Parte 10
Hola a todos mis queridos lectores, volviendo fielmente para traerles otro capítulo más de la historia, espero que les guste mucho y quiero agradecer a todos por seguir leyendome, muchas pero muchas gracias, cada vez que ustedes me dan estrellita o comentan cada uno alimenta mis ganas de seguir con esa historia que poco a poco va ganando seguidores, si el capítulo tiene errores de nuevo disculpen, ya para navidad me compran una computadora y ahora sí nada de errores feos.
Espero y sea de su agrado, gracias por todo de nuevo, besos. :)
Capítulo dedicado a una chica que me hizo el día con sus comentarios y sus estrellitas <3
9 de octubre 2012
James:
Algo esta mal, no me has venido a visitar desde que hablamos por teléfono, en la escuela no apareces ni tampoco por la biblioteca, le he preguntando a la mujer de recepción por ti pero solo me dijo que pediste dos días de descanso ¿Estarás enfermo? La mesa de la cafetería no ha sido visitada por nadie, ni siquiera tu mejor amigo ha vuelto a decirme nada, parece que se los hubiera tragado la tierra y en cuanto a Emily...la vi hace cuatro días pero estaba tan ocupada con algo sobre el comienzo de su tesis que no me dio tiempo de platicar con ella, parece que todos están ocupados y no se que hacer, no quiero imaginar que estás evitándome, tengo que admitir que merezco esto después de lo que te hice pasar, perdóname, algún día cambiare, tengo la fe de que suceda. Solo sueño con que puedas volver a hablarme, te quiero.
Felicity Hunter.
Me siento sobre la cama a revisar mi celular, no hay llamadas perdidas ni mucho menos mensajes de texto, dios ¿Debería llamarlo yo? Creo que será la única forma de terminar con todo esto, tomo mi diario y hojeo hasta la parte de datos telefónicos, marco con lentitud el número de James y presión la tecla de llamada, la mano me tiembla cuando me coloco el celular al oído y escucho el primer timbre, nada, el segundo se hace más largo, nada, espero hasta el quinto y entonces su voz con un mensaje me hace dar un brinquito. "Estás marcando al celular de James Hawkins, deja tú mensaje, prometo comunicarme contigo de inmediato". Suspiro, al menos escuchar su voz en un nítido mensaje de celular me ha regresado algo de vida.
Despejo mi mente y dejo el mensaje.
—James, soy Felicity solo me preguntaba si te encuentras bien, ya sabes para...—no encuentro palabras para decirle cuan desesperada me siento –Para tener nuestra charla, pregunté por ti en la biblioteca pero no hay señales de ti desde hace cinco días, espero que todo esté en orden. Te...espero, más bien, espero tu llamada.
Cuelgo y sacudo la cabeza, estaba a punto de decirle que lo amaba, estuvo muy cerca, debería medir las palabras cuando es referente a James, esta ansiedad esta matándome, si no le digo a James la verdad estoy segura de que terminare siendo otra persona. Salgo corriendo del departamento, mi clase esta mañana es a las nueve, tengo que llegar temprano, van dos veces que llego tarde y la tercera definitivamente no me hará bien en la calificación de los próximos exámenes, corro por los pasillos de la universidad hasta llegar a mi aula, tomo asiento y presto atención, el maestro aun no llega pero no tardará, en cuanto tarde más será mejor para mí, saco a escondidas mi teléfono para verificar si no hay mensaje y es así, no hay nada de James. Maldita sea. ¿Dónde está? Necesito saber que es lo que está ocurriendo, tal vez no sea la única que esté ocultándole algo a James, él puede tener sus propios problemas y sus secretos, no lo creo, alguien tan hermoso y perfecto como James jamás podría sentirse atormentado de su vida, es guapo, estudia lo que ama, sus padres tienen un gran puesto y no les falta nada, es como una familia y vida perfecta en una sola ¿Qué problemas podría tener? Es irónico.
Beth me acompaña en el almuerzo, ella lee una revista y yo sigo jugando con mi teléfono, tiene que haber algo, tiene que llamar para decirme que toda esta bien, cinco días son suficiente tortura.
—¿Sigues tecleando ese aparato, Felicity? –espeta Beth con tono malhumorado. Solo me llama Felicity en ese tono cuando esta enojada conmigo o bastante harta.
Niego pero no la miro, tengo fijo los ojos en la pantalla de inicio del celular, estoy en guardia por si suena o me llega un mensaje de texto. Ella resopla y sacude la cabeza con desaprobación.
—Ya basta por favor ¿Aun crees que no te ha llamado porque no te quiere? Felicity piensa, es una persona lo cual significa vida con problemas, no lo acoses tanto, pensará que ya quieres ir más allá con la relación.
