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Capítulo 21

En la noche Sehun se arrepintió de las discusiones que tuvo con Kyungsoo por culpa del abogado. Ahora era su amigo quien lo miraba con horror desde la puerta de su habitación: Chanyeol estaba sin camisa, sentado sobre la cama y Sehun permanecía estático, agachado entre las piernas del primero. El más joven estuvo apunto de decir algo, pero Kyungsoo cerró la puerta y le gritó que lo esperaría en la sala. 

¿Cómo iba a explicarle que intentaba recuperar un botón que había caído debajo de la cama? ¿Por qué justo tenía que entrar cuando Chanyeol le sujetó de la nuca?

Le había subido la fiebre por culpa del accidente con el botón. Además, estaba seguro de que al empresario no se le había resbalado sin querer, por eso no se dejó intimidar y bajó a buscarlo. El maldito había suspirado en su cuello durante los dos segundos que le llevó encontrar el pedazo de plástico. 

—No voy a hablar del tema —sentenció ante la mirada burlona de Park, la confusión de Kai y la vergüenza de su amigo—. ¿Por qué están aquí? —Señaló al empresario y al abogado.

—Es la casa de mi hijo. Listo, ya respondí la pregunta. —Apuntó a Kai—. Te toca. 

—Kyungsoo está aquí. —Levantó los hombros como si le hubieran preguntado algo obvio—. ¿Podemos pedir comida? 

—No le dejen pedir pollo. He estado comiendo eso desde que compré el departamento. —Le dio un golpe en la cabeza—. No soporto vivir con él; me siguió hasta aquí, incluso cuando le dije que tenía que quedarse en su casa. 

—Chanyeol solo está exagerando, como hace siempre. —Sacó su celular—. Haremos un pedido variado. ¿Contento, orejotas?

—No me fastidies y pide algo como la gente. 

Los dos seguían peleando por el menú de la noche y, Sehun evitaba a toda costa quedarse a solas con su amigo. Él se veía venir un ataque magistral e irreproducible a menores de edad. Si pudiera se encerraría en el cuarto de Hyo, pero desgraciadamente el bebé estaba en el regazo de su padre; aferrado como un monito hiperactivo, imitaba las "mordidas" y besos que Chanyeol le daba. En sus juegos traviesos, el pequeño había desarmado el seguro del rolex de colección y lo había empujado hasta el codo de su padre. Kai los miraba de reojo y buscaba la atención de Kyungsoo. 

—Ahora sí. —Tembló cuando la puerta del baño se cerró detrás de él—. ¿Qué estabas haciendo con él?

—¿No me dijiste que tenía que empezar a tratarlo?

—Hay una gran diferencia entre tratarlo y arrojarte como zorra en celo debajo de él. 

—Estaba buscando algo. 

—¿Qué? ¿Qué estabas buscando, Oh Sehun? —Lo acorraló contra la bañera—. Estoy seguro de que en ningún momento te dije que podía encamarte con Park. ¡No puedes acostarte con él! ¡No te le acerques! ¡¿Por qué no puedes entender que todo esto lo hago por tu bien?! ¡Me arrepiento de haberte ayudado a tener a ese bebé! ¡Nunca debió pasar!

La mirada de su amigo era tan oscura, se asustó por el ataque y salió huyendo de la habitación. Algo estaba mal, ese no era Kyungsoo. 

—¡Sehun! —Escuchó como su amigo gritaba de forma ahogada. 

Cruzó por la sala; no logró esquivar los ojos observadores de Chanyeol. El empresario se levantó y lo siguió hasta la habitación del bebé. Sehun estaba tan nervioso que no quería acercarse a su hijo. El pequeño lo conocía a la perfección y si sentía su tristeza, iba llorar. 

—Es hora de dormir una poco, hijo. —Recostó al pequeño y este, antes de soltar un bostezo, le babeó el cachete con una mordida sonora—. Descansa, campeón. 

Sin ninguna duda Chanyeol abrazó a Sehun por la espalda y le dio u beso en el cuello; el más joven suspiró y recostó su cuerpo contra el pecho de su mayor. Habían aceptado una especie de contacto mínimo, un pequeño avance, como un baile tranquilo y romántico. Sehun no tenía miedo y Chanyeol estaba algo conforme. Se hamacaban durante unos segundos y volvían a la realidad. 

—¿Qué te puso tan mal? —le susurró—. ¿Tengo que hacer algo al respecto? ¿Quieres que haga algo?

—No me pasó nada. —Con sus manos separó los brazos de Chanyeol—. Estoy un poco cansado. —Le dio un beso en la mejilla al empresario y caminó hasta su armario; eligió un pijama y esperó a que su invitado abandonara la habitación. 

—¿Qué?

—Chanyeol, por favor... 

—No vemos mañana. —Arregló su reloj y salió. 

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—Pensé que se habían ido —gruñó Kyungsoo. 

—Voy a estar aquí toda la noche —dijo Chanyeol—. Tengo mis razones. Kai y tú pueden irse al otro departamento. 

—¿Por qué? Yo vivo aquí. 

—Solo quise ser amable. 

—No lo hagas. —Pensó en ir a la habitación de Sehun, pero retrocedió.

—Cerró con llave. 

A su parecer, Chanyeol quería irritarlo; ese par era cada día más intolerable. Los hubiera echado a patadas de no ser por el niño. Su sobrino había encadenado a Sehun con Park por el resto de su vida. Los odiaba tanto. Antes las cosas estaban bien: su amigo y él salían a comer seguido, viajaban, pensaban en equipo... Ahora sentía que ese hombre estaba consumiendo una parte importante de su relación. Park se las ingeniaba para aparecer en los momentos indicados: llegaba para salvar el día. Usaba la magia del dinero para aplanar el camino y manejaba los actos de Sehun a su antojo. Era un rival muy duro.

—Quiero que te detengas —dijo cuando llegó el espacio publicitario.

—¿Disculpa?

—Sé lo que estás haciendo, quiero que lo detengas. 

—¿De qué hablas? ¿A qué se refiere? —Se dirigió a Kai; al abogado no le gustaba por dónde empezaban a ir las cosas—. Tienes que ser más específico. 

—Hyo es tu hijo y tienes derecho a conocerlo, convivir... pero Sehun no es parte del trato. Prometiste que solo ayudarías con Junmyeon.

—Se lo prometí a Sehun y cumplí. 

—Lo sé; pero ustedes me prometieron...

—Sí. Sobre eso, al final, sí voy a quedarme con Sehun. —Kyungsoo se sacudió—. Quiero que mi hijo crezca en la mansión de la familia Park y para eso, Sehun debe quedarse a mi lado. 

—¡Eso no fue...

—Lo lamento; te mentí, pero los dos nos usamos. —Terminó su parte de pizza—. Tú hiciste un trato conmigo y lo engañaste para que me aceptara. Te debo mucho. Sin embargo, ya no puedo ignorar ciertas cosas. En mis nuevos planes no hay lugar para un "amigo" al que le gusta mi esposo.

—Deja de mentir... —Cruzó sus brazos sobre su pecho. 

—¿Creíste que no iba a notarlo? —Chanyeol ignoró la mirada seria de Kai—. Te hubiera gustado ser el padre de ese bebé, pero no pudiste y por eso lo detestas. Le propusiste la fertilización porque no lo creíste capaz. 

—Eres un asesino y eso no va cambiar. 

—No soy una blanca paloma, Kyungsoo. Y me alegra que seas consciente de eso. Sehun es mi presa y nadie va a detenerme. Y mejor acostúmbrate, porque mis muestras de afecto irán en ascenso. 

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