6 años después.

Un chico de 20 años y cabellos azules caminaba en dirección a su casa, estaba preocupado y más al saber que su primo político y único familiar que tenia aún con vida, le había dado la genial idea de que pronto se casaría, ¿con quien? La respuesta era simple, con un joven camarero que había encontrado en un bar.

Kardia: maldito Écarlate, fósforo malhumorado te dije que no te matarás a ti mismo idiota - dijo molestó mientras caminaba por la calle, para después suspirar cansado, ¿a quien quería engañar? Écarlate se había sacado la lotería, su prometido era bueno.

Era bueno cocinando, muy intuitivo, bastante amable, cariñoso, atento y sobre todo doncel. Así que los hijos no serían lo de menos.

Kardia: que suerte tienen los que no se bañan - susurró molesto. Pasó por una tienda de antigüedades, esas cosas no le agradaban, sin embargó, sabía que al prometido de su primo sí, le encantaba coleccionar objetos así - tengo que darles un regalo por la noticia ¿verdad? - preguntó mientras dirigía su vista al vidrio, hasta que topo con una hermosa muñeca de cristal.

Su cabello era verde y largo, sus ojos de un color violeta y piel tan blanca como la misma nieve.

Kardia: esto podría gustarle ¿no? - preguntó en un susurró, la muñeca era hermosa y si él no la quisiera en dado caso, podría quedársela.

Por lo cual rápidamente se alejó del cristal, fue hacia la puerta, la cuál abrió y entró a la tienda. Vio todo el lugar, parecía una casita antigua con un montón de estantes con varias cosas a las cuales no le presto atención, fue rápidamente por lo que quería, tomó suavemente a la muñeca entre sus manos y la vio.

Kardia: que bonita eres - le susurró mientras la veía, para después escuchar unos pasos acercándose a él, cuando vio hacia la derecha, vio a una anciana quien se acercó a él.

"Anciana": ¿en que puedo ayudarte? - preguntó la mujer.

Kardia: hola buenas noches, em, ¿cuánto es el precio? - preguntó mientras mostró a la muñeca.

"Anciana": o, esa, bueno, es una muñeca muy especial - dijo mientras sonriendo la veía - pero como usted me cayo bien, se la dejare por tres euros - dijo ella.

Kardia: vaya que generosa - susurró mientras saco el dinero de su billetera y se lo entrego.

"Anciana": permitame un momento por favor, solo iré a envolverla - dijo mientras suavemente se la quitó de las manos y se fue.

Él peliazúl por su parte suspiró al mismo tiempo que veía que más había en la tienda, todo en el lugar se le hacía curioso. Se puso a ver todos los demás objetos en el lugar.

Mientras tanto.

Con la "Anciana".

Anciana: por fin te iras, ya no me sirves para nada así que... se feliz - le dijo mientras bruscamente la puso sobre la mesa - agh... realmente ustedes los niños dan bastantes problemas - dijo mientras sacó una pequeña caja de cristal, la cual lleno de algodón, colocando también una tarjeta en la cual decía "mojame y veras algo mágico" - para que veas que no soy tan mala contigo - le comento para después suavemente meter a la pequeña muñeca, cerró la caja y la metió en una bolsa de papel.

Suspiró para después ir a donde se encontraba el joven, al cuál le habló.

"Anciana": ¿algo más joven? - preguntó mientras veía que Kardia escribía en su teléfono.

Kardia: no, con esto, esta bien gracias - respondió mientras recibía la bolsa y salía de la tienda - muchas gracias - dijo mientras se iba.

"Anciana": de nada joven caballero, disfrute su compra - fue lo que le dijo mientras lo veía irse, sonrió mientras dijo - y vaya que la disfrutarás - susurró.

Continuará...