Levanto la mirada, entrecierro los ojos, no sabe por lo que estoy pasando, asi que es la que menos debería decirme como actuar.
—No pretendo tener el papel de novia acosadora Beth, algo me dice que no esta bien y todos me lo quieren ocultar. Lo presiento.
Pone los ojos en blanco y bebe una malteada de fresa, se recarga en el respaldo de la silla y alza una ceja.
—Solo tú piensas eso, si te das cuenta él como Emily están a punto de graduarse, necesitan prepararse para sus tesis, tal vez necesita tiempo. Déjalo respirar.
Suelto un largo suspiro y guardo el teléfono, tiene razón, no quier agobiarlo con mi actitud psicópata pero se que nada esta bien, James no son de esas personas que dejan una situación inconclusa, si no quiere verme o llamarme es por otra cosa grave y no precisamente por despecho a lo que le hice, es tan grave que no me ha contactado en cinco días y tengo que saber el verdadero motivo, Emily o Harry tendrán que decirme tarde o temprano. El día en la universidad no termina por distraerme del todo, tal vez la tarde en el trabajo pueda dejarme algo en que pensar, regreso al departamento por mi uniforme y tomo el Tsuru rojo de Beth para ir a trabajar, ella saldrá hasta las nueve y me ha pedido ir a recogerla a la oficina donde trabaja, acepto sin molestias.
En el camino llueve como nunca ha llovido en Nueva york, tengo suerte de estar en la esquina para no tener que sufrir con la poca visión que nos deja este día nublado y con tanta lluvia, estaciono el auto enfrente y salgo con periódico a la mitad sobre mi cabeza, la gente corre para poder resguardarse, apenas si me he mojado con unas cuantas gotas. Cuando entro esta caliente y huele a café tostado, es sumamente delicioso, me cambio y comienzo mi turno, no sin antes revisar que la mesa seis este ocupada, el alma se me encoje cuando no veo a nadie, otro día más sin su presencia en el trabajo, preparo cafés y despacho a los clientes esta vez en caja, Ted me ha pedido utilizar la nueva caja registradora ya que Lena estropeo la vieja, cobro y de vez en cuando llevo pedidos hasta las mesas cuando no hay mucha gente, cuando mi turno de descanso comienza solo me bebo un té y mordisqueo una dona, esta semana no he tenido mucha hambre, creo que la desaparición de James me ha afectado mucho. Vuelvo al trabajo y cuando el reloj marca las siete me despejo de mi uniforme, me despido de Ted y Christina y decido salir por la puerta principal.
No tengo paraguas así que vuelvo a cubrirme con el pedazo de periódico, esta lluvia es bastante fuerte, apenas puedo mantener la cabeza en alto para mirar, volteo para todos lados y entonces dejo caer el pedazo de periódico al suelo, veo acercarse una figura alta, esbelta y con el cabello desaliñado, el agua le cae sobre los hombros, la cara, el cabello y aun así no puede perderse su posición perfecta de adonis, la lluvia le favorece más que a mí, en cuanto me ve alza su paraguas y corre a cubrirme junto con él.
Jadeo, le caen gotas de su cabello cobrizo, cuando se acerca su embriagadora colonia me traspasa la garganta como flamas, oh, ese olor tan James.
—Hola Felicity ¿Lista para irnos? –me sonríe de oreja a oreja.
¿En verdad esta aquí? Santo dios, si claro que lo esta y esta parado frente a mi con sus grandes y hermosos ojos verdes, con el frío de la lluvia cubriéndonos y su estremecedora colonia que me hace apretarme las manos con tanta fuerza para no devorármelo aquí mismo, rico sobre lluvia o no siempre tengo ganas de quererlo en cualquier lugar. Lo miro como una estúpida boquiabierta y contemplo su perfección pulida en su rostro.
—¿Cómo llegaste? ¿Por qué no me has esperado adentro? Estas todo mojado.
Hum...Mojado, ahora sí que tenemos algo en común los dos en estos momentos. Ríe para él mismo y entonces levanta su mano para quitarme mechones húmedos pegados en mi mejilla, el tacto suave de su piel desprende chispas en mi interior, no se de donde proviene este sentimiento abrupto pero recorre cada rincón de mi cuerpo hasta desprenderme adrenalina.
Sus ojos toman un cálido brillo hipnotizante.
—Creo que mi intento de ser una sorpresa resulto bastante bien como pensé –me dedica otra sonrisa y luego se pone serio –Felicity, no sabes cuanto siento no haberte respondido tus llamadas, esta semana para mí ha estado demasiado estresante, no pude contactarme contigo, salí de la cuidad de improviso, lo lamento tanto.
—Entonces ¿Estuviste fuera de la cuidad?
Se encoje de hombros.
