Capítulo 4
Kyungsoo le quitó la hoja de las manos y fue directamente a los resultados.
—¡Ya tengo sobrino!
—Sehun, ¿cómo te sientes? —le preguntó con dulzura Lucy.
—Mareado... —Su amigo leyó sus intenciones y lo llevó al baño; allí Sehun descargó todas sus emociones en el inodoro. Fue muy optimista de su parte pensar que no pertenecía al ochenta porciento de las personas que sufren nauseas en el embarazo.
Pasarían unos pesados nueve meses cargados de nervios, inquietudes y muchos cambios. Si bien el trabajo y las reuniones lo perseguían hasta su casa, Sehun iba incrementando su deseo de soledad absoluta, a veces hasta se olvidaba de Kyungsoo y sus sesiones de terapia.
—¿Cómo te fue hoy? —le preguntó entre cada bocado de pasta.
—¿En qué?
—Con la terapia.
—Pensé que lo habías olvidado, tu memoria se ha vuelto fragil.
—Puede ser... ¿cómo te fue?
—Bien.
—Lucy me dijo que faltaste.
—¡Lo sabía! Solo me preguntaste por eso...
—El doctor dijo que aún no han terminado.
—Ya me siento mejor.
Sehun asintió y se levantó de la mesa; para él su amigo era el más serio y sensato de los dos, por eso le preocupaba ese accionar tan extraño y poco "razonable". No podía criticarlo sin tener una idea clara, pero tampoco podía meterse con la vida privada de su mayor. Quería ayudarlo pero no sabía cómo.
—¡Dos meses y no veo nada! —se quejó frente al espejo. Según él, parecía hinchado no embarazado.
—Tal vez el padre no es muy alto. No viste al donante y te negaste a leer su historial.
—¡Pero yo no soy pequeño!
—Solo físicamente. Además, somos el resultado de múltiples combinaciones y evoluciones. ¿Qué te hace pensar que será igual a ti? La herencia genética es una ruleta, puede tocarte cualquier cosa.
—...
—Puedes desear que tenga "algo" de ti o puede que tus genes sean aplastados por otros más dominantes. —Kyungsoo se rascó la nuca y agregó:— Espero que no molestes cuando no puedas moverte por la panza.
A los seis meses Sehun obtuvo el punto más alto de los cambios corporales por el embarazo: un vientre prominente y muchas hormonas revotando por todo su ser. Sin embargo, algo no le agradaba del todo en su día a día. A partir del séptimo mes, Kyungsoo comenzó a evadir el contacto afectivo con su amigo y este no tardó en notarlo. Después de todo, se conocían desde pequeños.
—¿Te sucede algo Kyung? —susurró con curiosidad. Su amigo llevaba días sin acercarse a él y le había dolido sentir que tenía algo que ver con su bebé, porque a pesar de haberlo animado a esa aventura, ahora ya ni siquiera hablaban del embarazo. Los primeros meses llegó a pensar que solo estaba siendo egoísta y que quería que su mundo girara en torno al bebé, pero su amigo poco a poco se alejó de él.
—No pasa nada.
—¿Crees que debo cambiar de hospital? —Kyungsoo sacudió la cabeza—. Lucy dijo que no encontraron nada fuera de lo común en el hospital y que no ocurrieron más incidentes, pero estoy preocupado. No es como si tuviera muchas oportunidades si algo sale mal.
—El hospital es bueno. Tienes que confiar en Lucy.
Después de esa conversación Kyungsoo cambió de tema. Sehun sentía escalofríos cuando su amigo se iba de la casa por la noche y no volvía hasta el día siguiente. Tenía toda clase de presentimientos sobre su amigo en la ciudad nocturna y sobre él mismo solo en el departamento.
En el octavo mes una sensación paranoica lo llevó a rogarle a Kyungsoo que se quedara durante la noche porque se sentía solo. Un hecho que se repetía todas las noches.
—Creo que el que necesita terapia eres tú, Sehun.
—Solo son las preocupaciones del embarazo —comentó Lucy—. Sehun está exteriorizándolas. Pronto deberá cuidar a un ser que dependerá absolutamente de él.
—Creo que lo asustaste aún más.
—Kyungsoo, Sehun necesita hablar con alguien a veces. Necesita comunicarse.
—Puede hablar con el bebé.
—Supongo que debes estar cansado.
—Solo... no puedo ver eso de la forma "romántica" en la que él lo siente. Todo el tiempo está sufriendo, ¿cómo puede gustarle algo así? Para que ese bebé nazca lo cortarán en dos.
—Bueno, es algo difícil de explicar. Lo vez de esa forma porque es tu amigo y no lo quieres ver mal, pero es algo que él desea. —Kyungsoo solo asintió y llamó a su amigo para preguntarle qué cenarían.
El noveno mes fue el más incomodo y, para ser honestos, Sehun ya no veía nada bien el no poder dormir por los pies hinchados. Le dolía la espalda y el mal humor le afectaba en sus horas de trabajo.
—¡¿Por qué llamaste tan tarde?!
—¡Cállate! ¿Cómo iba a saber que daría a luz en medio de una conferencia? —le respondió Sehun con la cara roja y los ojos brillantes.
Kyungsoo llamó al hospital y en minutos una ambulancia fue a buscarlos; su pobre amigo se había alterado demasiado en la junta. El parto se adelantó. En el camino Sehun se juró que nunca más volvería a hacer algo tan arriesgado.
—Sehun, cuando despiertes verás a tu bebé.
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