Capítulo 6
Lucy les dijo que un abogado llegó al hospital por la mañana y que había exigido información sobre los trabajos realizados en el área de fertilidad. La doctora se disculpó con Sehun porque no pudo negarse, había una orden judicial y todos en el hospital entraron en alerta. El representado del abogado aseguraba que había un mal manejo del departamento de fertilidad y que la enfermera asesinada pertenecía a un grupo de estafadores que vendía material genético de famosos o empresarios a cambio de dinero o favores.
—No entiendo qué está pasando. Hemos recibido a muchos oficiales y abogados en toda la semana.
—Lo bueno es que aún no acusan a nadie, directamente. —Kyungsoo ingresó a la habitación y se sentó junto a Sehun.
—Estoy muy preocupado, Kyung. —Sus ojos bajaron hasta su celular y se detuvieron en el fondo de pantalla; la foto de su hijo brillaba ante la llegada de un nuevo mensaje.
—¿Está en la guardería? ¿Te animaste a dejarlo allí?
—Sí, solo por un momento... Lo buscaré pronto. No quería traerlo aquí. —Lucy frunció el ceño ante el comentario.
—Le tiene miedo a las infecciones intrahospitalarias -aseguró Kyungsoo.
—Lo siento, Lucy. No era nada en contra tuya. Solo lo estoy cuidando.
—No me dejas ver a mi dulce sobrino.
—Será en el momento indicado... —Fueron interrumpidos por una voz gruesa y potente que llegaba desde los pasillos.
—Debe ser uno de los abogados —dijo la doctora, a la vez que se levantaba de su escritorio. Esas visitas inesperadas la tenían muy agotada; pero, aún así, salió al pasillo.
Sehun y su amigo se quedaron tranquilos revisando los últimos estudios del bebé; Kyungsoo era el traductor oficial de las dudas del padre primerizo. Algunas cosas eran comprensibles y otras no tanto, pero eso no detenía la curiosidad de los amigos. Después de todo, había un pequeño de ojos muy expresivos esperando en casa. A veces ambos eran sorprendidos por la mirada curiosa y graciosa del bebé que los observaba desde la cuna o su sillita especial; para ellos, el bebé reaccionaba exageradamente a cualquier cosa, abriendo la boca o volteando su rostro bruscamente hacia su papá cuando algo no le gustaba.
—No puedo creer que su cuello esté tan bien.
—Es un milagro Kyungsoo.
—No volveré a bromear con él. Se tomó muy mal el chiste de que lo ibas a abandonar con la vecina.
—No creo que... aún no puede entender muchas cosas.
—Eso explícaselo al vecino que detesta con su alma.
—No lo detesta.
—Claro, tu hijo no se dio cuenta de que quieren llevarse a su padre. —Sehun levantó una ceja con indignación y después sonrió.
—Tú también atraes gente Kyungsoo.
Siguieron comentando cosas sobre su vida cotidiana hasta que escucharon los gritos de la doctora y un forcejeo fuerte sobre la puerta. Alguien estaba intentando ingresar a la habitación por la fuerza.
—No puede estar aquí es mi oficina.
—Doctora, después de lo que ocurrió en este hospital, nada puede quedar fuera de la investigación y eso incluye su oficina.
—Toda la información que era necesaria ya se la entregué al abogado... —Sehun y Kyungsoo se separaron del escritorio y aún más de la puerta. Estaban demasiado nerviosos y asustados; sobre todo Kyungsoo que no podía olvidar el desagradable incidente.
El picaporte se movió por unos momentos y la puerta se abrió dejando pasar el cuerpo, claramente aturdido, de la doctora. Kyungsoo tomó la mano de Sehun y se preparó para enfrentar el inquietante cuestionario de un oficial. Le dio un poco de fuerza el aspecto serio y sereno de su amigo, que obviamente, en su trabajo estaba acostumbrado a vivir bajo presión.
La calma en Kyungsoo desapareció cuando reconoció al hombre alto de piel tostada que había visto en las escaleras ese horrible día y, también, el mismo sujeto que los había seguido en el parque. La expresión de su amigo varió un poco al no toparse con un uniforme de oficial; para Sehun las jerarquías debían respetarse, pero no podía atribuirle a ese hombre ninguna etiqueta. Sehun reconocía sus límites y prejuicios a la hora de dirigirse a alguien, por lo que simplemente decidió adaptarse a una imagen neutra.
