Parte 12
Hola a todos mis hermosas lectoras <3 Espero que se encuentren super bien, yo la verdad les tengo una mala noticia, no creo poder subir capítulo lo que resta de este mes porque la tonta página de Safe Creative me está fallando así que tengo que esperar a ver si el próximo mes se recupera, odio de verdad está situación pero haré lo posible para reparar los daños.
Lo único bueno del próximo mes es mi cumpleaños :D haber si esa laptop me espera ese día, aunque lo dudo porque mis padres están viendo si pueden o no, yo no se que esperar, bueno ya no los aburro más con mis deprimentes situaciones, disfruten mucho el capítulo.
Gracias de verdad por todo su apoyo, me gusta mucho y me hace el día entero, que digo día, la semana entera ;)
Besos xx.
P.D si hay errores de ortografía...ya saben, la consecuencia de no contar con word y sin laptop personal.
Mantengo mi vista pegada a la ventanilla, estoy en el asiento del copiloto observando la calle y los autos que dejamos atrás, James conduce tranquilo mientras habla con Harry sobre nuestra reservación, mantiene la conversación en alta voz donde yo también puedo escucharlo, parece que será un día interesante por lo que nos comenta.
—Todo esta listo James, yo mismo les haré el tour por el museo. Los esperaré aquí.
—Gracias Harry, estamos llegando. Nos vemos en unos minutos.
—Por supuesto. Adiós
—Adiós.
Cuelga, se detiene en un alto, esperamos en silencio mientras lo veo de reojo, trae puesto una camisa color ciruela de botones con un pantalón negro y zapatos limpios muy relucientes, el cabello desarreglado en un estilo muy formal pero elegante, lo que más llama mi atención es su camisa entre abierta que deja ver su pecho, me muerdo los labios en ansiedad cuando no pudo mirar hacia otro lado, no es hasta que avanza de nuevo cuando mantengo mi vista hacia el frente, conduce unos metros más y estaciona el auto en frente, me abre la puerta y entonces puedo observar con mas atención lo grande que es.
Me quedo boquiabierta y escucho a James reír tras de mí.
—¿Cómo se llama este museo? –murmuro.
—Es el museo Guggenheim, te encantará.
Me toma de la mano y avanzamos hacia la puerta, me siento estúpida con mi atuendo, él al menos va algo más coordinado que yo para la visita, mis simples vaqueros y una blusa azul no me hace la acompañante perfecta para James. Adentro es enorme, espacioso y con mucha luz, arriba veo que tiene una abertura que deja relucir el cielo, seguimos caminando hasta que nos encontramos con Harry, se ve bien con su uniforme, nos saluda y comienza con el tour por todo el museo. Avanzo junto con James de la mano, escuchamos atentamente a todo lo que nos explica Harry, nos dice sobre el autor, la obra y los datos curiosos que conllevaron los éxitos de cada una de las obras, termino por sentirme estúpida cuando Harry y James discuten sobre las obras con la mayor sabiduría, demonios, debí haber buscado algo en internet.
Seguimos y nos detenemos frente a las pinturas de Van Goh, mi corazón se acelera, miro a James cuando vemos en una gran pintura "la noche estrellada"
—Esta es hermosa –admito con timidez.
Harry me mira en media explicación acerca de la creación de la pintura.
—¿La conoces?
Asiento.
—Si, me gusta esta pintura es una de mis favoritas, me gusta como traza el pincel para las ondas –me acerco a la pintura pero sin tocarla he imito con mi mano el movimiento sinuoso de los trazos.
Harry parpadea, sonríe y me mira impresionado.
—Vaya Felicity, eres muy impredecible, me parecen interesantes los gustos que tienes –sonríe más fuerte y prosigue –Bien, como les contaba acerca de la pintura...
Mientras caminamos siento la mirada intimidante de James sobre mi cuerpo, intento no mirarlo y prestarle atención a Harry, no me gusta cohibir las ganas que le tendré si lo miro tan excitado como lo estoy ahora. Pasamos por tres pisos más, nos acercamos a las esculturas de mármol, veo totalmente impresionada los detalles de cada una de las obras, como El David de Miguel Ángelo, el pensador, Venus de milo y el beso. Me quedo parada frente a la última, la analizo y comienzo a reírme, si, realmente tengo que admitir que es erótica.