—Solo dos días, los restantes me lo he pasado con mis padres, además Joan regresa de Praga, esta de vacaciones y quieren prepararle algo especial, aunque tengo que admitir que no fue fácil concentrarme como debí, eres una gran intrusa –susurra, regresa esa sonrisa tan electroshock.
Parpadeo confundida.
—¿Intrusa?
Mi cuerpo detecta su agilidad para acercarse más a mí cuando vuelve a responderme.
—No me dejaste pensar Felicity, eres como un imán, siempre atraes mis pensamientos aun cuando trato de dormir, comer, trabajar. ¿Habrá algo que lo pueda resolver? –su pregunta es de un estilo retorico.
Asiento pero no con muchas ganas.
—Siempre y cuando estés dispuesto a dejarme de ver, eso lo resolvería.
Suelta una ligera carcajada y entonces levanta mi barbilla con uno de sus largos, suaves y delicados dedos.
—No me importa perder la cordura siempre y cuando se trate de ti, será la única forma en la que puedas llamarme loco. –leo en su rostro que va a acercarse, la presión de mis venas se eleva, la sangre me hierve y siento que la cara me explotara, estoy tan caliente que el agua de la lluvia solo puede desaparecer el ardor.
Se inclina y sus ojos se fijan en mis labios, lentamente me embriago de su aliento y presiona ligeramente sus labios a los míos, mi corazón retumba como un tambor enloquecido, mis manos se aferran más fuerte a mi cadera y mis piernas quieren descender hasta el piso, mi parte especial esta palpitando tan rápido que siento un cosquilleo en mi abdomen, por dios el cuerpo se me estremece sobre sus brazos cuando me envuelve en ellos para acercarme a él para prolongar el beso y cubrirme de la lluvia, quiero explorar su boca por completo, quiero saborearlo, estoy segura de que con esta presión enloquecida en mi cuerpo lo disfrutare mucho más, parece haberme escuchado, abre su boca en un intento de tomar mi labio inferior y chuparlo con fuerza, mi cabeza retumba y mi cadera vibra, va a tener que sostenerme si no quiere que caiga colapsando sobre el piso, me dejo llevar por sus labios, aferro esta vez mis manos a su abrigo cuando siento el pasar de su lengua por la comisura de mis labios. ¡Santísima sea! Lo quiero, aquí, en la calle, necesito que apague esta presión que me quiere romper en pedazos. Mi flamante deseo me hace amarlo aquí mismo, a pesar de toda esta gente, quiero tenerlo, llenarme de él, lo quiero y lo amo tanto que esperarlo cinco días valió completo la pena para esto.
Cuando se aleja apenas soy un cuerpo inerte con alma, mi respiración desaparece por unos segundos hasta que me recuerdo respirar, mis labios hinchados me palpitan también, mi sangre acumulada me viaja hacia las mejillas donde me dejan un color más que rosado, estoy tan roja como un tomate, siento como si un ráfaga en llamas me hubiera cubierto el cuerpo, se siente tan excitante. Lo miro, él esta tan excitado como yo que notó su rubor, se muerde los labios y baja la mirada, levanto las manos y le acaricio las mejillas, son tan suaves y calientes, estoy segura de que la mayoría de su cuerpo lo esta.
—¿A dónde vamos a ir? –le recuerdo, el aire aun me es indispensable, tomo una bocanada de aire para recuperarme.
Me sigue envolviendo en sus brazos, me siento tan relajada que no me molestaría quedarme aquí durante horas, si no fuese por la gente que nos estorba. Medita un poco y vuelve a hablar.
—A donde quieras, aunque ¿No tienes que hablar conmigo primero?
Oh si, lo había olvidado, demonios me será tan difícil decirle la verdad después de esto. Titubeo y busco las llaves del auto de Beth, aprieto para desactivar la alarma y las luces delanteras vibran, ahora si puedo ver donde esta.
—De acuerdo, vayamos al departamento. –murmuré.
Entramos al auto y comienzo a conducir para el departamento, James ocupa el lugar del copiloto encendiendo la calefacción, aun sigue mojado igual que yo, apenas puedo ver la calle con tanta agua, el parabrisas esta cada vez más borroso, pidió a dios con que lleguemos al menos esta noche sanos y salvos. James enciende la radio, cambia de estación se detiene al fin en una, reconozco la canción, Gravity, de Sara Bareilles.
—Esa es hermosa, me gusta. Gravity –admito sin poder quitar la vista de enfrente.
James se vuelve a mí, veo de reojo que me sonríe y que clava sus ojos en mi rostro, su excesiva concentración no me deja conducir en mis cinco sentidos.
—Nunca me sorprenderé de nuestros similares gustos, es como si me leyeras la mente.
Rió fuerte.
—O tú estás leyendo la mía.
