Deseosos
Sujeté con fuerza las manos de Katja y ella abrió los ojos de la impresión luego de escuchar mis palabras. ¿Acaso iba a creer lo que le había confesado? No estaba del todo seguro, pues para ser sincero, ella no se veía del todo convencida por toda la situación.
Su mirada estaba fija en mí, pero de pronto empezó a escudriñarme de arriba a abajo. Incluso se tomaba su tiempo para contemplarme. ¿Qué tanto me miraba? La verdad me empezaba a sentir nervioso.
Lentamente solté sus manos, pues me había resignado a que dijera algo al respecto. Di un suspiro y ella pareció ignorar mi incomodidad. La situación empezaba a hacerme sentir extraño y me acaloré un poco. Una leve sudoración apreció en mi rostro y Katja soltó una risita al verme así.
—Acuéstate —me pidió y sin más remedio eso hice. Acomodé mi cuerpo en su cama, mientras miraba el techo, este era de un tono rosa pastel a diferencia de las demás paredes, que tenían un tono de rosa más fuerte y estaban decoradas con papeles que contenían imágenes de personas y dibujos.
Cerré los ojos un poco, pensando que ella ya se había ido, pues había escuchado un suave ruido en la puerta y después de eso hubo silencio varios minutos.
Me quedé pensando en mis hermanos y los acontecimientos que me habían marcado ya de por vida. ¿Acaso iba a quedarme aquí para siempre? ¿Qué haría con mi vida? ¿Acaso iba a volver a dar clases en esa maldita escuela? Esas preguntas se esfumaron rápidamente de mi mente en cuanto sentí que el colchón de la cama se hundía y abrí los ojos de golpe tan pronto sentí una presión sobre mi cuerpo, para ser exacto sobre mi entrepierna.
—Katja... ¿Qué significa esto? —mi voz tembló y mis ojos se clavaron en ella, quien se encontraba en ropa interior. Una de un bello tono amarillo.
—Silencio —susurró, llevando su dedo índice sobre mis labios, para después acariciarlos en círculos y con su mano libre me tomó de la mandíbula y ejerció un poco de presión, logrando que abriera un poco mi boca —Maravilloso... —su voz me hizo estremecer, pues el tono con que lo había dicho era bastante lindo y seductor.
Removió su cuerpo un poco para acomodarse mejor y eso me hizo soltar un suave gemido, pues mi sexo estaba debajo de su regordete trasero.
—Katja soy peligroso para ti —apenas pude decirle y ella aprovechó eso para introducir un dedo dentro de mi boca.
—Chúpalo —exigió, ignorando por completo mi advertencia y fruncí el ceño por tal petición. ¿Por qué carajo quería que hiciera eso? —Te he dado una orden —dijo, sonriente, mientras movía su dedo dentro mío.
Di un suspiro y acaté su orden. Pareció bastante complacida mientras lo hacía, pues pronto soltó mi mandíbula y acomodó mi cabello detrás de mi oreja mientras contemplaba cómo le chupaba el dedo. ¿Qué mierda estaría pensando mientras me miraba hacer eso?
Duré quizá unos minutos así hasta que ella retiró su dedo todo mojado de mi cavidad bucal y yo me limpié la saliva que había escurrido por la comisura de mis labios.
Katja aprovechó ese momento para desabotonar mi gabardina y en cuanto terminó de desnudarme el pecho, ella desabrochó su sujetador, dejando a la vista sus hermosas tetas.
—Mierda... —gruñí, empezando a excitarme bastante y mis manos la tomaron de la cintura —Si querías que te hiciera mía sólo tenías que pedirlo —le dije, mientras acariciaba la suave piel de su vientre.
—No sabía cómo pedírtelo —confesó sonriente —La verdad es que algo en mí me pide a gritos que me fusione contigo —admitió, mientras sus manos acariciaban mi abdomen y clavaba sus uñas ligeramente sobre mi piel.
—Entonces no perdamos el tiempo y hagámoslo —le dije, bastante emocionado y ella asintió.
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Perdón por la demora... me alegra tanto traerles un poco de rikura después de tanto tiempo sin actualizar 7w7
Me dedicaré de lleno en terminar esta historia, así que es probable que actualice una vez por semana💛
An Airad
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