—¿Qué te hace broma? –me pregunta James detrás de mí.
Niego con la cabeza, la verdad es muy hermosa, demuestra el sentido del amor así que será otra de mis favoritas del arte.
—Nada, no me reía de nada.
Me gira y entonces me tiene en su mirada, los labios me tiemblan cuando sabe que estoy a punto de soltar otra carcajada más, doy un suspiro y titubeo.
—Dímelo, no tengo intención de reírme.
Niego con la cabeza, será muy vergonzoso
—Nada, es solo que me hace feliz estar aquí, es todo.
Doy gracias al cielo cuando Harry se acerca hacia nosotros, mira la escultura y luego me mira a mí, me apretó los labios cuando James comienza a dar vueltas por la escultura, estudiando cada detalle.
—Parece que les llamo la atención esta escultura –añade Harry -¿Sabian que muchos la consideran más erótica que romántica?
—No los culpo –mascullé.
—¿Perdón? –musita Harry.
—¿Decías? –digo, esquivando el tema.
Harry me mira con cautela y nos cuenta sobre la escultura, eso produce que James me tenga en la mira, no lo miro, no lo mirarme hasta salir de aquí, cuando Harry da por terminada el recorrido James le agradece haberse tomado el tempo de estar con nosotros, sigo sin prestarle atención a James y me despido de Harry. Salimos del museo tomados de la mano, entramos al auto y yo espero a que conduzca en silencio, acelera y vuelve su rostro hacia mí.
—¿Te ha gustado, Felicity?.
Asiento con una sonrisa ancha, lo miro directo a los ojos y veo que esta tan tranquilo que me sorprende
—Muchísimo James, gracias.
Me guiña un ojo y maneja sin mirar hacia delante, eso me pone algo nerviosa
—No hay nada que agradecer Felicity, siempre pondré lo que quiera a tu disposición. Creo que salir a comer no nos hará mal ¿Tienes hambre?
Me encojo de hombros, antes de salir del departamento comí un omelet y me bebí una coca cola pero parece que no me ha satisfecho del todo, creo que su idea no viene mal, me agrada.
—Sí, algo.
Sonríe.
—Eso es suficiente ¿A dónde deseas ir?
—Se me antoja una buena hamburguesa ¿Burger King? –lado la cabeza.
—Veo que estas de antojo grande Felicity ¿Hay algo de lo que más tengas antojo? –me pregunta con voz lenta, sus pupilas se dilatan en deseo.
Parpadeo y mantengo mi vista al parabrisas, me acomodo en el asiento y me cruzo de brazos, me mira y lo hace divertido.
—No.
Acelera y conduce por central park, volvemos a las calles hundidas en autos y taxis amarillos, veo por la ventana el cielo y luego a las personas, nueva york no se libra del sonido, siempre habrá un gran escándalo, acelera más y el auto toma velocidad, como me hubiera gustado que el auto estuviera despejado de arriba, así volvería a sentirme de nuevo viva, gritando y sintiendo el aire golpearme el rostro, bajo la ventana y saco el brazo, el aire me cosquillea y hace presión en mi piel.
Sonrió.
—Amo este auto –añado con los ojos cerrados, dejando caer la cabeza al respaldo.
James ríe.
—¿Solo el auto?
Trato de evitar una sonrisa de oreja a oreja y levanto una ceja.
—También al conductor.
Hace una ligera mueca y me mira de reojo, reviento en carcajadas.
—Eso sí ya tiene sentido.
Nos acercamos, bajamos y entramos, el olor a papas fritas y pan horneado me revienta el apetito, nos acercamos a caja, yo pido una hamburguesa de pollo, coca cola y papas fritas, James pide una ensalada y agua de limón, mientras nuestro pedido esta listo nos acercamos a una mesa, tomamos asiento y veo las llamadas perdidas de mi madre ¿Qué ocurre?
Trato de localizarla pero no contesta el teléfono, esto me pone angustiada, James toma mis manos y me mira intranquilo.
—¿Sucede algo, Felicity?
Marco una y otra vez pero nadie contesta.