Reímos y dejamos un momento de silencio para escuchar la canción, para cuando termina llegamos al estacionamiento, apago todo y James baja primero, abre su paraguas y esta ya parado frente a la puerta para abrirme y cubrirme con sus brazos, corremos bajo la lluvia hasta llegar a las escaleras, subimos y nos secamos un poco cuando estamos en el pasillo, James cierra el paraguas y yo abro la puerta del cuarto.
Adentro dejamos nuestros abrigos empapados, me quito los zapatos y enciendo las luces.
—¿Quieres algo de beber? Agua, jugo, lo que sea.
Se acerca junto conmigo a la cocina y se sienta en una silla, recarga los brazos sobre la barra, contemplándome.
—Agua, por favor.
Tomo un vaso de vidrio y lo lleno de agua, se lo dejo sobre la barra mientras veo como saca una cajita transparente que esta llena de pastillas blancas, toma una y se la pone sobre la lengua, bebe agua y traga. ¿Esta enfermo?
—¿Para que es eso? ¿Te sientes mal? –apunto la cajita.
Cabecea y me sonríe con ternura.
—Cuando estuve fuera de la cuidad me afecto un poco el clima, eso es todo, estoy bien –afirmo con voz pasiva.
Lo miro con suspicacia, bueno realmente no tiene porque mentirme, no lo veo tan mal, a excepción de que veo ligeras marcas púrpuras debajo de sus ojos ¿No habrá dormido bien estos días? Me hubiera gustado haber estado cerca para vigilarlo, estar cuidándolo a cada momento, como no hay cena me decido por preparar algo, crema de champiñones y filete no estaría mal, saco todos los ingredientes y descongelo los filetes, James sigue en la barra viéndolo como preparo todo, sigo sin poder hacer mucho si me ve de esa forma. Le pido encender el televisor para al menos no sentirme tan atrapada, si lo dejo pasar no podré controlarme.
-¿De que querías hablar conmigo?
Me quedo un momento totalmente helada, dios ¿Qué hago? ¿Se lo digo? No claro que no, bueno realmente había hecho esta cita porque pretendía decírselo pero después del beso que nos dimos me he dado cuenta que de verdad no quiero perderlo y si sale por esa puerta no estoy segura de poder seguir viviendo. Le doy vuelta a un filete, me vuelvo a él tranquila y sin rodeos.
—Te debo un agradecimiento, por haberme salvado de ese tipo, no fui muy amable la otra vez que me llamaste. Lo lamento.
Se me queda mirando un largo rato y se levanta, camina solo un extremo para poder acercarse a mí, me acaricia el hombro con dulzura y me besa la frente, no, de verdad no voy a poder decírselo nunca. Levanto la mirada a su semblante siempre pacifico y me sonríe.
—No tienes que agradecerme nada Felicity, yo hice lo que tuve que hacer, no iba a permitir que ese hombre te lastimara, estuve a punto de darle una golpiza dura pero suerte para él que llegaron los policías –pone los ojos en blanco, luego regresa su sonrisa –Siempre será un magnífico trabajo ser tú héroe.
Los labios me tiemblan cuando trato de regresarle la sonrisa, tengo que ser cauta y entender las señales que me da, necesito decírselo a paso lento para que pueda entenderlo.
—Pudiste haber entrado a la cárcel –añado.
Se encoje de hombros y entierra lentamente sus dedos a mi cabellera, la piel de los brazos se me eriza igual que los de la nuca, me muerdo el labio con discreción.
—No me importa –repuso con todo desinteresado.
—James –menciono su nombre en tono bajo –Estoy segura de que siempre te has preguntado porque huí como loca del restaurant aquella vez, pues tengo situaciones que te lo harán entenderlo todo.
Los ojos de James toman un brillo consolador, sus cejas perfectas se juntan hasta hacerle aparecer arrugas preocupantes en su frente lisa, me examina con atención mientras esperamos en su silencio.
—¿A que te refieres?
Bajo la mirada hasta el piso, trato de respirar lo más normal posible pero no puedo, el estomago se me encoje y esta dándome un retorcijón horrible, mis dedos tiemblan y tengo ganas de llorar, de verdad necesito calmarme. James alza mi cabeza con un dedo me obliga a mirarlo, su mirada es penetrante de nuevo y no puedo desviar mis ojos hacia otro lado, esta demostrándome que le importa lo que le estoy diciendo.
—¿Felicity? –indaga mi semblante.
Cierro los ojos ya que no puedo deshacerme de su mirada, pienso en lo que tengo que decirle pero mi mente esta en blanco como en un día de examen, había estudiado perfecto mis palabras para decírselo y ahora las he olvidado todas ¿Cómo pudo pasar esto? De repente me besa y yo no quiero contárselo ¿Por qué demonios hizo eso? Carajo, si lo hubiera hecho ahora estuviera confesándoselo todo.
