación? Esto segura de que sí, no puedo imaginar que haya ignorado a Beth, ella es muy linda y atractiva ¿No habrá llenando sus expectativas?
Tomo un taxi rumbo al departamento, no dejo de pensar en las palabras de la mujer una y otra vez, parece una canción que deseo que jamás termine le caíste bien a James, le caíste bien a James, James, James. La última parte es la mejor. Subo rumbo a mi habitación, muero por comenzar la tarea aunque con lo que me ha pasado hoy dudo que pueda concentrarme de nuevo, dejo todo sobre la mesita de centro de la sala y empiezo a leer los capítulos, tomo mi laptop y escribo con rapidez es fácil tener trabajo cuando necesitas urgentemente una distracción.
Esta noche me decido dormir temprano, bebo un poco de agua y me acuesto, no sin antes programar mi despertador a la hora de siempre, mañana es viernes y mi primera semana terminada en la universidad, me han pasado tantas cosas que una sola semana me parece poco tiempo. Cierro los ojos y espero a que mañana pueda al menos encontrarme un rastro de James en algún lugar.
Abro los ojos, todo esta frío, oscuro y huele mal ¿Dónde estoy? Miro hacia abajo, estoy en el piso de una calle tirada, trato de levantarme pero algo me duele ¿Qué es? Es mi cuello, me toco y siento un gran moretón, mis piernas también tienen signos de maltrato, raspaduras y más moretones ¿Qué me ha pasado? Miro a mi alrededor y me doy cuenta segundos más tarde que me ha pasado y donde estoy, aquí ha pasado todo, aquí donde se arruino mi vida por dos hombres que trataron de lastimarme y casi lo logran, los dos hombres que quisieron abusar de mí cuando estaba en preparatoria, era una noche oscura y venía de un largo paseo en el museo, recuerdo que aun vivía con John, todo sucedió en Fresno antes de cambiarme a Chicago, tenia 17 años y ellos me tenían en la mira, me persiguieron hasta que me llevaron a un callejón oscuro, me quitaron todo mi dinero y luego comenzaron a tocarme, uno de ellos me raspo las piernas con su navaja, ese día llevaba medias y las rompió hasta desgarrarlas, me besaron uno por uno, lloraba como nadie, gritaba pero nada podía funcionar, era de noche, hacía frio y estaba sola, apenas pude quitármelos de encima cuando golpee a uno de ellos con una botella, el otro me golpeo hasta romperme el labio, me tiro al piso y se hecho sobre mí, me desabrocho la blusa y me toco el pecho, su tacto era áspero sus manos tenían ampollas, era desagradable, me tapo la boca me pidió que no gritara y que si me portaba bien prometería que nada me dolería que seria "suave" patalee pero el sujetaba mis piernas, yo me aferraba al piso húmedo, gritaba, gritaba pero nada, y fue entonces cuando escuche que se bajaba la cremallera, ese día sentí realmente que mi alma se desintegraba por el terror y la tristeza. Entonces le enterré los dedos en los ojos y le escupí, se tapo la cara y eso me permitió levantarme, le propine una patada en la espalda, busque algo en el piso que me ayudara a golpearlo, le tire un ladrillo en la cabeza y yacio en la calle inconsciente.
—¡No! –mi grito pudo haber despertado a todo el pasillo entero.
El sonido de mi despertador y la luz de la mañana me hacen suspirar de alivio, ya es mañana, ya no estoy en el sueño y puedo sentirme tranquila, segundos más tarde presiento que me falta aire, respiro despacio y cierro los ojos ¿Cómo puedo seguir recordándolo con tanta precisión? Lágrimas brotan inesperadamente de mis ojos, me hecho llorar sola sobre mi cama descargando toda mi melancolía, no puedo procesarlo, aun estoy en shock después de cuatro años de terrible suceso, nada hará que pueda superarlo. Me seco las lágrimas con las sabanas, me reviso en el espejo del baño, estoy ruborizada, los labios secos y el cabello hecho una jungla, me cepillo el cabello, me lavo los dientes y me hecho una ducha de agua caliente, necesito relajarme me siento desesperada, las manos me tiemblan y mi cuerpo no deja de estremecer, he tenido dos sueños seguidos, primero uno que me ha dejado excitada y el último me ha dejado atormentada, hace mucho que no sueño con aquel día de terror, la ultima vez que me paso fue hace dos años, ahora parece que mis sueños de gritos y llantos volverán, siempre le mentía a Danielle que eran pesadillas igual que a John, nunca decidieron en preguntármelo, parecía que respetaban mi decisión. La mañana esta algo fría, logro ver que hay probabilidades de lluvia, es raro, estamos a mediados de septiembre ¿Se adelantara este invierno? Me pongo lo que sea, desayuno y salgo a toda prisa, tengo suerte de encontrarme un taxi al salir, el camino es corto quizá me he acostumbrado ya al trayecto, ansió entrar a clase para olvidarme de todo, hablar con Beth un rato y preguntarle cómo le fue ayer.
Mi camino al campus es corto, entro y voy a mi casillero, miro por todos lados para ver si encuentro a Beth, esta junto a su casillero, me saluda alegremente, esta con Ben aunque el se despide y corre hacia uno de los salones cercanos, debe tener clase temprano. Camino hacia donde esta y abro mi casillero también.
Parece que ella esta de buen humor.
—¿Cómo te fue ayer en el almuerzo? –le pregunto con tranquilidad, ella sonríe.
—Estupendo, debiste haber estado ahí, Emily es una chica super graciosa, nos hizo reír a mí y a Ben con la historia que contó de Joan en Praga –se carcajea, luego se pone seria -¿Y tú, viste a James?