—Es mi mamá, no contesta su celular, debe ser que olvido cargarlo. Demonios.
—¿Y tu padre?
—Eso intento –marco pero a mi teléfono se le acaba el saldo —Mierda, no tengo crédito.
Saca su iphone y lo desliza por la mesa.
—Marca de mi teléfono.
Espero con ansiedad a que John tome el maldito teléfono pero marca ocupado, esto no esta bien, nadie esta contestando, ni Danielle ni John ¿Qué esta pasando? Niego y dejo el teléfono, me muerdo las uñas y James me mira impotente.
—Pediré la comida para llevar, vamos, mi departamento queda cerca, llamáremos de ahí.
James se levanta, veo que habla con la cajera y minutos más tarde regresa con nuestra orden en una bolsa, me levanto y salimos casi corriendo, enciende el auto y acelera, veo a que hora me llamo mi madre, fue exactamente cuando estábamos en el museo y yo lo tenía apagado, dios, tiene que decirme algo, mandarme un mensaje o algún mensaje de voz pero no hay nada, sigo intentando en el teléfono de James pero nadie responde. Oh no.
Bajamos, veo que llegamos a un edifico con muchas ventanas y diez pisos, no puedo evitar pensar que estoy a punto de entrar al departamento de James, donde él vive, donde duerme, come, se baña, mi boca repentinamente se humedece, ¡Basta Felicity! No es bueno pensar en eso, entramos y James saluda a un hombre detrás de una recepción, subimos por un ascensor al piso nueve, muevo los pies hasta que al fin llegamos, avanzamos por un pasillo largo hasta la habitación 236, abre la puerta y me invita a entrar.
Esta enorme y muy espacioso, tiene muchas ventanas que lo hacen ver lleno de luz, una gran sala esta en el centro de la habitación, una alfombra y una televisión, en cada rincón hay pinturas sin terminar, cuadros manchados de pintura y tinta, caballetes de madera y paletas de pinturas, en el otro extremo esta una gran cama, una mesita de noche, una lámpara de cristal y un reloj de arena, jadeo, ahí debe ser donde duerme, al otro lado esta la cocina y junto esta una escalera en espiral que lleva al segundo piso, es un gran departamento, estilo tan suburbano como Nueva York.
—Disculpa el desorden, Felicity –muestra media sonrisa.
Miro hacia la planta alta y señalo hacia las puertas.
—¿Qué guardas allí?.
Sigue la dirección y levanta los hombros.
—Almaceno material en una habitación, la otra esta vacante.
—¿Vacante? –repito con perplejidad—¿Acaso la has alquilado?
El simple hecho de que alguien más allá vivido con él me enfurece y mucho más si pienso que es una mujer, me aprieto los dientes mientras responde.
—No, nunca, la verdad no me gustan los desconocidos en mi casa.
—Oh –levanto la ceja –Eso me parece bien.
Veo como James esconde una ligera sonrisa, me lleva hacia su teléfono que esta cerca de la sala, marco otra vez a Danielle pero nadie contesta, me rindo a la tercera llamada hasta que mi celular vibra dentro del bolsillo de mi pantalón, lo saco y miro el número, es de Beth.
Contesto y hablo deprisa.
—¿Beth? ¿Hola?
—¿Es usted Felicity Hunter? –me pregunta la voz de una mujer mayor y no es Beth.
Miro a James que esta a lado mío.
—Así es ¿Qué le ocurre a Beth?
—Su amiga acaba de ser transferida al hospital por una golpiza, su ex novio como ella informa la golpeo esta tarde, me pido llamarla.
Oh no...
—¡Que! ¡La golpeo! ¿Cómo...? –cierro los ojos —¿Esta bien? ¿Cuál es su estado?
—Ella se encuentra mejor, le dimos algunos analgésicos para el dolor, tiene un brazo lastimado pero todo esta bien.
James esta alado mío totalmente congelado, tiene el rostro hundido en pánico.
—Muchas gracias por avisarme, voy para allá. Gracias.
Cuelgo y James esta alterado, los ojos dilatados y el cejo fruncido.
—¿Felicity?
—Acaban de llamarme del hospital, Beth fue golpeada por Ben esta tarde.