Me armo de valor y lo vuelvo a mirar a la cara, esta tan preocupado que deseo borrar cada una de sus arrugas que se han formado sobre su frente, respetaré su decisión si quiere irse.
—No soy la chica que crees James, mi vida no es perfecta y mi pasado tampoco y me refiero a cuando ese tipo trato de propasarse conmigo yo entre en un estado de shock que me hizo recordar algunos sucesos desagradables.
No dice nada, me sigue observando, esta tan callado que su silencio solo logra estremecerme. ¿Ya estará pensando en huir? Ni siquiera parpadea.
—Cuando hui no quise encontrarme con nadie, lo único que quería era estar sola, no quería que nadie me viera llorar, fue uno de los momentos más horribles que viví, tú estabas en peligro tanto como yo de repente pensé, lo único que quiero es desaparecer esta noche y por ello no llame a nadie. Necesitaba desahogarme.
Me siento aliviada cuando se aprieta los labios y suelta un suspiro.
—Felicity, lo que menos quiero es que te sientas de nuevo triste, no tienes porque contármelo si no quieres, es algo que es tuyo y realmente no tienes porque darme una explicación tan detallada...
Lo interrumpo negando con la cabeza.
—Beth ya lo sabe así que no es algo que precisamente es mío, lo era antes de confesárselo a Beth aunque ella al menos no huyo –dejo escapar una risa seca –Y espero que tu tampoco, aunque respetaré tu decisión.
Su rostro es un manojo de confusión, esta haciendo un esfuerzo por entender y leo en sus ojos que de verdad desea saberlo, solo que de verdad quiero aprovechar mi tiempo con él antes de que cruce por esa puerta.
Me acaricia el rostro y yo no aguanto más las ganas de llorar, si sigue tocándome me será más difícil dejarlo ir.
—No quiero irme, no me iré jamás y nada me hará hacerlo, ni siquiera tu pasado.
—Pero...
Me detiene poniendo un dedo sobre mis labios, nos quedamos unos segundos mirándonos fijamente.
—Nada Felicity, compréndelo.
Cuando baja su dedo vuelvo a hablar, esta vez tan bajo que apenas nos escuchamos.
—¿Te acuerdas que te dije que vivía en Fresno hace tiempo?
No dice nada, pero termina por asentir.
—Pues no fue tan difícil de huir de ese lugar –carraspeo, mi voz es monótona cuando trato de recobrar un tono rudo –Una noche yo caminaba por una calle oscura a altas horas de la noche, estaba lluvioso y todo estaba mojado, nadie estaba afuera, solo yo cruzando por la calle hasta que pase por un callejón, noté que dos tipos estaban persiguiéndome, cuando trate de correr ellos se echaron sobre mí, me arrastraron sobre el callejón y entonces me asaltaron, me quitaron todo y no solo eso, uno de ellos tenía una cuchilla y se miraron uno al otro murmurando "Es linda y debe ser tan pura como se ve" para ellos era como leche fresca –trago con dificultad cuando avanzo más a fondo —Y entonces comenzaron a quitarme la ropa, fue realmente horrible, nadie estaba para ayudarme, grite y grite pero nadie me escuchaba, nadie...
Rompo a llorar, la voz se me quiebra entre las palabras pero no me detengo.
—"Tranquila linda, no te dolerá", me dijo uno de ellos, entonces tome una botella y le pegue, aun así su cómplice fue por mí y quiso terminar el trabajo de ambos, duré quince minutos en el piso húmedo, él me quitaba la ropa y yo me aferraba a mis gritos inútiles, hasta que le arroje un ladrillo y me lo quite de encima, corrí a casa mojada, con ropa rasgada y sin nada, John aun no llegaba de su trabajo así que nadie se entero, nadie lo sabe excepto por ti y Beth.
El silencio vuelve a reinar la habitación, ninguno de los dos habla y su silencio solo me esta clavando navajas de tristeza, esta pensando en irse, lo sé, estoy segura de que quiere correr pero no entiendo porque tarda tanto. Esta congelado frente a mí, no veo que parpadee inclusive que este respirando, algo esta mal, James no da señales de vida ¿Qué esta pasando en su cabeza?
—¿No vas a huir? La puerta esta abierta –termino por decir con un hilo de voz.
No dice nada, tan callado, serio y sin señales de vida, tal vez quiere que lo deje solo. Lo miro una vez más y me alejo no hasta que su mano se aferra a mí antebrazo, jadeo cuando me transporta por el aire a sus brazos y me hecho a llorar sobre su pecho, me aferro a su camisa hasta empaparla del todo.
—Oh Felicity, por dios, no se que decirte, no lo sé...