¿Emily? La hermana de James ha estado en el comedor ayer y me lo he perdido todo, no pude conocer a su hermana menor ¡demonios! Me moría por conocerla, saber si hablaba de James o si ella sabía donde estaba, maldita suerte la mía. Recojo mis libros y hago como si me importara.
—¿En serio? ¿Estuvo ayer en el comedor? –abro los ojos –Eso es genial, debe ser una gran chica.
—¡Lo se! Le conté lo que me dijiste la otra vez, sobre que James te sonrió y que te deseo buenos días, ella quiere conocerte ¡Te encantará hablar con ella! Es un encanto.
Mis manos se vuelven instantáneamente puños y quiere estrellarse contra el rostro de Beth ¡Que hizo que! Apenas puedo procesar lo que me dice, no se si ha captado que me ha dejado en ridículo
—¿¡Qué!? ¿Se lo has dicho? –escupo.
Asiente.
—Sí, me pareció apropiado que ella supiera que le has caído bien a James, no tienes porque sentirte mal Felicity, ella solo quiere ser tu amiga –sonríe. ¿Cómo demonios puede sonreír después de lo que ha hecho?
Niego sin detenerme.
—No, no, no entiendes, eso era un secreto Beth, yo no pretendo meterme en la vida de James, no se porque insistes en esto, no hagas una tormenta en un vaso de agua, solo fue cortés conmigo es todo.
—Ese es el problema Felicity –se inclina hacia mí para que solo yo pueda escucharla -Él nunca es amable con nadie, me pareció que su hermana debió saberlo, Emily es una gran amiga mía y no puedo ocultarle nada, tarde o temprano lo sabría.
La miro con cólera.
—No lo creo, de todas formas tú se lo hubieras dicho y no me gusta la idea, yo no estoy de humor para que ella me haga preguntas.
Resopla.
—Ella no te va a hacer preguntas, solo quiere ser una amiga más para ti, entiéndelo, ella es muy amigable.
Me mira con una sonrisa triste y las cejas fruncidas en un gesto de vergüenza y perdón, la miro y no puedo evitar reír.
—¿Ella estará en el comedor hoy?
Asiente, suelto un suspiro.
—De acuerdo, creo que no me hará daño conocerla.
Se abalanza sobre mí y me da un beso en la mejilla.
—¡Eres la mejor!
Mi ánimo esta dando vueltas cuando camino hacia el comedor, solo pienso en que Emily Hawkins estará en nuestra mesa y que estará pensando muchas cosas de mí, no se si sean buenas, malas o terribles, pensará que le he hecho algo malo a su hermano cuando en realidad solo fui a pedir libros. Como siempre hay gente de más, no logro ver a Beth o a Ben, deben estar pidiendo el almuerzo, camino hasta que una chica me hace una seña con la mano, no estoy segura de que me este hablando a mí pero parece que sí, me saluda con la mano y me señala una silla vacía a su lado con otras dos más, avanzo despacio, logro verle más cerca, tiene el cabello hasta los hombros color café cobrizo, ojos verdes y una sonrisilla que parece de dibujos animados, el corazón me da un golpe inesperado que me saca el aliento, es Emily.
Me siento frente a ella, no deja de sonreírme.
—Hola, soy Emily, tu debes ser Felicity. Mucho gusto –alza su mano a mi dirección.
La tomo, su piel es cálida y huele a caramelo.
—Hola.
—Espero no incomodarte, se que tú y Beth almorzaban, debo parecerte una intrusa pero acabo de terminar mis clases extras así que he vuelto a mi horario normal, ella y yo antes nos sentábamos aquí espero que te agrade.
Me muerdo el labio, no puedo creer que se este disculpando.
—En absoluto, debo ser yo la intrusa, tú y ella se conocen desde hace tiempo, yo debo estar incomodándote.
Se ríe, su risita es contagiosa y sus ojos brillan como los de James, tienen un gran parecido, es exactamente como la imaginaba.
—Me caes bien, eres una chica interesante por lo que dice Beth, te gusta leer algo que Beth odia –ríe entre dientes –Me gusta la carrera que estudias, debe gustarte mucho.
Es como el primer día en que conocí a Beth, ella me hizo la misma pregunta, lo de leyes puede que se me de un poco pero no me gusta en absoluto. Bajo la mirada y juego con un pedazo de servilleta, ella estudia medicina, en cambio yo, debo parecerle una mediocre.
—Algo, mis padres siempre han querido que estudie esto, dicen que me dará futuro y tienen razón, es algo que puede sacarme adelante.
—¿Pero te gusta?
—No –hago un gesto.
Me sonríe.
—¿Qué te gustaría estudiar?
—Literatura inglesa.
—¿Y porque no lo haces?
—Porque decepcionaría a mis padres, han gastado para que este aquí, no me gustaría verlos tristes por mi culpa.
—Bueno –alza las cejas –Es un problema, pero puede solucionarse, no siempre lo que crees que es bueno para ti significa que es lo correcto, piénsalo, el tiempo no espera.
—Lo sé.
Beth y Ben llegan, se disculpan por la tardanza y se sientan, Beth me ha comprado avena y unas barras de frutas, comemos mientras Beth platica sobre la clase que ha expuesto después Emily que menciona los tiempos largos que estuvo en sus clases extras, yo solo la miro, es como observar una parte de ella a James, sus ojos me lo recuerdan, incluso su sonrisa, ella es adorable, Beth tenía razón. Suena la campana, rápidamente Emily se despide de todos y de mí.
—Nos vemos luego Felicity, fue un gusto.
Me ofrece la mano, la tomo.
—El mío también.
Corre hacia la salida y desaparece entre la gente. Beth se ríe y me da un golpe en el hombro.
—Te dije que era amigable.
Le saco la lengua y juntas nos vamos a nuestras clases.
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