—¿La golpeo? Pero, oh dios ¿Cómo esta?
—Dicen que le dieron analgésicos, tiene al parece un brazo lastimado –me tapo la boca para evitar gemir, no me imagino a Beth en un peor estado, sabía que las cosas terminarían mal. –James ¿Puedes llevarme por favor al hospital? Necesito verla.
—Claro que sí. Vamos.
Entro corriendo hacia recepción donde una mujer de uniforme blanco y el cabello recogido se altera cuando me estampo contra la barra, rápidamente doy el nombre de Beth y ella me señala una puerta al final de pasillo, corro y James va detrás de mí, escucho sus pasos muy cerca. Abro la puerta y me encuentro con Beth y una enfermera, esta sentada sobre una camilla, la habitación es de color crema y todo huele a desinfectante.
Nos miramos y ella me sonríe, tiene el brazo vendado y un ojo hinchado, de un color púrpura, me lleno de coraje al pensar que Ben pudo haberle levantado una mano.
—Ese maldito hijo de puta –mascullo con los dientes apretados —¡Cómo se atrevió!
—Calma Felicity, estoy bien, no me ha pasado nada.
—¿A eso le llamas nada? –me acerco y apunto su brazo vendado.
Baja la mirada, la enfermera le inyecta algo en su brazo bueno, hace un gesto con la boca cuando sacan la jeringa, vuelve a verme.
—Tenías razón Felicity, debí medir lo que hacía. Lo siento tanto.
—Puede irse cuando lo desee señorita –la interrumpe la enfermera.
Beth asiente.
—Gracias –dice con voz baja.
La enfermera sale por la puerta, me vuelvo a James que esta sin decir nada, se queda quieto observándome.
—Esperaré afuera –susurra y sale junto con la enfermera.
Beth y yo nos quedamos solas, tomo asiento en una silla y la miro, le descubro la marca de una bofetada sobre su mejilla, esta enrojecida, suspiro con desesperación y ella solo se puede quedar en silencio, se esta cohibiendo las ganas de llorar.
—¿Qué fue lo que paso Beth? Cuéntamelo.
Toma aire y me mira, su rostro esta tan hinchado que solo me da ganas de llorar junto con ella, tal vez sea la persona más terca que conozco pero tiene un buen corazón, no merecía que Ben la engañara ni mucho menos que la golpeara de esta forma, me duele todo lo que esta pasando. Espero sin insistencia hasta que habla.
—Ben descubrió que estaba saliendo con otro chico, me espero fuera del trabajo y entonces me llevo a comer, cuando regresábamos se detuvo, me saco del carro y me golpeo, al principio fue la bofetada después le pedí una explicación y fue cuando me sujeto del brazo muy fuerte, me dio un puñetazo y entonces yo grite, un hombre me lo quito de encima y entonces de repente todo se lleno de gente –suspira –Llamaron a la policía y me llevaron al hospital, trajeron mi auto en una grúa.
No se que decir, la verdad no lo sé, todo esto me parece tan confuso y el decirle algo me hace pensar que solo la lastimare. Me paso los dedos por el cabello y me froto las manos, ansiosa.
—Beth...Yo, no sé que decirte.
—¡Creí que iba a matarme Felicity! –grita con la voz quebrada, rompe en lágrimas –Mi vida paso por mi mente en un segundo y me sentí tan mal que solo desee otra oportunidad.
—¡Beth! –me levanto de la silla. –Eso no iba a pasar, ese hombre pasaría su vida en la cárcel si descubría que él había hecho algo como eso ¡No iba a permitir que estuviera libre en la calle! Jamás, pasaría mi vida buscándolo para poder cobrarle la cuenta, además no serías la única que hubiera deseado otra oportunidad, eres mi mejor amiga, el despedirme de ti sería mi deseo. Nunca digas eso, por favor, no lo permitiría.
—Felicity –gimotea, se limpia las lágrimas con el dorso de su mano buena –Eres como mi hermana y yo sé que ambas no permitiríamos que a una de nosotras nos hicieran daño ¿No es así?
—Así es –respondo firme.