Su voz es diferente, esta tan lastimada como la mía, me incorporo para mirarlo y compruebo lo que sospeche, sus ojos derraman lágrimas como los míos, cierra los ojos hasta que su boca es un gesto de fatalidad, me quedo atónita mirándolo ¡James! Lo he lastimado otra vez y esta llorando frente a mí, ambos estamos muriéndonos de tristeza pero su motivo es desconocido para mí ¿le dolió que se lo confesara o le duele el pensar que me quiere dejar?
Espero a que abra los ojos de nuevo, su cuerpo se recupera cuando me contempla frente a él, se inclina y junta nuestras frentes, lo escucho sollozar y derramo más lágrimas.
—James...No te vayas.
Su pecho se agita cuando murmuro las palabras, siento sus brazos alrededor de mi espalda y entonces deposita otro beso más sobre mi frente, inhala mi aliento y me abraza más fuerte, mi corazón retumba por todas partes.
—Felicity ¿Por qué? ¿Por qué me lo has contado? –su voz aun es tan quebrada.
Mi alma se encoje cuando no puedo evitarlo verlo llorar, nunca lo había visto así y no hay peor forma que esta, ni siquiera había logrado ver llorar a un hombre, ni a John o a Sam ¿He logrado doblar el corazón de James? Es tan frágil, tan sensible, que me hace amarlo aun más.
No le respondo, dejo que mis labios vayan a los suyos y entonces termino por besarlo, me aferro a lo delicados y gruesos que son, me paro de puntitas para sentir la presión de su cálida temperatura, la aterciopelada sensación de su piel cuando mis dedos viajan por su rostro, mis caderas se sacuden cuando el desciende sus manos hasta llegar al hueco de mi espalda, lo siento, lo quiero y no se si será la última vez. El beso se vuelve ardiente cuando siento la desenfrenada ansiedad cuando trata de besarme la boca completa, aferra con sus dientes mi labio inferior, lo saborea con su lengua y me conduce más al espacio de su cuerpo, envuelvo su cuello con mis brazos, quiero saltar y caer sobre su piel ardiente, sobre mi perfecto adonis.
—Felicity, Felicity –murmura mi nombre entre cada beso que me da sobre el rostro.
Me deshago de mi abrigo húmedo y lo dejo caer al piso, con mis dedos tambaleantes intento quitarle el suyo, me es imposible porque apenas puedo mantener mi psicomotriz intacta, sus manos dejan de estar sobre mi espalda y ahora me detienen en el camino de los botones de su abrigo, me aleja con cuidado y me deja respirar, estoy desorientada, excitada y quiero llevarlo a la cama ¿Es mucho pedir?
Apenas puedo mirarlo fijamente, mi mente esta de cabeza y estoy tambaleándome, James logra sostenerme.
—Demasiada fuerza, supongo –comenta con tono afable.
Me toco la frente, estoy caliente o eso al menos presiento ya que todo esta ardiendo alrededor, lo miro, esta sereno y sus ojos hinchados.
—Estás aquí –admito dudosa.
Me sonríe ligeramente
—¿Dónde esperabas que estuviera?
—Afuera realmente –recupero conciencia y equilibro y me doy cuenta que esta aquí y que no esta asustado como creí. –Pensé que cuando dejarás de besarme te irías ¿No tienes miedo? ¿No tienes nauseas? ¿No tienes ganas de gritarme?
—Felicity –su tono es como si estuviera ofendiéndolo —¿Cómo puedes decir eso? Es absolutamente inapropiado, no viene al momento, no tienes porque expresarte así.
—Eso es lo que realmente debes de sentir ahora ¿No? Después de lo que te dije.
—Felicity Hunter –me hace suspirar cuando pronuncia mi nombre completo —¿Acaso no entendiste lo que te dije hace un momento, cierto? Nada en el mundo hará que me vaya de aquí, nada ni siquiera tu pasado, entiéndelo.
Me muerdo los labios con angustia, al menos debe estar sintiendo algo.
—Pero ¿No sientes algo raro? No se al menos miedo.
Niega y me mira.
—Ahora realmente siento deseo hacia a ti después de ese beso que me diste, hiciste que dejará de pensar en muchas cosas, otra vez –veo que la comisura de su labio se eleva en una sonrisa avergonzada.
Logro sonreír ligeramente, de repente un olor extraño me hace arrugar la nariz ¡Los filetes! Rápidamente apago la estufa y veo lo mal que están, todos quemados y encogidos, debí haber pensando en eso pero ni siquiera los dos estábamos conscientes.
—No eres el único, me hiciste perder cordura y...—veo el sartén humeante –Dos filetes de Beth.