—Buenos días —dijo con voz rasposa y alegre—. Lamento interrumpir, pero la doctora no me dijo que estaba con visitas.
—Buenos días; vinimos a una consulta. No queríamos incomodar a la doctora bajo ningún termino —contestó Sehun llamando la atención de Kyungsoo. Este último se había quedado paralizado ante la presencia del supuesto oficial.
—Me alegro que después de todo el hospital continúe con su trabajo. —Se acercó un poco y le tendió la mano al más alto de los amigos—. Kim Jongin, un gusto señor...
—Oh Sehun —respondió y sujetó la mano del otro. Aún no tenía un mal presentimiento sobre Jongin, quien después de unas palabras más, les pidió que lo llamaran Kai.
—Soy abogado. Trabajo para un cliente que ha quedado disconforme con el trabajo de este hospital... Bueno, no del hospital, sino de los sujetos extraños que se valían de este lugar para cometer actos ilegales.
—Ningún miembro estable del personal sabía sobre esos crímenes —aclaró inmediatamente la doctora.
—Eso no se ha comprobado todavía.
—No puede decir una palabra sin ofender a las personas, abogado.
—No puedo ofender a alguien que está seguro de sus acciones. —Sacudió su tapado, se cruzó de brazos y sonrió de forma extraña hacia los amigos—. Me gustaría hablar con ustedes. Seguramente son pacientes recurrentes de la doctora, por lo que me gustaría hacerles unas preguntas.
—Sí; lo que necesite. —Kyungsoo se asustó ante la rápida respuesta de su amigo, pero asintió confiando en la profesionalidad que había en la postura de Sehun.
—Que agradable. Son más amables que la doctora. —Se sentó sobre un sillón, sacó un cuaderno, una grabadora y comenzó—: ¿qué tipo de consultas le hacen a la doctora?
—Son cuidados postoperatorios.
—¿Ambos?
—No, solo yo.
—¿Qué tipo de operación? —Esperó unos momentos y volvió aclaró—: no es mi intención molestarlo o incomodarlo. Simplemente necesito saber. También, puedo mostrarle mi identificación y los documentos que sean necesarios.
—Fue una cirugía.
—Cesárea —comentó la doctora, poniendo una especie de límite que Kai no registró en lo más mínimo.
—¿Niño o niña? Perdón, esa fue mi curiosidad. —Cambió una hoja de su cuaderno—. Deben estar muy felices como padres... Señor Kyungsoo, ¿usted es enfermero del hospital?
—Sí.
—¿Su pareja recibió algún tipo de atención especial?
—No somos pareja. Kyungsoo es mi mejor amigo.
—Bien. ¿Su amigo recibió algún trato especial?
—No sé a qué se refiere... pero no.
—Bien... Señor Oh, me atrevo a suponer que usted no tiene una pareja. ¿Cómo...
—Fertilización asistida —volvió a responder la doctora. Ella estaba cansada.
—¿La muestra fue proporcionada por el hospital?
—Sí. También hice el tratamiento aquí.
—Sabe; es una gran casualidad que usted sea el único que ha accedido a ese tratamiento este último año. ¿No le parece extraño?
—No lo sé. Descubrí este lugar porque mi amigo trabajaba aquí y había buenas referencias.
—De eso no hay duda. ¿Sus consultas son recurrentes?
—No, solo las necesarias.
—Las que pide la doctora... —repitió mientras movía el lápiz—. ¿Cuida mucho a su bebé?
—¿A qué viene esa pregunta?
—La doctora me interrumpe mucho... —Volvió a anotar—. ¿Cómo seleccionó a su donante?
Sehun pestañeó y observó a la doctora como si buscara palabras que explicaran de forma más científica su elección.
—Solamente seleccionamos a un donante con buenos antecedentes de salud.
—¿No hubo otra clase de filtro?
—No, a Sehun solo le importaba ese aspecto.
—Demasiado confiado... —repitió, pero más cerca de la grabadora—. ¿Se puede acceder a la muestra que fue utilizada para el señor Oh?
—No quedaron muestras.
—Supongo que necesito ser claro. Verá señor Oh, mi cliente tiene serias sospechas sobre un red corrupta que se mantenía con la venta ilegal de material genético. Creemos que esas personas cometieron un error y cambiaron las muestras. La muestra que recuperamos no congeniaban con el ADN de mi cliente. Entonces, es posible que su verdadera muestra haya sido ocupada para alguien en este hospital.
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