—Hazme un favor y dime que fue mi culpa, debí haberte escuchado, fue una estúpida el haberte ignorado fue una de las cosas que jamás debí haber hecho, las cosas que hice estuvieron mal y las he pagado muy mal –tuerce la boca –Dímelo, eso me hará sentir mejor.
—¿Cómo pretendes que te diga eso? –Frunzo las cejas –No lo haré, no, ni aunque me lo supliques.
—Felicity, hazlo, solo dilo y ya.
—¡No Beth! Es suficiente ahora, has pagado tus errores muy caro y creo que eso para mí es suficiente.
—Pues solo hace falta que me digas que fue mi culpa para terminar de entender que lo he pagado muy caro. —Pues no te lo diré y punto.
Nos miramos firmemente durante un largo minutos y ella pone mala cara.
—Creí que eras mi amiga.
—Lo soy y si no lo crees entonces he pensando mal todo este tiempo –me cruzo de brazos y miro hacia la nada.
Suspira
—Maldita sea, solo dime que me lo has advertido ¿Podrías hacer ese jodido favor?
—Esto es una mierda Beth ¿Qué carajos tengo que hacer para que entiendas las cosas? –me aprieto los labios y entonces la miro con coraje. –Te lo dije... ¡Ya estás jodidamente feliz!
La comisura de sus labios se elevan en una regocijante y triunfante sonrisa, toma mi mano y me da un apretón.
—Gracias por preocuparte por mí Felicity, eres la mejor.
Le doy una cálida sonrisa y me sonrojo, ella es la única persona que tengo cerca para apoyarme, no la iba a dejar sola, nuca.
—Sabes que eres como mi hermana, no iba a permitir dejarte sola aquí, te quiero.
—Yo también –levanta sus brazos pero se detiene cuando hace un gesto de dolor, se aprieta los labios –Bien, creo que ese abrazo queda inconcluso hasta que me recupere.
Sonrió.
—Estoy de acuerdo, entonces ¿Lista para irte?
Asiente, la ayudo a bajar de la camilla y salimos del cuarto, James esta esperándonos recargado en la pared con los brazos cruzados y mirando el largo y ancho pasillo, en cuanto nos ve se incorpora y sonríe tímidamente.
—Hola –me saluda, me echa una mirada y luego a Beth, se pone nervioso –Hola Beth.
Beth asiente.
—Hola James, siento ser una molestia, no quería causarles problemas con esto.
James se muestra cortés, le sonríe ligeramente y niega.
—Nada de eso, Felicity se preocupo mucho y ella quería venir a verte. Espero que todo este en orden.
—Lo esta, gracias por preguntar –le responde voz tono apacible.
Lo miro, aun esta tan nervioso que le cuesta hablarme, me regresa la mirada y me sonríe.
—Llevaré a Beth a casa ¿Te importaría si me voy con ella?
—Lo entiendo perfecto Felicity, no te preocupes por mí, llámame en cuanto llegues ¿De acuerdo?
—Claro –asiento lentamente.
James se despide con educación de Beth, notó que ella se siente incomoda y no logro entender porque, ella me hecha un vistazo y carraspea.
—Felicity, se me olvido mi bolso adentro de la habitación, ya vuelvo –se gira a la puerta y desaparece.
Entiendo su idea, me ha dejado sola para poder despedirme, en cuanto estamos solos el cuerpo de James se destensa y me planta un beso de despedida, sonrió y me aseguro de que Beth siga dentro, le regreso el beso con la tristeza comiéndome el alma, no quería despedirme de él pero es necesario, no puedo dejar a Beth sola ni menos ahora.
Cuando se aleja me acaricia la cara con la punta de la nariz y aprieta sus labios en mi frente. El corazón se enloquece dentro de mí.
—No me quiero ir pero tengo que ¿Verdad?
Me muerdo el labio inferior y comienzo a meditar, ni yo tengo la intención de que tuviera que irse pero a Beth le gustaría estar sola, si por mi pudiera lo mantendría conmigo dentro de mi departamento durante horas pero mis instintos serían tan altos que terminaría por incomodar a Beth.
Suspiro.
—Eso creo, te llamare en cuanto llegue. Lo prometo.
Ahora se muerde con fuerza los labios, miro hacia abajo y veo la punta de su fina erección. Jadeo, esto es demasiado, escucho la puerta abrirse y rápidamente me despido.
—Nos vemos.
Asiente y mira por encima de hombro a Beth.
—Adiós Felicity.
Se va caminando por el pasillo, lo miro alejarse hasta perderse por completo con la gente que circula, Beth hace un mohín y me toma del brazo.
—Siento arruinar tu momento Felicity, debiste estar con James cuando te llamo la enfermera.
Me rió y me encaro con ella, niego.
—No te preocupes, entiende perfecto.
Resopla y pone los ojos en blanco.
—Hay cosas que no terminare de perdonarme.
Nos reímos y caminamos juntas por el pasillo.
—Vamos, es hora de que descanses de verdad.
Estaciono el auto rojo de Beth en el estacionamiento, la ayudo a bajar aunque ella insiste que puede hacerlo sola, un brazo lastimado y un ojo realmente hinchado no me parece que merezca desinterés, ella esta lastimada cueste lo que le cueste entenderlo. Busco mis llaves cuando caminamos por el pasillo, abro la puerta y la dejo pasar, ella se tira en el sofá y recarga la cabeza, la observo, debe tener hambre y sed, no sin antes recoger el correo de hoy, lo dejo sobre la barra de la cocina y le preparo una sopa Campbell's, le sirvo agua y ella se lo bebe rápido, le pongo sobre la mesita de noche la sopa y se la come.
Parece desesperada cuando la prueba.
—Gracias por darme una comida decente, en el hospital estuvo del asco, moría de hambre –se carcajea.
—No hay de que Beth -me sirvo un poco de sopa a mí y me siento en la silla junto a la barra de la cocina, le hecho un vistazo al periódico y recuerdo que a ella le toca mañana ir a su trabajo ¿Ira?
Come tan concentrada que molestarla con el trabajo puede hacerla sentir presionada y más cansada de lo que esta, la miro y ella segundos más tarde se da cuenta.
—¿Qué?
—¿Piensas ir a trabajar mañana?
Arruga la nariz con asco.
—Tal vez sí pero llamaré mañana temprano para reportarme como enferma, quizá me den una semana –una sonrisa le relampaguea.
La dejo comer la sopa y me concentro en la correspondencia, todos son para Beth excepto uno, la cuchara con sopa se me cae en el plato, el corazón se me detiene cuando sostengo entre mis manos una invitación de la boda, es blanca y de papel duro fino, Beth trata de levantarse cuando me ve pálida y desorientada.
Se queda asustada detrás de la barra.
—¿Qué pasa? ¿Qué es eso?
Miro unos minutos la invitación de boda que lleva los nombres de "John Hunter y Rose Hadley". ¡Se casarán! Oh mi dios, no lo puedo creer, cuanto se habían tardado.
Levanto la vista y una grande sonrisa se dibuja sobre mi rostro ahora enrojecido.
—¡Mi padre se casara! ¡Esto es increíble!
Beth alza una ceja y me mira con cautela.
—¿En serio?
Abro la invitación y comienzo a leerla, verifico la fecha, es en dos semanas y será en Fresno en una pequeña capilla, ahora entiendo las llamadas perdidas de mi madre, quería darme la noticia. Hiperventilo, me imagino a John en un elegante esmoquin y a Rose en un largo y esponjoso vestido blanco y encajes, ella feliz cruzando por el altar y a mi padre jovial esperándola con orgullo, había soñado con ver a mi padre así de feliz.
Beth aun esta perdida por mi reacción, doy aplausos y leo una y otra vez lo que dice.
—Tendré que pedir permiso en el trabajo para ir pero valdrá la pena absolutamente. Muero por verlos a todos allí.
—Me alegro tanto por ti Felicity, mereces un respiro.
Corro hacia mi habitación y comienzo a marcarle a James, contesta a los tres timbres, su voz es tranquila cuando contesta.
—Felicity, he esperado tu llamada.
Parpadeo.
—¿En serio?
Ríe.
—Sí, quería preguntarte algo pero creo que con lo de Beth se olvidaron las cosas.
—Sí, desafortunadamente tomo por sorpresa, pero dime, yo también tengo algo que contarte.
