♠️ 2 ♠️
Chan estaba sentado en el sofá, con sus piernas cruzadas.
Acariciando sus brazos con delicadeza.
Pasando suavemente sus manos sobre las marcas rojas que adornaban su piel.
Una vez más, woojin marcaba y reclamaba el cuerpo de chan.
Siempre marcaba a chan de manera violenta.
Dejaba la palma de su mano marcada en la cintura de chan, una marca que podría tardar días en desaparecer.
Mordidas, chupones y quizás moretones por toda la piel de chan.
Chan se sentía horrible por llevar todas esas marcas.
Pero para woojin, ver esas marcas en el cuerpo de chan ,era tan hermoso.
Cada marca indicaba que tenía dueño, que chan le pertenece a alguien.
Le pertenece a Kim woojin.
Chan suspiro con algo de decepción.
Su cuerpo le hacía sentir manchado y humillado.
El quería ver su cuerpo sano, su piel blanca, sin ningún tipo de marca.
Cosa que sería imposible cumplir, ya que al monstruo le gustaba ver a Chan completamente marcado.
Chan con algo de tristeza abrazo su cuerpo, acariciando sus brazos, buscando consuelo en si mismo.
-.¿Que te pasa, muñequita? -Pregunto la voz masculina detrás de el.-
Chan se estremeció, sus ojos se abrieron rápidamente con temor.
No, por favor, no.
-.¿Te sientes mal? -Pregunto la voz masculina nuevamente, quien evidentemente es El monstruo.-
Woojin abrazo a chan por detrás y beso su cuello.
Chan con algo de miedo asintió.
-.¿Y quieres que te haga sentir bien? -Pregunto jugueton woojin.-
No... ¡Por dios, no!
Chan comenzó a negar aterrorizado.
Woojin sonrió.
Volvió a dejar un beso en su cuello.
Luego observo el collar de chupones que tenía chan.
-.Tus marcas se están yendo... Debemos renovarlas -Dijo divertido, acariciando el hombro de chan.-
Los ojos de chan se cristalizaron.
No debes temer muñequita.
Y aunque woojin estuviese del otro lado del sofá, y que chan le estuviese dando la espalda.
Alzó a chan y lo acomodo en sus brazos.
Cómo si de una princesa se tratara.
Y paso lento, comenzó a caminar.
Nuevamente dirijiendose a su habitación.
Subiendo las escaleras con paciencia.
La tristeza y el miedo inundaban a chan.
Se sentía tan débil por dejar que estas cosas sucedieran.
Finalmente, llegaron a la habitación.
Woojin entro junto a Chan, y cerró la puerta detrás de el.
Y una vez cerrada la puerta, el sufrimiendo de chan comienza.
Oh, muñequita linda, vamos a jugar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro