Narra Estarossa

Miré a Meliodas justo frente a mí y me percaté de que en su rostro tenía aquella expresión que siempre me inquietaba. Tenía una sonrisa, sí... Pero no era una de felicidad, sino más bien una misteriosa, de esas que no me dejaban siquiera averiguar lo que él pudiera estar pensando.

—¿Qué haces aquí? —lo interrogué, tratando de guardar la calma al verlo llegar de repente.

—Sólo quería serciorarme de que estuvieras bien y por lo visto no es así —respondió usando un tono de voz suave —Dime, ¿qué ha sucedido? ¿Acaso esa mujer te abandonó? —preguntó luego, pero esta vez algo burlón.

—No te incumbe —murmuré, juntando el entrecejo por lo malintencionadas que habían sido sus preguntas. Era evidente que yo no la estaba pasando bien en ese momento y su llegada sólo me había hecho sentir aún peor.

—Oh, tranquilo hermanito. No vengo a pelear contigo —declaró el rubio mientras acortaba la distancia entre nosotros al caminar unos pasos directamente hacia mí.

—Entonces, ¿qué pretendes? —lo cuestioné mientras me inclinaba a su altura para hacerlo enojar.

—Vaya, qué molesto eres, Estarossa —espetó luego de darse cuenta de mi acción —Sabes muy bien que no vendría hasta aquí sin una buena razón —manifestó severo.

—Sí, bueno... Sólo ve al grano, ¿quieres? Es que estoy harto de este asqueroso lugar y ya me quiero largar lo antes posible —bufé molesto poniéndome de pie nuevamente.

—Oh, qué intolerante eres... Bueno, como sea. Vine aquí a proponerte algo o mejor dicho a ayudarte con un pequeño problemita —una sonrisa desagradable apareció en su rostro casi enseguida.

—¿Problemita? —repetí —Estabas espiándome, ¿cierto? —alcé una ceja al darme cuenta de aquello.

—Bueno, digamos que lo escuché sin querer —respondió con una risita.

—¡Sólo dilo ya! —exigí impaciente y él dejó de reír.

—Hermano, vine por tu mandamiento —admitió al fin, cambiando el semblante de su rostro radicalmente.

—¿Qué?

—Sí, lo que escuchaste. Esa es la verdadera razón por la que vine aquí —afirmó —O ¿es que acaso no estabas llorando por ser normal? —desvíe la mirada y asentí un poco avergonzado —Entonces déjame echarte una mano, Estarossa... —pronto alzó sus manos y empezó a moverlas de arriba a abajo —YOZUN MEIHEN KA ISHUMA NO JIMEU —murmuró y rápidamente mi mandamiento salió de mi cuerpo en cuanto mi hermano pronunció aquellas palabras extrañas. Entonces lo tomó con su mano para después guardarlo.

—¡Espera, espera! —exclamé arrepentido de aquella tonta decisión, pero ya era demasiado tarde. De un momento a otro mi cuerpo comenzó a sentirse diferente y algo debilitado, estaba un poco más ligero y la sensación me era algo extraña, pues como aquel mandamiento había sido una carga muy pesada de llevar y ahora que no lo tenía más, algo en mí había cambiado drásticamente... Algo que ni siquiera sabía cómo describir. Entonces caí de rodillas en el descuidado pavimento de aquel parque solitario mientras mi hermano me miraba con repugnancia.

—Gracias por tu generosidad, hermanito —expresó el cabrón con una sonrisa socarrona.

—¿Generosidad? pero si yo realmente no te di nada —murmuré tratando de reincorporarme del suelo con algo de pesadez.

—Lo sé, pero me facilitaste las cosas al estar de acuerdo de no querer más tu mandamiento —contestó el insolente rubio, quien parecía más que contento por mi estupidez —Sabes, justo ahora ya no eres una amenaza, pero aún así no estoy conforme con tu existencia —entonces Meliodas puso su mano sobre mi cabeza y empezó a ejercer una fuerte e increíble presión tanto en esta como en mi cuerpo, imposibilitándome de inmediato siquiera el poder tocarle un maldito mechón de cabello —Si te mato ahora todo esto terminará —dijo entre dientes y con un profundo odio en cada palabra.

—¡Ya obtuviste lo que querías! ¡No veo la necesidad de que me mates! —exclamé algo inquieto mientras intentaba quitar su mano con las mías. Mi cuerpo había quedado bastante vulnerable al no tener ya el mandamiento del amor, aquel que me confería una buena parte del poder de mi padre. Aquel que me había otorgado por no poseer ni una pequeña pizca de oscuridad. Sin embargo y pese a todo eso, mi hermano siguió lastimándome. La fuerte presión que él ejercía sobre mí seguía impidiéndome moverme del todo bien.

—No me detendré. No ahora que puedo aplastarte el cráneo sin problemas —respondió y pronto empecé a sentir un terrible dolor agudo a causa de sus uñas incrustándose en mi cuero cabelludo, mientras la sangre resbalaba lentamente sobre mi frente y por mis sienes que, sentía iban a explotar en cualquier momento. Así pues, con esfuerzo y dificultad me decidí por intentar alcanzar su cuello mientras él se ocupaba de mi cabeza. Entonces estiré mi mano lentamente hacia él, cosa que ni siquiera pareció importarle, era como si se sintiera seguro de sí mismo en ese momento, ya que yo no iba a poder hacerle ningún daño, menos en ese deplorable estado en el que me encontraba.

—Mentiroso de mierda —murmuré luego de haber alcanzado su cuello con dificultad luego de unos segundos, pero cuando lo hice sentí la presencia de alguien más en ese lugar. ¿Quién sería? ¿Acaso era Ariadne? ¿Se habría arrepentido y había vuelto por mí? Quizá hubiese seguido pensando lo mismo si tan sólo aquella persona no se hubiera atrevido a herirme de aquella forma tan inesperada.

En cuanto reaccioné al caer de golpe de mi gigantesca nube de pensamientos y preguntas sin respuesta, mis ojos bajaron hasta mi pecho, donde observé que sobresalía la ensangrentada y fina mano de alguien.

—Oh, al fin llegas —dijo mi hermano animosamente mientras retiraba su mano de mi adolorida y sangrante cabeza para luego retroceder unos pasos —Gracias por decidirte a cooperar con esto, Gelda.

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¡Hola mundo! Espero que todos se encuentren bien. Quiero aprovechar este pequeño espacio para informarles sobre algo que le ocurrió a mi amiga laly_limon. Ella recientemente perdió el acceso a su cuenta y por lo tanto no podrá seguir publicando allí su precioso fanfic: "Esa hermosa alma en pena", (historia cuya trama gira en torno al pacto de Margaret con Ludociel), por lo tanto, mi amiga tuvo que crearse una cuenta nueva. Allí volverá a publicar su historia desde el principio.

Su nueva cuenta es: Meirin_sama por si desean leer su bello fic y seguirla.

¡Hasta pronto!💛

An Airad