—Que tal si tu me lo dices primero.
Sonrió.
—No, adelante, tú primero.
—Tú por favor –me pide con voz seductora.
Carajo, con esa voz nadie se resiste, me muerdo los labios y le digo.
—Mi padre se casa en dos semanas, es en Fresno y quería pedirte que ¿Si te gustaría acompañarme?
Jadea y ríe
—A ti también te llego la invitación –se carcajea –Mi madre la recibió esta mañana por parte de Rose, así que tengo toda la intención de ir contigo Felicity, me siento honrado de que tu me estés invitando.
—No tendría intención de ir con nadie más –añado entre risas nerviosas.
Su risa aterciopelada me hace suspirar, santo dios hasta presiento sentir el calor de su aliento en mi mejilla cuando ríe de esa forma, es tan mágico la impresión que me deja.
—Felicity yo también quería preguntarte algo, como sabrás en unos días me graduó finalmente de la universidad y entregarán los diplomas este martes y bueno mis padres y mis hermanas estarán ahí, Joan llega mañana de Praga y quiero que estés ahí.
Me toco el pecho, mi corazón revolotea como las alas de un colibrí, tan rápido que me asfixio. ¿Quiere que este yo ahí? ¿En la presencia de sus padres? ¡Tierra trágame! No se si este lista para conocer a sus padres, soy tan torpe y débil que no habrá forma de que pueda impresionarlos ¿Y si no les caigo bien? ¿Si piensan que no soy para James? No por favor.
Trago saliva, comienzo a sudar y a tartamudear, es algo tan importante para James que no se si yo merezca estar ahí.
—James, pero es la entrega de tu certificado, tus padres son los que deben estar ahí, no yo.
—Y estarán ahí pero si no estás tú ¿Qué sentido tiene que sea importante para mí?
Los cabellos de la nuca se me erizan y doy un salto sobre el colchón, no se que decirle ni mucho menos que pensar, solo se que no esto preparada para conocer a su familia ¿O si? Conozco a Emily pero no a su hermana Joan que vive en Praga y que recién llega de una feliz luna de miel o a su padre un administrador importante y su madre que deben tener más clase que yo, definitivamente haré el ridículo, lo sé.
—Oh dios, no sé que decir ¿Estás seguro? Yo tal vez no encaje ahí, habrá gente que no conozca o podré hacer algo estúpido que terminara por avergonzarte, no lo sé, algo me dice que si estoy arruinare algo.
Suspira, reconozco ese tipo de suspiros, me dice que estoy diciendo más estupideces.
—Felicity, lo único que quiero es que estés ahí, sentada frente a mí y que yo pueda verte cuando reciba mi certificado, eso es todo.
Ahora suspiro de pura frustración.
—Estás cometiendo un error pero que va, esta bien iré ¿Dónde es?
—Emily te recogerá pero no es el único lugar a donde quiero que vayas conmigo.
Me tapo la cara incrédula ¿A dónde demonios quiere parar? Solo espero que no sea a la casa de sus padres porque entonces tendré que mantenerme callada e inerte el resto del tiempo, así es la única forma en la que puedo saber que no diré ni haré nada estúpido.
Espero a que hable.
—Harry hará ese día una fiesta en un bar, nos ha invitado y por supuesto tu estás invitada asi que quiero que vayas conmigo. ¿Podrás?
—Ja, claro que puedo pero que sentido tiene James, es tu día, no sé por qué debo estar en tu entrega y en la fiesta –niego –Bueno en realidad en la entrega de tu certificado con tus padres, eso si no entiendo porque.
—Por qué mi jodido cuerpo lo desea ¿Lo entiendes ahora?
Me muerdo los labios mientras mis mejillas llena a ese color rojo electrizante, me aclaro la garganta.
—Buena explicación, bien, entonces te veo en la entrega y en la fiesta.
Se que tiene una maldita sonrisa pintada en el rostro.
—Eso suena mejor, te veo el martes, Felicity. Gracias.
Pongo los ojos en blanco, sabe que me ha hecho enfadar.
—A veces no entiendo por qué haces cosas que me enfurecen –mascullo.
—Tampoco yo lo entiendo.
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