¿Te estas burlando?
En la casa de Kardia.
Una hora después.
El café humeante y el calor del hogar fue lo que reconforto bastante a Dégel, quien después de darle un largo aspiro al café, tomó un poco, al mismo tiempo que decia.
Dégel: que delicia, ya tenía tiempo de no probar algo así - aseguró mientras vio como frente a él, un plato con una buena porción de pastel de chocolate le era dejado, para después escuchar al peliazúl hablar.
Kardia: este café no es nada, mi cuñado hace unos dignos de restaurante - hablo mientras suspiró, mientras veía el pastel - me dejó esto hecho antes de irse, afirmando que que cuando el y mi primo el fósforo malhumorado me traerían algo rico de Francia - aseguró.
Dégel: Se nota que te quiere mucho - aseguró.
Kardia: ¿el copito? Si, si, algo me dice que esta enamorado de mi en secreto pero tiene miedo a decirlo por las represalias que pueda tomar el fósforo malhumorado - dijo mientras se metía un pedazo de pastel en la boca - jaja, si Écarlate me escuchara me golpearia aquí mismo.
Dégel: ¿Copito? - preguntó confundido.
Kardia: es un sobrenombre que le di cuando lo conocí, parecía malo como el mismo invierno, pero después que lo conocí me di cuenta porque Écarlate se fijo en él, era una persona realmente buena, incluso conmigo a tal punto de tratarme como si hijo de ellos dos fuera - comentó mientras recordaba como Écarlate le regañaba cada vez que hacía algo y le salía terriblemente mal, solo para momentos después ser salvado por Mystoria de la furia de su primo.
Dégel: se escucha bastante agradable ese sujeto, pero dime ¿donde están? - preguntó.
Kardia: fueron a francia por motivos de trabajo - respondió mientras tomaba un poco de café - los jefes de mi primo y mi cuñado están pensando extender su negocio a nuevas fronteras y los enviaron a ellos a explorar lugares perfectos en francia para poder levantar la cadena de restaurantes - reveló.
Dégel: ¿Mandaron a dos empleados por un trabajo que únicamente le concierne a los jefes? - preguntó confundido.
Kardia: no los culpo, ellos solo toman buenas decisiones lograrán levantar cualquier negocio por muy en el suelo que este créeme - respondió.
Dégel: vaya que les tienes mucha estima - aseguró mientras por fin la dio un bocado a su rebanada de pastel.
Únicamente para notar pocos segundos después un sabor familiar en ese pedazo, lo saboreo, dándose cuenta que en efecto, no lo estaba imaginando.
Dégel: que sabor tan familiar, me recuerda mucho a los que hacía mamá conmigo y mi hermano - pensó mientras veía el pedazo de pastel.
Kardia por su parte solo lo veía, ciertamente ese chico realmente era bastante extraño, además que tenía curiosidad el motivo por el cual ambos se reunieron, por lo cual después de tragar el pedazo de pastel que se estaba comiendo hablo.
Kardia: Oye... - llamo haciendo que el peli verde saliera de su ensoñación - perdón por sacarte de tus pensamientos, pero me gustaría saber como fue que diste conmigo, ¿de donde me conoces? Me parece realmente imposible que hayas dado los datos al azar y me hayan llamado así - fue lo que dijo, Dégel por su parte suspiró, para después temblando sacar los documentos de Kardia del bolsillo del sueter y ponerlos sobre la mesa - ¿de donde los sacaste? - preguntó, para después recordar su accidente - ¿fuiste tú? ¿Cómo entraste a mi casa? ¿Y que querías llevarte? - preguntó.
Dégel: no quería llevarme nada, no soy un ladrón. Además del como entre a tú casa, probablemente no me creerías si te lo dijera - aseguró.
Kardia: creo que eso tendre que decidir lo yo, lo que quiero saber es como rayos hiciste para entrar a mi casa, que buscabas y lo más importante, ¿fuiste tú quien se llevó la muñeca? - preguntó mientras Dégel muy lentamente subió la mirada, encontrándose con la mirada molesta de Kardia. Suspiró al mismo tiempo que con fuerza sujeto un poco del pantalón, para después verlo decidido.
Dégel: bien, como tanto quieres saber entonces te lo contaré todo, yo soy aquella muñeca que compraste en la tienda de "antigüedades" la persona con la que me compraste es una vieja bruja que convierte a personas en objetos para robarles sus años de vida, todas las cosas de ahí eran persona anteriormente y el tipo que llego era mi ex mejor amigo, el fue quien me llevó a ese lugar y ahora que se entero que salí, muy probablemente quiere asesinarme para que no lo acuse - dijo rápidamente mientras Kardia lo vio confundido, Si, definitivamente esa no era la respuesta que él pensaba oír.
Kardia: ahora lo comprendo todo - dijo mientras se ponía de pie, para después seriamente decirle - te estás burlando de mi, y creo que lo mejor es llamar a un manicomio antes de que termines lastimandote - dijo mientras se dirigía al teléfono.
Dégel rápidamente se puso de pie e impidió su acción, seriamente ambos hombre se vieron, para después Kardia ser sorprendido al notar la fuerza de aquel chico que lo empujó contra el refrigerador y con voz fría le volvió a hablar.
Dégel: ¿No me crees? Escucha yo se que es una locura pero no miento - le dijo.
Kardia: si, claramente puedo notar que estas loco - aseguró.
Dégel: no te miento y te lo voy a probar con una cosa que solo tu sabias, aquella nota, con la que yo pude volver al mundo real. "Mojame y verás algo magico" - le repitió mientras Kardia lo pensó mejor, era obvio que únicamente el había visto esa nota, nadie más aparte del bendito gato sabía de su existencia - y aún ahí más - le aseguro mientras se alejó de él y subió la manga del abrigo, donde claramente pudo ver talladas las palabras "hecho en la casita de las antigüedades".
Kardia: ¿ese no es el nombre de aquella tienda? - preguntó confundido.
Dégel: aún sigo teniendo la parte de la muñeca y tengo el tiempo medido gracias a la nota que me dio la bruja Despena - dijo mientras le daba la nota a Kardia que seguía sin entender.
Reglas.
Muy bien mi querido pinocho, si estas
Leyendo esto es porque el juego comenzó, y las clausulas para ser libre
Son las siguientes.
Tendrás tres días para volver a convertirte en humano o ser una linda muñeca de porcelana para siempre.
Las reglas son simples.
1. Nadie debe saber de tú origen, además de tú dueño. O volverás a ser muñeca.
2. Busca aquellos lazos, que el destino, la desobediencia y el tiempo quebró. Recuperalo.
3. Y número 3 querido, si quieres romper la maldición en su totalidad, únicamente él amor verdadero de aquel ser amado será tú solución.
Rompe cualquier regla o no la cumplas y volverás a ser una muñeca para siempre.
Eso fue lo que Kardia leyó en aquella nota, para después ver aún más confundido a Dégel, realmente esto era difícil de comprender para él.
Continuará...
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