Rompe a reír y vuelve a acercarme a su cuerpo, esta vez trato de tomar control y no propasarme mucho, Beth no tardará en llegar y nosotros no podemos hacer mucho, nos sonreímos y vuelvo a dejar caer mis brazos detrás de su nuca, le beso ligeramente la barbilla y espero a que el suspire.
—Gracias por no huir –le sonrió a medias.
Siento un apretón en mi espalda como respuesta.
—No voy a huir Felicity, ya te lo dije y tú pasado es para mí tan lejano que deja de existir después de lo que me has dicho, ya nada importa, ni lo del restaurant, ni tu pasado en Fresno, quiero que estés enfocada en el presente hasta este momento.
Bajo la mirada y me obliga a levantarla cuando suelta un gruñido.
—Te lo prometo, pueda que lo intente y todo salga como quieres, tengo fe en que todo saldrá bien.
Me regala una sonrisa ancha y me da un beso sobre la punta de la nariz, me envuelve en sus brazos y yo pego mi cabeza sobre su pecho, inhalo el aroma de su ropa como lo hago con las paginas del diario.
—Eso es lo que quería escuchar, me hace sentir mejor –pega sus labios a mi oído y susurra lentamente –Te amo, Felicity.
Abro los ojos como plato y me muerdo la lengua ¡Santo dios de mi corazón! ¡Me ha dicho que ama! Mi cuerpo vuelve a encenderse en llamas y mi corazón no deja de bombear exaltado ante sus palabras, he deseado desde hace días, semanas que me confesara la verdad, Harry tenía razón, me ama más de lo que puedo imaginar, por algo esta aquí conmigo y no afuera huyendo, me ama y es tan imposible creerlo que me deja como la mujer más afortunada del mundo.
Sonrió y le doy un pequeño beso en los labios.
—Te amo, James.
Mi emoción incontrolable sube y el beso pequeñito ya no lo es tanto cuando me paro otra vez de puntitas y aferro su rostro cerca del mío para besarlo mucho más fuerte, siento el reír de su boca sobre la mía y me sonrojo, nos quedamos en shock cuando escuchamos el girar de la perilla y la puerta de la entrada abrirse, nos alejamos de inmediato y nos acomodamos la ropa, levanto mi abrigo y camino sin rumbo por la cocina, James se recarga sobre la barra en una posición casual.
Beth entra a la cocina con una caja de pizza, me quedo intrigada cuando la veo ¿No iría a recogerla a su trabajo?
—¡Beth! –me ánimo al verla.
—¡Felicity traje...! –se queda callada cuando ve a James conmigo, casi se le cae la pizza —¡Oh! No creí que tuvieras visita, lo siento, no intento ser una molestia.
James le sonríe amablemente.
—Buenas noches Beth, no pensé que tú y Felicity tendrían una noche de chicas –ve la caja de pizza –Debo ser yo quien me vaya.
Niego para mis adentros, no puede irse, no ahora que puedo besarlo a cada momento, demonios, Beth debió llamar. Ella se ruboriza por completo, deja la caja de pizza sobre la barra y nos sonríe.
—Oh no por favor, le traje a Felicity pizza porque creí que estaría esperándome –se dirige a mí –Siento no haberte llamado pero un compañero del trabajo me trajo hasta acá.
—¡Que bien! –exclamo.
Nos mira y se despide.
—Los dejo, estaré en mi habitación por si necesitan algo. Nos vemos.
Veo como se escabulle hacia su habitación y nos deja a solas de nuevo. Miro a James, de verdad no deseo que se vaya, pero creo que con la presencia de Beth aquí es lo mejor.
—¿Quieres quedarte a comer pizza? –le pregunto inocente.
Sonríe y hace una mueca.
—Me encantaría pero no quiero ser una molestia, Será mejor que me vaya, además debes descansar, no quiero que te desveles demasiado.
Pongo los ojos en blanco y lo acompaño hasta la puerta, toma su paraguas y abre la puerta, antes de irse se detiene frente a mí y me acaricia una mejilla, le tomo la mano y sonrió.
—Descansa Felicity, quiero que estés bien y por favor cena, presiento que te irás a la cama sin cenar.
Me ruborizo, ¿Cómo lo descubrió? Quién sabe, es tan enigmático por donde quiera que él es, estoy segura de que la pizza que me trajo Beth es de atún, odio el atún. Asiento sin problemas.
—Te lo prometo –observo sus ojos brillosos una vez más antes de que tenga que irse –James ¿Por qué lloraste cuando te lo confesé todo? ¿Estabas confundido?
Clava sus ojos verdes a mi rostro y me deja sin movimiento otra vez.
—Esta pensando más bien en el sufrimiento que debiste haber sentido aquel día, no pude soportar la imagen de ti sufriendo, desesperada y sola y fue eso lo que me rompió el alma, desee estar ahí y poder salvarte y mi impotencia me hizo sentir mal. No soporto la idea de verte derramar una sola lágrima, me enfurece.
Me cohibió un sollozo, respiro entrecortadamente y me inclino para besarlo una vez más, mi perfecto adonis sabe expresar sus hermosos sentimientos, algo que jamás pensé que me dejará ver, abre su paraguas y se despide dándome un beso en el dorso de la mano.
—Hasta pronto, Felicity –musita.
—Hasta pronto, James.
Me da una sonrisa torcida y lo veo caminar por el pasillo hasta alejarse, mi corazón da un salto más en despedida cuando desaparece a mi vista. Cuando entro al departamento Beth ya me espera sobre una silla comiéndose una rebanada de pizza, me mira otra vez de esa forma pícara y espera a que llegue.
Limpio el sartén quemado y tiro los filetes, me detengo a mirarla cuando termino de recoger.
—Sácalo ya Beth, se que te mueres por saber
Se muerde los labios, ansiosa y come más pizza, como siempre me hace el interrogatorio indagando si James y yo tuvimos un encuentro amoroso en el departamento, comienzo a reírme pero le doy lo que quiere, le digo que James y yo nos hemos besado y que fue a verme a la cafetería, luego sobre la declaración de mi abuso, le cuento que James lloró junto conmigo y volvimos a besarnos, todo eso paso hasta que llego ella y fue cuando todo volvió a la normalidad, realmente desee que tardará en su trabajo, James pudo haberse quedado más tiempo.
Da saltitos sobre su asiento.
—¡Felicity! ¡Te lo dije! James te ama más de lo que crees, debió haber sido tan romántico –suspira con las mejillas ruborizadas. –Tienes bastante suerte.
Pienso en la posibilidad que tuve de casi perderlo, espero no volver a sentirme así, no podría soportarlo, perderlo será como olvidar vivir. Me estremezco y luego sonrió.
—Lo amo tanto, no podría vivir sin él Beth, estoy agradecida que no hubiera huido.
Se carcajea.
—No seas tonta, nunca lo hubiera hecho Felicity, te quiere demasiado, me siento tan bien por ti, ojala y puedan tener algo tan especial que duré para siempre, pero basta de cursilerías ¿Lo follaste?
Me ruborizo por completo, me deja sin palabras y me rió como una completa retrasada, sus ojos están clavados en mi semblante.
—¡No! –resoplo –Yo no haría eso, me refiero a tomar esas cosas tan aprisa.
Resopla también y me mira con una sonrisa de oreja a oreja, se que no se lo ha creído, la conozco tan bien para darme cuenta
—Ya te darás cuenta que es lo que más deseas –me guiña un ojo y me invita a cenar.
No me había dado cuenta que ella se estaba acabando casi toda la pizza, me apresuro a tomar solo dos rebanadas y comemos en tranquilidad, le pregunto sobre el chico que la trajo hasta acá, se ahorra detalles y me dice que es solo un compañero de trabajo, hago lo mismo que ella hizo conmigo y le digo que no tiene que mentirme para hacerme la ciega, debe ser un nuevo pretendiente y tiene todo el derecho de ser feliz otra vez, después de lo de Ben es tan aceptable que trate de olvidarlo, me pide que la deje en paz, se despide de mí y se va a descansar, yo hago lo mismo, me acabo las rebanadas y me voy a mi habitación, me doy un regaderazo y me siento en la cama con mi bata y el cabello mojado, enciendo la calefacción y tomo mi diario, me entusiasma escribir después de lo que paso.
James al fin has dado señales de vida y fue precisamente una sorpresa para mí, te apareciste hoy en el trabajo a pesar de la horrorosa lluvia, me diste una gran sorpresa, además de ello me besaste, lo cual me deja con un gran sabor de boca, nuestro primero beso debajo de la lluvia, no pudiste ser más romántico, como te he dicho tarde o temprano te iba a contar mi oscura verdad y así fue, te la confesé esta noche y te digo algo, no saliste corriendo como pensé, te quedaste conmigo ¡Conmigo! Y aun no lo puedo creer, eres tan indescifrable, Harry y Beth tenían razón, me amas más de lo que puedo creer y lo comprobé este día con todo lo que ha pasado, me hiciste sentir realmente especial y te lo agradezco, espero nunca perderte James, eres el héroe de mis sueños. Te amo
Felicity Hunter.
Dejo el diario sobre la mesita de noche, apago la luz de mi lamparita de noche y me recuesto sobre la almohada esperando a que mi cabello termine de secarse, miro hacia al techo y me pregunto ¿Qué podría hacer si pierdo a James? Es algo que jamás me había puesto a pensar, tal vez no tuviera vida que seguir, ni esperanza que resguardar.
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